WoE II
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WOE II TEMA OFICIAL

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Northern
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Northern Jue Abr 29, 2010 11:26 pm

-Oye, Sjékir…
-¿Sí? –contestó aquel hombre alto mientras seguía de lejos aquel numeroso grupo de personas siguiendo a Atleus.
-No es común de ti atacar gente así como así… Además sabes que puedo defenderme sola, ¿Por qué atacaste a aquel hombre?
-Fácil Lynel, sabía que no era alguien normal. Piénsalo… Unos extranjeros que no son soldados de Thalion ni Valhadia en este pueblo sin haber contraído la peste aún y caminando sin cuidado de ella. No es común… Además… a esa persona, ojitos rojitos, le he visto antes, no recuerdo dónde, pero le he visto y no lo dudo para nada.
-¿Uno de los 9? –preguntó Lynel algo extrañada.
-No. Ya lo hubiese matado sin vacilar.
-Me parece que también corriste peligro Sjékir…
-Definitivamente corrí peligro, pero yo no puedo morir sin antes acabar con esos bastardos… Además mi vida está en tus manos, eres tú quien la acabará, ¿No es cierto? –Preguntó Sjékir como si eso fuese el tema más común entre ellos.
-Sí… supongo que sí…
-Vamos, si no nos damos prisa vamos a perderlos.

La compañía del Odio comenzó a seguir lentamente a Terry y su grupo, sabiendo que se dirigían a la vez a donde estaban Atleus. El camino subía hasta de donde ellos habían venido, aquella enorme mansión donde Anakair les dio estadía y pronto las enormes puertas se trancaron antes de que Terry, Jana y Rik pudiesen entrar. Era algo de esperar, después de todo aquel hombre era prácticamente la autoridad en aquella zona. Sjékir y Lynel se detuvieron a observar a los tres guerreros y con curiosidad, vieron como aquel joven de hábil técnica sonreía y decía algunas palabras mientras que su compañero Halfing ponía su palma sobre su cara. ¿Probablemente estaría diciéndole algo descabellado? La semielfa les observó algo curiosa y dijo algunas palabras más. Probablemente aceptando lo que dijo Terry, ya que el halfing sólo dio un suspiro. Lynel observaba curiosa a la semielfa pensando que quizás ella estaría pasando por una situación similar a la de ella, pero pronto perdió la concentración cuando el joven asesino vió a su dirección y guiñó el ojo, Sjékir notó esto y sólo dejó escapar un leve suspiro. Pronto los tres guerreros comenzaron a caminar hacia lo que parecía ser el desagüe de aquella fortaleza.

-Piensan entrar por el desagüe… -dijo Lynel.
-Eso parece. Nosotros tenemos la ventaja de que ya conocemos un poco cómo es ese sitio por dentro. Busquemos una forma de entrar y…
-¡Ya lo tengo! –dijo Lynel quien comenzó a correr hacia las puertas de la fortaleza.
-¿Qué demonios? –dijo Sjékir quien la comenzó a seguir.
-¡Oigan! ¡Abran la puerta! ¡Tenemos un mensaje para el caballero Anakair!
Sjékir sólo se llevó la palma a la cara pensando en aquella tonta idea, pero no tenía nada mejor en mente y se acercó a ver, lo peor que podría pasar es que no les dejasen entrar…


Anakair quedó pensando seriamente en por qué vendrían tantas personas de afuera. Primero la joven y el sujeto tuerto que se hicieron pasar por aldeanos, luego aquellas personas que desafiaron a Lord Atleus. Las cosas estaban apretándose mucho en aquel pueblo, pensaba Anakair, pero pronto comenzó a escuchar unos gemidos femeninos y masculinos llenos de placer y lujuria y pronto recordó que había alguien más sospechoso que esas personas dentro de la fortaleza…

-¡Dama Hylia! Entiendo que quiera mantener en alto la moral de mis camaradas pero esta no es la hora ideal… ¡esas son actividades nocturnas! –dijo un Anakair bastante molesto mientras golpeaba la puerta de madera de donde venían esos gemidos.

La puerta se abrió de inmediatamente y allí estaba una mujer a mitad de su tercera década, de cabellos negros y muy largos y ojos verdes, completamente desnuda, en la cama había un hombre sin ropas respirando agitadamente, era un soldado, se notaba exhausto. Anakair al ver la escena se volteó inmediatamente.

-¡Por favor Dama Hylia! ¡Póngase ropas antes de abrir la puerta! ¿Acaso no tiene vergüenza?
-¿Vergüenza? ¿Por qué? ¡Mi figura es perfecta! ¡Más bien debería estar desnuda todo el tiempo bajándole la moral a las demás mujeres y subiéndole el orgullo de las entrepiernas de los hombres! –dijo aquella mujer mientras comenzó a reír ruidosamente.
-Lo que usted diga… Mire, entiendo que estamos en tiempos de crisis, que necesitamos toda la ayuda posible pero por favor, no distraiga a mis compañeros, ese soldado que está ahí debe de hacer guardia esta noche y seguramente por culpa de esto estará bostezando y cabeceando toda la noche.
-Lo que tú digas ricitos blancos. ¿Ya volvió Atleus? –preguntó sin mucho interés aquella mujer, aún sin esforzarse por cubrir su cuerpo.
-Lord Atleus volvió hace algunos minutos. Debe de estar en su recámara, ahora, volviendo al tema… por favor no haga actividades indecorosas como estas…
-Te faltan al menos 100 años para poder darme un sermón de lo que quiero o no quiero hacer ricitos blancos. –dijo aquella mujer ignorándolo y cerrando la puerta.
Anakair estaba fúrico. Hylia, una hechicera que trajo Atleus estaba trabajando en la cura para la enfermedad de aquel pueblo, pero sospechaba por sus vestimentas y comportamiento que su magia era de la más obscura que podría haber épica, no le gustaba para nada y no apoyaba sus ideas pero en el mundo de Ignuri, toda persona con ganas de ayudar, sea de donde sea y crea en lo que crea es bienvenida… ¿No? Pero… ¿Realmente iba a ayudar esa mujer? Algo de ella no terminaba de convencer a Anakair. Con estos pensamientos en la cabeza se dirigió hacia la recámara de Atleus, escoltando a Hylia quien sólo se burlaba de su aspecto y sus creencias una y otra vez. Pronto entraron a la recámara de Atleus quien estaba sentado en su escritorio escribiendo alguna nota. Pronto este levantó la cabeza y al ver a Hylia se levantó de su puesto y se dirigió a ella rápido.

-¡Hylia! ¡Amor mío! He querido verte todo el día…
-Atleus… ¿Cómo estuvo la situación hoy? –preguntó Hylia, algo fría.
-Como siempre, igual de aburridas día y noche, nuevos reportes de enfermos y desaparecidos. ¿Cómo van tus estudios?
-Lentos pero seguros, de hecho… necesito que le entregues esta petición al guardia de siempre. El que me hace los recados. –dijo Hylia, dándole una nota doblada a Atleus.
-Bah… estoy muy ocupado como para eso. ¡Anakair! Ve tú, entrégale esta nota al oficial Wehrz.
-Pero Lord Atleus, Justo ahora estoy ocupado…
-¿Qué te pasa? ¿Tienes que rezarle a tu dios para que la enfermedad cese? Tonterías, sólo tonterías –dice Hylia mientras comenzó a reír maniáticamente, Anakair enfureció ante estas palabras.
-¿Cómo te atreves…?

Anakair puso la mano en la empuñadura de su espada y se acercó un poco a Hylia, pero esta rápidamente tomó con su mano derecha la cara de Anakair y a la fuerza le besó, luego le empujó y éste casi cayó al suelo. Anakair aún impactado sintió un pequeño ardor en la boca y todo comenzó a saber a hierro, una línea roja bajaba por el borde de sus labios. Hylia se lamió los labios y sonrió. Justo antes de que Anakair le contestara habló Atleus.

-Anakair, basta… Es una tarea necesaria, además nada te cuesta y seguro te queda en la vía. Entregale la nota y sal de aquí, Hylia y yo tenemos que hablar de algunos asuntos importantes que realmente no te conciernen…
-Sí… Lord Atleus. –dijo Anakair, suprimiendo la Ira y luego miró amenazante a Hylia, quien le sonreía, pronto salió de aquella habitación.

Anakair no confiaba en esa mujer para nada, pero realmente para nada. ¿Cómo es posible que le irrespete no sólo a él sino a Ur Ignuri de tal manera? Atleus sin pensarlo vió la nota en su mano y no aguantó la tentación y la abrió. “Cinco mujeres y tres hombres” es lo que claramente se leía en aquel papel. ¿De qué podría estar hablando? Conociendo a esa bruja sería gente para una orgía que estaría organizando. Justo en ese momento un soldado corrió hacia Anakair.

-¡Anakair! ¡Anakair!
-¿Eh? ¿Qué pasa?
-Afuera hay dos personas que te buscan, dicen que quieren hablar contigo
-¿Dos personas? –preguntó Anakair algo extrañado.
-Un hombre alto y tuerto con una joven… dicen que son conocidos tuyos.
-Ahhh, claro… Bueno voy para allá. Hazme un favor, entrégale esta nota al borrachín de Wehrz, se lo manda la dama Hylia.
-Entendido… -dijo aquel soldado haciendo una pequeña reverencia a Anakair y corrió hacia el comedor, donde se encontraba Wehrz.
-¿Qué querrán esos dos ahora?... –Se preguntó Anakair mientras se dirigía a la puerta a atender a la compañía del Odio.


Última edición por Northern el Vie Mayo 14, 2010 10:05 am, editado 1 vez (Razón : Listo, al fin... bastante corta pero ahí está...)
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Mensaje  hoho_o Dom Mayo 09, 2010 1:10 am

El viaje a Lunacor resultó sin ningún problema mayor. La gente de los pueblos cerca del camino eran hospitalarios. Gena pudo vender mucha mercancía con ellos, en especial las joyas mas baratas. En el transcurso aprendió muchas cosas. En primer lugar, los humanos eran una raza muy lista y por lo tanto no había que fiar mucho de ellos. Descubrió además, que tenían un gran apetito por todo lo que tiene alcohol, en especial la cerveza. Y de que si, era posible eruptar más de ocho veces después de un buen trago.

Ante la caravana, el tamaño era decente. La gente no se alteraban al verlo y eso la ponía a ella mas cómoda. Le daba un sentimiento de seguridad. Lo que si le llamo la atención era la rapidez que se le acababan las provisiones, para ser cuatro personas. Parece que sus primos resultaron ser demasiados comilones además de algo incompetentes. Momento que ella no los vigilaba, momento que salían a espiar a las mujeres de los pueblos. Gena no entendía mucho que era lo que encontraban tan atractivo, si todas parecían un palo.

Al llegar a Lunacor lo que le asombró fueron las murallas. No tanto el tamaño de ellas, si no mas bien pensar de que adentro de esa roca estuvo la mano enana. La llenaba de orgullo saber que mucho del material provenía de una de las minas familiares. Como es que trasladaron tanta piedra, era algo que se le escapaba de la mente.

Llegaron en la tarde al banco. El personal sobre asuntos fiduciarios y relaciones enano-humano se encargó de sus asuntos. En el círculo había viejos amigos familiares y compañeros de universidad que había contactado anteriormente. La ayudaron a desempacar la mercancía, especialmente la plata trabajada para convertirse en moneda. Contaron, y midieron cada lingote para ser acuñado y lo enviaron a los engrasadores, estos crearían 80,000 monedas de plata. Una vez hecho el trabajo, le entregaron en moneda el valor de la plata bruta. Esto lo depositó en el banco a su nombre familiar. Era alrededor de 30,000 monedas de oro. Un margen de 10,000 monedas de oro en total, a favor del banco. Claro que Gena no salía perdiendo, una cosa es el costo de una moneda de plata y lo otro es el costo de 30 gramos de plata sin trabajo alguno.

Al haber terminado todo el trámite invitaron a comer a Gena. Hablaron sobre el mercado y la eminente inflación que existía entre los reinos. Le pidieron que participara en una conferencia sobre el problema fiduciario y el descuadre de bancos en especialmente con el de Thalion. Gena aceptó halagada. Preguntó inmediatamente sobre la nueva ala que se planeaba construir en el palacio de la corte real y si el noble Levit había contactado al banco al respecto. Le dijeron que si, que la carta de presentación vendría en la mañana.

En la noche Gena se preparaba para el siguiente día. Sacó de su bolso sus prendas más profesionales. Ordenó la pieza para los dos días de su estadía en Lunacor…. Cuando empezó a escuchar el cuchicheo.

- ¿hey, no hay una mano en el vagón? – dijo su primo Tili
- ¿que vauggooon???? – contestó una voz, era su primo Bili

Oh no, por todos los Urs, están borrachos

- el de las joya…s, Ouch, ¿porque me pegas?
- Gen, la prima, a nos va a eschushar
- escushar, vestia, escushar
- ¿no era, escuchar?
- shhhhh….. shhhhhhh
- hehehehe, *ich*
- ¿Que decía? – dijo Tili muerto de la risa
- no se, algo en el vagón
- ¿no hay una mano en el vagón?

¿Una mano? Ay no…. De repente se le apareció una imagen de dos ojitos grandes de color café que la miraban de un saco de papas


- ¿¡esa cosa?! Eh…. una papa

No, si es una papa, debe ser una papa. Yo me despedí de el, es una papa

- se movió, lo vite, se escondió

Estan borrachos, no saben lo que ven…..

- tai curado hahaha, no hay mano, era una papa
`
De que te preocupas, Gena…. Es una papa

- no, que era una mano, vite allá hay un pie

¿¡Pie?! Hay no no no…

Gena corrió de inmediato al patio y miró la escena como si estuviera en un sueño

- ¿Qué mano? – Apareció preocupada
- e Gena, vite despertase a Gena-
- yo no, fuite tu
- no tu
- ¡ya cállense!- gritó Gena – ¿Qué mano? ¿Qué mano?
- que hermano * hich* tengo mushos hermanossssss…. Son como oshenta
- dije mano - le gritó en la oreja a Tili peñiscándosela con fuerza
- no sea aguaguera, pima. Esta en el vagón- Tili se acerco al carro y empezó a buscar tambaleándose de un lado a otro – eeehhh hay una cosa acá.
- ¡que es, hay por los Urs, déjenme ver! – dijo Gena corriendo
Tili agarro de los pies, como si fuera un animal, a un muchacho pequeño. A Gena le costó reconocerlo, será por lo sucio que estaba o por que la situación no le daba en la cabeza entenderlo. Pero ahí estaba, claro como el agua. Con su sombrerito para dormir y sus cachetitos rojos
- ¡ouch, déjame, bájame!

No!

- Bor?
- hola Gena, dile que me baje

¡¿Que chucha?!

- ¿!bor?!
- Tili, soy yo, bájame
- ¡¡¡¡bor!!!!!
- mejor no ¿Que tal si me tiras atrás?….
- que @##$#@$@# que haces acá!!!!!!!! Como se te ocurre!!!! Si yo te vi! Tú, tú te despediste de mí, que haces acá. ¿Mamá sabes que estas aquí? Hay no, debe estar preocupada, cuantos días ya, una semana. Que hacías en mi vagón por una semana, como mierda no me di cuenta. ahhhhh!!!!!!! Como es que… tu…. Todos son unos imbeciles. Como no se dieron cuenta que había un pendejo metido en el vagón. Peñón chico de porquería, como se te ocurre, te voy a matar – Gena le gritaba mientras Tili lo mantenía arriba.

Sus gritos se hicieron cada vez más incoherentes. Veía rojo, todo era una gran bola roja. Y esa gran bola roja era su hermano Bor. Las personas del banco se empezaron a despertar pero por suerte llegó antes su tercer primo Dili, el mas inteligente. Este estaba durmiendo en la habitación continua a la de Gena, pero al escuchar el estruendo de ella fue inmediatamente a la escena.

-Pero que pasa Gena- dijo Dili
Vio de inmediato a Bor y luego a Gena. Conectando la situación en segundos, agarró del brazo al pequeño, llevándolo directamente a la habitación de la enana, para que el banco no se preocupara de la situación. Gena lo siguió por atrás sin dejar de fanfarruñar.

Tardó horas para hacer que Gena se calmara. Pero cuando lo logró se mantuvo sentada por un largo rato hasta que pudo hablar.

- Bor, ven
Con miedo Bor se acercó a ella. Cuando estuvo al alcance de Gena, ella lo aferró del cuerpo y le dio un gran tirón de orejas.
- te vas devuelta a casa mañana ¿Me oyes? Mañana en la tarde, sin peros. Te vas con Dili, en uno de los tres vagones. Con suerte tendré a Levit bajo mi palma para ese entonces, y pueden llegar con la noticia de que habrá trabajo. Mandarán una comitiva con uno de mis hermanos para que retiren el dinero del banco.
- Gena, lo siento
- ¡Cállate! No digas que lo sientes cuando no lo sientes. Te quedarás encerrado aquí, y pensarás en lo que has hecho.
- Gena…
- Déjame dormir, que tengo una conferencia mañana en la mañana, Dili vete. Prepárate para tu viaje.

Gena se acostó y durmió, pero tuvo un sueño amargo. En la mañana siguiente lo único que recordó fue que ella estaba en un callejón sosteniendo un gorrito pequeño, familiar. El miedo y el dolor de su pesadilla no pudo sacárselo del pecho.

Esa mañana, Bor estaba aburrido. Había pensado que esta aventura iba a ser más interesante, mas divertida, pero se equivocó. Estar encerrado no era el sueño de nadie, y mucho menos por cinco horas, esperando a que su hermana lo liberara para que se fuera devuelta a casa.
“Tock tock”
- No te puedo dejar pasar, estoy encerrado- gritó Bor hacia la puerta
Se escuchó un click y pasó Tili por la puerta con una bandeja repleta de comida.
- se que tu hermana dijo que no, pero me parece cruel. Toma, come

Bor comió y hablo con su primo Tili. Después de un rato, Bor le pidió a su primo si es que podía ir al baño. Tili se rió de la petición de Bor y lo dejó ir sin pensarlo dos veces.

Después de ir al baño Bor no regresó a la pieza, sino que se fue a pasear por los alrededores del banco. Subió las escaleras sin ser visto, abrió oficinas y escribió groserías en donde encontraba un papel importante. Pronto se dio cuenta que investigar en un banco era mas divertido de lo que pensaba. Imaginó que era un espía, infiltrado en territorio enemigo y que no debía ser visto por nadie. Así pasó por mucho tiempo hasta que entro en un despacho en el subsuelo.

Este es territorio secreto enemigo, entrando. Cuidado con los encantamientos puestos por la bruja Gena y sus secuaces.

Iba de puntillas por el suelo y cuando llegó a la alfombra rodó por el piso.

No dejen que los hechizos les afecten, cabezas abajo

Se arrastró por el suelo hasta que sintió algo fuera de lo común.

Para un humano, la diferencia del suelo no hubiese sido percatada, pero para Bor quien pasó gran parte de su infancia en las minas, era obvio. El piso estaba hueco. Había algo ahí. Inmediatamente, retiró la alfombra para descubrir que esta escondía una puertecita.

Típico. Muchachos, lo encontramos ahora hay que abrirlo

Buscó un fierro, que había encontrado en la bodega del banco y trató de abrir la puerta. Le costó romper el mecanismo que la sellaba pero finalmente la forzó a abrirse.

Ahí en la poca luz que se filtraba por la pieza de arriba, divisó una sala. Esta tenía enormes repisas por todos lados. Bor se paseó por ellas y encontró un cerro de cartas para distintas personas, Acuerdos firmados, y muchos papiros.
Jugó por mucho tiempo en la sala pensando que los papeles contenían información esencial del enemigo cuando encontró una carta dirigida a su madre y un pilón enorme de cartas con el mismo sobre.

Subió con una de ellas en la mano, al despacho. Era de hace una semana atrás. La abrió cuidadosamente como si fuese un tesoro de gran antigüedad. Y la leyó.
.......................................................
Gena por su parte, estaba finalizando la conferencia. Se dedico un largo rato a responder preguntas. Hubo una que le sorprendió porque no había hablado de ello en la disertación. Era sobre si ella sabia geografía económica. En especial, si podía seguir las transacciones espaciales sobre un mercado especifico. Obviamente respondió que si, era un área que a ella le fascinaba. Se sabía muy bien las transacciones de las joyas enanas y su mercado, el cambio del precio entre otras cosas. Dili se acercó a ella con cuidado, y le susurró al oído. Ella por su parte se disculpó con recato y delicadeza de los estudiantes. Una vez afuera de la sala. Le encaró Dili
- ¿¡A que te refieres a que se escapó!?
- Tili lo dejó ir, ya lo hemos buscado, no esta en el banco
- ¡¿que?! Yo no me puedo preocupar de esto ahora. Tengo que ver a Levit. No hay excusas, Búsquenlo por los perímetros, no te quedes ahí parado. Ve, ahora.

Dili se fue corriendo antes que a Gena le diera una pataleta. Ella por su parte sintió un gran tirón en el pecho, algo le decía que esto no iva a ir bien, pero decidió ignorarlo.
..........................................................
Bor en cambio lo estaba pasando muy bien. Tenía una nueva misión y esa era buscar Al señor Céralo Corsbie. Un nombre muy divertido. Preguntó por el mercado, todos parecían conocerlo. En especial la vendedora de manzanas.

- ¿Corsbie? Si, me acuerdo del Viejo Corsbie, el de ojitos azules… si. Es un vendedor de Thalion. ¿Porque?
- me gustaría saber en donde vive
La señora lo miró fijamente, desconfiada
- para que quieres saber eso pequeñuelo.. ¿hmmm?
- a quien llamas pequeñuelo. ¡Soy el Grandísimo Bor Hathgar, gran investigador! Tengo veinte años para que sepas, mujer humana.
-¡Hahahahaha! Las tonterías que dices, niño. Más respeto. El viejo Corsbie vive por Tres Sargentos. ¿La conoces?
- no....
- ¿donde están tus padres? – la mujer le preguntó aferrándolo del brazo
Bor corrió y logró zafarse. No quería que lo trajeran devuelta al banco.
…………………………………….
Los negocios con Levit fueron de maravilla. Los nobles de Valadia eran conocidos por ser demasiado pomposos y estrafalarios. Le compró quince joyas para la fiesta de año nuevo. Aceptaron sus precios del material para la hala nueva del palacio. Esto pondría muy contentos a sus primos. La mina de su tío y la de su padre tendrían trabajo para todo el año. Le dieron hasta los papeles firmados para trasladar la piedra a Lunacor. Faltaba un mensajero que llevara el documento a Umgard, pero no había que preocuparse de eso, ya lo tenía arreglado. Dili lo entregaría igual que a su hermano sin ningún problema.
Lo que faltaba, era su hermano.
-¿Apareció Bor? – le preguntó Gena a Bili, cuando este llegó corriendo al banco.
- Alguien nos dijo que lo vio pasar… por el mercado
- Gracias Bili, voy para allá
…………………….
Bor caminaba por una calle empedrada, ancha, tenia casas muy grandes y ricas. Le habían señalado que ese camino era Tres Sargentos. Habia que terminar la mision, donde vivía Corsbie.
Un sujeto que estaba parado al lado de un poste se acercó a él, sonreía amistosamente.
- ¿Buscas algo, chimuelo?
- ¿Si, usted sabe donde vive Céralo Corsbie?
- ¿Para que quieres saber?
- Asuntos personales - dijo Bor con aire superior
- ¿A si? ¿Y que asuntos personales podría tener un pequeño como tú?
- No soy pequeño, cuantas veces tengo que decirlo. ¡Soy el gran investigador Bor Hathgar!
- Investigador, Hathgar. ¿Así como Merid, la enana?
- Si, es mi madre. Pero ella es Guithin
Al hombre se le calló la sonrisa levemente, y miró para los lados, buscando a Merid.
- ¿Y tu madre?
- Estoy viajando con mi hermana, Gena
- Si, sabía que ella estaba por estos lados….
-Bueno, yo tengo que buscar a Céralo Corsbie
- Pero mi buen chico- dijo el hombre dándole palmaditas en la espalda, iluminándose su cara- Yo soy Corsbie
- Ah, lo lamento señor, me habían descrito que usted tenia las ojos azules.
- No te preocupéis pequeño, ese es un típico error, se debe a que mi difunto padre tenia los ojos de ese color. Muy bellos. – El hombre le puso el brazo por el hombro y lo dirigió hacia otro camino.- ¿Le has dicho a tu hermana que vienes?
- No, pero soy yo quien quiere hablar, no mi hermana, enconte su carta en el banco
-¿A si? ¿vamos a mi casa a conversar entonces?
- bueno
……………………
- ¿Disculpe, usted a visto a un pequeño? – preguntó Gena a una señora que estaba guardando sus manzanas. Era tarde y el mercado estaba cerrando.
- Veo a muchos cabros dándose vueltas, mi niña. ¿Por qué?
- Busco a mi hermanito. Tiene los cachetitos rojos y usa un gorrito también. Bien bajito, mas de lo normal
- Ah, si se quien es. El que me dijo que tenía veinte años
- Si él. ¿Sabe adonde se fue?
- Corsbie, el viejo comerciante. Tres Sargentos, eso le dije. Ahí debe estar. Traté de pararlo. Usted debe cuidar mejor a su hermano, Lunacor es una ciudad muy grande, señorita
- Si sé. Muchas Gracias.

Les dijo inmediatamente a sus tres primos lo dicho por la señora. Ellos le confirmaron que habían escuchado lo mismo cuando preguntaron a los vendedores, excepto Bili. A él le habían dicho que el niño se había ido de la mano de un sujeto al que llamaban Thorias de mala reputación. Pero como él no preguntó por el mercado no contaba. Igual, para deshacerse de Bili y el intenso dolor que le vino en el pecho al escuchar el nombre del extraño, le pidió que investigara sobre Thorias. Mandó a Tili para que fuera al banco y notificara que llegaría tarde.

Dili y ella se fueron rumbo a Tres Sargentos. No les costó llegar, era bien cercano. Caminaron por una calle empedrada de casas grandes y espaciosas de color café claro. Hasta que llegaron a una de techo rojizo. La piedra era maciza y estaba decorada de pequeñas florecillas. Las ventanas eran grandes y su puerta de un lindo y llamativo color burdeo. Era bonita, entregaba un sentimiento de ocupación amistosa y de gran hospedaje. Se alcanzaba a olisquear en el aire el olor a pan casero amasado por manos amables.

En Letras de oro sobre el portón decía: Céralo Corsbie, comerciante

- Esta es – Dijo Dili
- Cuida la entrada, primo. ¿Tienes una cuchillo?
- si
- mantenla a mano

Gena asustada, pero aún asi sintiendo a su pecho ligero se acercó a la puerta y la tocó. De repente desde un pequeño hoyito en la puerta apareció un ojo azul gigante.
- Va, no hay nadie. – oyó en la puerta
- Hola mi nombre es….
- ¡Quien anda ahí! ¡Muéstrese!
- Gena no nos ve, salta – le dijo su primo
Gena se puso a saltar en el portón al lado de Dili para que el ojo los viera. Por unos momentos no pasó nada hasta que la puerta se abrió con cuidado. Unos ojos brillosos la observaba.
- ¿Merid?
- No ella es mi madre, como está señor Corsbie, Gena Guithin a su servicio.
- Dili Hathgar Durgar a su servicio también

La puerta se abrió entera. Y de esta apreció un anciano rugoso. Vestía bien, de un elegante traje café rojizo. Llevaba en su boca una pipa
- Pasa chiquilla pasa, veo que a tu madre le llegó mi mensaje. Vieja amiga mia, Merid. Pensé que se había olvidado de mi.
Dili no pudo evitar mirar a su prima extrañado.
Por los Urs. Tengo que enseñarle a no hacer eso. Ojala el viejo no lo halla notado

- ahhhh… .Veo que no le llegó la carta. Es mejor que pensar que su madre nunca ha hablado de mi.
- no se preocupe, mi madre ha hablado de usted
- se nota, por que sino no estarían aquí. Pero donde están mis modales, asiento, asiento- el viejito les apuntó a la mesa del comedor. – voy a buscar unos panecillos. Pensaba servirlos mañana, para la fiesta de año nuevo, pero con invitados tan importantes como ustedes…
Corsbie se alejó y se fue a la cocina a buscar los panecillos
- Gena, no creo que aquí este Bor – susurró Dili
- ya me di cuenta, pero extrañamente conoce a mi madre, y algo tiene.... no se... siento que es amigable- dijo, frotandose el pecho
- ¿no lo ha mencionado antes, a él, tu madre?
- no creo – dijo Gena extrañada
Apareció el viejo sosteniendo una bandeja repleta de galletitas, panecitos y tartas. La puso en la mesa y se sentó en la cabecilla de esta.
- a ver, Gena ¿no es así? Yo te conocí cunado eras una pitusa. Si, fue la última vez que vi a tu madre. Hace 30 años atrás.
- pero yo tenia 20 años
- ah, es por que tengo 73. – el sonrió tristemente – no tengo el don de los elfos o de los enanos. Envejezco. Mírame a los ojos, mi pequeña, talvez te des cuenta quien soy. No soy ningún tonto. Se que no me reconocisteis
Gena se acercó a sus ojos azules. Eran cansados pero pudo ver en ellos el destello de vida que necesitaba.
- ¿Nordan?
- el mismo
- ¡Nordan!- Gena lo abrazo con fuerza. Todo el recato se fue de ella. Era Nordan. Se acordaba muy bien cuando ese comerciante paseaba por su casa y le hacia juegos económicos. Lo quería mucho. Obvio que su madre hablaba de él. Habia sido un viejo compañero de viajes a las tierras elficas. De hecho se sintió mucho cuando perdieron contacto. Ella le mandó muchas cartas por pájaro, pero estos nunca volvían.
La tensión de Gena se relajó, hablaron y hablaron. El de su vida en Valhadia y ella de la universidad. Pasaron treinta minutos conversando de la vida hasta que Bordan se puso serio de nuevo.
- Le mandé unas cartas urgentes a tu madre, que parecen que no llegaron. Requiero de sus servicios
- ¿Por qué, que pasa?
- necesito que me haga un mapa de las transacciones de Zanzíbar. ¿Sabes lo que ha pasado?
- si, me han dicho que no han llegado bienes del lugar. Pero nadie sabe porque
- bueno, yo si. Peste, mi pequeña, peste. Dorian, viejo amigo mío, me ha pedido que valla para allá, o que mande a alguien para fiscalizar el mercado de Zanzíbar. Piensan que puede ser un producto lo que transfiere la peste. Necesito que alguien confiable haga el trabajo para mí. Malas lenguas dicen que hay personas que no quieren que esta epidemia se sane. Por mi parte, creo en la bondad de los Urs. Pero estoy ya muy viejo para hacer el trabajo. ¿Podrías tu? Pagan el rey de Thalion y el de Saalazar. Buena el reinado. Pero se entiende
- No creo que pueda, me desvía mucho de mi ruta.
- Que pena, mi pequeña, el banco, que estos días no es el mismo de mis tiempos, conste, me esta recomendando un tal Thorias. Pero no me convence, creo que es del otro bando. Lo he visto rondar por aquí muchas veces. Es mas espía que yo. Por eso nesesito alguien confiable, mejor que no sea humano, para que haga el trabajo de manera objetiva.
- ¿Por qué creo haber escuchado ese nombre? Thorias...- dijo Dili interrumpiendo la conversación, derepente sus ojos se agrandaron y corrió hacia la puerta
- ¿que pasa?- dijo Gena asustada de su reacción
- ¡Bor!
Gena sintió como si 100 baldes de agua fría le cayeran en la cabeza. El precho le dolía y el cueyo tambien. Se había olvidado completamente de su hermano. Se acordó de lo que había dicho Bili, que habian visto a su hermano con un hombre al que llamaban Thorias......
- me tengo que ir. Hay por los Urs que tonta soy
- que pasa Gena. – dijo el anciano
- tengo que irme, fue un gusto verlo, pero tengo que encontrar a mi hermano
- ¿a su hermano? ¿Que pasa mi niña?
- le explico después.
- tu joya, esta brillando
- ¿A si?
- esto es malo, pequeña ve
- que sabes de mi joya
- que vallas a ver a tu hermano ¡ya!

Gena Salió de la casa a la calle. Estaba oscuro. ¿Cuánto tiempo había perdido? ¿Estaría Bor bien, lo habrán encontrado? Divisó desde lejos a Bili corriendo hacia ella con Dili al lado. No habia señal de Bor.
- ¡Qué pasó, Bili. Respóndeme!
- Prima, encontré estos papeles en la casa del sujeto, hablan de un lugar llamado Zanzíbar, parece que va camino allá.... Bor debe estar ahi, hay amarras......
- ¡Traspasaste su casa! ¡Como se te ocurre!
- Tenia que hacerlo, encontré esto en el porton de la casa, tome

Bili, le pasó un gorrito, pequeño. Gena no quería verlo, pero ahí estaba. El gorro de dormir de Bor, ensangrentado.
Sintiendo que un extraño Dijabu la invadía. El miedo y el dolor de su pesadilla la carcomían por dentro.


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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Is@ Jue Mayo 20, 2010 1:11 am

Una vez terminada la merienda, se prepararon para partir. Gregory ponderó sus opciones observando a sus compañeros. Había que ir al matadero.
- Primero tendremos que avisar a Terry y a los demás que iremos a los mataderos de Keliev. No podemos salir de la ciudad sin decirles nada
- Pero, ¿cómo lo haremos? Tenía entendido que una vez adentro de la ciudad no podríamos salir - dijo Alvenith.
- Es verdad, pero fue a ustedes que les impusieron que no debían salir. No obstante, en mi caso, al ser enviado desde Minas Thalion a resolver este problema, no creo que me pongan trabas al salir...y si ustedes están conmigo, tampoco.

Mientras Alvenith y Gregory conversaban, Thurar y Anvÿlle se habían quedado ensimismados observando el techo de una de las casas cercanas. No se habían mencionado ninguna palabra, pero estaban viendo el mismo ser: oscuro y alado con una cola larga y puntiaguda
- ¿Eygon...? - murmuró Anvÿlle, y sin pensarlo dos veces se dirigió rapidamente hacia la casa.
- ¡¡¡Anvy, no!!! ¡¡¡Puede ser peligroso!! - gritó el enano y fue corriendo tras ella.
Gregory lo siguió obedientemente sin dudar las palabras del enano.
- ¿Qué demonios..? - exclamó Alvenith
- No hay tiempo...para discutir...¡corre! - le respondió el padre

Anvÿlle, siendo mucho más rápida que sus compañeros, llegó a la casa grisácea y se subió por una escalera hacia el techo. Ella escuchaba las precauciones de sus compañeros, pero ¿qué podría andar mal? Este era el momento para tomar a Eygon de sorpresa y llevárselo a su hogar...una vez que se solucionaran los problemas de Zanzibar, claro.
Más lo que ella vió en el tejado no era ni remotamente cercano a su hermano...era una criatura oscura de alas enormes devorando a un niño humano vivo. Naturalmente Anvÿlle gritó. El monstruo la observó gruñendo, como si ella hubiese interrumpido una importante cena. Ella estaba aterrada, no podía moverse, solo lo miraba fijamente. Inmediatamente, se avalanzó sobre ella, pero una flecha lo atravesó proveniente de la ballesta de Thurar. Al instante, con el impacto de la flecha, el ser se convirtió en un humo oscuro el cual rozó la cara de Anvÿlle. Del susto, ella perdió el equilibrio y cayó. Menos mal, Alvenith se encontraba ahí para recibirla.
- ¿Te encuentras bien? - le preguntó a la asustada Anvÿlle
- ...ay...hay una parte...de un niño en el tejado...creo que está vivo... - le respondió apuntando arriba
- Pero ¿qué pasó? ¿por qué te subiste allí? ¿qué hizo que te cayeras?
- ¡¿Qué?! - dijo ella recuperando su voz y saliendo de los brazos de Alvenith
- ¡¿No vieron al monstruo horrendo devorando al pequeño?! - le replicó Anvÿlle
Gregory la observó con los mismos ojos que Alvenith, extrañado. Thurar, que también había visto aquel ser, no dudó en subirse por la escalera a inspeccionar
- Anvy, no está tal niño...
- Pero...¡¿CÓMO?! ¡Si yo lo vi!
- Tranquila Anvy... - le recomendó el Padre, pero ella lo interrumpió
- ¿Cómo quiere que me tranquilice? Si estaba ahí al frente de mis ojos. ¡Un monstruo espantoso devorando aquel pequeño!
- Haber Anvy, respira profundo...
Anvÿlle se sentó suspirando y tomándose la cabeza entre sus manos. Nada tenía sentido. Sin embargo ella sabía que no estaba loca.
- Thurar tu también lo viste, ¿verdad?
- Si así es - dijo el enano bajando - pero no hay rastros de aquel chico ni de la criatura. No es la primera vez que veo una aparición así
- ¿Qué? ¿Y por qué no lo mencionaste antes? - le dijo Alvenith enojado
- Haber ¿quién nos ocultó información relevante anteriormente? - le respondió Thurar, acercándose al elfo.
- Alvenith, Thurar, ¡no es tiempo de discutir! - les reprendió Gregory - Esto es fundamental para conocer los orígenes de la enfermedad. ¿En dónde viste la aparición?
- En una capilla grisácea, cuando ibamos caminando hacia la cervecería. Yo pregunté si ustedes habían visto al ser...pero alguien - dijo mirando de reojo a Alvenith - afirmó que estaba alucinando.

- Esto cambia las cosas...tenemos que ir a esa capilla, ahora - dijo Gregory, dirigiéndose inmediatamente por el camino que llevaba hacia la cervecería - estén preparados para cualquier tipo de ataque
- ¿Ataque? - preguntó Anvÿlle soprendida - no entiendo nada de lo que está ocurriendo
- Esta ciudad tiene más misterios que la enfermedad - le mencionó Gregory mientras emprendían el camino - Anvy...sé que te uniste a nosotros pensando en ayudar a los más desvalidos, haciendo el encargo que te encomendó tu tía...pero hay más que eso.
- En la cervecería fuimos atacados por un...ser - añadió Alvenith
- Era un muerto, pero vivo - aclaró Thurar - era como si un ser muerto, descompuesto, lo hubiesen revivido para atacarnos
A esto Anvÿlle se paró en medio de la calle, quedando boquiabierta...nunca pensó que iba a ser todo más complicado.
- Pero no estás obligada a seguir con nosotros - le dijo Gregory, deteniendo su apresurado andar y acercándose a ella - ya has hecho suficiente para ayudar a esta ciudad. Dame la poción y se la suministraremos a quienes más lo necesiten. Te ayudaré a salir de la ciudad...
- No, Padre - dijo Anvÿlle - yo decidí en viajar con usted no importe lo que ocurra en el camino. Esto es algo nuevo para mi...y me sorprende mucho, pero estoy en estos momentos con ustedes por algo. No puedo abandonarlos así como así - y terminando con esa frase emprendió rápidamente el camino.

Anvÿlle sentía mucho miedo de todo lo que estaba aconteciendo, pero no quería dejarse vencer por una situación como aquella. No cuando tenía que encontrar a Eygon, no cuando existían tantas personas sufriendo de una enfermedad terminal ni cuando existieran monstruos aterrorizando por las calles. Además tenía curiosidad, quería resolver el caso que se planteaba en su entorno. ¿De dónde venía esa enfermedad? ¿Qué eran aquellas apariciones? ¿Por qué sólo Thurar y ella pudieron verlos? ¿Cuál era el pasado...o por lo menos los motivos reales por los cuales sus compañeros estaban en Zanzibar? Ella estaba deseosa de responder todas estas preguntas. Y esta curiosidad era más fuerte que su miedo a lo desconocido.

El Padre Gregory no esperaba menos de una Bougan. Había escuchado mucho de la fama arriesgada de la familia, a pesar que nunca había conocido a un miembro en persona. No obstante, le llamaba la atención los cambios bruscos de la chica. Era como si no estuviese preparada para una situación como la que estaban enfrentando...de hecho por su atuendo daba la impresión de que no solía salir de aventuras. Sin embargo, sabía que necesitarían de toda la ayuda posible para resolver el caso. Y estaba feliz de su alegre compañía ya que con su mera presencia hacía que el elfo y el enano no discutieran tanto respecto a sus diferencias.

Alvenith estaba sorprendido de la chica nueva. Se veía muy joven, imprudente e inexperta y sin embargo era capaz de seguir adelante sin dudar de sus decisiones. Ella había estado contenta de que el fuese un mago, ya que ella era una hechicera novata, ¿qué clase de magia tendrá? No creía que fuese alguien de mucho poder por lo que no le dio muchas esperanzas que le ayudase a recuperar su magia. Deseó ser como ella, de su felicidad ante la inexperiencia, de desconocer todo aquel poder que con tanto esfuerzo había adquirido y que le había sido arrebatado solamente por la desconfianza de su maestro ante la incompatibilidad de su edad y la experiencia.

Thurar también estaba sorprendido. Era una semi-elfa muy distinta de las elfas que había conocido. Todas habían sido unas arribistas que nunca mirarían a un enano como un igual. Más aún si ese enano, como el, tenía el sueño de convertirse en el mejor bardo de Épica. Se habían mofado de el, por lo tanto no merecían nisiquiera oir las bellas composiciones que había ideado. Le caía muy bien. Sin embargo había algo que no encajaba...
- Anvy, mencionaste a alguien cuando vimos aquella ilusión, un tal Eygon, ¿quién es el?
- Oh...es una larga historia, Thurar...será mejor que la cuente en otra ocasión - dijo ella suspirando. No podía creer que había cometido el gravísimo error de confundir a su hermano por aquella abominación. - Pero no te preocupes, ya llegará el momento de conocernos mejor, una vez solucionado estos problemas.
- Así es - le dijo Thurar. Estaba contento tener a una persona optimista como ella.
- Ups, ¿dónde están mis modales? - de repente exclamó ella - Muchas gracias por tu increíble puntería - y le dio un besito en la frente
- Jeje, igual era una aparición...no te hubiese pasado nada - le dijo el enano, algo sonrojado.
- Ah...Alvenith - agregó sonriéndole - ¡Gracias! - le dijo abrazándolo mientras el elfo la miraba extrañado, no entendiendo absolutamente nada las acciones de Anvÿlle
- Emmm...gracias, ¿por qué...?
- Pues, de no haber sido por ti, me hubiese pegado bien fuerte contra el suelo - y dirigiéndose a ambos les dijo - lo siento por acordarme recién ahora de lo que hicieron por mi en esos momentos.
- Bah...no es necesario agradecer, pero debes ser más cuidadosa de tus acciones, Anvÿlle, no se puede ser tan imprudente - le respondió Alvenith
- No se preocupen, trataré de ser más cuidadosa ^^.
- Buenos chicos, ahora quiero que dejen de conversar y se preparen porque cualquier cosa puede suceder - les recordó Gregory al llegar al lugar señalado. Estaba muy preocupado, porque temía que sus predicciones al respecto se hicieran realidad en aquella capilla.

Todos escucharon aquella música tétrica que emanaba de aquel lugar. Esto hizo que todos se quedaran petrificados, observando cada detalle de la capilla...especialmente en el techo de ésta. Pero no figuraba ninguna criatura fuera de lo normal. Thurar ya se había aprendido la melodía fúnebre y la tarareaba para sus adentros, pero sabía que se trataba de una melodía que se estaba empleando para un mal que desconocía. Anvÿlle había ignorado la molestia que le provocaba el anillo, pero si no hacía nada, ¿cómo iban a resolver los problemas que acaecían en Zanzibar?

Asi fue que ella empujó la puerta de par en par e ingresó en forma brusca ante los sorprendidos Gregory, Alvenith y Thurar. La música terminó. Era un lugar no tan grande. Era muy helado. En las bancas se encontraba un grupo de unas diez personas de distintas edades y géneros celebrando una especie de misa ante un clérigo.
- Shhh...sean mas prudentes al entrar si llegan tarde - les recomendó el clérigo, y continuó la música y su canto sepulcral.
De inmediato, y para evitar la mirada inquisidora de los feligreses, Anvÿlle se sentó en una de las bancas. Los demás la siguieron, siendo Alvenith el último en entrar cerrando la puerta.
- Menos mal que haces caso, Anvy - le dijo seriamente Alvenith en voz baja
- Más aún si no sabemos que hacer, teníamos que haber ideado un plan... - dijo Thurar algo nervioso ante la quietud desconocida para el enano.
- Perdón... - respondió Anvÿlle
- Shh...- les reprendió Gregory en voz baja y les pasó a cada uno de ellos un polvo blanquesino-grisáceo - tomen y espárcencelo por sus caras y sus cabellos. Nos pareceremos por lo menos un poco a los que se encuentran presentes. No hablen mucho, sino llamaremos la atención.

En ese momento la melodía volvió a ser interrumpida.
- Amigos, pasen adelante, quedan asientos

- Es mejor no levantar sospechas - les aconsejó Gregory, y obedientemente se dirigieron a la segunda corrida de asientos.
La capilla era completamente grisácea, fúnebre, ningún otro color sobresalía...hasta los concurrentes tenían ese aspecto. No habían velas ni tampoco estatuas ni pinturas. Sólo polvo, un moho gris que salía por las esquinas y telarañas. Las bancas eran de piedra fría. Adelante se hallaba una especie de altar, un grial sin ningún brillo y una especie de jamón podrido. Cuando llegaron a su destino pudieron ver mejor a los que se encontraban reunidos. Todos estaban muy enfermos. Incluido el clérigo. Trataron de tapar sus caras, dar la impresión de que estaban también en las mismas condiciones.

- No os preocupeis, Ur Korkil proveerá la cura para todos sus males.
Se dirigió hacia la mesa, dandole la espalda a los fieles.

- No podemos comer esa carne - dijo apresudaramente Gegory. Era lo que el temía. El renacimiento de una corriente religiosa antigua que buscaba en la enfermedad la vida eterna. Miró a sus alrededores, viendo cuál era el mejor momento para atacar.
- ¿Qué hacemos? - le preguntó Alvenith
- Atacar en el momento oportuno...- y comenzó a meditar

- Que los nuevos se acerquen y experimenten el remedio a sus males - dijo sonriente el clérigo sosteniendo un pedazo de aquel jamón rancio y el grial. Todos los observaban y ellos a su vez no iban a realizar acto alguno hasta que Gregory les diera la señal - Primero las señoritas - prosiguió el cura, cambiando su semblante y acercándose a la banca en donde se encontraba Anvÿlle. Ella se paró de su asiento. El olor que emanaba esa carne era nauseabunda.
- ¡No pienso comer esa porquería!, ¡Creo Herbam! - gritó Anvÿlle concentrándose en el jamón y en el grial. Para la sorpresa de todos los presentes, matorrales de jazmines surgieron de los alimentos nauseabundos.
- ¡Pagarás por tu insolencia! - le gritó el clérigo, tirando los nuevos ramos de flores hacia ella. Ella los esquivó, pero no se esperó que el se avalanzara sobre ella.
- Creo Ignem - una flecha de luz le llegó directamente al cura. Éste se retorció en el suelo, pero luego tuvo una transformación: se volvió dos veces más grande, músculos grotescos arrancaron su túnica y su faz perfilaba una calavera.
¡Whush! silvó una flecha proveniente de la ballesta de Thurar, lográndole dar al ojo de aquel ser. Éste profirió un grito bestial, ajeno a la suave voz del clérigo.

Las familias horrorizadas del espectáculo, huyeron del recinto.

- Creo Ignem - siguió disparando el elfo y el enano sin bacilar. Ellos ya se habían enfrentado en una situación similar. Ella tampoco ser podía quedar cruzada de brazos y sin hacer nada, tomó su arco y carcaj e imitando a los chicos, también disparó flechas a aquel ser horrendo. Sin embargo, a pesar que lograban detener sus ataques, no lo lograban inmovilizar por completo.
- Listo chicos, ahora me encargo yo - Alvenith y Thurar dejaron de disparar y tomaron a Anvÿlle del brazo para que le hiciera caso al padre - Por los poderes conferidos por Ur Ignuri para discernir el bien sobre el mal, yo te ordeno a que sigas el orden natural de Épica y descanses en paz. ¡Perdo Corporem! - Una luz blanca encegadora perforó al monstruo, convirtiéndolo en un humo oscuro...el cual se dirigía hacia ellos ganando consistencia.
- Pero ¡¿qué demonios?! - exclamó Thurar
- ¡Rego Auram! - profirió Anvÿlle, alzando sus brazos y separándolos haciendo que el humo se esparciera por el templo.
- No, Anvy...trata de colocarlo en esta botella - le dijo Gregory. Obedeciendo, ella juntó sus brazos de manera que lograra agrupar las partículas. Pero esto le complicó muchísimo, debido a su cansancio y la resistencia que oponía el ser. Alvenith se acercó, miró a la semi-elfa y concentró sus energías en el humo, tal como le había enseñado su maestro en la Torre del Viento en Windilin años atrás. De esta manera, el humo se concentró en una esfera y se introdujo, con algo de dificultad, en la botella. Gregory la tapó con un corcho y, diciendo otros encantamientos, lo selló. Agarró con precaución el jamón convertido en flores.
- ¡Vámonos! - ordenó Gregory
Salieron corriendo de la capilla y siguieron corriendo por la ciudad hasta llegar al lugar en donde conocieron a Anvÿlle.

- Estoy exhausta - dijo una cansada Anvÿlle quien simplemente se sentó en la vereda - No puedo creer que existan cosas así...
- Para que veas las clases de locos que existen en este mundo... - afirmó Gregory, quien estaba igual de cansado que Anvÿlle. - Tobías Baldor debe estar cerca ayudando dentro de esas casas. Le entregaré estos objetos para que los investigue. Espérenme acá. - dijo saliendo apresuradamente hacia las casas.
- Espero que haya sido el único clérigo en esa capilla - comentó Alvenith
- Bueno, al menos ese Ur no tiene muchos adeptos - respondió Thurar
- Así es, me alegra saber que ellos desconocieran en lo que se estaban metiendo - concluyó Alvenith
Anvÿlle sonrió. No serían las mejores condiciones para conversar tranquilamente, pero estaba contenta que los chicos se estuviesen llevando mejor...o por lo menos podían conversar sin discutir.

- Me sorprendió que hayas podido hacer crecer flores en esa carne - le reconoció Alvenith a Anvÿlle.
- A mi en realidad también - le respondió ella, observándose sus manos y su anillo - esa cosa se veía muy podrida...gracias por la ayuda al momento del control del humo, no lo hubiese logrado sin tu concentración - agregó sonriente a Alvenith
- Emm...no fue nada, es un deber de los magos unir sus fuerzas para lograr sobrepasar los obstáculos que tienen en común.
- No solamente es un deber de los magos, sino de todos - dijo ella, refiriéndose a Thurar.
- Bueno...si, obviamente.
- Más te vale, elfo jeje - contestó Thurar
- Espero lo mismo de ti - replicó Alvenith

- Bueno, veo que ya están mejor - dijo Gregory acercándose a sus compañeros.
- ¿Qué haremos, padre? - preguntó Thurar
- Pues, tenemos que ir al matadero de Keliev. Lo más probable es que el jamón podrido y la sangre que estaba en el grial vengan de ese lugar. Pero primero tenemos que avisar a Terry y a los otros que saldremos de la ciudad.
- Muy bien, partamos - dijo Thurar dando un par de golpecitos rítmicos en sus piernas - ya quiero terminar con todo este jaleo y tocar los tambores en alguna fiesta
- Si!! ¡Eso sería entretenido! Pues, a mi me gustaría bañarme en algún lago cercano...¿y ustedes? - preguntó a Gregory y a Alvenith, mientras ya estaban caminando hacia el mercado.
- Yo no tengo en estos momentos un deseo en particular, me gustaría seguir viajando, conociendo nuevos lugares y aprendiendo nuevos hechizos - dijo el elfo.
- Uff...a mi me encantaría tomarme una buena cerveza con Terry, su grupo y con ustedes, y conversar con tranquilidad
- ¿Quién es el tal Terry y su grupo que tanto usted ha mencionado?
- Jajaja, ya los conocerás en su debido momento.
- Terry y Rik te caerán muy bien - añadió Thurar.
- Y Jana también - dijo Alvenith.
Ninguno quiso, a pesar de las insistencias de Anvÿlle, decirle cómo eran sus otros compañeros. Las impresiones las tendría que deducir cuando se encontraran con ellos.
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Mensaje  Raistlin Lun Mayo 24, 2010 12:13 am

Anakair miro con curiosidad al bárbaro y a aquella chica que venía con él, hacia unos días les había ayudado. Para el era indispensable ayudar a todo aquel que lo ameritaba. Se pregunto qué hacia un bárbaro tan lejos de casa. Ya tenía sus sospechas acerca de aquel sujeto. Pero como noble caballero que era no las mostraría abiertamente. Sjekir conocía al caballero, sabia que era un hombre de honor, confiaba en el, pensó en como podría esto traerle algún beneficio.

- Bien, nos vemos de nuevo- dijo Anakair
- Queríamos agradecerte nuevamente la ayuda que nos prestaste en aquella ocasión- dijo Skejir
- ¡Oh!, no fue nada, solo cumplo con mi deber
- Nos gustaría que nos hicieras un último favor- dijo Sjekir
- ¿de qué hablas?
- Nos gustaría que nos ayudaras a tener una audiencia con Lord Alteus- dijo Sjekir
- ¿Alteus?- pregunto Anakair- se encuentra en estos momentos ocupado…
- Vamos Anakair, tenemos que comunicarle información importante sobre la peste, que quizá pueda ayudar
- Cualquier información sobre la peste puede serme comunicada a mi, yo se la trasmitiré a Alteus
- Anakair, es una información muy grave…no estoy seguro de que deba contártela. Sabes que son tiempos difíciles…solo debo hablar con el encargado
- ¿de verdad?- pregunto Anakair esperanzado- bueno humm…no se…veré que puedo hacer. Eso si recuerden que Lord Alteus es un gran hombre que está haciendo todo lo posible para solucionar la plaga. Diríjanse a él con respeto.
- Así será desde luego- dijo Sjekir
- Entonces pasen, esperen en la sala, pronto Alteus bajara de sus aposentos donde tiene una importante reunión en estos momentos- dijo Anakair
- Me parece bien- dijo Sjekir
- Agradecemos su ayuda Sir Anakair- dijo Lyniel- es usted un hombre noble y valioso

Anakair se sonrojo, luego dijo:

- ¡ah!, se me olvidaba- dijo Anakair- por seguridad deben darme sus armas, se las devolveré a la salida, es una medida de seguridad.
- Esta bien- dijo Sjekir- entregando su hacha, Lyniel entrego la suya.


Lynel y Sjekir pasaron y se sentaron en la sala a esperar. Lyniel miro a Sjekir, parecía ansioso del encuentro, como si el solo hecho de oler de cerca la sangre de aquel que aborrecía le generara alguna especie de éxtasis singular. Se pregunto qué estaría planeando, que idea era la que ahora abordaba su cabeza, una idea de venganza y muerte, decidió no profundizar mas en ello, le generaba algo de temor. Se dio cuenta que Sjekir observaba atentamente los alrededores, como si buscara alguna cosa que le ayudara a perpetuar su designio. No podían hacer más ahora que esperar

Anakair se retiro, luego hizo un gesto a dos soldados.

- Vigílenlos de cerca- dijo con seguridad- pero sin que se den cuenta, no descuiden la seguridad
- Si señor

No podía cometer errores, se dijo Sjekir, su fidelidad estaba con Ur Ignuri y sus altos designios, el le protegería y guiaría el filo de su espada hacia aquellos que quisieran perpetuar el mal en el mundo. Cerro los ojos por un momento, se imagino que se encontraba en medio del las nubes, volando lejos. “Oh, ¡Ur Ignuri! Nunca dejes que decaiga, mi fuerza, mi fe, no debo nunca decaer, yo luchare hasta el final por mis ideales y mis sueños”, pensó Anakair, mientras su capa daba un último movimiento con el viento.

+++++++++++++++

- Huele a Terry recién bañado- dijo Rik- como será sin bañar
- ¿envidia?- pregunto Terry
- Esto es horrible, ¿tenía que ser por el desagüe?- dijo Jana tapándose la nariz -¿no había más entradas?
- El sigilo y la sorpresa son algo esencial- dijo Terry seguro

Poco a poco lograron entrar en la casa donde se hospedaba Lord Alteus. Siguieron a través del desagüe, aguantando el mal olor y finalmente llegaron a la cocina.

- A partir de aquí Jana- dijo Terry serio- te pido que sigas mis indicaciones, sino quieres que nos pillen
- Está bien- dijo Jana decidida

Terry fue de primero moviéndose sigilosamente, con una especie de gesto logro crear una especie de zona de silencio, los pasos de Jana, Terry y Rik no se escuchaban. Terry iba de primero, se asomaba y veía si habían hombres vigilando, luego hacia un gesto indicando si debían pasar o buscar otra ruta. De vez en cuando debían retroceder y buscar un camino alterno. La casa era enorme, era una de las viviendas más lujosas del pueblo, llena de costosos floreros, muebles y cuadros de arte. Terry no pudo dejar de pensar si era justo tanto lujo entre tanta miseria, recordó que al final todo era un teatro, era el teatro del poder, veia a Alteus con una terrible mascara, un actor mas de aquella tragedia. Pronto llegaron a las escaleras hacia el cuarto piso 5 guardias vigilaban el lugar, sería muy problemático intentar pasar.

- Me temo que no podremos pasar de aquí- dijo Terry- tendremos que ir por otra parte
- ¡Pero no hay mas rutas!- dijo Jana
- Si las hay- dijo Terry mirando la ventana
- ¡Estás loco!- dijo Jana- no podemos subir por ahí, es demasiado peligroso
- Para mi no es un problema- dijo Terry- confía en mi, yo subiré primero y luego te lanzare algo de lo cual puedas sujetarte. Además algo me dice que la habitación principal de Alteus se encuentra allí.
- Esto no me termina de convencer- dijo Jana
- Tranquila Jana- dijo Rik- debes confiar en el, sabe lo que hace.

Terry no espero, se monto en la ventana y empezó a escalar, Jana no pudo menos que admirar la habilidad de aquel hombre. Se encontraban en un tercer piso, un paso en falso y seria una caída brutal. Oteo el horizonte. No parecía haber mucha gente, era el momento perfecto para la maniobra, nadie se daría cuenta. Pronto Terry estuvo en el último piso sin problemas luego de escalar rápidamente, se asomo por la ventana para ver si no había intrusos. Se asusto con lo que vio, dos cuerpos desnudos se revolcaban en una cama, parecían dos leones devorándose. se encontraba claramente frente a una escena de sexo bastante salvaje. Oteo levemente a la chica, ¡Vaya! Ese Alteus tiene buen gusto, pensó con una sonrisa. No obstante, el voyerismo no era uno de sus defectos, así que decidió volver a bajar

- Eh, ¡Terry!- intento decirle Jana desde abajo- ¿Qué pasa?
- Humm… - dijo Terry volviendo a bajar rápidamente al tercer piso- tendremos que esperar un momento, están ocupados
- ¿Ocupados? ¿Quiénes? ¿en qué?- pregunto Jana curiosa
- Créeme, no quieres saberlo- dijo Terry sonriente


++++++++++++++

Gregory y su grupo se encontraba en el mercado, para el padre era muy triste ver toda aquella gente sufriendo, muriendo de hambre, ¡Si al menos pudiera hacer algo más!, se sentia impotente. Había quedado con Terry y Jana que ese sería el punto de encuentro. Esperaba que a Terry le hubiera ido mucho mejor que a el y que hubiera podido recolectar mas información. Terry era un hombre impredecible, pero en el fondo Gregory sabía que tenía un buen corazón, al fin y al cabo era hijo de uno de los héroes más grandes de toda Epica. Confiaba también en la chica maga quien parecía muy interesada en ayudar, al igual que los demás: Jana, Thurar, Rik, Alvenith.

Observo a sus compañeros, todos parecían concentrados en sus propios pensamientos. Se imagino que de algunas formas todas tenemos nuestros propios demonios, aquellos monstruos que debemos combatir. Se prometió ayudarlos a todos en lo posible cuando terminaran aquella misión. Pronto Thurar intento romper el silencio y se puso a discutir con Alvenith sobre música, el elfo parecía tener opiniones muy distintas a las del enano, el cual parecia indignarse frente a cada una de sus frases

Anvylle pensaba en su hermano, ¿donde podía estar?, en medio de aquel caos de dolor y muerte, había tenido que escoger precisamente ese lugar, ¿por que lo había escogido?. No encontraba respuestas, pero algo si sabia, en medio de tantos enfermos y seres deformados era muy fácil que su hermano se camuflara. Ademas, ¿que era eso que había visto?, una especie de muerto viviente...pero era mas terrible...mas terrorífico. Empezaba a cogerle aprecio al padre Gregory y en parte le admiraba, veía en el a un hombre muy profundo, sin embargo podía ver que el también cargaba con algunas dolorosas cargas encima.

- Padre, digame, ¿como se siente?
- Bien, hija mia- dijo Gregory- me alegro de contar contigo en esta misión, sino no seria igual
- Si quieres podemos tomar algo, se ve cansado
- Solo esperemos a Terry y nos reuniremos a descansar
- Esta bien

Gregory se rasco un sucio que le entro en el ojo, luego volvió a abrir sus ojos y frente a sus ojos un sujeto se arrodillaba y lloraba suplicándolo. Era un hombre al que le había caído la peste, parecía tener la enfermedad en una etapa muy posterior de ella, no habia nada que hacer para salvarle.

- Hijo mío, ¿estás bien?
- ¡Padre! Mi alma esta condenada…soy un ser maldito…adefesio de la creación y la magnanimidad de Ur Ignuri
- ¿Qué te lleva a decir tales cosas?- dijo Gregory preocupado
- Tiene que escucharme en confesión…por favor…debe…solo así mi alma podrá descansar

Gregory miro a sus amigos en busca de consejo

- Debes hacerlo- dijo Anvyl- puede ser información valiosa, igual estaremos aquí si surge algún problema.
- Asi es- dijo Thurar

Gregory asintió y se dirigió hacia una esquina a hablar en privado con aquel extraño sujeto.

- Bien, te escucho, primero dime quien eres
- Alguna vez…por que pronto será así, ¿o ya lo fue?
- Eres muy extraño, por favor habla claro
- ¡Oh si! Discúlpeme padre, he perdido la noción temporal, yo, yo trabajaba en los mataderos de Keliev
- Si, ya he escuchado de ellos
- Me obligaron…
- ¿Te obligaron?
- Me obligaron…
- ¿Quiénes?
- Me obligaron…

El sujeto tuvo una extraña convulsión, Gregory le hizo un rezo buscándole tranquilizarle. Pero el sujeto se sacudió violentamente. Gregory creyó perderlo, llamo a Anvylle quien le dio un poco de lo que quedaba de la poción de curación. Así se hizo.Pronto volvió en sí.

- Fueron ellos…los monjes de la orden…ellos me obligaron…liquido rojo…a las reses y cerdos…ellos…ellos….¡ES HORRIBLE!
- ¿Qué dices?
- Yo…yo…- dijo sacando un frasco rojo de su bolsillo
- ¡Termina por favor!
- Ellos…yo…

No pudo decir más, cerró sus ojos, aquel sujeto había muerto, Gregory lo miro con tristeza.

- Ur Ignuri te perdona, pronto estarás compartiendo su gloria

Gregory miro triste a Anvylle, ella asintió con un gesto muy parecido

- Lo escuchaste todo verdad
- Si un poco
- Bien, ¿Qué me dices del frasco que me ha entregado?
- No tengo conocimientos de este tipo de liquido, solo un druida podría determinar de qué sustancia está compuesto.
- Humm…necesitaremos a Jana, aun que supongo que ya tengo mis sospechas de lo que es
- Yo también- dijo Anvylle

Los demás se acercaron. Les contaron lo que había sucedido, todos asintieron preocupados.

- Bien, al menos nos ahorro el trabajo de ir hasta los mataderos- dijo Thurar- ahora tenemos muchos más datos para tomas una decisión
- De alguna forma Ur Terra y Ur Abu Kazar nos protegen- dijo Alvenith
- Bien, así es, pero esperare a Terry para que la tomemos conjuntamente- dijo Gregory
- Me parece bien- dijo Anvylle
- Ah, solo una cosa, por nada del mundo, deben comer carne, bajo ningún precepto- dijo Gregory

++++++++++++++++++

Jana miraba con curiosidad a Terry, ¿qué era lo que le ocultaba?, le gustaría asomarse a ver, pero no tenía la habilidad de Terry para escalar paredes. Terry parecía esperar y miraba con paciencia por la ventana, escuchaba atentamente. Jana esperaba una señal. Pronto llegado el momento, Terry se subió a la ventana y volvió a subir escalando las paredes al 4 piso. Esta vez aquella mujer estaba vistiéndose, aun que Alteus seguía en la cama. La mujer era muy bella, había que reconocerlo, era seductora, casi como si su cuerpo invocara los mas altos y peligrosos placeres, un peligroso caliz del deseo. Pronto Terry se dio cuenta que se llamaba Hylia. Escucho atentamente la conversación entre aquellos dos sujetos.

- Debo irme- dijo Hylia- haz todo como te lo he ordenado
- Asi será mi señora
- No lo olvides, no me defraudes Alteus, si todo sale bien seras uno de los hombres más grandes y ricos de epica.
- No pasara, se lo juro, mi señora- dijo haciendo una venia

La mujer no salió por la puerta, Terry vio aterrado como traspasaba el muro de la habitación. Se dio cuenta que era muy poderosa, no cualquiera tiene semejante poder. Decidió que debía tener cuidado y que definitivamente algo no andaba bien allí. Pronto alguien llamo a la puerta de Alteus, este se paro, se vistió y vio que Alteus se encontró con ese caballero molesto del mercado, su perrito guardián. ¿Cómo era que se llamaba? ¡Así! Anakair, si definitivamente tenia nombre de perro, ¿y si se conseguía una mascota y le ponía ese nombre? Sería divertido, ¡Anakair no debes hacer tus necesidades en la sala!. Alteus se retiro con aquel molesto sujeto. Terry dio gracias, luego se dispuso a bajar. Jana espero que no hubiera ningún inconveniente.

- Ese Terry de verdad me asusta en ocasiones
- Si- dijo Rik- es la imagen que suele dar en ciertos momentos. Pero es un hombre inteligente, confió en el.
- Lo quieres mucho, ¿verdad?- pregunto Jana
- Tal vez sea mi único verdadero amigo…- dijo Rik triste
- Pero yo también quiero ser tu amiga- dijo Jana contenta
- ¿de verdad?
- ¡Claro!- dijo Jana
- Bien jejeje, supongo que puedes unirte al dúo dinámico Terry-Rik…
- Querrás decir trío- dijo una cabeza de para abajo asomada por la ventana
- ¡Terry!
- Humm…aun que su connotación sexual es algo pesada- dijo Terry rascándose la barbilla en el aire- llamémonos mejor…los amos del viento
- ¡Bájate de ahí Terry! ¡Te caerás!
- ¿Yo? Lo dudo…vengan, encontré la forma de subirles

Terry volvió a subir rápidamente y pronto bajo una especie de sabana amarrada con varios nudos. Jana le dio un poco de susto, pero decidió confiar.

- Primero las damas- dijo Terry- confía en mí, sujétate bien
- ¡Lo intentare!- dijo Jana un poco asustada.

Jana hizo fuerza, se sujeto fuerte, cerró los ojos y Terry se encargo de subirla. Allí la cogió y la coloco adentro de la habitación.

- No te conozco de hace menos de un día, y en solo un día, ¡he tenido que ver una lucha sangrienta y escalar por una ventana!, creo que no me gusta el ritmo de tu vida Terry
- Jajaja, No tengo la culpa
- Eres el hombre de las dificultades
- Yo diría más que a ellas les gusta buscar a mi persona. Son mis fans ¿Sabes?- dijo sonriendo
- Ja, que vanidoso. No eres más que un molesto y petulante sujeto- dijo fingiendo indignación
- Yo sé que no piensas eso- dijo guiñándole el ojo- sin embargo luego continuaremos con esto…he de subir a Rik

Rik subió rápidamente, ya estaba acostumbrado a este tipo de maniobras.

- No me gusta los amos del viento- dijo Rik
- A mí tampoco- dijo Jana- soy más de la tierra
- Humm…que tal los tres fantásticos de Zanzibar- dijo Terry
- Eehhh ehhh, ¡eso suena fenomenal!- dijo Rik- choca eso hermano

Rik y Terry chocaron las manos, Jana los miro con desconfianza, pero luego sonrió

- Vamos Jana ¡Unete!
- Esta bien…¡los tres fantásticos de Zanzibar!

Los tres juntaron las manos y luego las levantaron. Jana no pudo evitar reírse con aquel gracioso ritual, Sobre todo viendo las caras de fingida seriedad de Terry y Rik.

- Bien, ahora debemos buscar cualquier objeto sospechoso, ¡nada puede contra los 3 fantásticos!- dijo Terry- ¡Esculquen!

Rápidamente fueron abriendo cajones y revolcando cosas.

- No creen que despertaremos sospechas si revolcamos todo y luego no organizamos- dijo Jana
- ¿y que?, no pienso volver. Por mi puede morirse el tal Alteus- dijo Terry

Sacaron ropa, abrieron el armario, desatendieron la cama, desorganizaron pero no encontraron nada.

- Terry, no hay nada- dijo Rik triste-creo que perdimos la venida hasta aquí
- Ah, lo único que se es que Alteus tiene un pésimo gusto para la ropa interior- dijo observando unos calzones rosados
- ¡Chicos!- dijo Jana- miren lo que encontró Kuro- kuro
- Eh…

Kuro- Kuro emitia unos chillidos orgulloso, había encontrado un cofre debajo de la cama, un baúl cerrado.

- ¡Muy bien Kuro-Kuro!- dijo Jana y le dio una hojita como recompensa, el animalito chillo satisfecho-Estoy segura de que aquí hay algo, pero no sé cómo podríamos abrirlo
- Humm…estoy seguro de que la llave es aquella que siempre carga Alteus en el cuello, hasta para mi seria difícil robársela- dijo Terry.
- ¡Chicos!- dijo Rik- te olvidáis de mis habilidades, mirad y asombraos- dijo guiñando el ojo

Rik saco sus herramientas y empezó a trabajar en el baúl, se demoro un momento, pero luego abrió el cofre

- ¡Taran!- exclamo Rik
- ¡Asombroso!- dijo Jana
- ¿Qué hay en ese baul Rik?
- Oro…¡Oro Terry!

Terry miro asombrado, el cofre estaba lleno de monedas de oro, sin duda, era una cuantiosa fortuna

- ¿Podemos llevarnos un poco?- dijo Rik
- Emm… chicos no creo que esto este bien- dijo Jana
- Robarle a un corrupto no es malo, ladrón que roba a ladrón, 200 años de perdón- dijo Terry riendo- coge al menos unas 4 o 5 monedas, no creo que le hagan mucha falta a Alteus

Jana acepto a regañadientes. Rik siguió explorando el cofre hasta dar con dos libros.

- ¡Terry!, mira lo que encontré

Rik le pasó el libro a Terry, este los abrió y lo ojeo con curiosidad un momento, luego dijo:

- Esto es verdaderamente horrible…
- ¿De qué es el libro Terry? Yo solo veo números- dijo Rik
- Son más que eso Rik, la verdad no logro entenderlo del todo, pues no soy comerciante, son libros de cuentas, de las cuentas personales de Lord Alteus
- ¿y qué te dicen?
- El primero tiene un déficit de 0, es decir no hay ingresos y es como si le hubieran extraído todo lo que tenía, el segundo libro habla de cuantiosas ganancias.
- ¿y qué interpretas de ello?- dice Jana
- Alteus está ganando monedas de oro de forma ilegal, o está robando dinero o esta estafando a alguien.
- ¡Por Ur Terra! Entonces el…-no alcanzo a terminar Jana
- Es muy probable que este obteniendo ganancias a costa de la desgracia de la gente. Hmmmm, creo además que hay algo más. Este libro tiene en varias de sus páginas un sello lo he visto antes, pero no recuerdo…si al menos pudiera…
- Creo que hemos visto suficiente- dijo Rik- deberíamos irnos de aquí y decidir con el grupo completo que hacer a continuación
- Muy bien- dijo Terry- tienes razón. ¿estás lista Jana?
- ¿Lista para qué?
- Volaras conmigo
- ¡Estás loco!- dijo asustada
- Dame tu mano y sujétate fuerte te aseguro que no te pasara nada
- ¡Tú no puedes volar loco!- dijo Jana
- Ya verás que sí, tengo mis alas bien escondidas- dijo guiñándole el ojo

Terry lanzo una cuerda a la ventana cercana al frente en un primer piso con un gancho, allí amarro fuertemente. Hizo una invitación para que bajaran. El primero que lo hizo fue Rik y posteriormente Terry sujetando a Jana. Jana emitió un rezo a Ur Terra y espero no perderse en la caída. Jana cerró los ojos, sintió como era invadida por el viento, sintió de verdad que volaba, ¿sería este un último vuelo o el inicio de la navegación de los cielos?

+++++++++++++++++++++

Fue entonces cuando Sjekir lo vio, bajaba con ese aire prepotente tan característico. Su mente se nublo de ira, sangre y dolor. Lyniel lo noto e intento calmarlo con un gesto en los hombros. Alteus le recordaba todo lo que odiaba, todo lo que deseaba destruir. Maldijo que tuviera tantos guardias, y que estuviera sin su hacha, sino esta ya estaría en su cuello. Alteus miro con aire despectivo al bárbaro, sin duda no lo reconoció. Le saludo con un gesto en la mano, que Sjekir no tuvo más remedio que corresponder

- Bien- dijo Alteus- Anakair me dice que tienes información importante sobre la peste, no puedo demorarme mucho aquí. Así que te pido que me la trasmitas rápidamente
- No es usted muy cortes Lord Alteus- dijo Lyniel
- Me temo que me es difícil serlo en estos tiempos que corren. Hmm que te pasa bárbaro, ¿se te han comido la lengua los ratones? ¿Cuál es tu nombre?

Skejir lo miro con intenso odio, pensó en lo cerca que lo tenía ahora, en lo fácil que sería simplemente estrangularlo. Pero no podía hacerlo, no, no podía sacrificar a Lyniel por su odio. Decidió aguantar y calmarse, fingir amabilidad y respeto, en busca de conseguir cualquier pista que le llevara a la resolución de su objetivo, asi fuera posteriormente.

- Discúlpeme Lord Alteus, he tenido unos días difíciles. Mi nombre es Sleirk- dijo mintiendo- hoy le daré una información que sin duda puede ayudarle, además de ofrecerle mi servicio en cualquier cosa que lo amerite durante la peste
- Ja, ¿tu?, no creo que puedas servirme de mucho, tengo muy buenos guardaespaldas, como el valiente Sir Anakair, sin cuya acción no podría haber hecho nada.

Anakair hizo un gesto en agradecimiento frente al halago. Alteus queria salir lo más pronto de aquel barbaro, detestaba la gente del norte, que por lo general para el era bruta e ignorante, una parranda de salvajes. El mismo habia ayudado en una ocasion a aniquilar varios de esos barbaros.

- Sin embargo, la información siempre es bien recibida, habla bárbaro, no poseo de mucho tiempo...por favor apresúrese
- La verdad es algo sencillo- dijo Sjekir- creemos que en todo este asunto, existen no muertos, especies de muertos vivientes que podrían tener relación con la peste
- Jo, eso no es algo nuevo
- ¿en serio?- dijo Sjekir
- No, no lo es, sabemos claramente que la peste está relacionada con muertos vivientes- dijo Alteus- sin embargo aun no hemos podido encontrar la causa exacta de la generación de estos o su relación con la peste.
- Tal vez Lyniel y yo podamos encontrar la razón de todo esto…
- Hagan lo que quieran, esto es un reino libre, ¿no?
- Desde luego- dijo Sjekir con ironia, solo Lyniel quien lo conocía pudo detectarla- discúlpeme Lord Alteus por interrumpirle en su valiosa labor, volveremos cuando demos con algo que le sirva
- Gracias por su colaboración

“Maldito loco”- pensó Sjekir- “como se ve que el tema le importa una mierda”- pensó Sjekir. Sjekir y Lyniel salieron de la casa de Alteus, Sjekir parecía de mal humor, asi que Lyniel prefirió no molestarlo por el momento. Todo había salido mal, Sjekir había pensado que encontraría la oportunidad de matarlo, pero no había forma, estaba demasiado escoltado. Además no era cualquier escolta, Anakair era un paladín y había otros dos solecitos por ahí, debian estar bien entrenados. No eran rivales fáciles ni para él, necesitaría ayuda en esta ocasión, al menos para librarse de los soldados y asi poder llegar hasta Alteus. Mientras esto pensaba, se fueron hacia el callejón trasero y allí lo vieron, era el asesino bajando a través de una cuerda, con la semielfa. Sjekir se dio cuenta sorprendido, que tal vez aquel sujeto tuviera más información de Alteus que el. Debería encontrar alguna forma de obtener provecho de hecho. Debía hablar con el chico de los ojos rojos.
.

++++++++++++++++++

Jana volvió a abrir los ojos, se encontraba en el suelo, ¿había sido real?. Todo salió perfecto, bajaron rápidamente y sin ningún percance.

- Bien, debemos salir de aquí- dijo Terry
- ¿y ahora?
- Debemos encontrarnos con el grupo de Gregory, vámonos

Terry miro atentamente la casa con atención, como si se le hubiera quedado algo allí. Fue interrumpido.

- ¡Terry! ¡el sello!- dijo Jana- ya sé donde lo vimos
- ¿así? ¿de qué hablas?
- ¡Los monjes!
- Cierto, ¡los monjes!

Ahora Terry al fin lo recordaba, Jana se alegro de haberlo recordado. Poco a poco el misterio empezaba a coger forma. Aquel sello era el mismo que había en los colgantes de aquellos extraños monjes que estaban desparramados por la ciudad dando bendiciones e intentando ayudar, aquellos clérigos de Jagor. Cuando iban hacia el mercado uno de ellos había intentado darles la bendición, pero Terry lo había espantado con una risotada y comentario que decia: "¡mira!, tu dios baila sobre la miseria de estos pobres", se lamento ironicamente de que tal comentario fuera en parte cierto. ¡Era el sello de la orden de Jagor!, ya decía Terry que eran bastante sospechosos esos sujetos. Seguro que los monjes eran los que en realidad estaban detrás de la peste.

Sin embargo, ahora debería confrontar lo que habían averiguado con lo que sabía Gregory. Así que decidieron emprender marcha. Pero fueron detenidos al encontrarse de frente con aquel bárbaro y su acompañante. Terry frunció el seño, no quería tener otra confrontación. Era importante ahora encontrarse con Gregory antes de que fuera demasiado tarde.

- Asesino, necesito hablar contigo
- ¿Cómo sabes que soy un asesino?
- A mi no puedes engañarme
- Humm…
- ¿Qué nombre ostentas en tu orden?
- Soy el halcón de Valhadia- dijo seguro

Sjekir y Lyniel ya se habían tropezado varias veces con asesinos. No era la primera vez que veían uno de ellos. Uno de ellos había sido aquel pintor psicópata y el otro había sido el camaleón. Lyniel no confiaba mucho en los asesinos. Ya conocía parte de sus historias y conocía de que eran capaces. Espero que Sjekir supiera lo que estaba haciendo. Jana miro con curioso al barbaro, parecía un hombre fuerte, pero orgulloso y la chica era algo timida, pensó que tal vez no era gente mala y que podrían ayudarles. Kuro-Kuro salia y los vigilaba de cerca, esperando proteger a su ama en caso de problemas. Lyniel no pudo evitar reír con el gesto de la mascota

- Bien- dijo Terry- ¿Qué es lo que quieres?
- Vengo a ofrecerte un trato- dijo Sjekir
- Habla
- Pero me gustaría hablar en privado
- Esta bien, ¿no te molesta Jana verdad?
- No, desde luego, solo ten cuidado…

Terry se acerco a Sjekir y se hicieron lejos de las chicas, quienes también empezaron a hablar entre ellas. Rik se quedo callado escuchando.

- Bien, ¿Cuál es tu nombre?
- Lyniel…- dijo algo tímida
- Mi nombres es Jana- dijo tranquila- hmm, no se que estarán tramando esos dos, pero espero que eso no impida que podamos conversar tu y yo
- Ja, por supuesto que no- dijo Lyniel
- ¿de dónde eres?
- Valhaldiana…
- Wow, ¿de que parte?
- Del norte…lo que algunos llaman “la tierra de nadie”
- Vaya…bueno, me gusta la cocina del norte valhaldiano, todavía hacen aquel plato, ¿Cómo era que se llamaba?
- “Sopa de perez”
- ¡Oh si es deliciosa!, no se que le echan, nunca me lo quisieron revelar, seguro tiene un excelente condimento…
- Yo se prepararlo- dijo Lyniel orgullosa- quizá algún dia te haga uno
- ¡Si eso me gustaría!, a veces creo que incluso se podría mejorar el sabor, quizá con un poco de pimienta…

Mientras las mujeres hablaban. Terry se paro frente a Sjekir, se miraron un rato en silencio. Finalmente, Sjekir habló

- Parece que tienes un objetivo importante
- Busco acabar con la peste y por lo tanto encontrar su causa- dijo Terry
- Bien, nosotros podríamos ayudarte- dijo Sjekir- seguro que necesitan toda la ayuda posible
- Asi es.
- Pero a cambio deberás darme algo.
- ¿así? ¿Qué es?
- La cabeza de Alteus, pero solo yo debo matarlo
- Hummm…ya veo, Alteus es un hombre bastante vigilado y te has dado cuenta que necesitaras de un compañero con habilidad que te ayudara a deshacerte de los guardias y así tu poder llegar hasta su cabeza.
- Asi es- dijo Sjekir- eres un asesino, seguro que esto no es un problema para ti
- Oh, desde luego que no- dijo Terry- acepto pero espero que cumplas lo que has prometido
- Tu también

Ambos se dieron la mano y sellaron así el trato,

- Solo una cosa más- dijo Terry- no trabajo solo, somos un grupo amplio. Pero desde luego yo te introduciré en el
- Esta bien- dijo Sjekir- aun que prefiero trabajar solo, supongo que puedo amoldarme, al menos temporalmente

Luego se dirigieron a donde estaban las chicas.

- Lyniel, colaboraremos con este sujeto y su causa- dijo Sjekir
- Eh…-pregunto Lyniel
- ¡Ustedes dos no son normales!- dijo Jana- hace un momento casi se matan como si nada y ahora resulta que quieren aliarse
- Sip- dijo Terry sonriendo- ¿eso lo hace más interesante no?
- ¡Hombres! ¿quien los entiende?

Asi unidos llegaron hasta el mercado, Terry pronto empezó a conversar con Sjekir, Jana y Lyniel, conversaban sobre asuntos varios relacionados con la peste, algunas sospechas y el plan que harían a continuación. Terry solía salir con algún chiste de vez en cuando, tratando de no hacer parecer tan grave la situación. Jana y Rik se reian, Lyniel en algunas ocasiones, Sjekir no reía y prefería ignorar aquellos comentarios. También Terry le contaba algunas cosas sobre Alteus, aun que no todo, al menos hasta que pudiera confiar plenamente en el. Sjekir lo sabia, pero era fiel a su palabra, cumpliría el trato que había hecho con el asesino

Así, llegaron hasta el mercado, donde los esperaba Gregory y su grupo, Gregory se sorprendió al ver que el grupo de Terry también había crecido. Sin duda algo muy particular estaba pasando aquí en zanzibar para que tan peculiar grupo de individuos llegara a reunirse, ¿que podía llevar a que hombres y razas tan distintas se encontraran en aquel pueblo de la muerte?, el creia que no era coincidencia. Emitió un rezo a Ur Ignuri y espero que todo fuera según su mandato. Cuando se encontraron el primero en hablar fue Gregory

- ¿“Carpe Diem” Terry?- pregunto Gregory
- Carpe Diem padre…

+++++++++++++

Anakair dudaba, dudaba de Alteus, de todo lo que el representaba. Habia decidido seguir al extraño grupo compuesto por aquellos sujetos. Algo le decía que la respuesta a todo el problema de la peste estaba allí. Los seguía disimuladamente, sin que ellos se dieran cuenta. Pronto vio que parecía ser un grupo más numeroso. No parecían ser malas personas, ¿debia presentárseles? ¿no estaba traicionando a Alteus, el que era en esos momentos su jefe directo?. Las dudas le carcomían, no sabia que hacer. Había dejado un caballero del sol encargado de la vigilancia del señor. Decidió que los seguiría y que luego tomaría una decisión acerca de si intentar unírseles o enfrentarlos de acuerdo a sus actos.

Mientras aquel extraño grupo se reencontraba, Anakair vio algo muy particular, en medio del suelo, una flor crecía con fuerza, era bastante colorida.

- Supongo que esto significa que aun hay esperanza- dijo sonriente


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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  hoho_o Miér Jun 02, 2010 7:36 pm

Habían pasado días de haber estado en Lunacor, pero en todo el viaje durmió muy poco. Trataba de no pensar en Bor, y lo que ese tal Thorias pudo haber hecho con él. Podría estar muerto ya, tirado en una fosa o en el rio. Gena meneó la cabeza. No sacaba nada pensando así. Pero la culpa la inundaba. Debió haberse dado cuenta que ese pendejo estaba infiltrado en su caravana antes de haber entrado a la ciudad. Debió haberlo regresado inmediatamente, ese mismo día a la casa.

Lo único que deseaba con anhelo era el bienestar de Bor, y también de sus dos primos que tuvo que dejar atrás. Tili tenía que regresar a Umghard para avisar sobre los nuevos negocios con Levit a sus familias. Y en especial para decirle a la madre de que Bor estaba con Gena, ayudándole en su trabajo. Bili por su parte se quedó en Lunacor asegurándose de la mercancía y las transacciones.

-Prima, nos acercamos. ¿Se siente bien? Coma, se ve pálida.
- Gracias, Dili. Estoy bien. – Gena le sonrió. Mientras analizaba las transacciones en su nuevo mapa

Su primo Dili Estaba controlando a los dos caballos, dirigiendo la carreta rumbo a Keliev. Gena decidió traerlo a él, ya que se había probado más competente que el resto de sus primos. Además era buena compañía, eficiente, y la podría ayudar a ver las diferentes transacciones de Zanzibar. Aun tenía dudas sobre su plan. La idea era encontrar a su hermano, y hacer que Dili se regrese con él devuelta a Umghard. Ella se regresaría una vez que terminara de hacer el favor a su amigo Nordan.

Nordan se había portado muy bien durante esta crisis. La calmó con palabras suaves y la ayudó a pensar y razonar. Porque en el momento que se enteró de que su hermano había sido raptado no sabía ni siquiera donde estaba parada. Esa noche él le sirvió uno de sus mejores hiervas, mientras Tili con clama le explicaba lo que había encontrado en la casa de Thorias. Tuvo muchas interrupciones, pero resumidamente lo que dijo fue algo así.

-Pregunté inmediatamente sobre Thorias y me dijeron que vivía tres cuadras de aquí. La casa estaba cerrada y oscura. Pero en la entrada, estaba el gorro. Lo encontré extraño, porque estaba puesto ahí, como si quisiera que lo viéramos. Yo no lo pensé mucho en esos momentos, entré a la casa sin pensarlo. La ventana estaba abierta. Era un despelote, todo estaba tirado. Encontré los papiros en el piso, hablan del pueblo Zanzibar. Había dos tazas, una dada vuelta y otra llena de hierbas. En la cama estaban las cuerdas, una de ellas está ensangrentada. Pregunté a uno de los vecinos sobre el paradero de Thorias, y me dijeron de mala gana que había salido rápidamente en su carreta, equipado hasta los dientes a la hora de almuerzo. Algunos comentaron que habían visto al niño entrar por la puerta de la casa al medio día. Y que no, no lo habían visto salir de ahí.
-¿Al medio día? – Preguntó Gena monótonamente – Yo estaba recién saliendo de la conferencia. Me iba a juntar con Levit. No pudo haber sido tan temprano
- no lo sé, prima, es lo que dijeron
-podríamos alcanzarlo- dijo ella entusiasmada – ni siquiera se ha puesto el sol
- esa no es una buena idea. Salir desprovistamente no es apropiado. Este caballero sabia de mis correspondencias con tu madre y el banco las escondía. Se puede deducir que hay fuerzas mucho más grandes implicadas. Esto no es un simple secuestro. Por esto, no hay que alertar a las autoridades. Pueden que estas no estén a nuestro favor– dijo Nordan meneando la cabeza.
-Estamos perdiendo tiempo. Va equipado hasta los dientes, irá lento. Es posible encontrarlo. Sabemos a dónde va.
- Porque él quiere que sepas. ¡Que eres necia! El gorro y el mapa no fueron descuidos de él. Y una vez que lo encuentres… ¿Que harás? El tiene que tener aliados, y estos deben ser más fuertes y poderosos que tú. Tampoco sabemos lo que planea. No es dinero sucio lo que quiere, eso es obvio. No sabemos el porqué del secuestro
- pero hay que ir allá pasa averiguarlo
- si mi niña, pero no cegada sin pensar las cosas, ni planearlas. No sacas nada en buscarlo en este momento. El debe estar cera de Terniar y si mis ideas son correctas entonces, harán todo lo posible para que te atrases ahí.

Y tuvo razón. En Terniar hicieron todo lo posible para que no pasara. Le revisaron las cosas. Le pidieron por papeles y preguntaron una y otra vez sobre sus motivos. Debió haberle hecho caso a Nordan, de rodear el pueblo, pero bueno, no lo hizo. Culpa de ella. De todas formas, se fue entre las fronteras de Saalazar y Amnadia. Pasó por la ruta comercial. Y no perdió tiempo tampoco. Entre más se acercaba a su destino más aparecían historias de Zanzibar.

Gracias a que habían cerrado a Zanzibar de todo comercio, los pueblos vecinos tenían más ganancias. Armilien y Vergoth se habian beneficiado mucho de la peste. Existía una extraña felicidad de los mercaderes por la miseria de Zanzibar. Era como si quisieran que la enfermedad se mantuviera para ganar más. Daba asco. En especial los pueblos de Saalazar. Pero existía un fuerte temor a que se expandiera la peste. Por esto pedían a un tal Jagor que los protegiera de las desgracias de los otros.

A Gena le sorprendía lo que podría lograr una peste sobre la mente de las personas. Había toda clase de historias. Las típicas hablaban sobre la poca piedad de los Urs sobre Zanzibar. Como su corrupción había enojado a los Urs incluyendo a Ignuri. De que había que arrepentirse, solo los monjes de Jagor podrían curar al alma perturbada de los enfermos. Que la enfermedad se debía a los arbustos, no comer frutas silvestres. O que se transmitía por culpa de la prostitución. Pero la más extraña era sobre la gárgola que se divisaba por la entrada del pueblo y de los muertos vivientes. Por Los Urs, lo que inventa la gente.

Lo positivo era que cuando ella preguntaba, los aldeanos comunicaban de manera inmediata. El miedo de que la peste se pudiera expandir a sus pueblos era más fuerte que su codicia. Claro que, siempre involucraban los productos del vecino, nunca los de ellos. Y el vecino culpaba al otro vecino y así sucesivamente.

-si, nuestras cosechas exportaban hacia Zanzibar. pero paramos meses antes que empezará la peste. ¿Por qué? ¿esta enfermedad afecta la cebada? Porque los cultivos de Morgan en Keliev importaban el triple que nosotros.
- no se preocupe, es mera investigación. Y Keliev de que otras cosas se especifica?
La mujer la miró extrañada.
-se que entregan gran cantidad de cebada para la producción de cerveza en Zanzibar, pero eso es todo
- y la cerveza? Zanzibar la comercializa?
- no, producción local, no es de buena clase
- cuanta cebada comercializaban ustedes?
- muy poco. Muy poco
- cuanto?
- unos cuarenta sacos.
- gracias por todo.

Era aquí cuando en la gran mayoría de las entrevista surgían las preguntas extrañas

-oiga pequeña señorita- dijo la mujer susurrando- ¿es verdad sobre la gárgola que salva las almas perdidas?
-¿qué?
-¿si eso del monstruo halado es verdad?
- ya le dije que no he estado en la zona. Trato de recolectar la información relevante antes de entrar
- pero otros han hablado de él
- no señora, no se preocupe. No existe tal cosa

Así iban todas las entrevistas. Su primo también la ayudaba. El recolectaba también información. Como que la señora en realidad entregaba ochenta sacos en vez de cuarenta según los parientes de ella. De que el vecino ,en vez de hablar sobre la gárgola, comentaba la entrada de sujetos extraños a Zanzibar. Como humanos desfigurados, o criaturas mitad del tamaño normal. Halfings.

El mapa se veía cada vez más completo. Claro que para tener una idea necesitaba un informante adentro de Zanzibar. En especial para saber las transacciones de Keliev y Tráguen. Le llamaba mucho la atención, como dos poblados meramente agrarios, podrían convertirse de noche a la mañana en puentes de transacción a Minas Talion.

Pero la verdad, es que no quería entrar a Zanzibar. Bor o no Bor, ver gente con pústulas y cosas por el estilo no era sus mas grandes deseos.

-esto no es lo mío. – dijo, meneando la cabeza
-¿pasa algo prima? ¿Cómo va el mapa?
- tiene forma, al menos. Mira

WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 023c9de3a1

- Muchas flechas coloridas. Es lindo
- no es lindo- dijo Gena, enfadada
- ¿qué es lo negro?
-transacciones antiguas, antes de la peste. Aún no tengo en claro los productos. Especialmente los que van dirigidos a minas Talion. Las verdes, son transacciones nuevas. Y las azules son transacciones que han perdurado, hasta algunas aumentadas por la peste.
- ¿entonces, seguimos hacia Keliev, verdad?
Gena suspiró
-si, si, hay que hacerlo, se encuentra en las afueras de Zanzibar. Es el proveedor más grande de materia agraria. Mercado muy serrado. Puede que tenga algo que ver con la peste.
- Pero no, entiendo. ¿porque nos fuimos tan rápido de vergoth?
-porque Vergoth tenía transacciones enormes con Zanzibar. Y si la peste hubiese sido trasladada directamente desde Zanzibar, por productos provenientes de allá, Vergoth estaría muerto. Creo que pierdo mi tiempo. – dijo Gena refunfuñando – Esta tontera tal vez no tiene nada que ver con los productos. Aunque Nordan diga lo contrario.
…..
Llegaron en la tarde a Keliev. Para ser un supuesto pequeño poblado, era bastante activo. Había una enorme cantidad de sacerdotes de Jagor. Más que en los otros pueblos. Las personas, se veían felices y alegres. Ni remotamente preocupados de la enfermedad que podría expandirse.

Para suplirse de materiales, Gena paró en la casa de un campesino. Le compró unas cuantas frutas para comer. El caballero no podía parar de conversar sobre su buena fortuna.

- nunca había visto a Keliev así de activo, ni tampoco a Tráguen. ¿Quien podría pensarlo? Estuvimos a punto de desaparecer, pero al fin el dueño ha decidido poner cartas en el asunto –decía el hombre felizmente
-si, es un gusto ver que les valla tan bien- Dijo Dili al señor- que bueno que sus tierras se vean tan beneficiadas
- se refiere a las tierras de Lord Atleus, yo simplemente las trabajo. Tan buen hombre. Si no fuera por su buen corazón, estaríamos en la quiebra.
- ¿Estas tierras no son suyas señor? – preguntó Gena amablemente
- todos saben que las tierras son del buen Atleus. Su padre las había abandonado, por poca fertilidad. Solo servíamos a las ínfimas exigencias de Zanzibar. hasta Vergoth nos ganaba con los productos. Pero una vez que murió ese viejo, lord Atleus volvió a fijarse en nosotros. Invirtió en nosotros. Y aparecieron los sacerdotes de Jagor a ayudarnos a reconstruir. No podríamos estar más agradecidos.
- me alegra por usted. ¿pero , no le preocupa para nada la peste, señor, la de Zanzibar?
Derepente la sonrisa del caballero desapareció.
-señorita, no tenemos nada que ver con esta peste. ¿Pregúntele a los sacerdotes, quiere?

Gena sabia donde terminar la conversación. Le pagó al caballero lo que le correspondía y fueron a preguntar por otros lados. Gena por su parte, partió a los campos para suplirse de materiales, mientras que Dili fue a investigar por el pequeño centro del poblado.

Fue difícil recaudar información para Gena. Las personas hablaban de sus buenas nuevas, pero a Zanzíbar no la querían mencionar. Era Tabú, por razones inexplicables. Todos le decían a Gena que comprara rápido y se fuera para allá. Cuando llegó a un campito en que crecían árboles frutales, vio que su Joya brillaba hacia esa direccion. Recordó lo que Nordan le había dicho de su pequeño tesoro.

-esta es una joya muy peculiar Gena. Los elfos creaban cosas así. Parece que tu madre se robó la idea, porque esto es arte enana. Mira en la parte de atrás dice algo… pero no lo puedo leer. Tienes que encontrar a alguien confiable que lo haga por ti. Que entienda de magia.
- madre me dijo que había sido bendecida, para que Ur Gothard me guiara y me protegiera.
- eso es su sentido, pequeña. Te guiará. Pero ¿como? no se
- me causa dolor en el pecho, y aveces brilla
-hmm... la verdad no se. al vez es su manera de comunicarse con tigo. Como no sabes nada de magia, ni creo que tengas el potencial…
-gracias Nordan ¬¬....
- no puedes revelar todos los secretos de esta cosita.

pensando en lo que él habia dicho, siguio el camino. Al poco rato, una joven rubia la paró del brazo antes de que entrara a la granja. La tiró a unos fardos y sentada en el suelo le encaró
- ¿fue, para allá, verdad? todos los aldeanos están hablando de usted. ¿Ha visto a mi novio? Un joven, Fern, trabajó para los mataderos. Sé que está allá, fue a buscar al padre Gregory de la orden de Ur Ignuri ¿Dígame que mi novio está bien?
- ¿Qué? lo siento señorita, yo solo preguntaba sobre Zanzibar.
La joven, la miró fijamente por varios segundos.
-Que cosa rara es usted
- Soy una enana.
-no eso lo sé... solo no se lo que quiere
-Trabajo para ver las transacciones de Zanzibar. y para saber de donde proviene la peste
-Es el matadero. Fern trabajó ahí y ya no era el mismo. El no me quiso contar, pero algo le hicieron. Después de un tiempo no lo vi más y ya nadie habla de él, es como si no existiera.
-¿De quien es el matadero? ¿Para quién trabajaba?
-¡Para esos putos sacerdotes que todo el mundo adora! Que barbaridades le hicieron, ¡por Ur Ignuri que los mate a todos! Pero yo no le dije nada, me oye, nada. Si llegan a saber que le conté….
-¿Y la familia de él?
- el era huérfano, no tenia familia. Y yo nunca les conté a mis padres de nuestra relación. Fern no era de sus gustos. Así que, por favor no mencione nada.

Gena no dijo nada a los padres de la niña cuando les compró manzanas. Pero una vez terminado con ello, se fue inmediatamente rumbo a los mataderos. Algo le decia que habia que ir por ahi.

Por otra parte Dili, tubo mucha suerte. Llegó a la casa más grande, en el medio del camino. Estaba cerca de los mataderos y de la única taberna en todo el poblado. Ahí había dos soldados tomando cerveza, ya llevaban en el cuerpo muchas jarras. Dili, nada de tonto, se quedó escondido esperando a que los dos hombres soltaran la lengua. No faltó mucho para ello.

-viste a la chiquilla – dijo el soldado con una cicatriz en la cara
- si… ¡tiene sus buenas tetas!- contestó su amigo, quien tenía una barba negra
-¡hahaha, yo le vi el poto, ese lo tiene re bueno!
- no supera al de Hylia hahaha
- ¡Cha! esa historia tuya, admítelo, es falsa
- no, eh, si yo y el Wehrz, ¡nos la comimos entera!
- ¡mentiroso, si es la dama de Atleus! – dijo el soldado, impostando la voz
- de dama tiene poco, la re puta hahahaha
- che, y hablando del Wehrz… ¿llegó la carta?
- la antigua olía a ella, *hic* cinco putas y tres weones … Hahaha, es el conteo de cuantos se a acostado…
- wena, Gil, wena… y ¿de la nueva?
- eh no se… no hay nueva de ella, hay de Thorias
-eh???!!!!
-shegó a Zanzibar, con cabro chico. hay que pillar una enana
- dicen que son feeeeeaaasss… *hic* cuentame eso despues, ya?
- ¿ninguna orden del matadero?
- nada, nada, pero no te pongai serio *hic* que la vida es hermosa!
- ¡es color rosa! Puto Atleus que la pasa re bien.
- esta.. sheno de plata weon!! rico!!!! con esto del matadero y de los sacerdotes... Gana, gana y gana
- hoye, cuando hay que cobrarle a la gente, lo impuestos los de aca… que los de Tráguen ya los han cobrado
- ¿she, no se… mañana? Pura plata, es rico ¡weon!
- ya dame esa botella, que estas curado
-hahaha, es una jarra idiota! y no curado como tu, para chillar como pendejo ayer!
-si te digo que vi una gárgola… y no era nada parecida a eso de los sacerdotes
- pero, weon.. ¿encima del matadero?
-¡te dije que la vi!

Dili supo inmediatamente que lo que había escuchado era suficiente. No sabia nada sobre la gárgola, ni del matadero ni mucho menos de Hylia, Pero la mención de Thorias era suficiente para buscar a Gena lo más pronto posible.

Gena iba manejando la carreta, llegando a los mataderos, cuando se encontró con Dili.
-hola Dili ¿Qué has encontrado?
-prima, nos están buscando. Tienen Bor en Zanzibar. ¡Hay que irnos ahora!
-¿Qué?
- que Bor está en Zanzibar.
- si, lo escuché. ¿Nos están buscando?
- va a pasar poco rato para que sepan que estamos acá
-¿tu crees que nos alcance el tiempo para pasar al matadero?
-no hay tiempo para comprar carne. Hay que irnos
- Dili, una chica me dijo algo muy misterioso, hay que ir a los mataderos a averiguar. Tienes que infiltrarte
- prima estás loca, hay que irnos
ahi se dieron el tiempo de contarse mutuamente lo que ambos habian descubiertos
- bueno ya, yo te llevó al matadero que señalaron- dijo Dili mascullando

Caminaron unos cuantos pasos al matadero que habían señalado los soldados. Dejaron la carreta en uno de los costados. Este estaba localizado en un área muy árida, tenía paja y fardos por todas partes. Estaba cerrado por dentro, y no había forma de entrar. Por la rabilla del ojo, Gena divisó un reflejo raro. Provenía de su joya. Recordando lo que había dicho Nordan, sobre ella. Siguió al brillo sin pensarlo dos veces. Ahí encontró unos fardos, descolocados, no seguían el patrón de los otros que estaban apilados. Le pidió a Dili que los corriera con cuidado. Dili a regañadientes hiso lo que ella pedía. Había un hoyo. No muy grande, pero ambos podían pasar por ahí.

Gena entró, le dolía el pecho a montones. Estaba oscuro, muy oscuro. Pero el pequeño hoyo entregaba la luz necesaria para poder observar lo que estaba adentro. Había unas cuantas carnes colgando de unos palos, unas tripas también. Gena caminó por un pasillo, eran definitivamente vacunas, pero no podía ver mucho. De repente, a su cabeza, le cayó un chorro mucoso.

-ughh- dijo gena retirándose el líquido del pelo, era rojo oscuro. Lo olió, pero no tenía olor alguno. Sangre, pensó ella, de las carnes. Miró para arriba. Había unas extremidades medias raras que le obstruían la visión, parecían pies, pero estaban morados. Por curiosidad, Gena se corrió a la oscuridad, buscando un ángulo para poder verlos mejor. Lo que vio no era de su agrado.

Eran ocho cuerpos que colgaban del techo. Todos estaban morados, Cinco de ellos tenían una larga cabellera, los pies eran finos, pequeños, de apariencia humana. Tenían la zona de las costillas y el estomago rajadas. De estas partes surgían sus tripas que colgaban debajo de cuatro cubos. Sus brazos estaban cortados, estos colgaban aparte.

Los cubos, no eran normales. Estos contenían símbolos, de distintas formas, uno de ellos era el sello de los sacerdotes de Jagor pero del resto, no pudo identificar. De estos cubos caían dos pipetas, de extrañas formas también, estas llevaban la sangre procesada a un canal. El canal tenía unos hoyitos finos que dejaban algunas gotas de la "sangre" caer sobre la madera en donde se colgaba la carne vacuna.

-Hay por los Urs.. que es esto….- Dijo Gena sin poder despegar los ojos de lo que veía.
- Gena, no me gusta esto apúrate- le suplicaba Dili desde la entrada.
- Dili son cuerpos, cuerpos humanos.
Lentamente, una de las cabezas se movió, hacia Gena. Era la mujer más cerca del hoyo. Tenia un orificio muy pequeño en la panza. La miraba, con unos ojos blancos repletos de dolor. Escuchó un susurro, casi inaudible…
-mátame
- ¡Gena, vámonos! – le dijo, agarrándola de los brazos
-escuchaste eso… dijo algo…
- ¡Gena, por Ur Gothard, muévete!
- mátame
En la lejanía se escuchaban unos pasos
- ¡hay alguien ahí! ¡Che!
-otra vez tu, con tu gárgola
- no enserio, hay algo
-mátame
- ¡Gena corre!

Dili, la tiró con fuerza, afuera del matadero. Ahí los estaban esperando tres hombres. Los dos borrachos que había visto Dili. Estos dos sonreían macabramente levantando una antorcha a sus caras. El otro era un hombre que se veía muy sobrio. El sobrio aferró a Dili con fuerza del cuello. El ni siquiera tuvo el tiempo para sacar su espada. Los otros dos agarraron a Gena de los Brazos, levantándola sobre sus hombros. Ella pataleó. En una de sus alocadas patadas, logró pegarle a la antorcha. Esta cayó a los fardos, causando inmediatamente una llamarada intensa.

-imbéciles! – Gritaba el hombre sobrio- ¡qué les dije sobre no traer antorchas!

Los dos hombres la agarraron con fuerza y le pegaron en la cara. Trató de defenderse, pero no pudo hacer nada, más que mirar, como el hombre sobrio estrangulaba a su primo.

-¡el fuego, idiotas, el fuego! – seguía gritando el hombre

De la nada, surgió una flecha, que le pegó en el pecho al hombre, casi dándole a Dili. Este soltó al enano con un grito. Tirándolo al suelo, cerca de los fardos. Los dos hombres borrachos huyeron, soltando a Gena también, para recibir en mitad de carrera dos flechazos también. Gena cayó al piso, de cabeza y sintió como una mancha negra la invadía. Olía a humo.

-¿Estás bien?- escuchó la voz de un hombre. Sonaba extraño, distante
Sintió que la levantaban delicadamente. Pero el resto, se volvió negro.

Gena Recordó, como en un sueño a un ser encapuchado, a un sonido extraño, y alas negras…

Cuando despertó, se encontraba en un lugar muy distinto al que había estado antes. Era una casa… olía extraño.. a moh. Estaba en una cama no muy cómoda. Al lado de ella estaba su primo, durmiendo o desmallado, en realidad no sabía cuál de los dos, pero la cosa es que no parecía responder a su presencia.

Gena saltó de la cama, le dolia la caveza, y se agachó para amortiguar el dolor. Cuando lo hiso vio un papel en forma de puntero entrar por la ventana. Miró hacia afuera. En la lejanía vio a un ser alado, de alas negras….. Una gárgola, pensó. Y no pudo evitar reírse. No podía creer que esa parte de los dichos fuera verdad. Lo saludó por la ventana. Pero el joven encapuchado parecía no haberse percatado de ello.

Cogió al papel. Su joya lo resplandecia con gusto. Buena señal, pensó y leyó el papel.

Decía lo siguiente
“estas en Zanzibar. Escuché tu conversacion con tu amigo, asi que te traje acá. busca al padre Gregory, es buena persona, te va ayudar, va con una semi elfa de falda plato. Tu carreta se quemó, igual que el matadero. Ojalá no te importe.”

- ¡¿que ojalá no me importe?!
Ahí fue cuando se acordó de lo que había visto. Keliev, el matadero, las transacciones.... ¡Bor! Lo primero que hiso fue buscar sus bolsillos. ¿Tendre suficiente dinero? Por suerte lo tenía. Almenos lo suficiente para comprarse dos carretas nuevas. Los esparramó y los escondió por todos los volcillos ocultos de su traje. Fue a su primo y le sacó lo que el tenía y se lo echo al volso. Se lo iva a regresar despues. Una vez que despertara. Buscó por su mapa de transacciones. Sano y salvo. Igual que sus anotaciones sobre todas las "entrevistas" que habia hecho y de lo que habia dicho su primo.

Ya un poco mas relajada, conectó al extraño mensaje con sus averiguaciones. Gregory… La joven que había visto antes lo había mencionado, era seguidor de Ur Ignuri...

Asegurándose que su primo estuviese bien, fue a recorrer la casa. Después de darse algunas vueltas, se dio cuenta, que la casa debió haber estado despoblada por mucho tiempo. Por las ventanas se dio cuenta de que esta quedaba cerca de lo que debía ser, en los momentos mozos del pueblo, un mercado. Para decir verdad, no le parecía que el pueblo estuviese tan muerto. Por la ventana divisaba en la lejanía un grupo peculiar de personas. De hecho uno parecía ser un enano, pero podría ser un niño pequeño. Decidió salir para preguntar.

Al abrir la puerta se chocó con un hombre extraño. Vestía ropaje de guerrero, de la orden de los caballeros de Ur Ignuri. Tenía el pelo rubio casi blanco, pero lo que más le sorprendió era la manera en que miraba atentamente, casi embobado, a una flor en el piso.

Pensando en lo que tenía que buscar y de que no sentia ninguna señal de peligro, no dudo mucho en preguntar.
- disculpe buen hombre ¿me podría ayudar?
hoho_o
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Yôko Jue Jun 24, 2010 11:59 am

-¿Quieres hablar algo en privado, Terry?
-No padre, creo que no tenemos mucho tiempo

Y habló más fuerte para que todo el grupo lo escuchara, pero no tanto para que la gente que andaba por allí se enterara del tema que trataban.

-Pienso que lo mejor en estos momentos es una presentación rápida de las personas que se han agregado al grupo, luego nos pondremos al día con la nueva información que hemos encontrado- Como el grupo parecía estar de acuerdo, Terry prosiguió - Bien, les presento a Sjekir, un gran guerrero y su bella acompañante Lynel

Al decir esto último, le guiñó un ojo a Lynel, quien se sonrojó muy, muy levemente y le devolvió una tímida sonrisa. Sjekir, por otra parte, le dedicó una de esas miradas que matan, mientras pensaba cómo hacerle pagar, en el futuro, al asesino tal provocación…
Luego de eso, Terry dijo el nombre de los otros miembros del grupo. De ahí Gregory tomó la palabra y presentó ante Jana y Terry a la pequeña Anvÿlle.

-Muy bien, ya todos estamos presentados, ahora hay que intercambiar información

De a poco se fueron contando las cosas que habían encontrado, lo que les había pasado y las hipótesis que tenían. En eso se fueron varias horas, además que los que venían con Terry aprovecharon de comer algo entre el traspaso de información.

-¡No muertos! ¡Ay Terry!, ¿dónde nos vinimos a meter?
-Lo siento Rik, como ustedes estaban antes que Alvenith y yo llegáramos, pensé que ya lo sabían, por eso no comenté nada al respecto
-¡Oh sí! Toma esto Jana, necesitamos saber qué es, estoy seguro que es la causa de la enfermedad- Dijo el padre Gregory entregándole un frasquito con un líquido rojo a la druida
-No espera lo que revise ahora, ¿verdad? No tengo el espacio ni los implementos necesarios para ello, tal vez si…
-Pero ¿no entiendes? si sabemos de qué esta hecha, tal vez podamos hacer una cura. El espacio se hace y los implementos se improvisan. La gente esta muriendo ¿no lo ves? Deberías de estar ya trabajando y no lamentándote porque no tienes lo necesario para averiguar lo que hay en ese frasco

Se notaba en el tono de Anvÿlle su molestia y en parte algo de rabia, si ella tuviera los conocimientos, ya estaría intentando hacer una cura, todo sea por ayudar a los demás y esa druida los tenía, pero no hacía nada... Además ¿qué tan difícil podría ser? Seguro una cura a la peste no sería más complicada de fabricar que una poción que disminuye los síntomas y alarga la vida, tal vez unas cuántas hiervas más y listo... en estos momentos todo debe estar enfocado en salvar a las personas, la druida debía de saberlo...
Jana estaba muy enojada con ese comentario, le habían dado en su orgullo, no había estudiado tanto tiempo para que una niñita le dijese qué hacer…

-Esto no es jugar con agua en tinajas de barro, es algo serio y si no se hace bien, con los instrumentos necesarios, la muestra se destruye y, a menos que tengas más de esto para darme por posibles fallos, no estamos en condiciones de que hayan errores por improvisaciones tontas
-Cuíííí ¬¬ - Kuro-kuro también se había enojado
-Pero ¡sigues perdiendo el tiempo!- Anvÿlle se molestaba cada vez más
-Chicas no es momento de discutir- Intervino Thurar
-Jana, por favor, trata de hacer lo que puedas- Animó Alvenith a su amiga

¡Payasos! Eso era este grupo, una mezcla de personajes raros que sólo se puede ver en un circo… Sjekir no sabía en qué momento había aceptado trabajar en equipo, ya se estaba arrepintiendo, tal vez habría sido productivo si sólo fueran el asesino, el halfing y la druida… ¡desde cuándo los asesinos trabajan con tanta gente! Pensaba que serían dos personas más, pero nunca tantos. Se sentía bastante incómodo, pero no lo demostraba. Lynel también se sentía un poco incómoda porque de una había conocido mucha gente, ya se había acostumbrado sólo a la compañía de Sjekir y el tratar con otras personas se daba sólo con uno que otro cliente, pues por lo general era Sjekir quien se encargaba de esas cosas, pero de todas formas sentía que esto sería una agradable experiencia a pesar de que estaba conciente de que duraría muy poco, por lo menos se llevaba bien con Jana y Terry le hacía sonreír a veces, los demás, no los conocía aún, ya se vería que pasará.

-Ya es tarde, pronto comenzará a anochecer, no se puede hacer mucho más por hoy. Creo que lo mejor es irnos a dormir y seguir mañana, ¿o no?
-Si, Terry tiene razón, vamos todos a la posada- Y dirigiéndose a Anvy, Lynel y Sjekir el padre Gregory añadió- ¿Tienen dónde quedarse?
-La verdad es que ni había pensado en ello
-A nosotros se nos quemó la casa, así que tampoco
-No se preocupen, hay piezas de sobra en la posada- Dijo amablemente Rik
-Preferiría dormir lejos de ellos, además en estos momentos dormir es una pérdida de tiempo- le susurró Sjekir a Lynel
-No seas así, tal vez podamos saber más cosas si les acompañamos, ¿quién sabe?

A regañadientes Sjekir aceptó, después de todo Lynel tenía razón, él estaba seguro de que se ocultaban algunas cosas.
El grupo comenzó a avanzar, conversaban todos entre todos. Jana se puso al lado del padre y le susurró algunas cosas, hablaron un tanto y después de negarse un buen rato, Gregory aceptó lo que Jana le proponía, así que ella se fue donde estaban Lynel y Sjekir.

-Lynel… ¿Te molestaría acompañarme?
-¿A dónde?- preguntó Sjekir muy secamente
-A la panadería, allí puedo encontrar lo que necesito para investigar qué es esto- Dijo Jana mostrando el frasquito con el líquido rojo
-Y por qué quieres que Lynel te acompañe ¬¬
-Lo que yo hago es similar a la cocina, por lo que ella podría ayudarme ^^, sería una gran ayudante
-Eso es la posible causa de la peste, ¿verdad? Entonces ella no irá
-¡Hey! Creo que yo puedo decidir. Sí Jana, te acompaño
-Lynel, tú no vas
-Sjekir, no le pasará nada, la cuidaré mucho, las cosas peligrosas las haré yo, lo prometo
-Piensa, podría aprender cosas nuevas, nos puede servir para nuestros viajes

Después de pensarlo un segundo, Sjekir dijo: "Has lo que quieras, ya eres grande y sabes cuidarte sola" . Ambas chicas tomaron otro rumbo alejándose del grupo.
Ya en la posada, el padre decidió que era bueno ir a beber unas cervezas, así se irían conociendo un poco más y ayudaría a que todos se relajaran un poco.
En la posaba había un acogedor comedor, la mesa era redonda y grande, todos se sentaron y pidieron cerveza para beber, menos Alvenith que quiso vino, Anvÿlle que quiso zumo de frutas y Sjekir que bebió agua que traía en su cantimplora (idea de Lynel, claro, si fuera por él no andaría con eso a cuestas, pero debía de admitir que ahora agradecía la obstinación de esa chica porque llevara siempre una cantimplora con agua limpia).
Y empezaron a conversar animadamente sobre muchas cosas. Alvenith estaba molesto porque Jana se había ido sin decirle nada, pero de a poco el vino hizo algo de efecto y empezó a animarse también. Sjekir no habló casi nada, pero nadie lo obligó a ello…

-Nah! Yo creo que esa cosa que vieron es producto de algo que se fumaron
-No, Terry, sé muy bien lo que vimos Thurar y yo ¬¬

Terry comenzó a hacer gestos como que fumaba algo y veía cosas extrañas, hizo varias muecas y gestos con las manos y la cara. Los presentes no pudieron más que reírse, incluso Sjekir sonrió mientras pensaba “payaso”.

-Thurar, te dije que no confiaba en la hierba que te había dado el tal Terry
- o_o pero Anvÿlle, yo…
-Hey! Qué pasa la mía es la mejor de Épica
-Es que no has probado la que mi tía cultiva en casa
-¿De verdad?
-No, bobo, era broma, ¡caíste! O es que sólo a ti te gusta molestar?

Pasaron algunas horas y Sjekir decidió irse a dormir un poco, ya estaba algo aburrido, así que subió las escaleras hasta el segundo piso donde estaban todas las habitaciones, le tocaría compartir la pieza con el asesino.
Terry terminó la cerveza que le habían servido, se disculpó diciendo que estaba agotado y subió, fue cuando vio a Sjekir, Lynel y Jana conversando en una esquina. Jana no sonreía, estaba asustada y Lynel se notaba algo alterada, alguien normal no lo habría notado, pero Terry, como asesino, sabía leer el cuerpo y no sólo las expresiones faciales. Se acercó sigilosamente al grupo que hablaba en susurros…

-La protegí como lo prometí, a Lynel no le ocurrió nada, la descuidada fui yo
-Pero, ¿Hay cura?
-Aun no lo sabemos, todo lo que hicimos hoy con Jana fue para descubrir qué era y…
-Sí, ya me lo dijeron
-Tendré que seguir trabajando en ello
-Silencio

Sjekir se dio vuelta y Terry estaba a unos pasos de ellos

-¿De qué hablan, amigos?
-Este…, nada Terry, ya mañana le decimos a todos qué descubrimos con Lynel, pero ahora tengo sueño y quiero dormir- Sin dejar que Terry replicara, se fue caminando a su habitación
-Sí yo igual- Y Lynel siguió a Jana (pues compartirían pieza)

A Terry no le importó mucho, después de todo, sabía que tarde o temprano se iba a enterar

-Sjekir, yo quería hablar contigo. Seguro opinas lo mismo que yo, dormir es tiempo perdido y más cuando uno se puede mover muy bien en la oscuridad
-Ahora sí hablas como asesino
-Vamos a averiguar un poco más sobre esos sacerdotes, creo saber dónde se hospedan
-Prefiero ir a la casa de Atleus
-Todo a su tiempo camarada. Dejemos que los demás descansen. Salgamos por la ventana, para que los demás no nos vean Wink
-Prefiero la puerta
-Pero así no es divertido, además los demás se darán cuenta que nos vamos
-Como quieras…

Bajaron sin problemas por la ventana de la habitación que compartirían y se pusieron a caminar en las calles tenuemente iluminadas por una que otra antorcha o luz que venía de algunas casas

-No sé porqué esa mujer te lo ocultó
-¿Qué cosa?
-Asesino, haciendo sus investigaciones la druida se contagió con la peste


Última edición por Yôko el Dom Ago 01, 2010 7:08 am, editado 1 vez
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Northern Mar Jul 06, 2010 10:31 am

-¿Eh? Vaya vaya, Otra visita en la ciudad. ¿Qué es lo que quiere en este pueblo Señorita? ¿Acaso no sabe que es peligroso venir acá? No recordaba que hubiese más enanos aparte del bardo aquel, por lo que supongo, la seguridad fue burlada de nuevo… -dijo Anakair, respondiendo al llamado de Gena.
-Sí que los tengo, caballero. Mi hermano menor fue raptado y todo apunta a que fue traído aquí por un tal Thorias. Es tan solo un crío, tiene sólo 20 años y estoy muy preocupada por él.
-¿Hm? 20 años en edad enana… Sí, ha de ser un chico, pues lamentablemente, el único enano que he visto por acá últimamente es un barbudo de supongo tu edad…
-Ya… Muchas gracias de todas formas caballero. No tenía muchas esperanzas de que contestara eso de todas formas… aún así. ¿Le molesta si le hago otra pregunta? –dijo muy educadamente Gena.
-Para nada, ¿Qué desea saber señorita?
-¿Conoce usted al padre Gregory? Es que me dijeron que quizás… él podría saber algo de mi hermano. Además… es un padre, ¿No? Mi primo, dentro de la cabaña está en coma y sudando mucho. Quizás le pueda ayudar.
-Gregory… Gregory… ¡Claro! Es el que vino de Thalion. Sé dónde puede encontrarle señorita, pero anda con algunas personas que podrían ser peligrosas, Quizás deba de acompañarle por su bienestar. Con respecto a su primo… Conozco otro padre que podría ayudar, lleva por nombre Tobías Baldor.
-Estoy realmente agradecida noble caballero. Ojalá el mundo contase con más gente como usted y menos como ese Thorias o esa mujer llamada Hylia…

Los ojos de Anakair se agrandaron al oír este nombre, esa enana sabía algo que él no, algo que quizás pudiese contestarle esa duda de si realmente aquella mujer sería alguien de confiar o no sería más que una simple bruja que tendría a Lord Alteus bajo su poder.

-¿Has dicho Hylia? ¿Qué sabes de ella?
-Pues… ya que me estás ayudando, te contaré lo poco que sé. Mi primo escuchó a unos soldados ebrios decir que esa mujer había mandado una carta a un tal Wehrz, donde pedía cinco mujeres y tres hombres. De alguna forma la carta está relacionada con Thorias porque lo mencionaron también en el asunto. Y bien la cosa es que… Mientras investigaba en el matadero de Keliev, vi claramente bajo un accidente la figura de cinco mujeres en descomposición guindando del techo, una de ellas aún viva. Lo extraño es que… de algún otro sitio donde habían algunos otros cuerpos cayó un líquido viscoso, rojo, con la misma textura de la sangre, pero sin olor alguno. Una acción muy macabra si me preguntas.
-Matadero de Keliev… Uhm… Muchas gracias por la información. Dije que te acompañaría pero, tengo algo más importante que atender por un bien mayor señorita, sin embargo, te dejaré en buenas manos. Te llevaré con el padre Tobias que podrá tratar a tu primo y estoy seguro de que sabe dónde está el padre Gregory. –dijo Anakair, cuya expresión mostraba algo de emoción.
-Entiendo, muchas gracias caballero…

Tras estas palabras, Anakair llevó a Gena hacia donde estaba el padre Tobias, quienes se pusieron en marcha de inmediato para tratar a Dili. Anakair por su cuenta, tenía algunas cosas que hacer, empezando por visitar las ruinas del matadero y hacerle algunas preguntas a Wehrz. ¿Y por qué no? Hacer una pequeña visita a la habitación de la dama Hylia…

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Terry había quedado un poco pálido ante las palabras de Sjékir. ¿Jana se había contagiado con la peste? Eso les quitaba mucho, pero mucho tiempo de las manos. Tenían que encontrar al responsable de la enfermedad cuanto antes mejor. Terry Sabía que si Jana no le dijo lo que pasó era para no preocuparle, pero estaba molesto por eso también. Hasta Sjékir se dio cuenta de que era raro el que no le haya dicho nada. Justo en ese momento sus pensamientos se vieron interrumpidos por una voz familiar…

-Vaya, vaya… ¿Así que piensan ir de aventuras ustedes dos solos, eh?
-¡Gregory! ¿Qué haces aquí? Deberías descansar, mañana será un día largo.
-¡Ja! Quizás no haya un mañana amigo mío… Además… bien sabes que no soy un simple sacerdote sanador.
-Tienes un buen punto ahí… ¿Qué crees que debamos hacer Sjékir?
-¿Aún me lo preguntas? Por mi deberíamos ir a acabar con Atleus. Él es la raíz del problema.
-No te apresures aún Sjékir –dijo Gregory con algo de calma y una leve sonrisa en la cara. Tú bien debes saber que Atleus no maneja ningún tipo de Magia, además de que… estos seres extraños con capuchas de monje, intentaron matarte… ¿No es así?
-¡Hmm! Veo que estás informado sacerdote. ¿Cómo sabes eso?
-Lynel nos contó mientras estabas abajo bebiendo con los demás. Intentaba ayudar a Jana. Pero eso no es lo importante aquí, piensa con algo de lógica. Si estos seres intentaron matarte… Por algo es. Si eres un peligro para Atleus, eso significa que él sabe de ti y de alguna forma alguien con mucho poder le estaba ayudando. Así que… Ahí tenemos una pista. Tenemos que seguir a uno de esos seres obscuros con olor putrefacto.
-¿Y dónde crees que encontraremos uno de esos? Es muy fácil decir que les seguiremos pero no sabemos dónde están o dónde aparecen –dijo Sjékir con algo de frialdad en su voz.
-Calma, calma… Ya te dije que creo que tenía una idea de dónde buscar, ¿Cierto? Entonces vamos allá… Gregory. ¿Vendrás con nosotros?
-Por supuesto. Ya demasiada impotencia siento de que se haya mandado tan poca gente desde Thalion para acabar con la miseria de esta tierra. Debo de dar lo más que pueda de mi mismo para salvar a esta pobre población.

Pronto los tres partieron. Sjékir y Gregory iban en silencio siguiendo a Terry quien, miraba por todos lados, y cada rincón de aquellas despejadas calles de Zanzibar. Sjékir como siempre no mostraba emoción alguna mientras que por alguna razón, Gregory estaba algo más serio de lo normal, no irradiaba aquel optimismo que solía llevar. Definitivamente había algo que le incomodaba y Terry lo había notado ya. Pronto llegaron a un extraño lugar en las afueras de la ciudad, lleno de lápidas donde algunos monjes con capucha caminaban lentamente.

-¿El cementerio Terry? ¿Cómo sabías que estarían aquí? –preguntó Gregory.
-Es la labor de un asesino, tener oídos en todas partes, ¿No? ¿Recuerdas aquel hombre gordo que pedía aguardiente de trigo en el bar?
-Sí, amigo mío. Cualquiera recordaría a alguien como ese tipo. Sus flatulencias nos echaron del lugar luego de que se durmió bebiendo. Pobre de su amigo que tuvo que llevárselo arrastrado. Seguro que su espalda se quejará mañana… Pero bueno, en fin ¿Qué pasó con él?
-Estaba contándoselo a su compañero. Unos extraños monjes que deambulaban por el pueblo en la noche y se dirigían al cementerio al poco tiempo. Nadie sabe qué hacen realmente… Pero podrían estar relacionados con la peste y más directamente, con esos seres que dijo Lynel que les atacaron, ¿Cierto Sjékir?
-Sí, O eso nos dijo aquel caballero… Anakair se llama. Yo nunca los vi directamente y Lynel me dijo que sólo vio sus cuerpos desmembrados. –dijo Sjékir con frialdad. –Ese caballero, por cierto hay que tomarle en cuenta. No es fácil desmembrar a alguien con un arma por más filo que tenga.
-¿El imbécil que me amenazó ante Atleus? Se que estabas viendo Sjékir… Si te refieres a él, sí… hay algo en sus ojos que me resultan extrañamente familiares, son ojos que han visto mucha muerte antes, pero… acá entre nosotros, no le vi malicia. No le vi maldad.
-Y bueno… dejando eso de lado –interrumpió Gregory –Quizás debamos averiguar sigilosamente. No hay muchos sitios dónde esconderse en un cementerio. ¿Alguna idea Terry? Tú eres el que se especializa en sigilo.
-Bien… La noche está de nuestro lado, no hay luz que nos delate. Si caminamos por el pasto, el movimiento de este podría delatarnos. Si caminamos por las lozas, el movimiento de estas, podría delatarnos.
-¿Entonces qué demonios sugieres Asesino? ¿Qué flotemos hasta allá? Bah…
-…Es algo que podría funcionar.
-Ahí va otra vez… -dijo Gregory sonriendo levemente y soltando un suspiro. –Terry, ¿Por qué no mejor intentas ese conjuro tuyo que elimina el sonido en cierta área? Nosotros te seguiremos.
-¡Oh! Tienes razón, lo había olvidado por completo…

Tras esto, Terry cerró los ojos por un momento, recitó algunas palabras en un lenguaje extraño y los tres sintieron rápidamente un pitido agudo a un bajo volumen retumbando en las orejas. Sjékir quedó impresionado por esa técnica tan curiosa. Intentó hablar pero no se escuchó a si mismo, pronto vio a un Terry sonriente haciéndole señas para que le siguiese. Así fue como el trío caminó lentamente siguiendo a dos de los seres vistiendo ropajes de monje. Pronto llegaron a un Mausoleo pequeño, cuya reja estaba abierta, los seres entraron allí. Al poco tiempo el pitido del encantamiento finalizó, los tres estaban ocultos tras un árbol a la esquina de aquella lúgubre construcción.

-¿Un mausoleo? ¡Vaya lugar para una guarida secreta! ¿Adentro estará el culpable?
-Sólo lo sabremos de alguna forma Terry, amigo mío. Debemos entrar…
-Hmmm… Debe de haber una entrada oculta a algún otro lugar más amplio, el edificio es muy pequeño para quedarse mucho tiempo adentro, además… -dijo Sjékir haciendo una pequeña pausa. –Creo haber escuchado el roce de dos piedras pesadas.
-Vaya… tus sentidos no están mal. También lo escuché. Creo que tenemos que entrar a mover unas cuantas rocas. Sjékir, vigila la puerta, Gregory, ayúdame a buscar algún mecanismo o roca que pueda ser movida o algo así…

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En aquella posada. Thurar y Alvenith, quienes compartían habitación junto a Rik, estaban aún despiertos mientras que Rik viajaba plácidamente al país de los sueños, Thurar no quería dormir ante un Elfo traicionero y un pensamiento similar pasaba por la cabeza de Alvenith, quien había oído que los Enanos cortaban el cabello de los elfos cuando estos dormían. Ambos se lanzaban miradas llenas de desconfianza, Thurar a veces incluso gruñía. No se decían ni una palabra. En otra habitación, Anvÿlle estaba pensando en todo lo que había pasado ese día, esa aparición que vió con Thurar, la gente con quien estaba interactuando e incluso en la posibilidad de que su hermano estuviese cerca. La mayor parte de la preocupación estaba en la habitación de Jana y Lynel. Hacía ya algo de tiempo que Jana le dijo a Lynel que durmiese tranquilamente, pero luego de aquel accidente, no podía permitirse ese lujo.

-¿Lynel? ¿Sigues despierta? Deberías dormir un poco, Mañana probablemente será un día largo…
-No tengo muchas ganas de dormir ahora… Además me gustaría ayudarte en lo que pueda. Siento parte de la responsabilidad de que te hayas contagiado de esa cosa.
-No… para nada… Fui yo la del accidente.
-Sí, pero no pude evitarlo, soy igual de culpable que tú. –dijo una Lynel cabizbaja.
-Gracias por preocuparte Lynel. Pero créeme… He salido de cosas aún peores que esta… No tienes de qué preocuparte ¡Anímate un poco!

Lynel sonrió un poco, pero esta sonrisa se desvaneció cuando vio que Jana se vino abajo al intentar pararse de la silla. Lynel corrió para acercarse a ella y la encontró jadeando fuertemente, sudor comenzaba a aparecer en su frente. Y esta levantó la cara un poco sonriendo, tratando de hacer ver a Lynel que estaba bien. Jana terminó de levantarse con ayuda de Lynel y se apoyó de la silla un rato.

-¿Estás bien?...
-Sí… sí… vaya… parece que como la cantidad de veneno que recibí no estaba diluida, empezó a hacer el efecto de una manera muy acelerada.
-Hay que hacer ese antídoto rápido. ¿Tienes idea de cómo hacerlo?
-Pues… tengo una teoría pero… para probar necesito más hierbas de heraldo. Las que están en la pequeña bolsita celeste de seda… Kuro Kuro sabe dónde… está… -dijo Jana pausando entre palabras tomando Aire.
-Pues te ayudaré en todo lo que pueda… pero antes… -dijo Lynel cambiando su expresión de preocupación a seriedad. – ¡Tú, que estás detrás de la puerta, muéstrate, es mala educación espiar a las personas!

En ese momento una Anvÿlle bastante apenada entró en la recámara. Había oído lo que le pasó a Jana y por dentro sentía algo de culpa por haberla inducido a crear una cura, y por esa razón estaba ahora contagiada. No sabía con qué cara verla, la misma Jana se dio cuenta y sonrió por esto.

-Yo… puedo ayudar con las hierbas de heraldo…
-¿Cómo? –preguntó una Lynel desconcertada.
-Arrójalas sobre la mesa y dame un segundo. Tendrán suficientes, espero…

Lynel hizo lo que Anvÿlle le pidió, colocó las plantas sobre la mesa, eran pequeñas hierbas machucadas, una cantidad realmente pequeña de ellas, tras unas cuantas palabras que Lynel no pudo entender para nada, pronto los trocitos de planta comenzaron a brillar y tras las palabras CREO HERBAM, comenzó a crecer de ellos una gran cantidad de hierbas de heraldo. Lynel estaba boquiabierta y Jana sonrió levemente, aunque por dentro hubiese querido explotar de la alegría.

-¿Es esto suficiente Jana? –preguntó Anvÿlle algo cabizbaja aún.
-Sí… ahora… que por lo que veo mis manos no andarán muy hábiles… Lynel… sigue mis indicaciones y deseemos por todos los Urs que mi teoría sea correcta.
-Claro Jana, dime que debo de hacer y lo haré… Y si puedes ayudarme Anvÿ, seguro que Jana te lo agradece también. –dijo una Lynel emocionada.
-Claro, lo sé… por supuesto que ayudaré como pueda.

Anvÿlle y Lynel comenzaron a seguir las indicaciones de Jana, mientras que Lynel se encargaba de mezclar en el mortero, Anvÿlle agregaba poco a poco las substancias y otras hierbas que Jana le iba diciendo. La substancia comenzó a adquirir un color azulejo algo espeso, y fue tornándose más y más líquida al ponerla bajo fuego.

-Ya falta poco… ahora sólo tienen que… -Jana no terminó de decir la frase cuando comenzaron a escuchar algunos gritos provenientes de abajo.
-¿Eh? ¿Qué fue eso? –preguntó Anvÿlle algo sorprendida.
-No lo sé… Pero suena más agresivo… que una simple disputa entre ebrios… ¿Por qué no le pides a uno de los… hombres que averigüe?

Anvÿlle afirmó con la cabeza lo que dijo Jana. No había mucho tiempo para ponerse a curiosear cuando tenían que terminar esa poción tan pronto como fuese posible. Pronto en lo que salió se encontró con lo último que pensó que vería en ese momento. Quedó boquiabierta, al ver a Alvenith, Rik y Thurar lanzando un mueble por las escaleras a lo que parecía ser un ejército de no muertos. ¿Por qué tenía que pasar algo así en ese momento? Las cosas no podían empeorar…

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La paciencia de Anakair se estaba acabando mientras hablaba con aquel grandulón desdentado que se hacía llamar guardia sin saber siquiera el significado real de esa palabra. Allí estaba Wehrz, burlándose de las preguntas y la seriedad de Anakair en uno de los establos del palacio de Atleus.

-¿¡De qué te ríes?! ¿¡Acaso te parece gracioso lo que estás contándome Wehrz?! –dijo un agitado Anakair al guardia, quien reía a todo volumen.
-¿Y qué piensas que puedes hacer al respecto? Eres uno más de nosotros contra la voluntad de Lord Atleus. Él dio permiso a ella de hacer lo que quiera y vea necesario. A mí me pagan dinero por hacer el trabajo sucio. Seguramente te pagarían también por callarlo.
-Deberías saber que no me interesa el dinero, y menos si está manchado de sangre. Si no quieres morir aquí mismo Wehrz, te recomiendo que te entregues a la ley en este preciso momento.
-¿Tú vas a matarme? ¿Me desafías por seguir las palabras de Atleus? ¡Ja! Me parece que el que morirá acá eres tú… -dijo Wehrz, quien seguidamente chasqueó los dedos y aparecieron tres guardias más, sonriendo y con sus espadas a la mano.

Las cartas no estaban a favor de Anakair numéricamente. Eran cuatro contra él. Le rodearon rápidamente y cual cobarde, el primero que atacó fue quien estaba a su espalda, Anakair se tiró hacia un lado y tras una voltereta golpeó en el estómago al guardia que más cercano tenía. La confusión de los otros tres guardias le dio tiempo para sacar su espada de dos manos mientras que a su vez, estando agachado apoyó su peso en su rodilla, que se posaba sobre el cuello del guardia caído, quien al poco tiempo, quedó desmayado por la falta de aire para respirar.

Pronto se lanzó el segundo guardia hacia el caballero, chocaron sus espadas unas cuantas veces. Anakair notó pronto que Wehrz intentó venir de sorpresa y atacarle, pero en el último instante el caballero logró darle una zancadilla y tumbarle al piso. Los tres retrocedieron un poco impresionados por la agilidad y los reflejos de Anakair. Le veían como un monje como espada, tanto poder para servir a Ur Ignuri era algo incluso absurdo de pensar para aquellas personas. Anakair tranquilamente tomó posición de combate de nuevo y esperó el próximo ataque por parte de los guardias. Pronto, dos de ellos decidieron lanzarse sobre él con sus espadas, logró esquivar la primera, detuvo la segunda, pero no esperaba la tercera. Wehrz le hizo una cortada en el brazo izquierdo, tuvo tiempo apenas de moverse, de no haberlo hecho su brazo estaría en el piso ahora.

-¡Jajajaja! ¿No te lo dije? Tú eres quien acabará muerto.
-¡Cht! …Me encanta tu estilo de pelea, tan limpio como tu consciencia. –dijo relajado Anakair pero al intentar levantar la espada de nuevo con el brazo izquierdo soltó un gemido de dolor.
-¿Así que ahora tu espada se te hace muy pesada? ¡Ja! Pues te mataré lentamente, primero romperé tus piernas para que no puedas huír, luego cortaré tu brazo como si fuese jamón, por trozos, y lo daré de comer a los cerdos.
-Cállate y pelea como hombre. –dijo un Anakair molesto, levantando la espada con únicamente su brazo derecho y poniéndola sobre su hombro.

Uno de los compañeros de Wehrz se lanzó contra Anakair y este le tiró al suelo inconsciente de una patada a la cara. Algo había cambiado en la actitud de aquel caballero. Antes luchaba para defenderse, ahora lo hace para agredir. El otro compañero de Wehrz estaba retrocediendo poco a poco hasta que finalmente echó a correr, escapando del establo. Wehrz, tras esto último se enojó y se lanzó a toda potencia contra Anakair, quien en un abrir y cerrar de ojos y a toda velocidad azotó con su espada al guardia, haciéndole volar parte de la cabeza por los aires.

Anakair tras esto, algo mareado se acostó en el suelo, se sentía mucho más débil. La sangre corría de su brazo izquierdo como si se tratase de un panecillo relleno de miel. Logró arrastrarse hasta una columna donde vendó su brazo con un trozo de su propio traje. No era una herida letal, pero definitivamente le afectaría si no la trataba de inmediato. Quizás si descansase un poco conseguiría recuperar fuerzas, eso pensó mientras sus ojos se cerraban un poco. Pronto, de lejos escuchaba una puerta abrirse y pasos acercándose a él. Lo que vio allí era la representación más pura de belleza que había visto. ¿Un ángel quizás? No… los ángeles no visten armadura ni llevan espadas. Un largo cabello negro a media espalda, una piel tan brillosa y delicada como la nieve, una expresión firme, fría, pero con algo de bondad, ojos azules aguamarina y… ¿El símbolo de Thalion? Esta hermosa aparición casi celestial le ayudó a levantarse. Un poco más atrás de ella venía un rostro familiar… era la chica enana a la que había conocido aquella tarde. Pronto todo se aclaró cuando detrás de ella entraron unos cinco soldados llevando de prisionero al cobarde que había huido minutos antes…

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-¿Ya lo encontraron? –preguntó Sjékir, aún en la puerta viendo hacia los lados vigilando que no viniera ninguno de esos extraños monjes.
-Aún no, ten más paciencia. ¿Cómo te va a ti Gregory?
-…Aún nada. Este sitio no tiene más que piedras y esqueletos.
-Pues… yo recomendaría que se apuren o nos retiremos, creo que veo un grupo de esos seres acercarse.
-¿¡Qué?! –dijo un Terry exaltado, acercándose a Sjékir. –Por todos los Urs. Si salimos ahora nos verán. ¿Qué hacemos?
-Calma Terry. Debe de estar en algún lado esa entrada secreta. No me creo que desaparezcan así por así esos seres.
-¿Cómo quieres que me calme? ¡Si no logro descubrir el secreto de este mausoleo seré un fracaso de asesino! –Gritó Terry, quien justo en ese momento se apoyó de una pared y la golpeó a puño cerrado, esta acción hizo que sonara un “click” tras esa pared, que pronto se hizo a un lado revelando unas escaleras hacia una cripta.
-¡Ja! Pues, creo que acabas de encontrar el secreto amigo mío.
-No tenemos tiempo que perder. Entremos rápido. –dijo Sjékir.

El trío bajó pronto por las escaleras con algo de velocidad y sigilo a la vez. No sabían que habría adelante, pero atrás seguramente venían esos seres extraños. Al llegar al final de las escaleras se encontraban en un amplio salón con columnas; Terry tuvo una idea algo descabellada. Dijo a Sjékir y Gregory que se escondieran tras una de las columnas para emboscar a aquellos seres. El silencio reinaba en aquel lugar a excepción de unos cuantos goteos que podía escucharse. Pronto, se escucharon pasos también, eran esos seres cuyo olor putrefacto les delató también. Eran casualmente tres de ellos y justo cuando iban pasando por las columnas, Terry dio la señal en un gesto y pronto bajo las manos de Sjékir, volaron las tres cabezas.

-Vaya… nada mal. Pero me hubieses podido dejar uno a mí…
-¡Pérdida de tiempo! Ahora continuemos, ya no nos sigue nadie.
-Espera… esa era sólo la mitad de mi idea. –Dijo Terry mientras desvestía uno de los cuerpos sin vida y se ponía la capucha encima.
-No me digas que… ¡Demonios! Todo lo que tengo que pasar por ti Terry –dijo un Gregory asqueado por el olor de aquellas telas.
-No te quejes, Sjékir no tiene ningún problema. ¿Ves?
-No pongas palabras en mi boca Asesino, no me gustan los disfraces. Claro que tengo problemas con esto, pero quizás podamos engañarlos y evitar perder tiempo en peleas.

Sin tardar mucho, los tres vestían las rancias telas con capucha que llevaban aquellos no muertos. Caminando y adentrándose más comenzaron a ver antorchas prendidas y llegaron a un sitio donde había por lo menos veinte de aquellos seres, y justo en el centro, un altar de poca altura, donde estaba una mujer de belleza exótica estaba desnuda, sentada en una especie de trono. A su lado, un sonriente Atleus con una copa de vino. Sjékir apretó un poco los puños, pero se controló en ese mismo instante. Gregory, por su cuenta, puso una cara llena de seriedad absoluta. Él reconoció de inmediato la profesión de aquella bruja. Era una nigromante. Usaba magia obscura para controlar cuerpos sin vida a su antojo. Todos esos cuerpos en estado de descomposición eran probablemente aldeanos recientemente difuntos. ¿Así que todo esto era un plan para hacer un ejército de no muertos?

-Estoy harto… -murmuró Gregory, apretando los puños.
-¿Eh? ¿Qué te sucede amigo mío?
-Estoy harto de que ante problemas tan grandes como este, las potencias que pueden y deben de ayudar se pasen su bondad por donde no les da la luz. ¿Acaso creían que nosotros resolveríamos esto? Si hubiese venido más gente desde antes, se hubiese resuelto esto hace por lo menos dos semanas pero… apenas nos envían a nosotros y creo que somos los únicos en haber llegado hasta aquí con vida.
-Acostúmbrate a eso clérigo. El mundo no es, ni nunca será de color de rosas. La bondad es más escasa que el sentido común tu amigo asesino.
-Gracias, Sjékir, puedo oírte aún…
-Da igual, acerquémonos lo más que podamos y acabemos con esos dos. Sin nadie que controle estos seres, se acabará el problema, ¿No?
-¡Ja! Tienes razón, pero eso no será fácil. ¡Pruébenme! –dijo en un grito aquella mujer, señalando al trío.
-¡Demonios! ¿Cómo nos descubrió?
-Terry, al controlar a los no-muertos, es ella quien está en sus difuntas cabezas, Todo lo que oyen y ven, llega a ella directamente.
-Oh… un clérigo con más cerebro del que suelen tener todos. Impresionante. ¿Qué es lo otro? Un asesino según escuché y el tuerto… ¡Ah! ¡Atleus, este es el que me dijiste que venía por ti! Parece que quemar su residencia no acabó con su vida. -dijo Hylia, acariciando con una de sus manos las mejillas de Atleus.
-Sí cariño, olvidé decirte que el muy descarado fue ayer al palacio a buscarme. ¡Debías de ver su cara cuando se dio cuenta de que no podía tocarme!
-¡Atleus, vas a morir! Tu vida está marcada ya por el destino. Pagarás por todas tus fechorías, de una vez por todas.
-¡Ja! ¡¿Tú y qué ejército?! Tonterías… Hylia, amada mía, acaba con ellos de una vez.
-Espera un momento Atleus, aún no me presento ante ellos, quiero que sepan mi nombre antes de morir. –dijo aquella mujer, bajando los pocos escalones de aquel altar y acercándose lentamente a ellos. –Mi nombre es Hylia Gesella Fervine. Una de las nigromantes más poderosas de toda épica.
-¿Hylia Fervine? ¡Tú eres la bruja maldita de Abu Naza! He oído historias de ti y de cómo torturas y matas gente inocente por placer… -dijo Gregory, su voz calmada se levantó llena de ira.
-¿Y es que acaso este mundo no está hecho de placer? No tengo más de doscientos años para que un clérigo tonto como tú me hable de moral. Ya hablé y dije lo que tenía que decir. Ahora morirán a manos de mis pequeños.
-¡Ja! ¡Ya lo veremos! …Oye Sjékir.
-¿Qué quieres Asesino?
-Te apuesto una cerveza a que mato más que tú.
-Hmmm… No me agradan las bebidas alcohólicas. Pero suena interesante. Acepto el desafío. –dijo Sjékir esbozando una pequeña sonrisa.
-Hey, Terry, Sjékir, no hay tiempo para esto… Vienen acercándose…

Los dos comenzaron una prueba de rapidez. Cabezas y extremidades volaban por doquier y el número de no muertos había crecido un poco. Tanto Terry como Sjékir iban gritando un número cada vez que aniquilaban uno de esos seres. Por otra parte, Gregory lanzaba conjuros curativos a los no muertos aniquilándolos de inmediato, pues la sanación para los no muertos funciona igual que el veneno para los vivos. Les mata. Pasaron varios minutos en esa misma situación, hasta que finalmente cayó el último de ellos que estaba de pie. Un Terry y un Sjékir bañados en sangre y jadeando un poco se acercaron el uno al otro y mientras recobraban el aliento hablaron.

-Ha… Ha… …acabé con 21 Ha.. Ha... ¿Qué hay de ti Sjékir?
-Ha… fueron… 19 Ha…
-¡Ja! ¡Entonces yo gané! –dijo Terry alegremente.
-No tan rápido… 19 más los 3 que maté antes, son 22. La victoria es mía.
-¡Hey, estás haciendo trampa!
-¡Claro que no! ¡Nunca se dijo que esos 3 no contaban!.
-Cállense los dos –dijo un calmado Gregory. –La verdad es que yo acabé con 27. Ambos me deben un trago.

Hubo un silencio casi sepulcral por unos cortos segundos, Terry comenzó a reir tratando de contener la risa por un segundo, Sjékir aún tenía cara de sorpresa y Gregory se contagió de la risa de Terry, pronto no pudieron aguantar las risas.

-¡JAJAJAJAJAJA! –Rió Terry con todas sus fuerzas, a quien se le unió Gregory, Sjékir rió en silencio también y luego habló.
-Basta, basta… Aún nos quedan dos más…
-¡Vaya, vaya, vaya! ¡Qué espectáculo tan grande han dado, son unas personas muy fuertes!
-Silencio bruja, que contigo también vamos a acabar, y luego brindaremos por mi amigo Gregory.
-Y tú, no te quedas atrás Atleus, caerás en mis manos.
-¿Y cómo piensas hacer…? –dijo un Atleus que fue interrumpido por una daga voladora que se clavó en su mano. Tumbándole también la copa con vino.
-¡Maldito seas Bárbaro! ¡Debí acabar contigo también! ¡Hylia, acaba con ellos rápido!
-Por supuesto, ya que por lo que veo, eres un cerdo inútil. Tendré que hacerlo yo. Veamos jóvenes… denme lo mejor de si mismos, acá estoy, sin armas, sin armadura. Vengan.
-Eh… lo siento. Bruja y todo pero no está dentro de mi política golpear mujeres –dice Terry, mientras se acerca a Hylia y guarda sus Katares.

Hylia simplemente sonrió y luego de verle de arriba hacia abajo, levantó su mano, recitó un hechizo en voz baja y una onda de energía le envió a volar hacia atrás. Sjékir, al presenciar esto se lanzó a atacarla con velocidad sin dejarle recitar ningún hechizo pero falló, el mismo hechizo que mandó a volar a Terry le golpeó por la espalda y le dejó en el suelo también. Gregory se acercó en algún momento en el que ella no se dio cuenta y le golpeó en la cara con su cayado. Hylia escupió un poco de sangre y sonrió. Tomó a la fuerza a Gregory por el cuello y le besó con tal intensidad que le rompió la boca, luego lo soltó, empujándolo hacia atrás y este quedó con una molestia en el cuello, como si no pudiese respirar. Sjékir intentó levantarse de nuevo y atacar pero falló miserablemente otra vez. Su espalda estaba mojada en su propia sangre por la fricción al rodar por el suelo, La frente de Terry estaba mojada en Sangre también, por el golpe contra el suelo, y Gregory tenía una línea de sangre bajando por su boca hasta su cuello.

-¿Acaso esto es todo lo que tienen? Me están decepcionando jovencillos. –dijo Hylia, quien caminaba hacia Gregory, a quien tenía más de cerca, y poniéndole su desnudo pie sobre la entrepierna del clérigo, comenzó a ejercer presión sobre la zona.
-Pobre niño… ¿No puedes respirar bien? No te preocupes, pronto no tendrás que respirar más…
-¡Mierda! Esta bruja es… demasiado para nosotros solos… Sjékir… Gregory… ¿Están bien?
-Argh… No te preocupes por mi Asesino, quien las está viendo peor ahora es tu amigo el clérigo.
-Gregory… ¡Gregory! ¡Mierda!


Última edición por Northern el Miér Jul 07, 2010 12:51 am, editado 1 vez
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Raistlin Mar Jul 06, 2010 4:36 pm

“A Gregory le pareció escuchar una voz conocida, casi angelical, que no escuchaba hace mucho tiempo, esa voz que aun escuchaba en lo mas profundo de sus sueños y que le recordaba el porque de sus luchas

- Gregory, Gregory, mi pequeño…
- ¿Mama?
- Si, ven aquí, ¿quieres pastel?
- ¡Qué delicioso! Me gusta mucho el pastel

Gregory se apresuro a comerse el pastel, estaba delicioso, su madre sabia hacer muy ricos pasteles.

- Gracias mami- dijo alegre
- Te lo has ganado
- ¿así?
- Si Gregory, fue muy noble de tu parte pedirle disculpas a aquel chico que agrediste
- Je, no fue nada, fue mi culpa…y no quiero ofender a Ur Ignuri
- Aprendes rápido mi chico, ojala todos pensaran como tu y como yo
- ¿de qué hablas?- pregunto asustado el pequeño
- Desgraciadamente en este mundo, las personas no lo entienden, si todos perdonaran, si todos aceptaran sus errores, viviríamos en un mundo en paz, sin violencia, sin guerra y sin pobreza. Solo sería cuestión de darse cuenta de que todos somos hermanos y ayudarnos mutuamente, solo la consciencia del ser humano, de ser mortales y de pertenecer a una comunidad, nos haría preocuparnos por el otro y construir un mundo mejor con él.
- Je- dijo sonriendo su madre- supongo que aun estas pequeño, cuando crezcas lo comprenderás, ¡Disfruta tu pastel!
- ¡Gracias mami!
- Ahora que lo estas disfrutando, ¡debes morir!



- Ahora que lo estas disfrutando, ¡debes morir!- le grito Hylia riendose
- ¡Gregory!- alcanzo a gritar Terry
Gaaaghhh
- ¿Qué pasa niñito?- dijo tranquilamente Hylia- ¿te duele lo que le pasa a tu amigo?

Gregory estaba siendo aplastado por dos enormes garras, las manos de Hylia habían crecido y se habían convertido en dos poderosas pinzas. Gregory gritaba del dolor, se estaba ahogando, escupió un poco de sangre. No podía escaparse, Terry intento atacar pero la bruja lo mando lejos casi con un soplo. Era como si tuviera una defensa infranqueable. ¡Qué enemigo tan poderoso era el que enfrentaban ahora! Sjekir estudiaba detenidamente la situación, buscando la mejor manera de actuar.

Pronto se le ocurrió algo, le hizo una señal a Terry que este comprendió inmediatamente, Terry le saco la lengua a Hylia y le hizo un gesto obseno.

- ja!, parece que hay un pequeño al que no le han enseñado modales- rio Hylia- ¿te gusta jugar sucio nene? ven acá

Terry se acerco a donde la mujer armado, ella seguía presionando a Gregory. Terry llego hasta donde Hylia, esta soltó una de las pinzas de Gregory, pero seguía apretandole con la otra. Con su mano que habia regresado a la normalidad le acaricio la cara y luego el mentón a Terry, por alguna razón el olor de aquella mujer le afectaba. Pronto Terry se dio cuenta que le gustaba demasiado esa mujer, era como si ejerciera un poderoso embrujo sobre el. Terry se empezó a acercar embobado. No pudo evitar besarla.

El beso fue bastante apasionado, la misma Hylia pensó que pocos hombres besaban con tanto gusto como aquel asesino. Pronto acaricio su trasero y Terry no pudo evitar caer en el mismo juego de caricias, su mano se sentía como una pequeña serpiente que recorría lentamente su cuerpo, tentadora y generadora de lúgubres placeres. Lastima que ahora debía morir, sus dedos se transformaron en enormes garras y se preparo para darle el golpe final al asesino, que seguía embobado. Sin embargo Terry se solto y le sonrio. Hyilia abrio los ojos demasiado tarde, el asesino la habia engañado en su mismo juego.

Por el otro lado, Sjekir aprovechando el momento de distracción habia mutilado la mano que sostenia a Gregory con su hacha. Hylia grito de dolor, Gregory cayó al suelo, Sjekir y Terry fueron a socorrerle. Pronto Hylia volvio a recuperar la compostura, sus ojos rojos miraban a los sujetos, Terry la miro, ¿Qué era aquel extraño sentimiento que irradiaban aquellos ojos? ¿Odio quizás? Pero ante su sorpresa la mujer nigromante estallo en risas.

- ¡Eres Bueno! Halcon de Valhadia, ¿Por qué no vienes conmigo y me sirves? Te aseguro que tu y yo la pasaríamos muy bien. Además ya me estaba aburriendo con este sujeto
- Eh eh eh!!!- alcanzo a quejarse Alteus
- No quieres esto, un mundo de solo diversión, sin reglas y con mucho placer, yo mi pequeño puedo dartelo
- No me tentas, demonia. Jamás iría contigo- dijo Terry seguro- hace mucho que tengo claro lo que deseo…- luego su mascara de seguridad se cayo- aun que solo un polvito quizás…
- Entonces ven aquí nene lindo, te prometo que no te morderé…
- ¡No! No lo haré si significa la muerte de mis amigos, ¡ve y consíguete un dildo zombie si tanto te gusta!
- Eres un atrevido, me encantas. Es una lastima que seas tan terco y debas morir

Hylia volvió a sacar su mano, le creció como si nada hubiese pasado

- imposible- dijo Skejir sorprendido
- Ese es su problema mortales, siempre piensan en “imposibles”- dijo Hylia sonriendo- solo los que creen en si mismos, tienen voluntad de poder, derecho a trascender.
- Jo y ahora esta mujer vendrá a darnos lecciones de “voluntad”- dijo Sjekir ironico recordando que su voluntad se basaba en el odio
- Si- dijo Terry- voluntad de sexo, si las clases no tuvieran un costo extra…
- ¡Todo tiene un costo cariño!, hasta esos bellos ojos que tienes- dijo Hylia riendo -Esta bien chicos creo que la charla termino, ahora mueran

Hylia se acerco rápidamente a Skejir, ataco con una garra que Sjekir bloqueo con su hacha, asi hizo varios ataques contra este, pero Sjekir lograba bloquearlos todos, su defensa era definitivamente fuerte. Pero pronto sjekir se dio cuenta que la asesina era muy fuerte, contrarrestar el golpe era casi imposible. Luego de un momento de varios choques, finalmente Hylia sonrió, luego abrió su boca y emitió un terrible grito. Terry se tapo los oídos, Gregory aun no se recuperaba del golpe y Sjekir quedo completamente aturdido, Hylia aprovecho el momento e hirió en un costado a Sjekir, el cual escupió sangre y maldijo aquellas circustancias.

Terry intento ayudarle, pero Hylia lo miro profundamente y luego con unas palabras justo cuando su cuerpo iba a atacarle volo por los aires, chocandose fuertemente contra la pared y dándose un golpe en la cabeza que lo dejo aturdido.

- Ahora moriran mis pequeños- dijo Hylia riendo, preparándose para dar el golpe final a Sjekir.

Hylia se aproximo lentamente a Sjekir, disfrutando el momento

- Bien ahora muere humano

Intento clavar sus garras, pero una extraña barrera protegió a Sjekir

- ¿Qué demonios?- pregunto la demonia
- Jejeje, te olvidaste de mi mujer demoniaca- dijo Gregory quien estaba levantado y sosteniéndose con dificultad
- Admirable, ¿una barrera de luz?
- Asi es- dijo Gregory- ni siquiera tu puedes romperla
- Eres poderoso Clerigo, sin embargo, yo conozco aquellos trucos de los señores de la luz. No durara para siempre, es solo tiempo para que caigan en mis manos y la huida no es una opción.
- Tal ve pero nos dara algo de tiempo
- Joooo, ¡Que aburrido eres! - dijo alzando los hombros- que propones que hagamos, ¡Odio el tedio!
- Puedes tomar el te mientras esperas- dijo Gregory burlándose

++++++++++++++++++++++++++

- Haz hecho bien caballero- dijo la voz femenina de aquella ensoñación- has demostrado profundo valor
- Yo...¿estoy despierto? ¿Ur Elegnia ha bajado a la tierra?
- No lo creo- dijo la mujer sonriendo- tal vez te diste un buen golpe en la cabeza. Ven atenderán tus heridas.

La mujer llevo a Anakair a un lugar donde se encontraba Gena la enana, junto al sacerdote Tobias, quien le atendió inmediatamente. Anakair se acostó

- ¿Que debemos hacer mi señora Eveelina?
- Por ahora esperemos a que el caballero se recupere, además debemos esperar los refuerzos

Así que era ella, Eveelina, la hermosa paladina de la que se hablaba en toda Thalion, Anakair siempre había querido conocerle, había escuchado algunas historias de sus hazañas. Se decía que Eveelina recorría en su corcel Axio los terrenos thalianos buscando ayudar a los más necesitados. Era querida por el pueblo que le aclamaba donde llegaba como una valiente heroína, era una princesa, la estrella de thalion que bajaba a la tierra a combatir por los más necesitados y como el astro sol, iluminaba todos los senderos y caminos por donde pasaba. Anakair sabía también que era la hija de Sir Doryan Wahhem, el legendario antiguo guerrero de las viejas guerras. Era increíble su fortaleza- pensaba Anakair- aquel terrible ambiente de desolación y enfermedad de Zanzibar podía deprimir a cualquiera, pero Eveelina seguía firme.

- Es un honor para mi encontrarme con usted- dijo Anakair haciendo un gesto de humildad- le serviré en lo que vuestra merced considere
- Gracias Anakair, ¿asi te llamas no?, eso me dijo Gena. De verdad cualquier gesto de apoyo en estos lugares donde la oscuridad ha destruido sueños e ilusiones es necesario.
- ¡Mi espada esta lista!
- No te apresures- dijo Evelina sonriéndole- se que eres un caballero y al igual que yo consideras que todo segundo es valioso, pero batallar en tu estado es un locura…
- Pero…
- Caballero…-dijo Gena- no soy quien para opinar pero creo que ella tiene razón.

Un soldado se acerco alarmado a donde se encontraba Eveelina

- ¡Qué! ¡Por Ur elegnia! Esto es una locura…
- ¿Qué hacemos mi señora?
- Debemos ir inmediatamente, Frank, Refri, Gortz y Brinkle vengan conmigo, Javik quédate con ellos protegiéndoles. Eres un caballero del sol, confio en ti.
- Los protegeré con mi vida- dijo
- ¡mi Señora! ¡dejadme ir con vos!- le grito Anakair
- En cuanto os recuperes, mi fiel Javik te dira a donde debes dirigirte, por ahora esperad…
- Pero…
- Prometelo
- Os doy mi palabra
- Eso está mejor- dijo Eveelina sonriendo

La mujer paladín arreo su caballo y se fue a toda velocidad con los demás. Anakair maldijo su impotencia, el clérigo Tobias siguió curándole.

- ¿Me demorare mucho aquí clérigo?- pregunto aburrido Anakair
- Dame una hora…, no estarás curado del todo, pero si lo suficiente para poder combatir y moverte bien
- ¡Una hora!, quizás paresca poco, pero a veces hasta un segundo tarde puede ser fatal
- No te preocupes- dijo Gena- Yo te acompañare
- ¿y tu hermano?
- Tengo fe en que si ando con ustedes, que son caballeros podre encontrarle más fácil, no me atrevo a enfrentarme a estas fuerzas oscuras yo sola, no poseo esa capacidad.
- ¿sabes?- dijo Anakair- no conozco muchas enanas
- Je, eso es porque no hay muchas y menos que viajen como yo…
- Debes querer mucho a tu hermano para venir a estas tierras de profunda oscuridad. No te preocupes, te ayudare a encontrar al tal Thorias y le daremos una lección- dijo Anakair guiñándole el ojo.
- Gracias, por tu apoyo en todo.
- ¿ya tienes alguna pista de tu hermano?
- El sacerdote Tobias no sabe mucho, ha estado dedicado a sus labores de clérigo curador. El que sabe es el padre Gregory, quien es el investigador oficial enviado desde Minas thalion. Logre averiguar que el sacerdote se encuentra en una posada, no muy lejos de aquí. Luego de que te cures me dirigiré inmediatamente a ese lugar.
- Hummm…yo te acompaño, no puedo dejar una dama como tu sola
- ¿de verdad?
- Si
- ¡Gracias!, a propósito, ¿no te gustaría comprarme esta manilla de broche de plata?, te quedaría perfecta con tu traje
- Yo…bueno…no soy muy apegado a esas cosas
- ¡Vamos! Todos los hombres tienen algo de vanidad, mira, si te la colocas de este modo podrás ver que…

++++++++++++++++++++++++++++++++

La barrera seguía solida y fuerte, pero pronto se acabaría. Terry y Skejir se habían recuperado, gracias a Gregory quien curaba sus heridas con rezos de sanación, Hylia miraba tranquila, como si simplemente estuviera postergando un placer que tarde que temprano podría tener.

- Debemos pensar en algo- dijo Gregory- no podre curarles siempre
- Es cierto- dijo Terry- aquella mujer es un hueso duro de roer. Pero es muy poderosa, nunca pensé que nos encontraríamos con semejante poder
- A mi no me importa el poder que ella tenga- dijo Sjekir mirando a un asustado Alteus- nada será un obstáculo para completar mis objetivos. Además si la mato vale por 10 zombies para mi y ganare la apuesta
- ¡Ja! ¿Y si la mato yo que?- dijo Terry
- Bien chicos, en serio, debemos pensar en un plan
- Bueno, la he estudiado, no creo que mis poderes de asesino sean muy efectivos contra ella- dijo Terry preocupado- tiene unos reflejos y una defensa fuerte.
- Cualquier ataque debe ser hecho en conjunto- dijo Gregory- no hay mas de otra
- Engañarla no es una opción, lo logramos una vez- dijo Sjekir- pero la perra es astuta
- ¿y qué haremos si cada vez que le cortemos algo se curara?- pregunto preocupado Terry
- Eso es un poder que sale del amuleto que ella tiene en el pecho, si lo destruimos, no podrá volver a curarse- dijo Gregory
- Woow, admirable Gregory- dijo Terry- a veces me sorprendes, agradezco tenerte con nosotros.
- Je, bueno, hago lo que puedo- dijo Gregory
- Bien- dijo Sjekir- yo pienso que no hay de otra, debemos atacarle los tres a la vez y todos intentarle dar al collar
- No necesariamente- dijo Terry- Pienso que podríamos intentar atacar primero dos de nosotros que lo distraigan, atacándole los costados y luego un tercer ataque del mas agil que lo haga por sorpresa y destruya el collar.
- Me parece una buena idea- dijo Gregory- Sjekir, tu y yo debemos atacar a Hylia primeramente, luego Terry escondido detrás de nosotros hará un tercer ataque sorpresa y acabara con su collar
- La barrera se acaba…- dijo Sjekir
- ¡Entonces hagámoslo ya!

Gregory y Sjekir se fueron en un primer intento de ataque ambos al tiempo, Hylia sonrió

- Jo, parece que ya están desesperados- dijo Hylia- tontos será inútil

Gregory y Sjekir atacaron al tiempo, Hylia sonrió y confiada los esquivo fácilmente, pero luego ante su sorpresa vino un tercer ataque. Terry se movió rápidamente y logro romper el collar que tenia en su cuello. La bruja se sorprendió ante el hecho, mientras Skejir volvia y contraatacaba con su hacha. Hylia alcanzo a reaccionar, pero fue demasiado tarde, logrando generarle una herida en el brazo. Una que no se curaría esta vez.

- Jo, parece que son mas listos de lo que pensé…humm, creo que tendré que pelear con todo mi poder
- ¡¿Qué?!- pregunto asustado Gregory- ríndete mujer, esbirro del mal ahora mismo
- Ustedes simples mortales no lo entienden, su ignorancia los precede, pienso construir un mundo mejor, un mundo lleno de paz y felicidad, Los humanos por si mismos no son capaces de lograrlo, necesitan un empujón. Todos le temen a la libertad, pero es porque no la conocen ni saben manejarla.. Yo pienso crear un nuevo mundo, pronto llegaremos a la plena felicidad y goce del placer absoluto. ¡Ahora conocerán mi verdadero poder! ¡Aquel que se alimenta de nuestros más prohibidos deseos! ¡Los que se esconden al interior del templo corporal!

Los ojos de Hylia se volvieron completamente negros y empezó a levitar, luego profirió un grito y se escucharon tristes lamentos. Luego de su espalda salieron unas enormes alas rojas y sus garras afiladas se hicieron visibles, luego Hylia saco su larga lengua y se saboreo

- ¡Estos poderes no son normales!- dijo Gregory- son facultades de poder de Evilnuri, ¡poderes demoniacos! ¡Son poderes que van mas allá de la nigromancia! ¡Eres un esbirro del diablo! ¿de verdad piensas que lograras un mundo de paz y felicidad al quitar todas las normas o códigos éticos, al darle el peligroso don de la libertad absoluta al ser humano?
- Así es
- Crees que habrá un mundo feliz si hay libertad para matar, para violar, para robar, para hacer el mal…¡Estás loca!
- Tienes mente corta humano, no puedes comprender en su totalidad mi proyecto. El placer es algo que no comprendes, porque no lo has sentido monje
- Te equivocas, lo he sentido, lo he sentido en el goce de mi dios, lo he sentido cada vez que veo la alegría de las personas, lo he sentido cada vez que hago el bien.
- ¿Masturbacion celestial?- pregunto burlándose Hylia
- ¡Maldita!
- No le presten atención, amigo, es simple hedonismo…- dijo Terry- pero un hedonismo algo macabro
- Hedonismo egoísta diría yo- dijo escupiendo Sjekir
- Ahora prueben de mi sangre mis pequeños

Hylia se cortó la muñeca, con una daga que cargaba en su cinto, la sangre empezó a caer en la tierra, a medida que caia salía humo de la tierra, la sangre estaba caliente.

- ¡Gregory!, esto no me gusta nada…- dijo Terry
- A mí tampoco
- ¡Todos cúbranse!- grito Sjekir

++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Continuara...
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Sargaf Mar Jul 27, 2010 4:23 am

Thurar, Alvenith y Rik habían sido sorprendidos por el gran ejercito de zombis, eran aproximadamente unos 25, realmente estaban en problemas, habían acabado de lanzar un mueble para apaciguar la multitud, en ese instante en que fue lanzado el mueble, las tres damas se dieron cuenta del suceso, las tres se acercaron y Thurar les grito vallan a las otras escaleras nosotros tres nos encargaremos de estas, al parecer los zombis no se habían percatado de las otras escaleras.

Alvenith trataba de alejar los zombis con sus flechas pero solo lograba alejarlos un poco, igual que Thurar lo hacía con su ballesta y Rik con su Honda—No podremos resistir mucho tiempo así dijo Alvenith—Thurar lo miro con cara preocupada y le respondió diciéndole crees que no me doy cuenta elfo, tienes alguna idea—No ninguna enano – en ese instante Rik golpeaba con una gran roca a uno de los zombis, pero no alcanzo a percatarse de lo cerca que se encontraba uno de los zombis, el zombi lanzo un gran mordisco contra el Halfling, pero en una maniobra heroica el joven enano le corto su cabeza con su espada, cada vez se acercaban mas.

Mientras tanto en las otras escaleras habían mas pocos zombis pero aparecían cada vez mas era como si se duplicaran: Anvylle pregunto--- tienes alguna rama Jana—y Jana le dio una pequeña rama con la cual Anvylle hizo una gran enredadera en las escaleras—esto nos dará algo de tiempo dijo Anvylle--- Mientras Lynel lanzaba lo primero que encontrara a la vista para detener los zombis, y Jana se preparaba para hacer alguna pócima.

La situación en la otra escalera se ponía cada vez más delicada—Thurar se le había ocurrido una idea, y le dijo a Alvenith, creo que puedo ayudarte a usar tus poderes momentáneamente, pero no tengo la certeza de eso elfo, Rik gritaba apúrense esto se está poniendo feo, es todo o nada dijo Thurar en ese momento del cayado de Alvenith salió una pequeña llamita, eso no haría nada pero en el momento en que Thurar comenzó a tocar sus tambores la llama comenzó a crecer, Thurar le grito a Alvenith, concéntrate sino esto será en vano, el halfling hacia todo lo posible para sostener a todos los zombis el solo en una acción épica, la llama crecía cada vez más, hasta que logro un tamaño moderado, el sonido de los tambores del enano se escuchaba por todo el lugar, cuando la llama era suficientemente grande , Thurar le grito a Alvenith: ya lánzala, no espera que se acerquen mas, fue cuando casi estaban encima de ellos que la gran llamarada salió del cayado de Alvenith, la llamarada quemaba rápidamente aquellos zombis como si fueran combustible.

Los zombis rompían las ramas y cada vez estaban más cerca mientras tanto Jana trataba de hacer la pócima lo más rápido que pudiera, Anvylle movía las enredaderas para que los zombis no se acercaran y Lynel tiraba muebles y sillas, Anvylle usando nuevamente sus poderes creo una gran rama con grandes espinas la cual cada ves que golpeaba a un zombi cortaba miembros y cabezas, la sangre salpicaba por todo el alambrado, cuando estaban ya bastante cerca Jana grito—listo, pero es muy poco- Anvylle le dijo: no te preocupes lánzala tengo una idea y en el momento que lanzo el poco liquido, este se duplico, los zombis se comenzaron a quemar con este liquido como si este fuera un acido.

En las otras escaleras se habían deshecho de gran parte de los zombis, pero en el momento que estaban a punto de cantar victoria, vieron con terror como el lugar se comenzó a quemar rápidamente, el humo comenzó a invadir la habitación, ahora las cosas se estaban poniendo aun peor, Alvenith trataba de crear agua de su callado pero le era imposible ya había gastado demasiada energía, en ese momento una parte del techo cayó sobre las escaleras, no tenían salida era tirarse o tratar de bajar por las otras escaleras, así que sin pensarlo los tres se fueron corriendo hacia las otras escaleras

La situación estaba controlada al parecer, pero cuando todo parecía haber terminado el humo comenzó a llegar, y sus tres compañero se acercaron gritando---¡Fuego!--- inmediatamente oyeron eso Lynel se acordó del anterior suceso, pero no había tiempo para pensar debían bajar, pero era demasiado tarde el liquido ya había corroído las escaleras, ahora si estaban en graves problemas, el humo cada vez crecía mas a lo igual que el Fuego, y estaban totalmente atrapados además Thurar se percato de algo al pequeño halfling le sangraba el brazo, lo habían mordido, y quizás lo habían infectado, seguramente no les había dicho para no preocuparlos, inmediatamente que el enano se dio cuenta le dijo a Jana y esta sin pensarlo dos veces se le acerco rápido sin pensarlo empezó a chuparle la sangre de la herida para escupirla, el halfling asustado grito o no ya se convirtió en zombi, alejándose de ella, y ella le grito no estúpido halfling estoy tratando de quitarte el veneno, el Halfling ya tranquilo pero también preocupado le dijo pero tú te infectarías, ella respondiéndole triste le dijo, no importa igual yo ya estoy infectada, en ese momento los que no sabían la voltearon a mirar asustados.
Anvylle trataba de alejar el humo y el fuego para que no se acercara con sus poderes, pero de un momento a otro y sin que nadie lo esperara el piso se rompió y todos cayeron en la cocina en el primer piso, casi todos quedaron inconscientes con el impacto excepto Thurar, ya que era el que tenia mas constitución, al ser un enano, ahora no sabía qué hacer aun quedaban zombis que se acercaban desde afuera y el fuego crecía, así que sin pensarlo, cogió su gran corno y lo toco con fuerza en ese momento no sucedió nada, así que decidió coger su flauta y comenzó a tocarla totalmente concentrado y observo poco a poco como empezaba a llover el agua comenzaba a apagar el fuego, pero ese no era el único problema aun quedaban zombis y ya se habían dado cuenta de su presencia, esperaba que el llamado de su gran cuerno funcionara fue en ese instante que sintió como el suelo comenzó a temblar, el sabia lo que era y estaba aliviado fue después de un rato que una gran manada de Works (Jabalíes), comenzó a atacar con sus grandes cuernos a todos los zombis incluyendo su fiel amigo Grom…

Continuara…

Quizas esto ayude a ambientar



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Mensaje  Is@ Mar Ago 10, 2010 7:07 am

- ¡Grom! - gritó muy entusiasmado Thurar, quien de un brinco subió sobre el. Sacó sus tambores y con su música guió a los 10 works a una batalla contra los zombies en una forma más ordenada y eficiente.
El sonido de los tambores hizo también que algunos de sus compañeros recuperaran la conciencia.
- ¡Ya era hora que se despertaran! ¡Ayuden, que esto todavía no se acaba! - ordenaba Thurar impaciente.

Rik fue el primero en auxiliar a Thurar, ya que el había logrado maniobrarse y caer mejor en el piso. De inmediato sacó su honda y realizó disparos certeros.
- ¡¿Cómo no se acaban nunca?! ¿¡Dónde demonios se ha metido Terry?!
- Bueno...espero que estén fuera de la posada...- respondió el enano. La posada estaba llena de escombros, humo y de los cuerpos de los zombies. Tenían que salir afuera.
- Hay que buscar una forma de salir de aquí...- dijo Alvenith, con una voz quebrante, pero recomponiéndose
- ¡¿Qué crees que estamos tratando de hacer, comehojas?!
Jana estaba encima de Lynel ya que ésta trató de amortiguar su caída. Ninguna de las dos parecia responder a los gritos que profería Thurar. Kuro-Kuro daba vuelta sobre los cuerpos de ambas, chillando y razguñando sus cabellos, pero tampoco consiguió nada.

Anvÿlle logró pararse, pero con mucha dificultad. Nunca había sentido tanto dolor, estaba llena de moretones y razguñones, por un momento pensó qué estaba haciendo en ese lugar tan feo y tan lleno de humo...¡humo!
Una nueva hoguera se formó en uno de los costados de lo que quedaba de la posada.
- Perdo...Ignem...- logró decir Anvÿlle levantando su mano derecha temblorosa y concentrando su hechizo en contra del nuevo incendio que se estaba formando. Pero, a pesar que su anillo le daba fuerzas para canalizar su poca energía, poco podía debilitarlo. Pronto Alvenith la ayudó en sus conjuros
- Alguien...debe de estar incendiando la posada....- mencionó el elfo levantando su cayado hacia el lugar. De esa manera lograron apaciguar el fuego, pero agotaron todas sus reservas mágicas.

De repente escucharon un ruido que venía de arriba
- ¡El techo se va a caer! - gritó Rik
- ¡Tomen a un Work! - ordenó Thurar, quien siguió tocando los tambores, logrando amansar a las criaturas.

En ese momento, Lynel se despertó y sin perder tiempo, tomó unas cuerdas que se encontraban en el piso de la cocina, agarró a uno de los enormes jabalíes adiestrados por la música de Thurar y subió a Jana amarrándola muy bien al Work. Luego, ella lo montó y, tomando la delantera, se dirigió directamente contra la esquina en donde había aparecido la hoguera, embistiéndola. La siguió Thurar, luego que lograra amansar al Work más grande para que Alvenith, Anvÿlle y un quejumbroso Rik subieran encima de éste y partieran detrás de Thurar.

Al salir se encontraron con personas ataviadas en largas túnicas grisáceas con una capucha que no permitía ver sus caras. Estos extraños sujetos sostenían antorchas con claras intenciones de incendiar la posada y acabar la vida de los viajeros.

"¡¿Cómo lograremos salir de ésta?!" se preguntaba Lynel quien no dejaba de pensar en la inconsciente Jana. Los jabalíes taclearon zombie que se cruzara en su camino, mientras que sus jinetes atacaban por medio de las armas cortando cuánta cabeza pudieran. Para estos momentos, ya quedaban menos...en contraposición, ellos cada vez estaban más exhaustos . De repente, Anvÿlle tuvo una idea y se bajó del Work junto con Alvenith:
- Rik...necesito que distraigas a esos sujetos
- Más vale que tengas una buena idea - le respondió, impresionado de lo que en momentos desesperados uno podía lograr hacer: "llamar la atención de tus enemigos, un comportamiento completamente natural...sigh, para la próxima me quedo encerrado en la prisión". Se juntó con Thurar que comenzaron a dirigirse peligrosamente hacia los 8 encapuchados
Luego, Anvÿlle llamó a Lynel.
- Chicos, debemos sacar...a Jana de este lugar para que continúe la poción...- a penas podía hablar.
- Si, pero ¿cómo? y ¿dónde? Además no puede estar sola...- dijo Lynel aprehensivamente
- En la casa del padre Baldor...tienes que acompañarla - dijo Anvÿlle
- ¿Y dejarte a ti a luchar contra estas criaturas en condiciones en que a penas puedes pararte? ¡Nisiquiera sé dónde queda ese lugar! Tienes que ir tu y que él te acompañe - respondió Lynel, refiriéndose a Alvenith - Llévense esto - siguió, sacando un monedero que llevaba debajo de su camiseta. - Adentro está un frasco que contiene el líquido que logramos hacer ayer...al parecer faltaba tan sólo un ingrediente...

Lynel se bajó del Wok, pasándoselo a Anvÿlle la cual se posisionó detrás de Jana. Alvenith se subió cerca de la cabeza del Work, y lo dirigió a la casa en que había conocido a Tobías Baldor. Después de verlos partir, Lynel corrió al encuentro de sus compañeros desenvainando su espada. El Work corría a toda velocidad mientras Anvÿlle entonaba un hechizo para desaparecer entre el entorno...algo que poco funcionaba debido a su cansancio.
- Guarda energía para seguir las instrucciones de Jana para crear la pócima - le recomendó Alvenith.
Anvÿlle suspiró y le hizo caso.

Rik y Thurar habían hecho lo posible para dar muerte a esos encapuchados. Sin embargo, éstos tenían una agilidad superhumana. No fue hasta que Lynel logró acertarle con su espada en el rostro oculto de uno de ellos que se dieron cuenta que no se estaban enfrentando contra un no muerto cualquiera...pues la espada quedó estancada en la capucha. Lynel atónitamente, removió la capucha y vio como su espada atravesaba el ojo calavérico de un esqueleto.
- ¿¡Creísteis que podéis burlar a las fuerzas de Jagor?! - amenazó el contrincante con un acento conocido a los oídos de Thurar...

Gracias a la rapidez del jabalí, Anvÿlle y Alvenith no tardaron en llegar a la casa de Tobías Baldor. Sin embargo, nadie respondía a sus llamados. Por ello, Anvÿlle dirigió al Work directamente a la puerta de la casa, derribándola, a pesar de las otras ideas más prudentes que tenía Alvenith de ingresar.

Adentro se encontraron con un piasaje un poco escalofriante...había sangre por todas partes: el piso, las paredes, el techo...
- ¡Padre Baldor! - llamó Anvÿlle, pero nadie respondió - tenemos a una persona...que está en pésimas condiciones...- comenzó a buscar por toda la casa, por todos los rincones esperando ver cualquier cosa que la hiciera huir en ese instante del lugar. Pero nisiquiera su anillo preventivo le enviaba señales de algún ser atacante.
- Qué extraño que el padre Baldor no se encuentre...tampoco están los otros sacerdotes que lo acompañaban - informó Anvÿlle desde una de las piezas al elfo.

Alvenith sacó una pequeña cuchilla y cortó las cuerdas que sostenían a Jana y la colocó sobre una camilla que estaba en el piso cerca de la cocina. Kuro kuro apareció de uno de los bolsillos del cinturón de Jana y comenzó a lamerle su nariz y sus mejillas, al mismo tiempo chillaba.
- Muy bien...a momentos difíciles, medidas drásticas...- comenzaba a decir Anvÿlle al acercarse a Jana con una mano en alto, lista para cachetearla.
- ¡Anvÿlle, NO! Mira, parece que Jana está recobrando el sentido - dijo Alvenith remeciéndola un poco junto con el cuyi. Jana comenzó a parpadear de a poco, y luego tosió y tosió...
- Cuuuuuuuuuuuiiiiiiiií ^^
- ¡Qué bien! Ahora, toma esto - dijo Anvÿlle y le suministró un poco de la pócima que había hecho su tía - Sé que me dijiste que no sirve para curar...pero al menos aliviará el dolor y podrás terminar de hacer la fórmula...
Al principio Jana se rehusó a tomarla, había personas que tal vez la necesitaban más que ella...
- Jana...tu puedes ser tal vez la única capaz de lograr encontrar una cura y así podrás salvar las vidas de más personas. Toma el remedio - dijo Alvenith como si leyera los pensamientos de Jana.
Tomó una gota y su mirada inmediatamente cambió
- Gracias...
- Lynel me pasó lo que hicieron anoche...
- Hiérvelo...
De inmediato, y a pesar de sus dolencias, Anvÿlle tomó una olla cualquiera para hacerlo.
- No esa no...tiene que ser aquella - dijo ella señalando una olla de cobre - pero no tiene caso...necesitamos 3 pelos de un...animal...tenía algunos en en mi bolso...viene de Argelym...
- Si es un Work, esta aquí mismo - dijo sonriente Anvÿlle, sacándole así como así los 3 pelos. A esto, la criatura se enfureció, y se marchó indignada por lo que quedaba de la entrada de la casa.
- Ese era el animal...¿cómo hay uno acá en medio de la ciudad? dijo Jana con una mueca
- Jaja cuando despertamos había una manada de ellos, parece que el enano los llamó, al menos sabía como controlarlos...- comentó Alvenith - ¿los pelos sólo se mezclan con la sustancia? preguntó mientras Anÿlle tomaba la olla de cobre y la ponía sobre la cocina.
- Si, el líquido va a diluir los pelos del Work. Anvÿlle...asegúrate que todos los utensilios estén bien lavados...
Después de asegurarse que todo estuviera en correcta situación, Anvÿlle vertió el contenido del frasco a la olla, prendió la cocina y mezcló los pelos amarillentos del Work en la sustancia líquida azul, tornándose de un color verde-turquesa después de un poco tiempo.
- Ahora...¿qué se hace? - preguntó Anvÿlle
- Pues...dámela.
- Por todos los Urs...espero que esta sea la cura
- Lo peor que me puede pasar...es que me muera envenenada...- dijo Jana abriendo la boca para recibir una gran cucharada de ese líquido.
No pasaron siquiera unos segundos cuando Anvÿlle preguntó
- Y...¿Cómo te sientes?
- ¡Estas cosas toman más tiempo! Una enfermedad se puede adquirir de inmediato...pero sanarse cuesta el doble.
- Sería bueno que descansaran un rato - dijo Alvenith tomando su arco y su carcaj mientras de dirigía hacia la entrada de la casa. - Iré a ayudar a los demás...

De repente, se sintió un temblor. Alvenith fue a observar afuera con arco preparado para luego informarle a las chicas:
- Parece que todo salió muy bien.
No había terminado de decir esa frase, cuando Lynel apareció por la puerta corriendo directamente a donde se encontraba Jana y darle un abrazo.
- ¿Lograste terminar la poción?
- Si...¿Qué ocurrió?
- Uf...bueno, la vimos bien oscura....hasta que llegó un grupo de los Caballeros del Sol a ayudarnos - exclamó Thurar al entrar a la casa, seguido por Rik quien se escondía detrás de Thurar - ¿Y a ti qué te pasa? ¡Estás más cobarde que cuando nos enfrentamos a esos seres! - dijo refiriéndose a Rik.
- ¿Dónde está el Padre Gregory y los demás? - preguntó Anvÿlle recordando que tampoco estaban durante la lucha contra los zombies
- Sigh...nada sabemos de ellos, no los vimos en ningún momento. Conociendo a Sjékir debió haber buscado a Atleus sólo para...emm...bueno, para saber cuál es su participación en los hechos...tal vez esté con los otros. El es un buen guerrero, sé que debe estar bien.

En ese momento, entró a la casa una mujer hermosa, de cabellos negros largos cuyo semblante le era conocido a los presentes, pero ella irradiaba una serenidad tan noble que no podía comparársele con aquel semejante que cada uno de los viajeros asimilaban.
- Buenas noches, soy Eveelina Wahhem, paladín de la Orden de los Caballeros del Sol. He sido enviada, junto con mis compañeros paladines de Minas Thalion a inspeccionar lo ocurrido en Zanzibar - se presentó aquella Dama ante Jana, Alvenith y Anvÿlle.
- No puedo parar de agradecerle, Señora Wahhem por su ayuda...de no haber sido por ustedes, contra esos encapuchados hubiese sido imposible defendernos - reconoció Thurar, pensando en los hechos acaecidos durante la batalla.

....- ¿¡Creísteis que podéis burlar a las fuerzas de Jagor?! - amenazó el contrincante con un acento conocido a los oídos de Thurar.
Luego de haber pronunciado esas palabras, estas criatruas formaron un círculo entre los compañeros y comenzaron a recitar versos arcanos que ellos desconocían.
Los Works que los acompañaban pronto comenzaron a cabecear.
Rik lanzaba piedras a los oscuros hechiceros con su honda para evitar que se siguieran concentrando en su cántico.
Thurar tocaba sus tambores con el mismo propósito.
Lynel no podía sacarle la espada clavada en el espacio ocular del esqueleto. Con su otra espada trató de darle en otras partes...pero no había caso, era como si la espada hubiese aumentado de peso inmesuradamente.
El ruido de los tambores no se oía.
No había piedras para poner a la honda.
Pronto sintieron una fatiga estremecedora.
No tenían ganas de luchar, sentían como sus energías se evaporaban de sus cuerpos.
Luego, vieron cómo de las mandíbulas de los encapuchados salían toda clase de lombrices, arañas, polillas, moscas, larvas y otros insectos de descomposición que se acercaban peligrosamente a ellos.

De repente 5 cabezas de esos espectros cayeron rodando al suelo. Una dama hermosa apareció...no podía ser otra más que Ur Elegnia con sus compañeros de armadura resplandeciente...no dudaron en eliminar a los otros 3. El efecto fue instatáneo, todos se recuperaron de la somnolencia y aquellos parásitos desaparecieron.
- Nunca se debe atacar por la espalda a una persona, pero éstos dejaron hace tiempo de ser tales. Soy Eveelina Wahhem...


- No hay nada que agradecer, es el deber de todo paladín socorrer a todos...más bien Thalion debe pedir disculpas por la negligencia que le ha dado a sus habitantes - dijo algo más cabizbaja pensando en cuánto mejor hubiese sido si es que hubiesen llegado semanas antes y en cuántas batallas como ésta había estado lideando durante esa noche.
- Nadie sabía que iba a llegar a estas proporciones - dijo Alvenith - Lo importante es que están acá.
- Más vale tarde que nunca...veo que ustedes requirirán reposo eso si...- comentó Eveelina al ver los viajeros agotados, razguñados, sucios y golpeados. - Pero, no se preocupen, el padre Baldor no tardará en llegar y tiene fuertes remedios que los dejará impecables.
- ¡Qué bueno que no le pasó nada...! - exclamó enégicamente Anvÿlle.
- Por supuesto que no le pasó nada...no estaba acá porque fue a visitar en terreno a 2 personas que estaban muy heridas. Pues...¿deberé adivinar sus nombres?
Todos rieron y dieron las correspondientes introducciones...

De repente, ingresó a la casa, un caballero rubio y barbudo de la orden del sol.
- Buenas noches - saludó a los nuevos viajeros. Llamaba la atención los buenos modales siempre mantenidos por la orden del Sol, incluso en un momento de pandemia que se estaba viviendo.
- ¿Consiguieron sacarle información al soldado? - preguntó Eveelina
- Mi Señora, sí, dijo que los clérigos se dirigían muchas veces a un mausoleo en el cementerio.
- Muy bien. Tenemos que ir para allá de inmediato.

Pronto llegaron dos paladines cargando a un enano, mientras que un tercero prestaba un hombro a otro caballero muy apuesto de la orden del sol. Detrás de ellos iba Tobías Baldor y unos 3 clérigos sanadores conversando con una enana. Thurar inconscientemente se retocó la barba. Al enano lo dejaron en una camilla al lado de Jana.
El padre se sorprendió al ver el estado de su casa: con una puerta menos y con las visagras destruídas...no alcanzó a decir una palabra, cuando Eveelina lo interrumpió:
- Padre Baldor, procure que los viajeros se encuentren bien...me tendrán que disculpar por unos segundos, quiero hablar con el sr. Pintabrincos personalmente.

Rik asintió, algo nervioso. Todos los demás lo miraron pensando qué tendrá Rik que ver con esta gran dama...los chicos además lo vieron con cierta envidia mientras pasaba por el lado hacia una de las habitaciones de la casa, cerrando la puerta tras el.
Todos se quedaron callados, Thurar, Anvÿlle y la enana, se acercaron a oir de que se trataba lo que conversaban. Sin embargo ambos eran bastante discretos...de repente se le escuchó decir a Eveelina "hermano" de forma enojada un par de veces...
- ¿A ver? ¿Con que escuchando las conversaciones de los demás? Eso no se hace...- dijo Tobías Baldor alejando a los curiosos de la puerta - ¿Y quién fue el que destruyó la entrada de mi casa?
Anvÿlle se sonrojó, mientras sus compañeros la miraban...pero fue Alvenith quien respondió
- Padre, fue estado de necesidad...nadie respondía a nuestro llamado y estaba cerrado. Nuestra amiga, acá presente, sufría de la enfermedad y requería de cura inmediata.
- Y al parecer la conseguí - dijo Jana - al menos no me siento mal como antes...aunque estoy exhausta.

De la nada, se abrió repentinamente la puerta de la habitación y salió Eveelina.
- Gortz, Refri, Javik nos vamos inmediatamente al cementerio. No hay tiempo que perder. Frank, Brinkle vayan a la entrada de Zanzibar y avisen a los llegados que se dirijan hacia allá.
- Mi Señora, ahora he descansado lo suficiente, puedo luchar perfectamente - dijo el caballero del sol de cabellos dorados.
- Así es, necesitaremos toda la ayuda posible - dijo pensando en todos los muertos vivientes contra los cuales habían luchado...y los que seguro le esperarían en el lugar señalado - Ahora, viajeros, disculpenos, pero debemos marcharnos.
Tobías Baldor acercó su mano sobre la frente de Eveelina y a su vez se dirigió a los demás caballero - Que Ur Ignuri los acompañe y que Ur Elegnia sea vuestra guía -
- Cuídense y prepárense porque por lo que me ha mencionado la señorita Guithin y usted, Padre...esto no va a ser una batalla tan sencilla. Adiós.
Uno a uno, los soldados salieron de la casa siguiendo a la dama. El último en salir fue el apuesto caballero del sol quien se despidió de la enana. Mientras ellos conversaban, el Padre Baldor prosiguió a ayudar a los afectados: comenzando con Jana...los curiosos no aguantaron parar una oreja para escuchar las últimas palabras que el joven tenía que decirle a la joven enana...

- Señorita Guithin, disculpe por no poder encontrar al Padre Gregory...
- No se preocupe don Anakair, fue mejor así. De no haber sido por las noticias de ese paladín, que nos quedáramos en el mercado por más tiempo, hubiesemos saltado de una sartén al fuego mismo...además ni rastro se le ve a ese, hubiese sido una pérdida de tiempo. Ay! No sé qué voy a hacer...no puedo luchar, pero hay algo que me dice que mi hermano se encuentra en aquel lugar...
- Señorita Guithin...tengo el presentimiento que ese lugar no es para usted. Quédese acá con estas personas. Yo haré lo que pueda para encontrar a su hermano
- ¡Pamplinas! ¡Voy a ir de todas maneras! Sé que Bor está ahí
- No, señorita, no corresponde...
- ¡Que sí!...- y se le escuchó decir por debajo maldiciendo su situación - cara...
- Ehem - interrumpió de repente Rik a esta pareja - No corresponde discutir en este momento. Y yo tampoco debería estar aqui...no sé a ciencia cierta, pero apostaría todo lo que tengo a que Terry y los otros se encuentran ahí. Así que señor Anakair, yo voy a ir de todas maneras a ese lugar y espero que...
- Gena Guithin - respondió la enana
- También venga en busca de su hermano, al igual que todos nosotros por nuestros compañeros.
- O por lo menos por una compañera - dijo Thurar guiñándole un ojo a Gena, quien lo miró con cierto desprecio, pero tendió al humor
- Gracias por la ayuda...mmm...
- Thurar hijo de Thur
- Así que Thur...de Argelym...tu linaje se dedica a la herrería. ¿No es así?
- Así es...
- Interesante trabajo, veo que te ha ido muy bien - comentó ella viendo sus armas, pero también su variedad de instrumentos musicales - pero las veo algo desgastadas, sería bueno que les dieras un toquecillo, al ser hijo de un gran herrero - le recomendó.
- Lo tomaré en consideración - respondió Thurar alejándose un poco de ella y acercándose a los clérigos.

Mientras los enanos estaban intercambiando palabras, el Padre Baldor y sus compañeros le dieron fuerzas a los viajeros y habían terminado de curar las heridas más graves que tenían. Además, Jana había usado de sus pócimas para curar y aliviar los dolores de los moretones producto de la caída. Aprovechó de preparar algunos brevajes, con la ayuda de Lynel, que servirían para enfrentar a esos monstruos. Había sido bueno que ella llevara su bitácora para todas partes, ya se había salvado de un incendio, obviamente se tenía que salvar de un segundo. Dejó la receta de la cura de la enfermedad a los clérigos para que pudieran hacerla y suministrarla a los ciudadanos desvalidos en la solitaria Zanzibar.
Gena se despidió de su primo, dejándolo al cuidado de estos 3 sacerdotes.

- Bueno ¿qué estamos esperando? - dijo Anvÿlle - ¡Debemos ir a ayudar a quienes nos han acompañado! - salió de la casa. El caballero del sol hacía poco que se había marchado al cementerio para poder alcanzar a la dama y sus otros compañeros.
Todos los viajeros, incluyendo Tobías Baldor, partieron por las calles hacia el cementerio.
Todos estaban impresionados del poder de los clérigos en su poder de sanación.
Todos estaban callados, pensando en sus adentros en qué les iba a deparar el destino durante esta batalla y qué ocurriría después de ésta.

Anvÿlle sentía una obligación de ayudar al Padre Gregory, había sentido una cierta admiración por el Padre...pero aún más pensaba en su hermano, la razón por la cual se había embarcado en este viaje...no creía que el podría dejarse atrapar por tales criaturas ni mucho menos involucrarse tanto en la ciudad para eliminar de raíz los problemas que tenía...incluso dudaba si realmente el se encontraba en la ciudad...nada ella sabía que Eygon estaba vigilándola, camuflado en la oscuridad de Zanzibar.
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Mensaje  Raistlin Miér Ago 11, 2010 9:12 pm

Aquí para ambientar esta pelea jejeje:




++++++++++++++++++++++++++

“Sueña Terry…

¿Soñar?

Sueña y si lo he merecido sueña mi felicidad…

Entonces Terry abrió los ojos de par en par y sin poder evitarlo, lagrimas salieron a borbotones”


Terry abrió los ojos, había sido un fuerte golpe, pronto retomo consciencia de donde se encontraba. Una fuerte nube de viento empujo a todos contra las paredes del lugar, la tierra empezó a temblar y de repente todo el lugar se empezó a llenar de lava que salía a borbotones de algunos agujeros de las paredes. Terry sintió mucho calor, algo no andaba bien.

- ¡Imposible!- grito Gregory- esto es un cementerio…¿de dónde sale lava?, es realmente una criatura infernal
- No lo se, pero debemos tener mucho cuidado- dijo Sjekir- esto dificultara más las cosas
- Hahaha, pobres idiotas- grito Hylia- ¡que patético! Pronto no serán más que carne chamuscada
- Puag, no creo que tengamos buen sabor vieja bruja- dijo Terry- ¿tienes salsa?
- Hablas de más pequeño mio, es una lastima que mueras…
- ¿Yo? ¿morir? Soy inmortal, te demostrare, porque me llaman el halcón- dijo Terry

Terry empezó a brincar de roca en roca, muy ágilmente e incluso apoyándose en las paredes, sus brincos eran rapidos y seguros. Sjekir maldijo verse inmovilizado, pero intento seguir a Terry con cuidado de no pisar la lava. Gregory hizo un conjuro de protección pero se seguía moviendo lentamente. Terry utilizo las paredes como ayuda y se fue acercando rápidamente hacia donde estaba Hylia. Intento hacer un ataque rápido, pero Hylia lo esquivo fácilmente e hizo un contrataque fuerte golpeándole en el abdomen, Terry emitió un ligero gemido y cayo al suelo desarmado

- Tu tu tu, pobre pequeño, ¿Por qué insistes?, es inútil
- Yo luchare…hasta el final
- ¿Por qué?
- Por mis amigos, por las personas que quiero, no dejare que Jana muera por tu culpa

Gregory miro con una sonrisa a su amigo, aun ahora lo sorprendía, era la primera vez que veía que Terry se encariñaba fácilmente con alguna persona, por lo general a pesar de ser loco, animado y buen amigo. Era desconfiado, aun que sabia disimularlo muy bien, solo le cogía cariño y afecto a una persona después de mucho tiempo. Terry era fiel a sus amigos, a las personas que quería.

- Yo no permitiré que te salgas con la tuya bruja- dijo serio- mientras tenga alas volare para alcanzarte, mientras viva te picare hasta matarte, es mi camino, el camino del halcón, el camino que he decidido seguir y al que le soy fiel.
- Hooo, un asesino con ideales, esto sí es nuevo- dijo Hylia en sátira
- Todos los tenemos, hasta tu- dijo Terry con la mirada perdida- el mal no es más que otra mascara del mismo patetismo humano. No somos más que constructores de castillos en las nubes
- Eres alguien distinto halcón- dijo Hylia admirada- pero desgraciadamente los halcones también tienen puntos débiles…

Terry fue torturado con un poder, el asesino pego un horrible grito y empezó a salir sangre de su boca, cayo al suelo entre gemidos. Sjekir aprovecho el momento para intentar coger a su vez a Hylia por sorpresa, pero esta esquivo.

- ¡No me digas! ¿tu también crees en los ideales del asesino?
- No- dijo Sjekir- pero el tiene razón en algo, todos somos constructores de castillos en las nubes, aun que mi castillo me temo esta armado sobre huesos
- Ya veo…es una lástima que no alcanzaras a construir ni el primer piso- dijo Hylia sonriente

Luego abrió los ojos y lanzo una bola roja que mando a volar a Sjekir, Sjekir emitió un grito al sentir que era fuego lo que lo tocaba, este quedo algo quemado y herido, quedando inconsciente. Gregory sufría al ver lo que les pasaba a sus amigos, pronto llego hasta donde la hechicera.

- ¡Maldita!
- Gregory, Gregory, Gregory…tu y yo no somos tan distintos…aun que no lo creas, buscamos lo mismo pero con fines diferentes
- ¿de qué hablas bruja?
- Lo veo en tus ojos, conozco esos ojos, ojos que han visto dolor, sufrimiento, tu lo entiendes, has visto lo mismo que yo
- Calla…no quiero escuchar mas bruja
- No hay hombre más imbécil que aquel que ve las cosas pero se niega a aceptarlas, ese es el más ciego de todos.

Gregory sudo, ella podía leer lo más profundo de su corazón, ¿Qué clase de mujer era aquella?

- Mi fe me fortalece bruja, eso jamás lo tendrás tu
- Estas seguro de ello?- dijo Hylia demente

Sus dos enormes alas se extendieron, Gregory se sintió verse frente al mismo Evilnuri, sus ojos rojos brillaban con fuerza.

- Te demostrare el poder de mi fe- dijo Hylia
- ¡Por Ur Ignuri bendito!

Gregory fue poseído por una profunda oscuridad, sus ojos se tornaron negros

- Ahora sacerdote veras lo que yo veo

Gregory se retorció y grito, así duro un buen rato, no soportaba aquellas dolorosas visiones que había incitado Hylia en su mente, visiones de dolor, de muerte, violaciones, de Robos, de Crueldad humana, era el mal en toda su esencia, era insoportable y enloquecedor, finalmente cayo inconsciente no pudiendo soportar las fuertes visiones que pasaban ante sus ojos.

- La realidad duerme sola en un entierro y camina triste por el sueño del mas bueno…- dijo Hylia cantando.

Hylia miro a su alrededor, Alteus se encontraba escondido detrás de una roca admirado del poder de Hylia, jamás se había imaginado que aquella mujer pudiera hacer aquellas cosas.

- Alteus
- Si mi señora…- dijo tembloroso
- Te dejo que te encargues de la limpieza de cadáveres, el plan debe seguir como esta
- Desde luego mi señora, se hará todo como usted mande- dijo Alteus ajustándose su capa
- Espera…- dijo Terry en el suelo, moviendo su mano- esto aun no ha terminado…Jana…yo debo...
- Pobre desgraciado, ¿aun vives? Si que resistes…- dijo y le piso la mano, Terry emitió un aullido
- Ya te lo dije….mientras tenga fuerzas, seguiré volando hasta alcanzarte…
- Tu tu tu…tu tu tu…esta bien, te matare ahora mismo ya que tanto lo pides…

Hylia saco su enorme garra y se dispuso a clavarla en Terry, para ultimarlo, parecía que los días del asesino estaban contados…

+++++++++++++++++++++++++

“Anakair…Anakair

Gabrielle? Eres tu?

La mujer anciana lo miraba con cariño y afecto, vestía de blanco, Anakair la vio hermosa, como si pudiera ver lo que se escondía en su ser

Si soy yo…

Pero tu…no es posible que estés aquí

Si estoy…yo te lo dije, te dije que siempre te acompañaría a donde fueras, ¿te lo prometí no?

Gabrielle…- dijo Anakair llorando- yo no pude salvarte

Te equivocas Anakair, hay muchas cosas que desconoces y que pronto te enteraras, por ahora solo puedo decirte que debes cargar esa espada con orgullo, eres un hombre bueno

A veces hasta de eso dudo

No busques las respuestas en los murmullos que vienen de la oscuridad, buscala en tu corazón el único que realmente te pertenece


Anakair abrió los ojos, ¿Qué había sido aquel lapsus? Parece que aquellas personas no se habían dado cuenta de nada, eso estaba mejor. La visión de la vieja anciana del campo que alguna vez lo había salvado lo había perturbado enormemente. Sin duda, aquel lapsus onírico quería decirle algo, prepararlo frente a grandes pruebas que estaban por venir. Alli estaba en una gran compañía lista para la guerra, elfos, enanos, semielfos, de todo había en aquella extraña compañía, incluyendo la mujer que se decía era la estrella de Minas Thalion Eveelina Wahhem. Ella iba en la vanguardia, de primera, detrás venia él escoltándola. Era inútil insistir, era increíble la voluntad de aquella mujer de negros cabellos, que iluminaba con su encantador y impetuoso paso.

- Bien, la entrada del cementerio- dijo Rik
- Tened cuidado- dijo Eveelina- andad con cautela
- ¡Miren eso! – dijo Anvylle- ¡es lava! ¡y sale de aquel mausoleo!
- ¿Lava? ¿Aquí? Imposible- dijo el padre Baldor
- Esto no me gusta nada- dijo Anakair

El cementerio daba la pinta de ser un verdadero infierno, llegar hasta donde los chicos no serían facil. La lava caía por la tierra y varias lapidas ya caían destruidas en el suelo, todo era un desastre.

- No es bueno molestar a los muertos…- dijo asustado Baldor
- ¡Cuidado! ¡Mirad alli!- grito Rik

Varios cadáveres empezaron a salir del suelo

- Muertos vivientes, maldita sea…- dijo Thurar- esto dificultara más las cosas…
- Señorita Guiltin- dijo Anakair- por favor manténgase detrás mío
- ¡Tonterías! Yo puedo defenderme sola…no soy ninguna debilucha….- dijo en tono de reproche, pero Anakair sabía que las dotes de lucha no eran precisamente el fuerte de aquella mujer.

Anakair y Eveelina fueron los primeros en lanzarse al combate, era admirable verlos combatir, los otros caballeros siguieron el ímpetu de aquellos dos y también batallaron. Sus espadas se clavaban en la carne de los muertos vivientes los cuales se quemaban ante el fuerte y sagrado acero. Pronto se dieron cuenta de que eran muchos muertos vivientes, todos tendrían que intervenir en la lucha.

Alvenith preparo su arco magico, Rik y Thurar intentaban lanzarles cosas a los zombies

- ¡Oh!- dijo Anvyll- que feos son, quizá con un poco de maquillaje…
- Serán feos- dijo Rik- pero bastante peligrosos

Rik cogía varias piedras, todo lo que estuviera a su alcance y se las tiraba a los muertos vivientes. Dos muertos vivientes le brincaron a Alvenith e intentaron sujetarle. Thurar se fue en estampida montado en su work y logro salvar al elfo.

- Cuida tu espalda elfo, la próxima vez no estaré- dijo Thurar
- Jo- dijo Alvenith- gracias supongo…

Lynel permanecía al lado de Jana como protegiéndola, ya que esta aun no recuperaba todas sus fuerzas. Lynel combatía contra todo muerto viviente que intentara acercarse a Jana. En una de esas Jana intento defender a Lynel atacando con una flecha, la flecha dio en un muerto viviente el cual cayo al suelo. Sin embargo, el esfuerzo la hizo decaer y perder energías, obligándola a arrodillarse

- No te preocupes, yo te cuidare…-dijo Lyniel
- No necesito que me cuides…- dijo orgullosa Jana- déjame yo…
- ¡Si que eres terca mujer!, no en estos momentos por favor- dijo Lynel
- Cui cui!- grito el ratoncito
- ¿Qué dices kuro kuro, que debo hacerle caso?

El ratoncito hizo un gesto de asentimiento

- ¿Ves? Hasta el me apoya- dijo Lynel sonriente
- Ja- alcanzo a esbozar una sonrisa Jana

Lynel se defendía muy bien y derroto a varios zombies, el entrenamiento de Sjekir daba sus frutos, se sorprendía de sí misma y de su agilidad.

El grueso de los muertos vivientes eran contenidos por Anakair y Eveelina. Quienes con sus espadas descabezaban zombies. Uno de los caballeros cayó herido ante el sorprendente ataque de un zombie. Baldor intentaba curar y proteger a los que lo necesitaban, intentaba mantener a la retaguardia. Los zombies se acercaban cada vez en mayor cantidad

- ¡No podremos resistir mucho!- grito Rik

Varios zombies se acercaron hasta donde estaba Anvyll, uno de ellos abrió la boca con fuerza

- Humm, fuchi, tienes mal aliento… ¡Creo Herbam!

Varias hierbas crecieron del suelo y subieron agarrando a varios zombies, los cuales tropezaron y empezaron a caer.

- Bien chica semielfa- dijo Thurar orgulloso- eres muy buena
- ¡Gracias!, dime thurar, si todo sale bien, ¿cantaras una bella canción para mi?
- ¡Oh! ¡Desde luego!, ¡eso ni se pregunta! Es una lástima que esos bichos parezcan ser inmunes a mi música. El gran Codima seguro haría una fiesta aquí y los pondría a bailar jajaja.

Lynel fue herida por un zombie e inmediatamente Baldor se dirigió a curarla, en esos momentos varios muertos vivientes se dirigieron al lugar, Eveelina logro llegar a tiempo y defender a las dos mujeres.

- Por favor- dijo Eveelina- permaneced mas a la retaguardia, ya no estáis en condiciones de luchar
- Eveelina…

Jana vio los ojos de Eveelina, reconoció esa mirada, no cabía duda, era la misma mirada de Terry, aquella mirada de firme y férrea voluntad, ¿serian de la misma familia?. Por ahora Jana sabía que había cumplido, había hallado la causa de la plaga y esperaba que Gregory le diera una pista sobre el paradero del asesino de su familia. Prefiero entonces retroceder, Lynel quien estaba herida se movió con esfuerzo y con ayuda de Baldor.

Rik seguía tirando piedras, Alvenith lanzando flechas. Anvylle se entusiasmo un poco con el combate y disfruto derrotando aquellas horribles criaturas.

- Yuju!!! El tercer zombie que cae!
- No creo que esto sea precisamente un juego- dijo Alvenith
- Eres demasiado amargado elfo- dijo Anvylle sacándole la lengua- ¿te lo han dicho?

Gena miraba frustrada toda aquella pelea sin saber qué hacer, se sentía frustrada por no poder actuar, pero vio algo que la movio.

- ¡Hermanita!- era un grito de un niño

¡Era Bor! Bor estaba allí.

- ¡Bor! ¡Ven aquí ahora mismo!

Pero Bor no volvió al contrario salió corriendo asustado

- ¡Por las barbas de Gothard! ¡Regresa ahora mismo!- grito Gena

Gena se fue detrás de su hermano, dejando el campo de batalla y sumergiendose hacia lo desconocido.

- ¡Señorita Guetin, espere! – grito Anakair, pero no podía hacer nada porque era rodeado por cuatro zombies con los que combatía fieramente
- No te preocupes caballero- dijo Thurar montado en su work- yo ire tras ella
- ¡Gracias! ¡Apresurate!

Thurar se fue tras Gena. Anakair logro vencer a esos zombies, su espada logro vencerlos fácilmente decapitando a uno y dándole en el costado a otros.. Muchos estaban heridos, la misma Eveelina estaba desgastada, parecía que la pelea pronto estaba por terminar. Anvylle, Eveelina, dos caballeros y Anakair se encargaban de los últimos muertos vivientes

- Has peleado bien Anakair- dijo Eveelina
- Gracias mi señora…, pero me preocupan los otros, aquellos que están combatiendo en el mausoleo, dudo que lleguemos a tiempo…
- No te preocupes Anakair, el sol de Thalion ilumina más de lo que te imaginas…


++++++++++++++++++

- Tu tu tu…tu tu tu…esta bien, te matare ahora mismo ya que tanto lo pides…

Hylia saco su enorme garra y se dispuso a clavarla en Terry, para ultimarlo, parecía que los días del asesino estaban contados…

Terry miro a aquella mujer que se disponía a matarlo, ¿soñar? A que se refería, ¿no fue siempre esa la respuesta?...soñar con el sol, con el águila, con el halcón…con volar…

Hylia apunto al corazón del asesino lanzo su garra pero fue detenida por algo, grito del dolor, su mano sangraba, ¿Qué era aquel brillo? ¿aquel poder?

- Ni te atrevas a tocarlo zorra, o yo mismo te cortare la garganta bruja- dijo una fuerte y solida voz masculina
- ¿Qué demonios? Tu eres…

Y entonces lo vio e Hylia sintió miedo, porque lo que menos espero fue encontrarse con el mismo paladín de Ignuri en persona. Su armadura brillaba, su rostro barbado estaba tranquilo, el hombre de la leyenda, aquel que había derrotado al nigromante. Sir Doryan Wahhem en persona se encontraba frente a ella.

- Sir Doryan Wahhem, debo decir que es un honor
- Hace rato que te seguíamos la pista bruja, se quién eres, se quien fue tu maestra, eres la discípula de Angramindista
- Jo, ¡que bien enterado estas!, ¡si ella fue mi maestra!, no te tengo miedo paladín, eres viejo, no podras hacer nada contra mi, tus años han pasado…
- Jo, bueno si- dijo Doryan burlon- te demostrare lo que mi bastón puede hacerte…veamos creo que hace mucho calor aquí….

Doryan se quito su armadura y dejo ver su cuerpo bien ejercitado, en su espalda resplandecía aquella águila que alguna vez había recibido como ofrenda del hada de los regalos del lago de Saalazar

- Wow, veo que no eres un anciano decrepito…- dijo burlona
- Hum…me temo que no…- dijo tranquilo Doryan
- Pero eres un estúpido, has perdido tu única protección para enfrentarte a mí…
- Oh no lo creo…
- ¡Eres un ingenuo humano! ¿y te dices ser el hombre que derroto al poderoso nigromante Ervelin? ¡Toma!

Hylia le lanzo una enorme bola de fuego, pero Doryan la esquivo fácilmente

- ¿Qué? ¡Imposible!
- ¿eso es todo lo que tienes?- dijo Doryan- ¡Dame más! Demuéstrame el poder de la sombra de tu maestra
- ¿eso es lo que quieres? ¡Lo tendras humano!

Hylia alzo su mano e invoco una bola negra de poder. Era enorme llena de rayos y fuerza maligna.

- ¡Se absorbido por el poder de la oscuridad! ¡Creo Umbra!

La bola negra se dirigió ante Doryan, gran poder de maldad y destrucción había en ella, podría acabar con cualquier criatura que se interpusiese. Sin embargo la oscuridad no le hizo daño a Doryan, estallo en fragmentos contra su pecho. Hylia lo miro asombrada, hasta ahora nadie había sobrevivido a ese poder, pero aquel hombre era demasiado.

- Bien, supongo que eso es todo- dijo Doryan moviendo el cuello- ¿ya es mi turno?
- Tu…
- Ahora te demostrare mi poder
- ¡Que!

De Doryan parecieron salir dos especies de alas, era como si su tatuaje se hubiera ampliado

- ¡Danza del águila!

Doryan empezó a hacer algunos movimientos lentos, cerro sus ojos, como sumergido en una danza.

- ¡No me atraparas!- dijo Hylia

Hylia abrió sus alas e intento huir del lugar, Hylia vio la salida del lugar, se apresuro hacia aquel lugar lo más rápido que pudo. Pero fue demasiado tarde para ella, ni siquiera se dio cuenta de lo que sucedía pero frente a ella, en la cumbre del enorme mausoleo estaba Doryan y le había propinado una enorme y larga herida en su torax.

- Maldito…cómo es posible…ni siquiera lo vi…no es posible
- Es la danza del águila…- dijo Doryan tranquilo
- Te maldigo Wahhem, a ti y a tu estirpe
- Créeme si fuera por maldiciones hace tiempo estaría muerto, Inguri me protege

Hylia cayó al suelo

- ¡Adelante! ¡mátame!
- Oh me temo que no, tendrás tu juicio, hasta una bruja como tú tiene derecho, además tienes información valiosa que necesitamos.
- ¡Idiota! ¡me escapare y no podrás hacer nada! – dijo riendo
- Eso lo veremos

Alteus intento escapar, pero fue agarrado por Doryan

- Quieto amiguito, tu también serás juzgado en Minas Thalion
- ¡Maldición!

En ese momento llegaron todos los demás, vieron el lugar destruido y los cuerpos heridos de Terry, Gregory y Sjekir.

- ¡Oh por todos los Urs!- dijo Anvylle
- Eveelina…
- Si padre…
- ¿hay clérigos aquí?
- Solo tenemos un druida y un clérigo
- Bien, ellos necesitan atención urgente, que el druida y el clérigo se encarguen, tú trae sacerdotes que nos ayuden, ya que veo más heridos aquí.
- Eso hare, regresare en un momento

Eveelina se fue con los dos hombres que le quedaban, ya que uno de ellos estaba herido a traer clérigos que ayudaran. Lynel intento acercarse a Sjekir pero cayo antes de lograrlo, fue sujetada por Jana. Jana y Baldor se pusieron inmediatamente a cuidar a los heridos, haciendo lo mejor que podían. Anakair, Anvylle, Rik y Alvenith intentaron ayudar en lo que podían para curar a Terry, Gregory, Sjekir y Linel

- Usted…usted…es Doryan Wahhem- dijo Anakair
- Si, soy yo…
- Es un honor tener una eminencia como usted aquí
- Me halagas muchacho, pero no soy más que un simple mortal como tu…y también cometo errores- dijo triste mirando el cuerpo herido de Terry- lamento llegar tan tarde, nunca pensé que una nigromante de este nivel estuviera detrás de todo este asunto.

Doryan se acerco a su hijo y le sobo su desordenado cabello, su hijo dejo de agitarse. Doryan sonrió.

- Combatiste valientemente hijo mío, me siento orgulloso de ti.

En el fondo del corazón de Terry aquellas palabras sonaron como campanas en su corazón, la tranquilidad invadió su ser y de repente se sintió muy feliz, volando por los cielos.

Continuara...
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Mensaje  hoho_o Mar Ago 17, 2010 7:39 pm

-¡Bor!
Gena corrió tras su hermano siguiéndolo atrás de un mausoleo. No había muertos vivientes por la zona, algo que apenas pudo percatar. Escuchó unas pisadas fuertes que se acercaban a ella, era Thurar quien iba montado en el Work.

-¿Por qué huye?- Escuchó al enano decir

Gena no logró procesar sus palabras, porque Bor paró por unos instantes. Ella aprovechándose de la situación se tiró sobre el niño, aferrándolo de los brazos.

-¡te tengo!- gritó Gena, victoriosa

Pero Bor aumentó de tamaño, le crecieron garras y cola. Era una criatura de alas negras enormes. El monstruo la observó gruñendo. Ella no sabía qué hacer, estaba aterrada. Inmediatamente la criatura se abalanzó sobre ella. Thurar lo atravesó de un flechazo proveniente de su ballesta. La criatura se convirtió en humo negro y huyó rumbo a la puerta trasera del mausoleo.

-es el come niños que vio Anvylle, es uno de los clérigos de Jagor- dijo Thurar – Síguelo yo te alcanzo
Gena entró al recinto trasero del mausoleo, era pequeño. Thurar se desmontó y la siguió con la ballesta en mano, unos pasos más atrás.

El recinto estaba oscuro y ninguno de los dos había traído antorcha. Se escuchaban los ecos de una batalla lejana, proveniente seguramente del mausoleo de alado. De repente se escuchó un grito ahogado por la lejanía.
-¿Terry? –dijo el enano pensativo

Gena siguió caminando y tropezó con algo que estaba en el suelo. Thurar la ayudó a levantarse. Escucharon un gruñido extraño. Una pequeña voz femenina que provenía de donde Gena se tropezó
-no, no quiero…. No mas….
- Thurar, es una niña

Thurar levantó a la pequeña con delicadeza y la llevó afuera del mausoleo, montándola en el Work. Tenía los ojos negros completos. Mientras tanto Gena en el recinto siguió palando encontrando cinco cuerpos más. Le avisó a Thurar que todos eran niños. Uno de ellos era muy pequeño y chato. Gena excitada llevó a este afuera del mausoleo. Para su alegría y dolor era Bor. Tenía los ojos negros completos y respiraba agitadamente. Hasta se veía azul, y su brazo izquierdo estaba completamente negro.

-estos dos están muertos- escuchó a Thurar decir, saliendo del mausoleo con un niño humano en los brazos – ya no escucho nada
Gena se consentró por unos segundos. Era verdad, los sonidos de la lucha se habían disipado.
- ¿y ese?- pregunto Gena con la voz quebrada, apuntando al niño que sostenía Thurar
- vivo, por suerte. Hay que encontrar ayuda. – Miró al bulto que llevaba Gena en los brazos- Ese es un pequeño enano. ¿Qué hace aquí?
- es mi hermano- dijo Gena con tristeza

Thurar no supo que decir, pero cargó a los niños en el Work . Los llevaron al mausoleo que estaba iluminado.
Al llegar vieron a un caballero con armadura resplandeciente saliendo del mausoleo, Atrás de él iba un sequito de caballeros del sol escoltando a dos prisioneros. El paladín los miraba serenamente con curiosidad.

-Sir Doryan Wahhem – murmuró Thurar
- Veo que se encuentra bien, Thurar hijo de Thur. ¿Qué es lo que llevas?
- Niños, señor, pero lamentablemente no están sanos. Necesitamos un sacerdote…

Se escuchó una carcajada proveniente de la mujer.

-¿que sabes Hylia de esto? – Le preguntó el paladín con severidad
- puff, obvio que no están sanos enano –dijo Hylia riéndose aún más.
-¡habla bruja!
- ¿Que quieres que diga? Son los envases de los Sacerdotes de Jagor. Es de donde sacaban sus fuerzas demoniacas. ¿No notas que su miseria es hermosa?
- deja de tus insolencias y habla con claridad
- Los sacerdotes de Jagor son seguidores de Ur Korkil más conocido como Evilnuri. – dijo Hylia sonriendo macabramente- Buscan la enfermedad de otros y la vida eterna. Claro que al tener cuerpos demacrados no pueden lograr la inmortalidad al menos que absorban las fuerzas de otros, a veces se los comen. Cuando vinieron hacia mí, yo no tuve problemas de darles niños en cambio de sus servicios.
-¿cuántos les distes?
-los que pude encontrar. Hay una fosa atrás del mausoleo. – Hylia se rió – ¿O no se dieron cuenta que este poblado casi no tiene mocosos?
- Mi hermano… – le dijo Gena temblando de enojo
Hylia la miró de arriba abajo y se río aún más.
- Eso es la gracia de Atleus. Quería un mercader renombrado para esconder sus estafas, pero como llegaste muy tarde, la carnada se la dimos a los sacerdotes. Veo que le dieron un buen uso
- eres una puta
-no, te equivocas, no cobro por el placer…..
-¡Silencio!
Gena se sorprendió al escuchar la fuerte voz de Sir Doryan.
-Javik, Brinkle y usted Thurar, buscad por los mausoleos por el resto de los niños. Informen sus hallazgos a Eveelina cuando llegue con la ayuda necesaria. Deben seguir su palabra
- ¡si señor!- contestaron los dos caballeros. Thurar los siguió a pie

- Padre, lo he visto asomarse por la puerta. ¿Qué quiere decir? – dijo Doryan mirando hacia las puertas del mausoleo
Gena no se había percatado de que Tobias Baldor había estado observando.
-sí, me disculpan, la señorita Anvylle me había entregado una botella la cual contenía un gas negro. De este pude abstraer una esencia positiva. La tengo aquí. – Dijo el hombre sosteniendo un recipiente pequeño- puede ser la cura para los niños
- muy bien, señorita….
-Gena Guithin a su servicio.
- Ayude al padre con los tres niños. Cúrenlos en el mausoleo. Yo debo llevar a estos dos- dijo mirando a Hylia y a Atleus - a Minas Thalion lo antes posible, puede que en el interrogatorio formal se desprendan de algo mas. Mi hija Eveelina se encargará de lo que falte en Zanzibar

Doryan se despidió y siguió en su camino con el resto de su sequito.

Gena ayudó al padre a mover a los tres niños adentro del mausoleo. Le dio una pena enorme, todos tenían menos de diez años, eran solo niños. Bor se veía igual de mal que el resto. Su respiración se había calmado, pero sus ojos estaban negros completamente. ¿Podría el padre curar a su hermano? Lo salvaría de lo que le hicieron los sacerdotes de Jagor. ¿Seguiría siendo el mismo travieso y juguetón Bor?
Al entrar al mausoleo se encontró con Anakair, Anvylle, Rik, Jana y Alvenith en pleno movimiento curando a los cuatro cuerpos y al caballero del sol que había visto con la dama Eveelina. La única persona que conocía entre los heridos era Lynel. La pobre aún seguía desmallada.

- Anvylle, toma uno de mis sumos de curación. Suminístralas a Sjekir y Lynel. Es muy útil, úsala bien
Anvylle la tomó y miró hacia Anakair
- ¿Anakair, verdad? Ayúdame con Sjekir y Lynel. – dijo apuntando a los dos cuerpos que se encontraban más cercanos
-es mi placer ayudar a la pareja – afirmó el caballero con extrañeza
-¿pareja?- preguntó Anvylle sorprendida – no sabía
- Si, están casados – dijo Anakair, afirmando sus dudas al ver la expresión de Anvylle y Jana.

¿Sjekir y lynel? Anakair estaba intrigado por el bárbaro y su joven, ahora dudosa esposa. No le cabía duda que además de ser excelentes luchadores eran un par de muy malos mentirosos. Su ayuda a Zanzibar fue inigualable e incuestionable, pero no podía bajar la guardia frente a ellos. ¿Cuáles fueron sus verdaderos motivos para que entraran la familia Nall a Zanzibar, su supuesta ciudad natal?

Jana escuchaba con atención a la conversación de Anvylle y Anakair mientras le administraba una de sus pociones al cuerpo de pelo negro. Parecía desmallado y muy mal herido. El cuyo se bajó de sus hombros y empezó a olfatearlo
- Cuiii! Cuiiii! Cuuuuuu, X_x
- no digas eso curo.
-.¿Cómo se encuentra su novio? ¿Necesita ayuda?- preguntó Anakair con cortesía a Jana, al escuchar los chillidos del Cuyo
- Cuiii!!! – reclamo el cuyo indignado
- no es mi pareja, es un conocido – contestó ella, acariciando al cuyo para calmarlo
- mis disculpas.
- ¿cómo que conocido? ¿Qué paso con nuestro trío dinámico, los amos del viento?
Jana se sorprendió, no pensaba que alguien pudiera recuperarse o tener la fuerza para hablar con todo lo que él había sufrido.
-¿Terry, no éramos los tres fantásticos de Zanzibar? – le recordó Jana sonriendo
Ambos se rieron al unísono, el con mucha más dificultad que ella.
-La enfermedad te infestó, me tenias preocupado – dijo Terry con mayor seriedad
-No quería que supieras, pero estoy bien, mejorando. Rik se acerca, hazte el dormido de nuevo, para que lo asustes
- Je, tengo una idea mejor. – dijo Terry guiñando un ojo, o trató de hacerlo, pero Jana captó el mensaje

Gena, le sorprendió la extraña alegría del herido, pero se concentró inmediatamente en lo que el padre Baldor le pedía. Sostuvo a los niños, con ayuda de Frank, el caballero que tenía una herida en la pierna. Frank dijo que el suministro que le había dado la semi elfa alegre ya estaba cubriendo efectos. El era un caballero del sol y no pensaba descansar cuando se le era más necesitado.

De repente se escuchó un chillido mortal…
-¡Jana aléjate, Terry es un Zombie!
- ¡Rik no! Está molestando
Anvylle no podía parar de reírse.
-Terry, deja de molestar y descansa o te tiro Curo Curo encima
- Cuiii!!!!
El padre Baldor se rió
- ignoremos a los bufones y sigamos con nuestro deber… - dijo el padre Baldor meneando la cabeza
El padre Baldor le dio a cada niño a oler el humo blanco que él tenía en una botellita. Este dijo unas palabras en un idioma que Gena no conocía a cada uno. Gena se puso nerviosa porque nada pasaba, pero después de unos segundos la negrura de los ojos de los pequeños se empezó a disipar.
-¡lo logró padre, gracias!- Gritó Gena de felicidad y se abalanzó sobre el padre, abrazándolo
- No cante victoria antes de tiempo. Ahora usted me va a ayudar a ver cómo va el progreso del padre Gregory
-pero mi hermano…
- no hay peros Gena, hay otros quienes curar que están en condiciones graves, deje que Frank vea el resto de los niños

Estuvieron una hora en el mausoleo ayudando los heridos. Al empezar el alba llegaron Thurar y los otros dos caballeros, llevando noticias de que habían encontrado 4 niños vivos. Los trajeron al mausoleo para que fueran ayudados. Además La fosa que hablaba Hylia había sido hallada, debía haber alrededor de siete niños muertos. La dama Eveelina llegó con ayuda a mitad de la explicación. Le tuvieron que repetir de nuevo lo que habían hallado, ella mandó a más soldados a buscar por si había más niños atrapados en los mausoleos. Con los refuerzos movieron a los heridos y a los niños a la casa de Atleus.

La casa de Atleus estaba desierta, muchos de los secuaces de Atleus y Hylia habían huido del recinto. El resto habían sido atrapados y encerrados para que después fueran juzgados en Thalion. Su mansión fue usada como base para los soldados y ayudantes del reino. El Hall principal lo transformaron en una enfermería. Hicieron en ambos costados camas improvisadas para los heridos.
Al finalizar los arreglos y el traslado, la dama Eveelina explicó a todos los reunidos esa mañana que Sir Doryan, tuvo que irse inmediatamente a Thalion porque Atleus y Hylia eran demasiados poderosos e influyentes para mantenerlos en Zanzibar. Se disculpó por parte de él, por no poder quedarse a finalizar los problemas de Zanzibar, por la falta de información y la ayuda tardía. Les pidió a todos los que podían, expresamente a Jana y al padre Baldor, que ayudaran con la curación de los aldeanos. Además que toda información relevante que se supiera del caso, fuera dicha, ya que esta seria esencial para esclarecer los sucesos. Finalmente concluyó que en Thalion a dos semanas más iba a haber una comida para todos los que ayudaron y recompensa también para los que fueron contratados.

-¡si! Comida y dinero, Rik. Celebremos Ya. – dijo Thurar sacando sus instrumentos de música
Eveelina se rió discretamente
-Su caso es especial, caballeros. Ustedes y mi hermano están invitados para la comida, pero el pago por sus servicios ya fue efectuado. Señor Pintabrincos. Su pago es la rectificación del pueblo por el acontecimiento con el Sumo sacerdote, Tobias Becket. El suyo también Thurar hijo de Thur. Seria positivo reforzar la imagen suyas hiendo personalmente a Thalion con Gregory al juicio de Hylia para testificar.
-Humff…. Igual… eso no me impide tocar y celebrar
- Pues claro, será un gusto escuchar su alegre música para los heridos. Pero antes… ¿señor Pintabrincos, me acompaña a la recamara de Atleus a buscar el cofre que mencionaron?

Mientras la dama Eveelina y Rik fueron a buscar el cofre, el resto siguió ayudando a los heridos. Thurar se puso a tocar música la cual ayudó a subir los ánimos de las personas cansadas. Lynel había recobrado completamente la conciencia y se informó de los acontecimientos a través de Jana. Comió un pastel que había hecho Alvenith, según él le iba a ayudar a recuperar fuerzas. Terry por otro lado, estaba durmiendo desde que lo habían trasladado del mausoleo a la casa de Atleus. El cuyi de Jana estaba encima de su pecho montando guardia para avisarle a su dueña si es que el damnificado mostraba señales de bufoneria.

Sjekir en cambio, estaba mejorando y también dormía, no se le había visto despierto. Lamentablemente el padre Gregory no mostraba mejoras, y seguía inconsciente. Alvenith había salido a buscar con Anakair y Anvylle los utensilios del Padre Baldor, el primo de Gena, y lo que sobraba de la poción curadora de la enfermedad para que esta fuera duplicada por Jana. Gena y el padre Baldor, no se habían despegado de Bor, asegurándose que él y el resto de los niños estuviesen bien y mejorando. Lamentablemente mucho de los niños no mostraban mejoras en las manchas negras que cubrían sus cuerpos.

Cuando Eveelina regresó con Rik, llevaba en sus brazos un librote grande. Este se lo pasó a Gena con cuidado.
-Señorita Guithin, Este libro contiene las cuentas de Atleus. ¿Podría revisarlo para ver si es evidencia suficiente para lo que me contó?
- Seria un honor dama Eveelina – Dijo Gena Alejándose de la cama que tenía su hermano – Le dejare especificada la información relevante.
-Muchas gracias. Le informo que la carta de Nordan llegó a Thalion con su contrato y remuneración. Para finalizar sus servicios deberá testificar en Thalion en el juicio de Atleus sobre sus hallazgos.
-Eso sería un placer -dijo Gena sonriente.
-Caballero Anakair, su presencia en el juicio también es esencial.
- Si, mi señora
Eveelina le sonrió a Anakair
- Usted es un verdadero caballero de Ur Ignuri. Por este motivo requiero hablar en privado con usted.
Anakair se sonrojó levemente, no podía evitar de pensar que la dama Eveelina era una señorita muy bella. Pero dejó sus pensamientos atrás y la siguió afuera de la casa. Volvió después de un tiempo, sus ojos brillaban con nueva determinación.

Le Contó al grupo que Eveelina salió para ayudar a los enfermos de Zanzibar e informar, dentro de lo que se podía, a los aldeanos de la ciudad lo que había pasado. Además explicó que mañana la cuarentena se iba a levantar, y por lo tanto quien quisiera salir del pueblo era bienvenido en hacerlo.

Pasaron dos o tres horas cuando Anvylle regresó con Alvenith y Anakair trayendo las cosas y al primo de Gena. Jana ayudó a trasladar los utensilios a la cocina y se puso inmediatamente a trabajar en aumentar la cura.
Dili estaba consciente y ya estaba informado del hallazgo de Bor. Cuando lo vio en la camilla se le salieron unas lágrimas de pena. Murmuro que se veía peor de lo que había imaginado.

Para desviar su concentración en otro tema Gena le contó de lo que había acontecido después del matadero. De cómo este se había incendiado, de la gárgola que los había rescatado. Anvylle, Anakair, Alvenith y Thurar escucharon atentamente. Anvylle más que cualquiera. Ella empezó a temblar al escuchar lo que Gena relataba. ¿Una gárgola con excelente puntería?.... ¿podría ser él?

-al despertar, nos encontrábamos en una casa pequeña, deshabitada, olía a moh. Por la ventana entró un papel, en forma de puntero. Era de la gárgola, tenía que serlo. Asique me asomé por la ventana. Lo vi volando, con su capucha.

- ¿me podrías pasar la carta que la criatura te mandó?- Anvylle le preguntó en voz temblorosa
Gena buscó por un largo rato por el puntero que le había mandado la gárgola por la ventana. Anvylle no podía parar de mirar la mano de manera paranoica.
-Aquí, toma
Anvylle la tomó temblando. La leyó y la releyó en forma voraz.
““estas en Zanzibar. Escuché tu conversación con tu amigo, así que te traje acá. Busca al padre Gregory, es buena persona, te va ayudar, va con una semi elfa de falda plato. Tu carreta se quemó, igual que el matadero. Ojalá no te importe.”
-Eygon…. – suspiró – ¡sabe que estoy aquí!
Thurar y Alvenith la observaban preocupados.
-Eygon, lo mencionaste antes – dijo Thurar mirándola atentamente
-si, tengo que buscarlo – dijo Anvylle , arreglando sus cosas para salir
- ¿Quien es Eygon?- preguntó Anakair
- mi hermano, vine a Zanzibar a buscarlo…. Y también para ayudar a las personas
- espera…. ¿Tu hermano es una gárgola? ¿Que edad tiene? ¿Que le pasó? – preguntó Gena preocupada
- tiene quince, y huyó de casa, no sabe lo que hace
- HummFFFF – Se escuchó a Thurar refunfuñando
- es un crío – dijo Alvenith observando al enano de re ojo- pero va a ser difícil encontrar a un semi elfo mago, mas si tiene las capacidades de transfiguración
- ¿es un crio, o un joven? - dijo el enano - Es un semi humano de quince. Y no quiere ser encontrado. Tendrá sus razones para…
- ¡No, no las tiene! ¡Tu no lo conoces! – le dijo Anvylle enojada.
-hummff?

Thurar se sorprendió por la reacción de Anvylle. No era su intención ofenderla. Solo quería que se diera cuenta que encontrarlo sería difícil si es que el joven huía de ella. Además que por lo contado por Gena, el joven sonaba mucho más maduro que un crio. Le carcomía la pregunta de por qué había huido de casa. Tal vez las ancias de encontrar a Eygon era un mero capricho de Anvylle. Pero comprendió que la niña estaba nerviosa y que para ella encontrarlo era muy importante. Para evitarse discutir con su nueva amiga decidió no volver a comentarlo.

-entonces vámonos. – dijo Gena quebrando el incomodo silencio, se sentía identificada por la pobre niña que buscaba por su hermano - Yo les muestro la casa donde me llevó, puede que encuentres algo ahí. Dili cuidara de Bor mientras me voy.
- no se preocupe prima. Este no se escapa
- ¿Alvenith…. me acompañas? – le preguntó Anvylle tímidamente al elfo sosteniéndolo del brazo, buscando apoyo.

Anvylle seguía temblando. La súbita información de su hermano le cayó como un balde de agua fría en la cabeza. Con los muertos vivientes y la necesidad inherente que tenia de ayudar se le había olvidado casi completamente lo que estaba buscando desde un inicio. Alvenith notó inmediatamente la inquietud de la joven semi elfa. Y no pudo evitar correrle cariñosamente de la cara un mechón de pelo que tenía extraviado.
- no tienes porque preguntar

-HUMFFF!!!! ¿Y por que al come hojas se le pregunta? ¡Yo voy aunque no quieran! – dijo Thurar. No le gustaba pensar que el elfo le ganaba en amistad.
- Lo lamento por no poder acompañarlos. – dijo Anakair a Anvylle
- no te preocupes, alguien debe quedarse a ayudar a Jana y al Padre Baldor

Salieron los cuatro al mercado del pueblo. Anylle, Anakair, Gena y Thurar Conversaron un poco en el camino hasta que llegaron a la casa. Ahí Gena relató de nuevo como lo había divisado a Eygon por la ventana de la casa y todas las historias que había escuchado de él. Buscaron por cualquier información que pudiera decir el paradero de Eygon.

Ya llevaban más de una hora y media buscando

- Que pasa si se transfiguró en una taza y en realidad esta escondido aqui mismo – dijo Gena buscando en los gabinetes de la cocina
Alvenith se rió
-no, lo presentiría. Anvylle más que yo.
- como sabes eso
- Los elfos para escaparse de los enfados suelen transfigurarse en árboles o a veces piedras. Pero las elfas siempre lograban descubrir sus disfraces. No se porque. Talvez es un don del sexo femenino.
-¿hablas por experiencia? – dijo Thurar riéndose

En ese instante Anvylle apareció cabizbaja.

- ¡no hay nada! Lo único que encontré es una escama y una púa
- buscaremos los dos mañana por él. – le dijo Alvenith calmado – Eveelina comentó que levantará la cuarentena
Anvylle sonrió denuevo, por la ayuda que le prestaba el elfo
-Tienes razón, podremos buscar por castaña y cabalgar por alrededor de Zanzibar y ver si lo veo.... pero ... ¿que va a pasar con los enfermos y los eridos? Nos nesecitan.
-Ya has hecho suficiente, ademas Eveelina lo tiene todo bajo control. Consentrate mas bien en tu hermano, te lo digo por experiencia. -le dijo Gena con tristeza
- Vamos, a dormir. Sin fuerzas, no encontraremos nada mañana - regañó Thurar - Voy a llevar al Work con migo mañana, asi andamos los tres mas rapido
Anvylle al escucharlo lo abrazó con fuerza. El enano se sonrrojó.
-Gracias por la ayuda chicos.
-hummff!

Decidieron volver a la mansión de Lord Atleus para descansar y ojala dormir. Anvylle pensó en su hermano y lo que le esperaba. Si no lo encontraba en Zanzibar tenia que juntarse con su madre he irse despues ambas a Ockrome. Pero a la vez no queria despegarse de los amigos que habia logrado en Zanzibar. No podia pedirle a Thurar y a Alvenith que la acompañaran. Thurar tenia que regresar a Thalion y Alvenith..... a su tristeza andaba con Jana.


Al llegar, se encontraron con una escena peculiar. Anakair estaba en la puerta de la habitación escuchando una conversación que obviamente era ajena y que llevaba mucho tiempo. Dejó a los cuatro pasar sin problemas, seguramente la parte más interesante ya había pasado.

Adentro, Lynel hablaba con Sjekir quien estaba sentado en su cama improvisada.
- …..va a ser difícil, pero se puede – fue lo único que los cuatro escucharon
Por el otro lado del salón había otra conversación llevándose acabo
-…….sas hacer ahora? ¿No quieres acompañarnos? Habrá comida – Le dijo Rik a Jana, quien la ayudaba a vendar las heridas de Gregory
- Voy a esperar a que mejore. Pero no lo creo. Ya cumplí con mi parte del trato
- ojalá que otros también cumplan los suyos – dijo Sjekir a Lynel mientras comían
- Je, yo si fuera la chica, Lo cumpliría – se rió Terry en dirección a Sjekir.
Sjekir pareció no haberle dado importancia al comentario.

Gena decidió ignorar la conversación y se dirigió hacia la cama improvisada de Bor para ver como progresaba. El niño Estaba durmiendo y sus cachetitos los tenía rosados. Observó el brazo izquierdo, este seguía negro. Sacó de su bolso el gorrito verde de dormir que aún conservaba y se lo puso en su cabecita rizada. Lo besó en la frente. Feliz de encontrarlo vivo.
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Yôko Lun Sep 20, 2010 2:58 am

-¿Qué hice mal, padre?
-Nada pequeño
-Entonces por qué mis padres no me quieren
-No se trata de que no te quieran, sino que a veces no tienen el dinero para cuidarte
-¿Algún día volverán por mí?
-No lo sé. Mejor deja de pensar esas cosas y vamos al orfanatorio, es hora de comer
-Pero no me gusta la comida que sirven allá
-Veré que puedo hacer con ello, por ahora promete que te lo comerás todo
-Sí padre

De pronto el escenario cambiaba, se ve un despacho con muchos lujos, cuadros, libros, adornos de oro y plata, finos muebles y un sillón con decoraciones de piedras preciosas donde estaba sentado el Sumo sacerdote Tobias Becket.

-¿No podrían concederme un pequeño porcentaje de los fondos para comprar mejor comida a los niños de los orfanatos y medicina a los enfermos de los hospitales a mi cuidado?
-¡Ay Gregory! No creo que sea posible, pero ¿acaso no mantienes eso con donaciones de los fieles a las afueras de la cuidad?
-Así es, pero no es suficiente, por eso vengo a pedir que me ayude un poco
-Lo siento mucho, pero no hay dinero para ello
-¿Lo dice alguien que viste de seda y lleva anillos de oro puro y piedras valiosas?
-¿Qué insinúas?
-Que tal vez no esté cumpliendo con lo que dicta Ur Ignuri, ¿dónde queda el cuidar a los demás?, debajo de su sillón de 100000 monedas de oro quizá…

Tobías se levantó indignado del sillón y comenzó a decir algo, pero las palabras se oían distorsionadas a medida que la imagen se desvanecía…


-¿Cómo sigue el padre Gregory, Jana?
-Las heridas casi están curadas, pero aun así no se despierta
-Lo más curioso es esa fiebre que le viene con convulsiones y desaparece tan rápido como aparece- Agregó el padre Tobias Baldor
-No te irás de aquí hasta que él esté bien, ¿verdad?
-Así es Sjekir
-Es comprensible, Terry, además que preocupado no podrías concentrarte en otras cosas- Dijo Lynel
-Yo creo que esto no tiene nada que ver con lo físico
-¿A qué te refieres? Explícate, Anvÿlle, por favor
-Recuerdo haber escuchado a mi madre comentar algo similar. El padre Gregory está peleando con sus miedos, en cierta forma está cuestionando la fe… no en lo que él cree, pues todos sabemos la fuerte fe que tiene en Ur Ignuri, sino el porqué ocurren ciertas cosas, ¿cómo decirlo? Es una especie de prueba personal
-He leído sobre ello- Habló Alvenith cuando Anvÿlle terminó- La fiebre va creciendo a medida que el tiempo pasa sin que la persona se despierte y pueden llegar a morir por deshidratación. El despertar depende de qué tanto cuestiona sus creencias y las acciones de quienes profesan su misma fe, ideología, etc… Irá pasando de sueño en sueño recordando cosas del pasado y/o creando situaciones donde afronta las cosas que no le parecen bien, hasta que quede conforme con el resultado final
-En otras palabras, tiene para raaato
-Eso parece Rik, pero no es bueno- Dijo Anvÿlle algo desanimada
-No hay cura a ello, pero hay una forma de ayudarle- Todos miraron a Jana esperando que siguiera hablando- En Minas Thalion está el templo de Ur Ignuri, dentro hay una estatua de la divinidad representada como un paladín, en su mano derecha tiene una espada que apoya en el suelo… Tienen que hacer que el padre Gregory tome la empuñadura de la espada tocando el adorno de Titanita y Obsidiana.
-He oído acerca del poder de la espada de Ur Ignuri, pero siempre he pensado que son sólo creencias populares.
-Padre Baldor, ud. se sorprendería del poder que tienen las piedras, en especial cuando están relacionadas con áreas que las plantas no puede acceder. También recomendaría llevar al hermano de Gena a Minas Thalion, me preocupa que su brazo aun esté negro, necesita medicina algo más específica de lo que se pueda encontrar en pueblos del camino.
-Bor se recupera bien, no tiene la energía de antes, pero ya come, conversa y se rie
-Es verdad, Gena, pero yo preferiría que le hagas caso a la druida, yo aquí no puedo hacer más por tu hermanito y siendo sincero, también me tiene algo preocupado que su brazo siga negro…
-Está bien padre, como usted diga
-Entonces está dicho, nos vamos a Minas Thalion cuanto antes- Dijo Sjekir
-De acuerdo, no hay que perder tiempo, hay que preparar las cosas- Se sumó Lynel
-Este yo…, tengo que hacer otras cosas antes, me tendrán que disculpar

Anvÿlle salió de la habitación donde estaba el padre Gregory hacia fuera de la casona, Thurar estaba preparando a su Work para ir en búsqueda del hermano de la joven maga a penas saliera el sol…

-Pues, también creo que lo mejor es partir, las cosas acá ya están bien, por lo que nuestros servicios no son requeridos, pero no creo que vaya con ustedes, chicos, yo voy a ayudar a Anvÿlle

Alvenith se dirigió hacia la puerta cuando Jana se le acercó y empezó a hablarle en susurros y en élfico. Varios de los que sabían ese idioma trataron de entender qué hablaban, pero al parecer no estaban hablando en un élfico común, sino que usaban algunas palabras que jamás habían escuchado en sus vidas, además, como hablaban en tan bajito, no podían escuchar todo. Sjékir perdió rápidamente el interés de lo que hablaban luego de que entendiera (más o menos) que Jana se ofrecía para arreglar las cosas del elfo para el viaje, así que se puso a conversar con Lynel. Gena entendió palabras como norte, provisiones, viaje, rumores y convencer pero pronto dejó de interesarle la conversación y se puso a intercambiar palabras con el padre Tobias. Rik conversaba con Terry hasta que éste dejó de ponerle atención al escuchar que Jana le decía a Alvenith que no iría a Minas Thalion. La druida y el mago intercambiaron un par de palabras más, se dieron un abrazo, Kuro-kuro subió hasta el hombro de Alvenith y le ronroneó a modo de despedida y el elfo se fue a encontrar con Anvÿlle y Thurar para seguir la búsqueda del hermano de la joven maga.

-Si se apresuran en arreglar las cosas para el viaje, podrían estar saliendo antes de medio día
-Tienes razón, Jana, Sjekir vamos por provisiones, el viaje a Minas Thalion es largo
-Está bien, además no estaría de más pasar por el herrero para que revise nuestras armas
-Yo iré a ver si algún aldeano me vende una carreta, buscaré a mi primo para que me ayude
-Muy bien chicos, yo los dejo, necesito seguir viendo cómo van los otros enfermos

Lynel, Sjekir, Gena y el padre Tobias salieron de la habitación

-Jana, dijiste “podrían estar saliendo”, ¿es que no vienes con nosotros a Minas Thalion?
-No, Rik, no me gustan las ciudades, con suerte entro a Windilin jeje
-Pero debes venir, cómo sabrás la información que tiene Gregory para ti, no te la dirá en su estado actual
-Tal vez el destino no quiere que sepa esa información
-No digas eso, ¡vamos Jana! ven con nosotros. ¡Será muy entretenido! La primera aventura de los tres fantásticos de Zanzibar fuera de Zanzibar XD
-Rik tiene razón, además cómo seremos los tres fantásticos de Zanzibar si falta uno
-Jeje, está bien iré

************************************************************************************

-¿Está todo listo Thurar?
-Pues a lo que termine de ponerle la montura a Grom partimos
-¿Se llama Grom? No sabía jeje, es un nombre gracioso

El Work resopló muy fuerte

-¡oh! No te lo tomes a mal- dijo Anvÿlle acariciando al animal- que sea gracioso no significa que no es bonito. Me gusta ¿sabes? Suena poderoso

Thurar recién había terminado de revisar que la montura estuviese bien puesta y segura cuando Alvenith se unió a ellos

-¿Vamos?
-Sí, Anvy, pero quería sugerir algo distinto para hoy
-¿Qué cosa elfo?
-Pensaba que tal vez podríamos separarnos. Anvy puede buscar en el pueblo, pues debería de sentir a su hermano y nosotros vamos a las afueras a ver si tenemos noticias de la gente de los alrededores
-Es buena idea, con mi Grom puedo andar más rápido y recorrer más terreno
-Me parece bien
-Reunámonos aquí mismo
-Salió hace muy poco el sol, juntémonos antes de que las sombras estén bajo nuestro
-Está bien, gracias chicos n_n

Anvÿlle pasó toda la mañana recorriendo los lugares del pueblo por donde no habían estado antes, para ver si su hermano habría pasado por ahí…, debería de haber un lugar donde se quedara a dormir o donde encontrara comida para alimentarse, pero nada… Cansada y desanimada regresó a la entrada de la mansión de Atleus.
Thurar ya había llegado y le pasaba un cepillo a Grom.

-Te ves triste Anvy
-Sí, es que no encontré nada nuevo…, espero tú y Alventih me tengan buenas noticias
-¿Hablaban de mí?
-¡Alvenith!
-Sí, jeje, soy yo. ¿Qué novedades tienen?
-Ninguna u_u
-Yo fui hacia el sur de Zanzibar, varias personas dicen haber visto una especie de gárgola que les ayudaba de vez en cuando, pero hace algunos días que no le ven
-Entiendo, gracias Thurar- dijo Anvÿlle mientras le abrazaba
-Yo me dirigí hacia el norte de Zanzibar y me han dicho cosas muy similares a lo que Thurar dijo, sólo que aseguran que le han visto dirigirse al norte
-¿Al norte? Creo saber a dónde va

Su hermano iba a las tierras de los orcos estaba segura, como ya había pasado todo el peligro en el pueblo él había decidido seguir con su misión principal y ahora ella también debía de partir. Le daba algo de pena dejar a la gente que había conocido, pues se habían portado tan bien con ella, habían pasado momentos buenos y malos, pero todos permanecían unidos, era extraño después de todo, siempre era sólo su hermano su compañero de aventuras. Pero no podía pedirles que le acompañaran, podría ser peligroso y no quería que les pasara algo malo, no se lo perdonaría… ¿acaso esto se sentía cuando se tenían buenos amigos?

-Y a dónde va- Los pensamientos de Anvÿlle se vieron interrumpidos por la voz de Thurar
-Hum…, no importa, no se preocupen, puedo ir sola hasta la ciudad donde mi hermano va, además queda muy lejos
-Si es hacia el norte podrías ir con nosotros a Minas Thalion, le puedes pedir a Sir Doryan que en vez de una recompensa por la ayuda te de lo necesario para seguir tu camino, no es bueno salir así como así por Épica
-No creo que sea una buena idea
-¿Cómo que no? No puedes valerte sólo de tu magia para defenderte y comer hojas para alimentarte.
-Thurar tiene toda la razón, necesitas prepararte bien para un viaje largo
-Estamos de acuerdo elfo
-Además, Anvy, si vamos a Minas Thalion, yo te puedo acompañar luego
-No, en verdad estaré bien, además seguro Jana se molestaría porque la dejas sola…
-Jana es una buena amiga, ella sabe que en algún momento tendríamos que separarnos, ella tiene su propia misión y el acompañarte puede ser un excelente entrenamiento para mí
-¡Ay! Gracias Alventih - Anvÿlle abrazó efusivamente al mago por el cuello
-Cof, cof! Yo también te puedo acompañar, pero a lo que me liberen en Minas Thalion
-Gracias Thurar- Dijo Anvÿlle con una enorme sonrisa
-Entonces esta dicho, nos vamos a Minas Thalion
-¡Sí!
-Chicos, qué bueno que los encuentro, preparamos algo de comida para que almorcemos antes de salir
-Gracias Rik, vamos de inmediato

Habían puesto una improvisada mesa en la cocina (que es enorme) y varias sillas, ya que el comedor aun servía para atender enfermos. Estaban Lynel, Sjekir, Eveelina, Anakair (quien sale a ayudar a la gente del pueblo antes de que salga el sol y por lo general regresa muy tarde por la noche), Terry, Gena, Bor, el primo de Gena, Jana y ahora llegaban Anvÿlle, Alvenith, Thurar y Rik.
La comida no fue obstentosa, más bien sencilla, el comercio aun no se restablecía en el pueblo, pero fuera de ello, fue muy ameno como cualquier cosa donde participase Terry.
Cuando terminaban de comer, Eveelina habló

-Ya he dado mi autorización para que los que quieran partan a Minas Thalion, los acompañarán algunos soldados a cargo de Anakair, quien es alguien de mi confianza (al decir eso, el joven paladín se sonrojó sutilmente), más que nada porque necesito que mis hombre traigan al regresar algunas provisiones y otras cosas más. Espero no les moleste.
-No, para nada, entendemos que quieres controlarnos
-¡Tan inmaduro, Terry!
-Jajaja, ¿te da miedo que me pierda en el camino?

Eveelina hizo como si no escuchara lo último que Terry dijo y siguió hablando

-Espero tengan un buen viaje, yo ahora me retiro a seguir supervisando que todo vuelva a la normalidad aquí
-Muchas gracias dama Eveelina, ojalá la vea muy pronto

Eveelina le dirigió una leve sonrisa a Anakair antes de salir

-Entonces ¿todos vamos a Minas Thalion?
-Eso parece

Los chicos fueron a acomodar las provisiones en la yegua de Anvÿlle, el Work de Thurar y algunas en la carreta que Gena compró, mientras las chicas ayudaban a juntar las cosas de Anvÿlle y del padre Gregory. Ya estando todo listo, partieron rumbo a Minas Thalion.
Tanto el padre Gregory como Bor iban recostados en la carreta de Gena. El pequeño Bor dormía mucho en estos días y a veces despertaba llorando o incluso gritando, seguro el pequeño pasó por momentos muy duros.
No hubo problemas con en el viaje durante el resto del día, al llegar la noche montaron campamento en un claro del bosque por el que pasaban y cenaron.
Los soldados sortearon los turnos para hacer guardia y los demás fueron a dormir.

Terry no podía conciliar el sueño, salió de la carpa que compartía con Rik y se subió a un árbol para contemplar el campamento, ninguno de los soldados notó su presencia. Acomodado en una rama alta y gruesa, comenzó a mirar el cielo de un negro profundo con miles de estrellas de distintos tamaños, la luna aparecía a lo lejos… De pronto escuchó un leve crujido, se puso alerta, al parecer ninguno de los soldados se había percatado de ese ruido… y ahí estaba de nuevo ese crujido, pero un poco más lejos, alguien se alejaba del campamento con mucho sigilo, pero no lo suficiente para que el asesino no se diese cuenta. Terry decide seguirle, con suma agilidad y destreza pasa de árbol en árbol parando de vez en cuando para escuchar el crujido, quien sea, sabe cómo moverse en un bosque sin ser visto.
Más adelante había un pequeño claro y el ser se dirigía hacia allá. El asesino se adelantó y esperó en un árbol a la orilla del claro. La persona llevaba una capa que cubría el cuerpo y el rostro. Terry se lanzó desde la rama sobre la persona, quien trató de defenderse, de pronto sintió una mordida en la mano.

-¡Auch!
-Cuííí
-¿Kuro-kuro?
-¿Terry?
-¡Jana! ¿Qué demonios haces aquí?
-Este… yo
-¿No pensabas escapate, verdad?
-Terry, de verdad no puedo ir a Minas Thalion, por favor no me obligues
-Pero, ¿por qué?
-Es un asunto personal
-¡Vamos, dime!
-No quiero
-Jana…
-¡Suéltame!

Jana empujó a Terry que aun estaba sobre ella, se levantó rápidamente, empezó a correr hacia el otro lado del claro, pero el asesino es más rápido y la pilla. Abrazándola fuerte le susurra en el oído

-Cuéntame, prometo no juzgarte, confía en mí

Jana intentó liberarse, pero no puso, después de unos minutos de silencio ella habló

-Cuando empecé a recorrer Épica para aprender de forma más práctica, buscando unos ingredientes terminé en Minas Thalion, los había buscado todo el día sin tener éxito, estaba muy cansada así que decidí buscar un lugar para quedarme. Ocurrió que pasé cerca de una taberna y un tipo se me acercó, se notaba que había tomado más de la cuenta pues olía mucho a alcohol… Me empezó a hablar y yo educadamente le dije que me dejara tranquila, traté de alejarme, pero me siguió yo…, yo no conocía la ciudad, así que terminé metiéndome en un callejón sin salida. En ese tiempo aun no conocía a Kuro-kuro ni había comprado mi cuchillo, así que en cierta forma estaba sola.

Jana empezó a tiritar, Terry la soltó y se puso delante de ella

-El tipo me atrapó y comenzó a quitarme la ropa, traté de defenderme, pero él tenía mucha fuerza, era una sensación horrible, tenía mucho miedo
-Jana...
-Desesperada lancé un hechizo, que mató al hombre, quedé llena de sangre, me vestí, tomé mis cosas y salí huyendo… jamás volví a pisar una ciudad hasta que volví a Windilin

Jana lloraba, Terry la abrazó y sin dejar de abrazarla le habló

-Jana, nunca te voy a obligar que hagas algo, pero necesito que vengas conmigo, por favor no me dejes solo. Yo te protegeré en Minas Thalion y en cualquier ciudad pueblo, bosque, llanura…, te protegeré de todo y nunca dejaré que alguien te dañe, pero ven conmigo, ¿sí?
-No quiero, no sé ni porqué confío en ti, también eres de Minas Thalion
-Pero yo jamás te haría daño, Jana no dejaré que te pase algo, ¡lo juro! Ven conmigo
-Esta... esta bien
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Is@ Lun Sep 27, 2010 10:43 pm

En la mañana siguiente, los viajeros continuaron su rumbo a Minas Thalion. Terry y Thurar animaban el viaje con sus locas canciones, una y que otra vez Anakair les exigía que mantuvieran su compostura, especialmente respecto de descripciones irrespetuosas a los reyes de Épica.
Las chicas se reían de todos estos improperios, incluso Gena que se dedicaba a taparle los oídos al pequeño Bor a pesar que estuviese dormido.
Sjékir no paraba de pensar en Atleus y en cómo iba a poder ingresar a la prisión de Minas Thalion...sabía que sólo no podría hacerlo.
Alvenith pensaba en cómo iba a recuperar sus poderes durante este viaje.
Todos, de una manera u otra estaban sumamente preocupados del Padre Gregory quien no se inmutaba y se encontraba en un sueño profundo.

Después de almuerzo, y teniendo una distancia mucho mayor de Zanzibar, decidieron dividirse de manera estratégica para evitar posibles emboscadas.
Los soldados de la orden del sol que los acompañaban estaban escoltándolos hacia los lados de la comitiva.
Rik y Thurar encabezaban al grupo. Terry se alejaba a observar el camino que tenían delante y de repente se dirigía una y que otra palabra a ellos. Ellos conversaban ciertas experiencias que tuvieron en su niñez.
- En realidad que seas Bardo cuando tus padre era herrero, ¿en qué estabas pensando? - comentó Rik a Thurar.
- En lo que uno quiere Rik, en las pasiones y en los deseos de la vida. ¿Qué es aquello que te llama a ser?
- Pues...mmmm... - quedó pensando Rik en su vida pasada de ladrón - el ser feliz pero de manera más segura posible
- ¿Siendo compañero de ése? - respondió Thurar señalando a Terry - Jajajajajajaja.
- ¿Y quién dará más seguridad que un mejor amigo como yo, ah? - interrumpió Terry
- ...sabes? Retiro lo dicho - dijo Rik pensando en todos los problemillas en los que lo había metido Terry
- Jajajajajaja
Detrás de ellos iba Sjékir que a penas se inmutaba de las carcajadas que profería el enano. Constantemente miraba hacia atrás para ver a Lynel y Jana conversando, mientras que Kuro-kuro movía su cabeza de un lado a otro observando quien tuviese la palabra.
Lynel y Jana se habían llevado bastante bien y hablaban sobre muchas recetas y pociones, y cómo ciertos ingredientes típicos de la cocina podían a llegar a ser extremadamente nocivos si es que se mezclaban en ollas de metales específicos.
- Mmmm, sería interesante que hiciéramos un trueque de conocimientos. Tu, algunas pociones básicas y yo algunas otras recetas que creo que ni tu conozcas - comentó Lynel contenta de estar compartiendo el viaje con una chica inteligente y conocedora de Épica. Sentía un poco de pena que después del asunto de Atleus en Minas Thalion tendrían que separarse.
- Sí! sería muy entretenido...te podría enseñar algo sobre pociones, pero espero que no experimentes nada en el futuro al respecto ya que puede ser muy peligroso si no cuentas con un profesional - le decía Jana quien todavía, a pesar de lo acontecido la noche anterior, no estaba segura si llegaría a Minas Thalion.
- Pues...entonces díme, ¿qué cosas se puede hacer con un puerro?
- Ufff...muchísimas...apuesto a que son más que los platos que lo contienen
- ¿Bromeas? Creo que hay mucho que aprender...

Detrás de las chicas, venía Alvenith junto con Anvÿlle que dirigían a pie a Grom y a Castaña. Ellos conversaban sobre los animales. A ella le había sorprendido mucho su habilidad con el Work.
- ¡Son pocos los que pueden montar una criatura así!
- No es nada especial...además ese enano puso de su parte para amansarlos...
- Si, así lo hizo Thurar al principio, pero mientras ibamos hacia la casa del Padre Tobías Baldor lo pudiste dirigir bien, y ahora mismo también...¿tiene que ver con un encantamiento?
- No, es una técnica, no tiene nada que ver con la magia. Me enseñaron a cómo tranquilizar a las criaturas, pero no es difícil. No son tan diferentes de nosotros, ¿sabes?
- Si!! Yo no entiendo cómo Eygon sólo los ve como fuente de alimento y vestido.
- Por lo que he oído, ustedes son hermanos bastante diferentes...
- Así es, pero...tenemos el mismo color de cabello - dijo sonriente Anvÿlle, pasándose una mano su largo cabello y recordando una de las únicas cosas que Eygon conservaba y tenían en común.
- No es muy común en esta zona...¿no tendrán parientes en el norte?
- Pues...madre es del norte, no sé de qué parte...¿y tú?

Detrás de ellos, venía la carreta de Gena en la que estaba el Padre Gregory. Bor había despertado después del almuerzo y caminaba al lado de Gena.
- Por Ur Gothard, sería mejor que fueras sentado en la carreta junto al Padre Gregory
- No pienso ir allá...a menos que esté muy cansado. No quiero estar todo el día recostado.
- Pero Bor...- Gena tenía muchas ganas de saber qué cosas espantosas le habían hecho, pero no quería que Bor las recordara. - ¿Tu brazo?
- Es el brazo lo que duele, no son las piernas. No se preocupe, Señorita Guithin, cuando llegue la noche, dormiré por mucho más tiempo - añadió interpretando a uno de sus clientes frecuentes que solía pagar por sus servicios meses después y siempre prometía que iban a ser con cuantiosos intereses.
- Ese bastardo de Hangter...todavía me debe 300 mil monedas de oro...obviamente se los cobraré en intereses...- mientras ella pensaba en voz alta, Bor se dirigió rápidamente hacia Alvenith y Anvÿlle
- ¡Hola!
- Hola...¿no deberías estar descansando? - dijo Alvenith.
- No! En estos momentos me siento mejor - y se dirigió a Anvÿlle - y usted, insurrecta ¿cómo no saluda a los mayores?
- jaja Buenas tardes señor Bor, ¿cómo ha sido el viaje?
- Aburrido!!
- ¿En serio? Pues...no debería ser así...
- Bor! No molestes a los chicos! - exclamó Gena de atrás.
- Háblame de cómo es la vida en Umghard
- Más aburrida todavía! Pero yo creía que los viajes iban a ser más entretenidos
- Tienes que hacerlos entretenidos
- Quiero estar con los chicos adelante!!
- De ninguna manera - exclamó Gena, tomándole la mano a Bor
- Si quieres te cuento una historia...claro que seguro la hallarás muy aburrida...- dijo Anvÿlle haciéndose la desinteresada
- Peor es nada, ¿de qué se trata?
- Se trata de alguien parecido a ti
- ¿A si?
- Así es
- Bueno, ¿qué esperas? Cuéntala!

Érase una vez, un chico que vivía muy triste en un lugar oscuro, estaba sólo. No encontraba con qué entretenerse. De pronto, el tuvo una idea. La tomó y le dio forma. De sus manos salieron muchas luces las que se dibujaron en esa oscuridad. Ya no estaba a oscuras, podía ver. Por mucho tiempo el se entretuvo tomando las luces, lanzándolas por el espacio, viendo qué figuras dibujaban, hacia dónde paraban, algo que nunca supo, pero se las ingeniaba para iluminar lo más posible su entorno. Sin embargo sintió que las luces no eran suficientes. Ello no obstó a que tuviera una segunda idea. Tomó varias de las luces que había creado en sus manos, formando esferas y las fue apretando hasta que no quedara brillo en ellas. Este nuevo objeto se caracterizaba por ser moldeable. Así, el niño siguió jugando, creando más bolitas, y les dió a cada una de ellas textura distintas. Así siguió por mucho tiempo...hasta que se aburrió nuevamente. Se preguntó cómo sabrían estas bolitas y se hechó la última que estaba haciendo a la boca, pero sintiendo que tenían un gusto espantoso, la sacó y vio que ésta había adquirido un nuevo color. Interesado, decidió hacerse pequeño y ver más de cerca las texturas que había formado. Ahí dentro se dio cuenta que no sólo había formado simples texturas, sino también cosas que crecían y se movían. Se maravilló tanto al ver su creación, que fue a ver a las otras esferas y repitió el proceso. Para cuando regresó a la primera, había pasado tanto tiempo, que todo había cambiado...existían seres de toda clase y especie. Habían unos cuantos que se decían llamar "personas" y se creían poseer su poder creador. Tanto es así que muchos de ellos lo negaron. Pero eso a el no le importó, tenía muchos asuntos que atender, lugares que expander, muchas cosas por entender y aprender...

- Pero...¿cómo se llama ese niño con tanto poder?
- Elin...y en realidad es un Ur
- ¿Cómo me estás comparando con un Ur?
- Pues...podrias aprender una lección del dios de la creación. Nunca se aburría a pesar de estar completamente solo, siempre tenía algo que hacer...
- Si eso es cierto...ser un Ur...eso sería interesante...- dijo Bor. Se soltó de Gena, tomó un poco de tierra y una cantimplora y se sentó en la carreta, haciendo bolitas de barro.
- No se te ocurra meterte una bola en la boca Bor! - le recriminó Gena.
- ¡No soy tonto! respondió Bor.
- Gracias por haberlo entretenido, ¡es tan complicado tener hermanos menores! - exclamó Gena
- Jajajaja, dímelo a mi...los hermanos pueden ser de lo peor...
- Yo no me acuerdo que la historia de Elin que cuentan los humanos haya sido así - comentó Alvenith en voz baja de manera que Bor no los escuchara
- Pues...me gusta más esta versión jajajaja. Madre cree fielmente en Ur Elin, y bueno, yo también, pero me gusta más Ur Terra
- Para mi Ur Elin es producto de las propagandas creadas por el Rey Kalec para atraer a más turistas a la región. - dijo Gena
- Yo en realidad creo más bien en los dragones Apsu y Tiamat como creadores de los Urs de Épica que a Elin...pero al igual que tu, también prefiero a Ur Terra.
- Me alegro que ustedes crean en buenos Urs...hay quienes se creen todos poderosos o siguien a Urs que traen a la perdición - comentó Anakair que vigilaba la retaguardia de la comitiva. Además habían soldados a los costados de ésta.
- Tu Ur es lejos el más complicado de todos a seguir - dijo Alvenith a Anakair.
- Uff si, especialmente porque hay muchos de sus clérigos que están tan cerca del poder...- agregó Gena.
Anakair suspiró - Si las cosas han estado maso menos, son pocos los que lo siguen fielmente - respondió mirando de reojo al Padre Gregory - yo oro a Ur Ignuri para que el mejore y tome el camino correspondiente. El es un buen hombre y necesitamos más personas como el para que el credo siga adelante...

Becket se había levantado de su sillón y dijo indignado a Gregory
- Las instituciones funcionan sólo con dinero, no basta que sea todo amor porque de esa manera las personas no viven!
- Pero si pueden vivir de ese sillón. ¿Por qué no lo vende?
- ¿Vender mi sillón heredado por los grandes clérigos anteriores? ¿Usted está loco?
De repente todo se detuvo. Becket no había alcanzado a cerrar la boca después de proferir su exclamación. Gregory se sorprendió, pero ello no obstó a que caminaria hacia Becket y le respondiera:
- No, es usted quien está loco
- ¿O crees realmente que es así? - dijo una voz de una mujer que deseó nunca haber conocido
- No...tu ya no debes estar aquí...te vencimos
- Y sin embargo...estoy acá...¿realmente cree usted que es Becket quien está loco o es usted quien ha imaginado una ilusión?
- ¿A qué te refieres?
- Las personas nunca siguen el bien comun, sólo buscan sus propios intereses tal como profesan los verdaderos Urs: Evilnuri, Korkill y Lidgit. Ur Ignuri nunca existió. Es una versión contraria a Evilnuri creada para derrocar a los verdaderos dioses.
- ¡Eso no es verdad!
- ¿A si? - dijo moviéndose sutilmente por la fina habitación, pasando al lado de Gregory y continuó - ¿Y qué es la verdad? ¿Con la postura de Becket piensas probar tu punto de vista? ¿Con la razón por la cual el rey exige obediencia de sus súbditos? ¿Tu crees realmente que el busca el bien común para la comunidad?
- No, pero no todas las personas son así
- Igual de desilusionados que tu, Gregory, siguiendo a un falso dios...- le dijo poniendo su dedo índice en sus labios para callarlo. - Gregory, si no cuesta nada, sigue a aquellos que benefician a los grandes y no a los pequeños...es mucho más fácil...¿por qué complicarse tanto?

De nuevo la imagen se desvaneció

Gregory comenzó a mostrar signos de convulsiones. Bor que estaba jugando con sus bolitas de barro se asustó.
- Hermana!!!
No sólo Gena, sino todos fueron a ver lo que ocurría, pero pronto terminó, continuando su eterno descanso.
- ¿Gregory? - dijo Terry meciéndolo - Ánimo, que no falta mucho por llegar. Te pido que seas fuerte, no dejes que esto te gane...

Pronto anocheció, y se instalaron en un sitio en donde se preparó la cena, estofado de puerro y un par de liebres. Bor había quedado sucio de tanto jugar con el barro, por lo que antes de irse a acostar fue obligado a un baño.
- Mañana llegaremos al ocaso a Minas Thalion - informó Anakair
- Este viaje ha sido muy lento - reclamó Terry - Deberíamos seguir caminando en la oscuridad. Si en esta zona nunca pasa nada...
- Nos conviene descansar, además nunca se sabe...esta zona solía estar plagada de monstruos. No me sorprendería si aparece un cíclope
- ¿Un cíclope? Esas son historias del pasado...ahora lo más terrible que nos podemos encontrar es con un escuálido ladrón.
- Pues nos toca un ascenso hacia las montañas, hay que estar preparado para ello
- ¿Cómo si no estuviésemos? ¡Gregory no puede esperar mucho tiempo más!
- El encargado de la comitiva soy yo, no tu, y yo digo que nos quedamos a descansar acá, ¿está claro?
- Si....- respondió Terry alejándose del grupo hacia el bosque.
Sjékir lo siguió.

- Solecito....¿qué se viene a creer? Sólo porque mi hermana le ha caído bien...
- ¡Hey, asesino!
- Oh, es increíble, ¡has recuperado la lengua que Hylia te había mutilado!
- No estoy para bromas. Sigue pendiente nuestro trato.
- Así es. Yo sé perfectamente como llegar hasta el lugar donde tienen encerrado a Atleus. De hecho, podríamos hacer las cosas más fáciles si te contrataran como verdugo.
- No es mi estilo, pero no levantaría tantas sospechas.

- ¡¡¡AAaaaaaahhh!!! - un grito estremecedor se escuchó por sobre las copas de los árboles.
Los dos salieron de inmediato a ver lo que ocurría.
Un grupo de al menos 20 ladrones estaban intentando saquear la comitiva.
- ¡Dejen la carreta! - gritaba Gena enagenada, mientras los demás preparaban sus armas para el combate.
Los que estaban tocando la carreta nunca supieron lo que les pegó. Sus cabezas rodaron por el suelo por la espada de Terry.
No se les hizo difícil a los guerreros terminar la pelea. Lynel, Sjékir, Terry, Anakair y los soldados que estaban presentes fueron más que suficientes para terminar con ellos.
- Ya había sido demasiado descanso para 2 días...- suspiró Rik.

Registrando a un cadáver, Sjékir comentó - Venían de Amnadia. Las cosas deben estar bastante feas para que hayan tenido que cruzar las montañas para robar a una comitiva bien armada.
- No creo que hayan sido un simple grupo de ladrones - continuó Terry, y mostró el símbolo que uno de los ladrones llevaba
- Es el símbolo de Tignar...pero ¿por qué? preguntó Anakair
- No sé, pero convendría descansar en otro lugar - dijo Sjékir.
- Yo insisto que debemos continuar - agregó Terry
- Soy de la idea del Sr. Sleirk...debemos ir a otro lugar a descansar.
Lynel se acercó a los chicos con una cara de angustia y preocupación
- ¿Y a ti que te sucede? - le preguntó Sjékir
- Es Jana...no la he podido encontrar...
Terry inmediatamente salió a registrar los bosques aledaños.
"¡Ella me había dicho que vendría! ¿Cómo se le ocurre aprovechar estos momentos para huir?"

Lynel había dado aviso a los demás, por lo que todos comenzaron a buscar en pequeños grupos por los sectores circundantes, especialmente hacia las montañas porque pensaban que uno de los ladrones, durante la confusión del combate, la había secuestrado.
Thurar, Rik y Anakair componían un grupo, mientras que Sjékir y Lynel estaban en el otro, además tenían algunos soldados repartidos.
Gena, Anvÿlle, Alvenith y un paladín se quedaron cuidando de las cosas en el campamento mientras los demás la buscaban. Para ellos el tiempo pasaba lentamente…
- ¿En qué momento la secuestraron? - decía preocupada Gena al lado de su hermano que lograba al fin conciliar el sueño después del gran susto.
- ¡No podemos quedarnos acá sin hacer nada! - exclamó de repente Anvÿlle, y a pesar que el paladín, llamado Javik, se opuso a la idea de desobedecer las órdenes de Anakair, ella fue a preparar a Castaña para investigar los alrededores.
- No puedes ir sola...puede haber más personas de esa calaña por esta zona - dijo Alvenith.
- Chicos, vayan, a lo que yo...me quedo, hay que cuidar al padre Gregory y a mi hermano...por otro lado tengo un buen presentimiento en todo esto. Creo que todo saldrá bien - comentó Gena llevándose la mano al pecho y cerrando sus ojos, para luego sumirse en un estado de meditación y oración "Sin embargo...no logro entender por qué presiento que los problemas en nuestro viaje a Minas Thalion no han terminado..."

Alvenith y Anvÿlle se subieron a Castaña y emprendieron un trotecillo calmado, de manera de no alertar a quienes anduvieran en su entorno. Ellos decidieron tomar el camino hacia la llanura de Thalion, ya que todos los demás estaban buscando en las laderas de las colinas, el lugar por donde habían descendido.los rufianes.
- Creo Imagogem entonó Anvÿlle haciendo que se camuflaran entre la naturaleza - no debieron habérsela llevado demasiado lejos, ninguno iba montado sobre un caballo...
- No creo que la hayan secuestrado...Jana tiene medios para evitarlo, creo que no estaba con nosotros cuando nos emboscaron. Además de haberlo estado, la hubiésemos visto siendo llevada por uno de ellos.
- No lo sé...igual había mucho jaleo. Tengo miedo que a Jana le hayan hecho algo muy malo- Anvÿlle estaba un poco preocupada ya que durante la batalla ella había sentido un dolor en el dedo que llevaba el anillo que le había regalado su madre. No había sentido ese malestar desde que luchó contra los zombies en la posada...después de un silencio, Alvenith retomó la conversación:
- Anvy, no te preocupes. Como dijo Gena, Jana debe estar bien. Además, ella pensaba en…- Alvenith cortó la frase, quería decirle que ella no pensaba acompañarlos a Minas Thalion para tranquilizar a Anvÿlle, pero esa información le había sido confiada por Jana sólo a el
- ¿Si? ¿Qué pensaba hacer Jana?
- Em…tendrá sus razones para estar sola. Las personas necesitan de cierta soledad para pensar mejor el rumbo que ellos levan de su vida - concluyó Alvenith.

Anvÿlle estaba por responder a Alvenith cuando encontraron el paradero de Jana. Estaba sola al lado de un sauce cercana a un arrollo. Aparentemente no había notado su presencia.
Anvÿlle se bajó lo más sigilosamente que pudo de la yegüita. Jana devolvió su mirada a ellos, notando su existencia, pero no huyó.
- Jana...¿Qué haces acá? - preguntó Alvenith bajándose de Castaña.
- Necesitaba un momento para pensar...sobre cosas
- ¿Ves? – le susurró Alvenith a Anvÿlle
- Jana…pudiste habernos avisado que te ibas a separar del grupo, estábamos preocupados- dijo Anvÿlle.
- Eso no debería darles tanta preocupación - respondió ella
- Pues si nos importas...¡nos acaban de atacar una banda de ladrones y pensamos que lo peor te había sucedido! - le reclamó Anvÿlle, perdiendo un poco la paciencia - ¡todos están allá, preocupados, buscándote, y tu estás acá sentada como si nada!
- En primer lugar, no sabía que los habían emboscado...siento haberlos preocupado...ahora que saben donde estoy, pueden ir a informarle a los demás que estoy bien.
- ¿Es que no nos has escuchado? ¡Nos acaban de atacar! ¡Puede ser que algunos de esos tipos estén rodeando estos lugares!
Jana sabía que no iba a lograr que Anvÿlle se marchara así como así, por ello dio un suspiro y reconoció – Es que no quiero ir a Minas Thalion…
- Pero...¿por qué?
- Estaría desviándome de mi camino...además no me gustan las ciudades pobladas, me dan asco...
- Jana...las ciudades cambian
- Y estarás con una compañía que no contarás cuando viajes sola
- Además, si es que Gregory no sale de su estado de sueño el va a necesitar toda la ayuda posible para conseguirlo o…¿se te ha olvidado la verdadera razón por la cual llegamos a Zazibar?
-...
- ¿Cuí? - de repente salió Kuro-Kuro subiéndose al hombro de Jana tratando de verle su expresión.
- ...bueno, tienen razón, puede ser que Minas Thalion haya cambiado desde que me fui...y es distinto estar acompañada que estar sola...además sentiría una angustia enorme el saber que no funcione la cura con Gregory...- y diciendo estas palabras, la druida dio un suspiro y le puso final al tema. ¿Qué podría salir mal en Minas Thalion?
- ¿Así que vendrás con nosotros?
- Así es.
- Muy bien n_n - exclamó Anvÿlle abrazando a una sorprendida Jana - ¡Iré a buscar a los demás!- anunció mientras se subía a Castaña.
- Comprendo lo que piensas de Minas Thalion...los humanos tienden a ser seres poco cuidadosos en sus ciudades...- se le escuchó comentar a Alvenith.

De esta manera, todos llegaron al lugar donde habían encontrado a la druida para volver a instalar el campamento.
Todos se aliviaron al saber qué sólo había dedicado un tiempo a solas para planear sus futuros viajes. Terry comprendió que ella necesitaba un tiempo para pensar si ir o no a Thalion...
Los guerreros tomaron turnos para vigilar durante la noche, y ésta pasó sin ningún problema.

Pronto el día llegó, y las primeras horas de la mañana, emprendieron rumbo hacia Minas Thalion. En forma más silenciosa, y apurada, lograron por fin divisar la ciudad, tal parecía que iban a llegar mucho antes del ocaso que había pronosticado Anakair.

De lejos, Jana vio que esa ciudad había cambiado para peor. Se veía más sucia de lo que ella se acordaba y más pobreza. Terry la tomó de un brazo y acercándola le dijo
- No tienes por qué temer, Jana, estamos contigo
- ...las palabras no son suficientes para convencer las memorias, Terry...pero tengo la certeza que nada malo me va a suceder.
- Gracias por acompañarnos - le respondió con una gran sonrisa.

Un grito de guerra se escuchó detrás de ellos, al voltearse vieron cómo un grupo de 60 ladrones amnadianos montados a caballo se acercaban amenazadoramente hacia ellos. No estaban lo suficiente cerca de la ciudad para huir y guarnecerse dentro de sus murallas. De inmediato vieron flechas zurcando los aires hacia ellos. Lograron mover la carreta detrás de unos montículos de tierra. Gena quedó cuidando de ésta y trató que quedara lo más oculta posible.
Tendrían que pelear ahí mismo y rogar que los thalianos enviaran soldados a luchar.
Pronto, Alvenith, Thurar, Jana y Anvÿlle estaban disparando flechas, mientras Rik lanzaba rocas con su honda. Sin embargo, los jinetes no tardaron en llegar, así que Sjékir, Anakair, Lynel y Terry entraron a luchar en forma más directa contra ellos. Los otros caballeros de la orden del sol se confundieron entre la batalla.
- No son ladrones cualquiera...muchos de ellos son magos...- afirmó Alvenith que no paraba de disparar flechas de fuego.
- Mejor...más fáciles de eliminar - comentó Thurar.
- ...pero tienen ataques menos predecibles - dijo Rik.
- Creo Herbam - pronunció Anvÿlle formando una cruz con sus brazos. El pasto formó nudos de manera que los caballos tropezaron con éstos y los jinetes calleron, lo que hizo más fácil enfrentarse a ellos.
- ¡Buena manera de ejemplificar, Anvy! - dijo el halfiing felicitando a la semi elfa.
- Gracias ^^.

Le había llamado la atención las peleas que había tenido durante el viaje. Vió que muchos de sus compañeros estaban ya tan acostumbrados a esta clase de combates inesperados. Primero, los zombies, y ahora una horda de ladrones. Ella se imaginaba que tendría que luchar, pero a lo más con un escuálido ladrón...ahora sabía porqué su madre y su tía les decían que no se alejaran tanto del hogar. Ella pensaba que sólo algunos viajeros tenían problemas, pero no todos. Además, su anillo no dejaba de molestarle, tanto era que quería sacárselo a toda costa.

- ¿Qué pasa Anvy? - preguntó Thurar al ver su expresión
- No, nada tan preocupante, Thurar. Temo que tenemos que salir de esta situación cuanto antes...deberíamos huir
- ¡¿Huir?! Pero estamos teniendo la delantera...
- ¡¡Ahhhh!! - exclamó dolorosamente Rik callendo al suelo producto de una flecha.
- ¿Tenías que hablar enano? - lo retó Alvenith
- Ustedes sigan disparando, yo me encagaré - dijo Jana, dejando su arco y flechas, se dispuso a ayudar a Rik con los brebajes que había preparado antes de partir de Zanzibar.

Quedaban unas 30 personas, ninguno andaba a caballo. En realidad Thurar tenía mucha razón, ellos contaban con guerreros formidables, aunque estuviesen heridos seguían peleando con muchas energías. Había tan sólo 3 personas que no podían continuar debido al estado de sus heridas. Sin embargo, ninguno estaba preparado para lo que acontecería a continuación.
- ¡Rego Corporem! - gritó una persona del bando contrario.
Todos comenzaron a sentise atraídos gravitacionalmente al suelo.
- ¡Esto no puede estar ocurriendo! - dijo Thurar quien fue el primero en caer.
Así cada uno fue cayendo boca al suelo. Alvenith trató de oponer más resistencia empleando una serie de hechizos que podrían haber funcionado en el pasado, pero que en estos momentos no daban resultados, mientras Alvÿlle hacía lo posible para controlar el aire debajo de ella para evitar el contacto con el suelo, pero fue imposible. Los ladrones comenzaron a registrar las pertenencias de cada uno de los viajeros. El hechicero que había causado tal poder, se acercaba hacia donde se encontraba ella lentamente ¿Sería este su final?

- ¡Alto ahí! - se escuchó la voz de Eveelina Warhem, quien corría en su corcel junto a 15 caballeros de la orden del sol. Afortunadamente, los delincuentes a penas habían logrado tomar algunas monedas y algunas provisiones.
- Tus amigos han tenido suerte - le comentó a Anvÿlle, observando el anillo que su madre le había otorgado para el viaje - lástima que tu no la tengas - y poniendo la mano sobre la cabeza de la aterrada Anvÿlle, y frente a la mirada desesperada de sus compañeros, desaparecieron.

Junto con ellos, los ladrones ilesos también desaparecieron.


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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Northern Mar Oct 05, 2010 1:23 am

Todo quedó en silencio lúgubre. Anvÿlle había desaparecido y los demás no habían podido digerir el asunto. Finalmente Thurar dio un enorme grito, girando toda cabeza presente hacia donde él estaba.

-¡Maldita sea! ¡Por las barbas de mi padre, se han llevado a Anvÿlle!¡Tenemos que ir por ella pronto, no debe de estar lejos!
-¡Demonios! -exclamó Rik, indignado. -Es una niña. ¡No podemos dejarla sola!
-Calma amigo. Gritar no ayudará en nada -dijo un Terry de voz apagada, lamentando la pérdida de su reciente amiga.
-¡Vamos por ella ahora mismo!
-Detente ahí enano. -dijo una voz fría pero imponente, al voltear todos vieron a Sjékir, quien no parecía conmovido de ninguna manera por lo sucedido. -Tengo otros asuntos pendientes y no pienso malgastar mi tiempo buscando a una niña. ¿Buscaba a su hermano alado? Pues quizás a donde vaya le encuentre.
-¡Calla tuerto! ¿¡no sabes lo que es perder a alguien importante!? -gritó Rik, seguidamente recibió una bofetada inesperada de Lynel, con una mirada llena de ira.

Todos observaron esa escena, algo sorprendidos, pero Lynel no dijo ni una palabra y sólo regresó a su posición original. Pronto para romper aquel ruidoso silencio, Terry habló

-Lamento decirlo Rik, pero lamentablemente Sjékir tiene razón, ahora hay asuntos más importantes que debemos atender en Minas Thalion, específicamente tú, yo y Thurar debemos estar presentes.
-¡No cuentes conmigo para eso!¡Le daré sentido a la palabra amistad, como un enano debe de hacerlo!
-Yo... Iré contigo, enano. -dijo Alvenith, sorprendiendo a más de uno con su respuesta. -No tenía planes de ir a Minas Thalion y no es obligación mía, a diferencia de algunos de ustedes.
-Acepto la compañía de quien valora la amistad, incluso si es un comehojas cualquiera.
-¡Entonces yo iré también! -dijo una energética Jana, quien además de la preocupación por Annvÿlle, veía en esta una oportunidad para escapar de aquella tumba de piedra llamada ciudad.
-Imposible. -contestó Eveliina, cortándole con frialdad la oportunidad. -Tú descubriste el antídoto, tú debes ir a Minas Thalion. Yo me encargaré de rescatar a la chiquilla. Los demás deben de ir a Thalion, aceptaré la compañía del elfo y el enano por que son buenos compañeros de batalla, pero los demás deben de ir a Minas Thalion.
-¡Espere dama Eveliina! ¡Déjeme ir con usted! ¡Mi espada justiciera siempre brillará en son del bien y la ayuda!
-No, Anakair. Tú debes de ir a Thalion, tú eres quien vivió más tiempo en el caos que formó Alteus. Además... Necesito que lideres la caravana, ya no falta mucho. Los demás soldados que vinieron conmigo, me acompañarán también.

Anakair le vio por unos segundos con impotencia pero aceptó la Orden. Pronto Eveliina, Alvenith, Thurar y aquel comando de soldados partieron en dirección contraria que la caravana. Fue un momento amargo para casi todos, pero tenían que llegar a Minas Thalion cuanto antes.

Aquel viaje duró unas seis horas más y finalmente vieron la gran puerta de entrada a la metrópolis Thaliana. Jana cerraba los ojos preguntándose el por qué estaría allí. Luego recordando las cálidas palabras de Terry, los abrió y caminó segura de si misma hacia la ciudad.

Habían pasado unas cuantas horas ya desde que entraron a Minas Thalion, todos estaban hospedándose en unas lujosas habitaciones, pagadas por el mismísimo imperio thaliano. Hylia estaba siendo vigilada no sólo por guardias élite, sino por algunos magos poderosos de la ciudad. Alteus había sido trasladado al calabozo y Gregory, yacía en el cuidado del viejo sanatorio de Minas Thalion. La mayoría estaba ya en su respectíva recámara con algunas excepciones, como la de Sjékir, quien deambulaba una y otra vez frente a las puertas de la prisión muy discretamente. Pronto llegaría un Terry quien saldría desde las sombras.

-¿Descubriste algo? -preguntó Sjékir en voz baja.
-Sí... calabozo 8, tercer piso. No hay realmente muchos guardias.
-Menos sangre que derramar.
-No la derramarás amigo mío. Son buenas personas, por lo menos intentemos que salgan ilesas de ello.
-...Si me ponen resistencia no dudaré en cortar sus gargantas, asesino.
-No hará falta. Ya me encargaré yo de ello. ¿Sabes escalar por una pared?
-Me las puedo arreglar. -dijo un Sjékir en un tono de seriedad absoluta.
-Entonces manos a la obra.

Terry y Sjékir pasaron sigilosamente entre los guardias por una ruta que encontró Terry, cumpliéndo con la promesa que le hizo al mercenario. Pronto, llegaron a un alto muro con ventanas cortas y una ventana grande de ventilación en cada piso. Según dijo Terry, tendrían que llegar al tercer piso. Terry comenzó a escalar aquella pared como si fuese la cosa más natural del mundo, con una delicadeza casi artística, mientras que por otro lado, Sjékir se valió de dos enormes dagas que clavaba entre los grandes bloques para impulsarse hacia arriba más torpemente, pero siguiéndole el ritmo al asesino. Poco después ambos estaban escondidos tras dos columnas. Había dos guardias nada más y sólo estaban parados, cuidando que nadie subiera por las escaleras. Terry, quien decidió no derramar su sangre se encargó de dormirles con un rápido golpe en la nuca a cada uno de los guardias.

-Acá está, despejado, calabozo ocho. Hazlo rápido que yo cuidaré que nadie más se acerque -dijo Terry.
-Será unos pocos segundos, pero para él será una eternidad.
-Te avisaré si pasa algo. Anda rápido y por favor, no derrames tanta sangre, si dejamos huellas nos seguirán.
-No prometo nada.

Sjékir con un forcejeo leve, abrió la puerta y ahí encontró a un Atleus dormido, levantándose de golpe. Este al darse cuenta de lo que pasaba se arrinconó en la cama.

-¿¡Qué demonios quieres bárbaro!? Ya estoy arrestado, ya mi vida se arruinó.
-Lo único que puedes darme de vuelta. Tu vida.
-¡Espera! ¿No podemos discutirlo por un momento? Tengo una linda hacienda en Valhadia, puedes quedarte con ella...
-¿Así como permitiste que se discutiera en Lairet? Será un placer discutirlo contigo si es así. -Dijo Sjékir, quien luego de una sádica sonrisa comenzó a ahorcar a Atleus lentamente.

Atleus hacía fuerza con sus manos tratando de separar las manos de Sjékir de su cuello, enterró sus uñas en las muñecas de Sjékir y le hizo sangrar, pero aún así, no consiguió moverlas. Pronto Sjékir soltó a Atleus quien comenzó a toser con fuerza. Aún sin entender qué pasó, escuchó la voz de Sjékir, alguien le decía que debían irse pronto. Lo próximo que Atleus vio fue su cuerpo sin cabeza y finalmente el techo del calabozo. Su mirada se apagó a los pocos segundos.

Sjékir, quien limpiaba su daga con velocidad, salió para huír de aquel lugar, sólo para encontrarse con un Terry rodeado de guardias. Sjékir levantó sus dos dagas y se dispuso a luchar, hasta que vio a Doryan y supo que no tenía chance alguno. Bajó las armas.

-Vaya, vaya. Tardaste menos de lo que esperaba que tardarías, Tormenta de odio. Ha de haber sido por la ayuda de mi hijo acá presente. ¿No? -dijo Doryan, viendo a Terry con una leve sonrisa en la cara.
-¿Qué quieres de mi? Si esperabas mi ataque y no me pusiste en vigilancia desde antes, tenías esto planeado.
-A decir verdad, sí. Y Atleus pues... Iba a morir de todas formas bajo un verdugo. Pero me convenía más, o no, a Thalion le convenía más que infringieras la ley.
-Así que simplemente... caí en tu trampa. ¿Qué harás ahora? No tengo ningún delito en Thalion como para haberme tendido una trampa desde antes.
-Es sólo algo político. Terry, por otra parte. No me sorprende esto. Que no vuelva a pasar.
-Pero padre... Yo... Espera... ¿Eso es todo?.
-Sí. Sí. Vuelvan a sus recámaras. Mañana hablaremos de su castigo, y no intentes escapar, tormenta de Odio, Sabes que no durarías mucho como fugitivo en tierras Thalianas...

Mientras tanto, en el viejo sanatorio de Minas Thalion, Gregory sudaba y jadeaba constantemente, las enfermeras que allí había no sabían qué hacer, se limitaban ya a secarle el sudor de la cara, pues no había hierba o pócima que le pudiesen dar al padre.

-¿Qué le estará sucediendo al pobre padre? -preguntó una de las enfermeras a la otra.
-No lo se... Pero espero se recupere pronto, no merece estar sufriendo así. ¿Sabes?
-Lo se... Es realmente un hombre bondadoso.
-Hylia... -dijo entre respiraciones agitadas Gregory,
-¿Eh? ¿Quién es Hylia? ¿Será su amante?
-No hables tonterías. El padre Gregory no tendría una amante, y de tenerla dudo que sueñe tan agitadamente con ella...
-Sí... tienes razón... Busquemos al curandero, veamos si puede hacer algo.

Ambas enfermeras se retirarían de la recámara, y justo en ese momento y como por arte de magia, los ojos de Gregory se abrieron de par en par. Luego de tallarlos un poco, se observó las manos y comenzó a ver a su alrededor. No conocía aquel lugar. Se sintió tan solo... Había algo que faltaba en su vida. ¿Qué sería ese algo?


Última edición por Northern el Jue Dic 02, 2010 6:13 am, editado 1 vez (Razón : Va mi historia.)
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Raistlin Mar Oct 05, 2010 8:12 pm

Abrió los ojos, sudaba a cantaros, ¿Cuánto tiempo llevaba allí?. Llevada 3 días de ayuno y oración, su cuerpo estaba débil. Se sentía cansado, sabía que había llegado el día, aquel día para el que tanto se había preparado. Él, la suprema luz se lo había revelado y el cumpliría la misión que se le había encomendado. Tobias Becket se levanto despacio y con esfuerzo. Se asomo por la ventana y miro un rato hacia el cielo nocturno desconsolado. A pesar de que sabía lo que vendría a continuación, no podía dejar de sentir miedo y algo de frustración.

Desde que se había hecho clérigo muy joven había intentado construir un mundo mejor para todas las personas, pero las redes de poder y corrupción habían sido demasiado poderosas para el, ni siquiera él, el supremo sacerdote del dios del bien, había podido cambiar algo. Miro como cantaba un viejo búho que solia tocar en las noches en su ventana, le gustaba oírlo cantar. Era casi mágico. Amaba las aves y a todas solia darles comida cuando se posaban en su ventana.

Triste se coloco su traje ceremonial. Se apoyo en su cayado.

- Señor han vuelto los héroes de zanzibar, me imagino que le dirigirá unas palabras de agradecimiento
- Desde luego, hágalos llamar al despacho central, hablare con ellos
- Señor yo…vera, hay algo que me preocupa, Terry Wahhem está con ellos…no olvidara…
- No, no olvido, llamalos

Miro una última vez a la ventana, no, no solo era frustración y miedo, era una completa desilusión. Desilusión de un mundo que aun luego de estudiar, de leerlo, a pesar de todas su belleza. Tenía aquel profundo mal que nacía en el corazón de los hombres y que se regaba como candela incendiaria. Quizas, pensó aun quedaba una ultima esperanza. Mientras hubiera corazones bondadosos, hermanos que se preocupaban por sus hermanos, amor, mientras todo ello existiese, habría esperanza. Eso pensaba cuando salió de su habitación.

+++++++++++++++++++++++++++++

El guardia quedo dormido con un ligero toque de su baston. Los tres guardias dormitaban plácidamente, se sorprendió de lo fácil que había sido. Ese poder era infalible. Ahora solo necesitaba encontrarse con ella, confrontar la verdad de todo. Nesesitaba saberlo. Debía tomar ahora una decisión, una decisión trascendental. Había sido fiel a sus ideales y lo seria hasta el final. Pero la había visto, la verdad, aquella visión terrible que parecía una pesadilla eterna, que aun ahora no podía sacar de su mente. Asi el padre Gregory llego hasta la jaula del manicomio donde Hylia era custodiada.

Hizo un rezo debilitador de magia y así se cayó el conjuro que bloqueaba su salida. Entro entonces a donde se encontraba la poderosa hechicera quien estaba atada a múltiples cadenas y tenía un pequeño hilo de sangre en el rostro. Al mirar entrar a Gregory lo miro con ironía y burla.

- Bienvenido querido, ponte cómodo, sírvete un poco de te- dijo burlona- ¡Vamos! Las visitas son bienvenidas
- No te hagas bruja, sabes muy bien a que vengo…
- Si lo sé. Lo conozco muy bien, puedo leerlo en tus ojos. Pero lo que te propones es una empresa imposible.
- ¿Por qué no lo intentaste tu, alumna de angramindista? Posees ese conocimiento, pero lo desperdicias
- Joooo, a mi eso no me interesa. Jamás me intereso. Creo que prefiero los placeres de este mundo, soy solo una pobre hedonista incomprendida y aquella “verdad” le da sentido a mis actos…
- Yo…Hylia…
- Acércate, dejame mirarte más de cerca.
- Si…
- Lo viste verdad, ahora quizá entiendas mucho mejor todo, todo lo que hago y el por qué de cada una de mis acciones.
- Si…
- Pobre Gregory viviendo en el país de la mentira, en el reino de lo absurdo…
- Déjame volverme entonces un bufon, déjame cantar bajo la lluvia…
- ¿quieres el poder? ¿Podrás afrontarlo?- pregunto sonriente
- Dame el poder, lo deseo, lo he decidido. No hay reversa. ¡Es hora de que se caiga la pared!
Hylia estallo en carcajadas, sus risotadas sonaban siniestras, malignas, un eco de burlas surgidas del más profundo abismo.

+++++++++++++++++++++++++++++++

Terry se rasco la cabeza, solo se había encontrado una vez con el supremo sacerdote y definitivamente no había sido un encuentro agradable, tiempo antes de que fuera nombrado supremo sacerdote. Conocía los rumores acerca de la personalidad del Supremo sacerdote. Se decía de todo, su amigo Gregory aborrecía la forma en que manejaba la iglesia y su incapacidad. Pero había personas que veían a Tobias Beckett como una especie de supremo santo. Había días enteros que se encerraba a rezar o a leer. Se pregunto si en si manejar la institución religiosa no era en si un serio problema, debía ser muy dificultoso. Se lamento que les hubieran sido quitadas las armas en la entrada, aquellos protocolos de seguridad le molestaban.

- ¿Cómo es el sacerdote Terry?- pregunto Jana curiosa
- No sabría describirlo- dijo Terry con gesto pensativo- es…es una persona extraña
- Creo que definitivamente nosotros no somos presisamente los indicados para darle ese apelativo al sacerdote, ya que este es definitivamente un grupo aun mas extraño que el- dijo Gena- Jo!, espero que nos paguen muy bien…seguro que el supremo sacerdote tiene joyas únicas y exclusivas…una de ellas no me haría mal…
- Señorita Guithin debe usted mostrar más respeto cuando este frente al Supremo sacerdote
- ¡Que no soy señorita Guitin!, prefiero que me llames Gena, hombrecillo!

Jana miro detenidamente a Terry parecía bastante cansado. Desde que habían llegado a Minas Thalion había estado pendiente de ella. Lo notaba. El asesino disimuladamente la miraba en busca de saber que estaba bien. Le hacía sentir segura. Pensó en sus padres, deseaba que Gregory se recuperara pronto para salir de la ciudad blanca, la cual aborrecía. Necesitaba esa pista, a como diera lugar, necesitaba saber más acerca de donde se encontraba el asesino de sus padres, aquella extraña y siniestra calavera que había encontrado en el lugar. Ya había anochecido. Había pasado el día sin salir de la casa, no quería enfrentarse a las calles de esa terrible ciudad, la ciudad blanca era en realidad para ella una ciudad muy negra. Tenía un poco de hambre esperaba que allí hubiera buena comida, además Kuro Kuro también tenía hambrecilla. Le acaricio la cabecita.

- Yo lo único que digo es que tengo un sueño…- dijo Terry- me dormiré por aquí…¡Ah seguro el sacerdote tiene una buena cama de encaje blanco!, el trasero sagrado debe cuidarse con algodón fino…
- O con emplumado blanco- dijo Sjekir
Terry y Sjekir se rieron a carcajadas.
- Eh! Mas respeto- dijo Anakair- no puedo creer que estos sean los héroes que salvaron zanzibar
- ¿no dormiste anoche Terry? ¿Qué hacías pues?- dijo Jana- debes descansar más
- ¿Yo? Ah! Me quede jugando un rato a domino con Rik, algún dia deberías jugar…
- Rik no sabe jugar domino- dijo Jana frunciendo el seño- el me lo dijo
- ¡¿Así?!, bueno... ¡mira es el supremo sacerdote!

Anakair miro inmediatamente y lo vio llegar. El supremo sacerdote vestido en su fino traje blanco, la suprema divinidad del dios del bien en la tierra Tobias Becket. No pudo menos que ser el primero en hacer una reverencia, ¡era todo un honor!, no creía que lo mereciera realmente. Se sentía bien sirviendo a los demás. Aun asi Anakair, no era un hombre de odios, al contrario. Estaba empezando a apreciar a la enana y a las chicas Lynel y Jana, aun que tenia sus diferencias con aquellos dos hombres, de quienes no podía dejar de desconfiar un poco.

El supremo sacerdote los miro a todos detenidamente, pareció estudiarlos un momento. A cada lado había 5 soldados. Era la guardia personal de Becket. Este se paro frente a ellos y empezó a hablar.

- Saludos, es de verdad para mí un honor saludar a los héroes de Zamzibar, no puedo menos que agradecer vuestros esfuerzos por salvar a estas pobres personas. Ignuri desde el cielo agradece vuestro honorable gesto. De verdad, quiero darle la mano a cada uno de ustedes, abrazarlos y expresarles mi mas ferviente agradecimiento. No importan cuales sean vuestros intereses, has demostrado ser héroes.
- Yo, me siento honrado supremo sacerdote- dijo Anakair- fue un honor servirle, mi espada siempre estará al servicio de las causas justas.
- Bueno señor supremo sacerdote, es un honor para un pobre enana como yo encontrarse frente a la suprema eminencia de Ignuri, yo bueno…me hablaron de una recompensa y pues…
- No te preocupes- dijo Tobias Becket sonriendo- todos serán recompensados.
- Hum, no es por ser descortés, señor supremo sacerdote- dijo Sjekir- pero a mi me gusta decir las cosas como son a quien quiera que sea y me parece increíble que mientras miles de personas se murieran usted se quedara aquí encerrado disfrutando y comiendo rico, realmente todo esto me parece una farsa…
Justo cuando hubo terminado de decir eso fue rodeado por varios soldados que le apuntaron con sus lanzas. Sjekir permaneció impasible y desafiante.
- Calma por favor- intento interceder Anakair- hay mejores formas de resolver las diferencias. Estamos entre hombres razonables.

Tobias estaba triste y miro al guerrero.

- Sé que muchos piensan asi…pero realmente pocos saben la verdad acerca de por que no puedo salir de Minas Thalion, al menos no por ahora…pero creeme que he hecho todo lo posible en mi haber y poseer por aquellas almas. Una de ellas fue reunirlos a ustedes…
- ¡¿Qué?!- pregunto Sjekir
- No pensaras que hay coincidencias guerrero- dijo Sonriendo- Gregory, la marca de la calavera, Alteus, el castigo de Terry, el hermano de Gena
- ¡No me diga que usted secuestro a mi hermano!- dijo Gena
- No, no lo hice, ni nunca haría algo malo…simplemente digo que vosotros y yo somos demasiado pequeños para entender los designios de los dioses.
- Pero usted ya sabe demasiado- dijo Jana asustada- ¿Cómo? ¿Cómo sabe tanto? Es muy extraño…

Tobias Becket sonrió se acerco a Jana y le toco la frente, entonces Jana sintió una fuerza tranquilizadora, blanca, era como si le hicieran un masaje, como si todas las cosas buenas y bonitas de la vida pasaran por su mente. Se sintió feliz.

- Mi semielfa, has tenido una vida difícil. Pero nunca dejes de luchar, los tiempos buenos llegaran. ¡Yo creo en ello! Que el amor no se extinga jamás en tu corazón.
- Padre…
El padre volteo y miro al asesino.
- Terry Wahhem…
- Si señor, soy yo, el mismo que canta y baila…
- El otro dia que estábamos con tu padre no podía hablarte tan abiertamente. Pero hoy, puedo decirte que me siento orgulloso de ti, de todo lo que has hecho de verdad.
- Doy lo que sea…solo por una cama!- dijo Terry- ¡oh bella y comoda almohada! Si me da una le prometo que se seguirá sintiendo orgulloso…
- No has cambiado nada eh. Bien, hoy sois mis invitados a cenar. Sentaos y servios
- ¡Si!- dijo Gena quien sentía que se comeria un mamut entero

Todos se sentaron a comer en silencio. Nadie hablaba mucho. El sacerdote no comia, solo los miraba con curiosidad.

- Espero que el poco tiempo que hayan estado en nuestra ciudad hayan sido bien atendidos- dijo el sacerdote
- Si bueno, asi es, eso no me puede negarse- dijo Lynel intentando ser amable- ¡tienen una comida deliciosa!
- No tan buena como la que se come en Umghard, te lo aseguro...-dijo Gena
- Si bueno…- dijo Jana- nos han tratado muy bien.
- ¡Oh! Es una bella ciudad Jana deberías verla en primavera, se llena de muchos colores. Deberias visitar los jardines de Terian son un sitio agradable y tranquilo. Quiza Terry pueda guiarlos.
- Tal vez- dijo Terry- aun que hay sitios mas interesantes, ¡como la taberna de Enrik!, hay muchos juegos divertidos allí, ¡vieran cuando se puede ganar apostando! El juego de la pelota de chule es muy entretenido, verán colocan una pequeña pelota en la punta de su nariz y…
- Terry…- dijo Rik
- Oh si, bueno, los jardines son buenos si…también hay bellos templos…
- Eres gracioso hijo de Doryan- dijo riendo el sacerdote
- ¡Me gustaría conocer esos jardines!- dijo Jana- ¿me llevaras Terry?
- Sí, claro, lo hare. Mañana si quieres.
- Bueno. Lo único que se- dijo Gena- es que en la construcción de esta ciudad ayudaron manos enanas, aquellas estructuras claramente fueron forjadas por enanos. Lo que más me gusta es ver la arquitectura, me pregunto si algún ancestro mio participo aquí.
- Tal vez- dijo Tobias- esta ciudad es muy antigua. La mitología dice que fue fundada por el héroe Helion, quien tenia una profunda amistad con los enanos de Umghard y Arkem.
- ¿Arkem? – dijo Gena con los ojos deslumbrados- ¿el reino perdido de los enanos?
- Asi es- dijo Tobias- era una bonita época.
- ¿Qué mas sabe de Arkem?
- No mas que ustedes me temo- dijo triste Tobias- la entrada al reino se perdió y nunca fue encontrada. Pero cuenta la leyenda que aun habitan algunos enanos en un reino maravilloso lleno de oro, plata y mitril en los más profundo.

Gena miro sorprendida al sacerdote, no se esperaba que el conociera esa historia. Arkem habia despertado en ella desde pequeña toda clase de sueños de joyas, cavernas y palacios enaniles, encontrar el reino perdido era el sueño de todo enano. Gena se prometió encontrar mas información si podía. Se sentia bien en el banquete, la comida estaba deliciosa y le interesaba ver las ridiculeces con las que podían salir algunos humanos, era interesante ver el extraño comportamiento de aquellas criaturas. Se sentia tranquila, al fin tenia un momento de descanso, ahora que su hermano estaba en buen recaudo. Sjekir seguía serio y en silencio. Lynel lo miraba preocupada, intento seguir la conversación.

- ¡Yo estuve en un teatro hoy!- dijo Lynel- la pase muy bien. Fue bastante entretenido había toda clase de títeres graciosos. ¿verdad Sjekir?
- Si…claro, lo eran.
- A mí también me gusta el teatro- dijo Anakair- hay una tragedia en especial, la tragedia de Sthendal, me encanta…es demasiado bella.
- Oh!, a mi me encanta- dijo Lynel- pero es triste cuando Sofhtia se va…no puedo evitar llorar en esa parte
- ¡que bonito!- dijo Jana- yo quiero ir, pero prefiero ver algo gracioso, no me gustan las historias tristes
- Lo disfrutarias mucho amiga mia- dijo Lynel sonriente- de verdad

Lynel miro a su amiga, la quería mucho, desde que habían llegado había tratado de animarle y que se sintiera bien en Minas Thalion. También miraba a Sjekir, aun en su mente no sabia si quererle ni odiarle, el era definitivamente alguien totalmente impredecible, aun recordaba lo del fuego. Jana valoraba a su amiga con quien solía hablar entretenidamente en las noches antes de dormir. Solían contarse historias y compartir algunas canciones que ambas conocian.

- ¡Oigan!- dijo Rik- podríamos ir juntos a teatro
- ¡Pienso igual!- dijo Lynel- animemonos todos
- jejeje a mi me gustaria- dijo Anakair- si tenemos un poco de tiempo…- dijo Anakair
- Dime hombre de cabellos de fuego, ¿porque no hablas?- dijo Tobias Becket
- No hablare- dijo Sjekir- hasta que usted nos diga lo que sabe, porque sabía que nos encontraríamos, ¡usted sabe algo más! Y no lo oculta descaradamente.
- Eres sincero hombre del norte, asi que me permitiré también serio contigo- dijo el sacerdote serio- supongo que es hora de que os cuente la verdad, verán, todos ustedes…
- ¡Señor!- entro un soldado corriendo- ¡es urgente! Ha pasado algo terrible…Gregory…Hylia…
- Calmate
- Ella…ella le mato…
- ¡¿QUE?!- Se levanto Tobias
Terry fue el primero en levantarse
- ¡Gregory!- grito
- ¡Terry espera!- le grito Jana

Pero Terry ya corría lejos, desesperado. Los demás se levantaron. La cálida reunión había terminado. Todos corrieron presurosos al manicomio, aquella celda de seguridad donde Hylia había estado recluida. Pronto todos llegaron hasta alla y se encontraron con una terrible escena.

Todo el mobiliario ha sido destrozado, y en él hay marcas de dientes y de garras, parece como si un animal salvaje hubiera pasado por el lugar, hacia mucho frio pues la única ventana del lugar estaba abierta de par en par, un extraño hedor a muerte plega el lugar. Hylia se encuentra en la misma posición en que la había encontrado Gregory, atada de la misma forma. Sin embargo, un enorme charco de sangre estaba a su lado y las paredes estaban manchadas también con el liquido rojo. Jana no pudo evitar casi vomitar ante la escena. Terry entro primero presuroso.

- ¡Dime bruja que le has hecho!

Hylia solo reia y explotaba en carcajadas. Terry estaba furioso, quería mucho a su amigo.

- ¡DIMELO!

Los ojos de Terry brillaron y la oscuridad se apodero de su ser.

- ¡TE MATARE!
- ¡Eso es! ¡mátame! Hazlo asesino, hazlo como cuando la mataste a ella!

Terry abrió los ojos de par en par, su furia se incremento a proporciones inesperadas.

- Espadas de la luz…- dijo una suave voz

Era la voz del sacerdote y varias espadas cayeron sobre el asesino. Quien ya no era dueño de sus actos, las espadas impidieron sus movimientos. Tobias Becket se acerco a Hylia. Se paro tranquilo frente a ella.

- ¡Mujer demonio! ¡Soy el guardia de la llama de Farnor!, ¡todos tus pecados serán pagados!
- No te tengo miedo supremo sacerdote, tu dios hace tiempo que es sordo ante los llamados de este mundo

El callado del padre brillo con fuerza, su luz era muy brillante, todos debieron taparse los ojos. Tobias Becket se aferro al símbolo de Ignuri, que era una especia de T, esta colgaba grande en forma de collar en su cuello. Luego como rezando empezó a pronunciar unas palabras, parecía recitar el pasaje de algún libro

- El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por la injusticia de los egoístas y la tirania de los hombres malos. Bendito sea el pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad, por que el es el autentico guardian de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos, y tu sabras que mi nombre es Ignuri cuando caiga mi venganza sobre ti

Hylia empezó a sacudirse histéricamente, emitió gritos de dolor, las palabras del arzobispo le afectaban, todos se preguntaron que extraño poder era aquel, las risas de Hylia habían terminado, aun que aun intentaba sonreir burlonamente. Luego de esto Hylia dijo:

- El mal ya esta hecho hijo del paladin. El es uno de los nuestros ahora y vuestra sangre es la próxima que derramará en el nombre de mi señor Evilnuri. ¿Habeis preparado vuestras almas? Porque la mia ya esta en buen recaudo en las manos de mi señor

En ese momento un vendaval entra en la habitación por las ventanas abiertas a la vez que las carcajadas de Hylia suenan en toda la habitación. El arzobispo con paso decidido continua hacia donde esta Hylia y le coloca la T en la frente. Hylia grita del dolor y espanto y luego Tobias hace un rezo. La poderosa nigromante emite un grito antes de desaparecer en cenizas, que es arrastrado por el viento. Todos quedan impactados ante la terrible escena, hasta el mismo skejir no puede menos que hacer un gesto de sobrecogimiento.

El arzobispo parece cansado y extenuado

- El mal esta hecho…no nos queda mucho tiempo…

Ninguno habla, todos observan al sacerdote esperando que sucederá a continuación. Terry parace haberse calmado y trata de estudiar la situación con calma. El sacerdote se desploma sobre una silla del dormitorio, respira lentamente. Luego de un momento de silencio al fin habla

- Este siervo del mal ha desatado sobre nuestro compañero un mal aún mayor. Y tened por sabido que pronto vendrá a vengar a su maestra. Pero aun asi no debemos retroceder en nuestro empeño. No creo que se precipite en su cometido, asi que aun tenemos tiempo de prepararnos. Aun hay cosas que tengo que enseñaros…la razón de todo…

El arzobispo se levanto de su asiento y cuando llegan los guardias a pedir explicaciones los disuade de su empeño de registrar la habitación asegurándoles que todo va bien.

- Síganme por favor…- dijo el sacerdote
- ¿Por qué deberíamos de confiar en ti?- dijo Skejir
- Sera por que ¿soy el supremo sacerdote de la divinidad del bien?...jamas podría mentiros…de verdad es importante que me sigan…igual creo que no tienen mas opción.

Todos asintieron sin rechistar. Sjekir lo miro desconfiado pero lo siguio. Primero vuelven al palacio del supremo sacerdote, luego empiezan a descender a través de unas mazmorras.

- Este torreon parece bastante viejo…- dijo Gena- este tipo de arquitectura es muy antigua…
- ¿de que hablas?- dijo Anakair
- Solo te dire algo caballero, esto me da mala espina
- Supremo sacerdote, por favor, digame- dijo Jana- ¿Gregory esta muerto? Merecemos saberlo
- Todo tendrá respuesta a su tiempo…- responde vagamente

Siguieron bajando por una especie de escalera en forma de caracol, hasta que llegaron a unas viejas y polvorientas puertas que median 2x2 metros cada una. De uno de sus bolsillos el supremo sacerdote saca una llave en forma de T que introduce en la cerradura y que conduce a un viejo y extenso pasillo. El olor a humedad es penetrante y nauseabundo, las telarañas han tomado el lugar, aunque una pequeña brisa recorre el pasillo y las mueve como hojas de otoño. El pasillo se sumerge en las profundidades donde la luz escasea, y da a una vieja escalera sin barandilla, excavada en la piedra rodeada por abismos, que baja serpenteante en la oscuridad. Al final, puede verse un gran portalon de hierro muy oxidado. El sacerdote hace uso de su T y la ubica en una muesca de la puerta y esta se abre. Rik se pregunta cuanto tiempo llevan bajando.

Detrás de la puertas se abre una pequeña sala, hay varias estatuas de piedras blancas, todas parecen representar a los 12 dioses. Pero la que hay en el centro es embriagadora. Anakair la reconoce inmediatamente, es la estatua de Ur Elegnia, diosa de la justicia y en ella esta colgada un bello collar, con una extraña joya incrustada en el centro. La belleza de Elegnia junto al collar descresta a toda la compañía. Tiene el cabello largo, rasgos finos, ojos penetrantes y sabios, cuerpo bien torneado y una extraña sonrisa.

- Esta es la reliquia que me encomendaron proteger, es el collar de Isin. Es de un gran valor para nosotros. La leyenda cuenta que hace muchísimos años, cuando el mal estaba plegando el mundo y Evilnuri en persona estaba a punto de apoderarse de todo. Elegnia cedió este collar a los humanos como una poderosa arma, en palabras de la diosa: “el collar os dara luz cuando todo este rodeado de oscuridad, pero el collar en si no tiene poder solo, solo cuando entendáis la verdad de Afab el collar tendrá brillo propio y las tinieblas cesaran, entonces la justicia y el canto de los pájaros volverán a este mundo”. El collar fue clave en la derrota de Evilnuri y pocos conocen de su existencia. Hoy se ha perdido aquello de la “verdad de afab” a pesar de que muchos estudiosos la han buscado. De todas formas el collar almacena en si un inmenso poder. En estos tiempos terribles, las fuerzas oscuras se mueven para apoderarse de esta poderosa reliquia…
- ¿Por qué nos cuentas todo esto? ¿Por qué confías en nosotros?- pregunto Lynel
- Por que tenéis un destino común, por que asi me lo ha revelado Ignuri. El me lo revelo todo, en sueños y visiones, vuestro encuentro, vuestra llegada aquí. Por eso supe lo tenia que hacer.
- ¿Qué quieres entonces que hagamos mi señor?- pregunto Anakair con respeto
- Mis días en esta tierra pronto terminaran…estoy pagando algunos de mis errores. Pero vosotros proseguiréis, quiero depositar en vosotros el cuidado de esta importante reliquia. Pero tendréis que realizar un juramento sobre vuestras vidas que asi lo haréis y que mantendréis esto en secreto. Vosotros seras los custodios de la reliquia, la orden de las águilas perdidas.
- Eehhh…momentillo- dijo Gena- ¿Qué ganamos nosotros con esto?
- Yo no necesito escuchar mas- dijo Anakair- yo lo hare.
- Se que es difícil de entender y de aceptar, se que teneis vuestros propios intereses…pero podeis cumplirlos como comunidad. Son mi ultima esperanza, son los elegidos…

Todos se miraron dubitativos, solo Anakair parecía seguro de aceptar.

- ¡Vamos!- dijo Anakair- ¿Qué os pasa?, ¿no entendéis la noble misión que se nos esta encomendando?
- ¿Qué poderes tiene esa reliquia supremo sacerdote?- pregunto Jana
- Muchos…es una reliquia muy poderosa…tal vez vosotros podáis encontrar la verdad de afab, pero debéis usar la reliquia con sabiduría por que el poder corrompe.
- ¿y que debemos hacer?, ¿jurar?, no lo sé sacerdote- dijo Terry- no me gustan las cadenas y esta es una…
- Me temo que si hijo de Doryan, solo con el juramento puedo entregarles la reliquia
- ¿Qué debemos jurar?
- Que harán todo por mantener, proteger y guardar en secreto la existencia de la reliquia…Bien, quien vaya a jurar colocara su arma tocando el collar.

El primero en colocar su espada fue Anakair quien no lo pensó dos veces. Sorprendentemente Sjekir fue el segundo en colocar su hacha, todos los miraron sorprendidos, pero el barbaro del norte no dijo nada. No obstante, la mente de Sjekir corria rápido y pensaba en el enorme poder de la reliquia y en como tal vez podría servirle para los intereses de su venganza después de todo el juramento no les prohibiría usar la reliquia, además su ateísmo impedía que considerara muy en serio un juramento dado a un dios. Sjekir le asintió a Lynel y esta coloco su espada allí. Jana, Terry, Rik y Gena eran quien mas pensaban aquella decisión.

- Dime sacerdote- dijo Gena- ¿Por qué yo? No soy guerrera
- La orden nesesitara una tesorera, sinceramente no confio en el manejo de dinero de Anakair, Terry y Sjekir. El primero podría gastárselo en limosnas y en ayudar a la gente, lo cual es bueno pero nos hace olvidar el objetivo. El segundo, ¿no tengo que decirlo verdad Terry? Cerveza…bohemia…
- ¿Cómo demonios sabe tantas cosas de nosotros?- pregunto Rik
- Puedo ver la verdadera naturaleza de las personas. Desde el momento en que entraron en mi recinto ya sabía mucho de ustedes.

Todos lo miraron asustados, de alguna forma comprendieron que el sacerdote sabía por qué hacia las cosas. Gena pensó que tal vez la joya era muy linda y que bien valía la pena proteger el collar asi que coloco su espada corta en el collar.

- ¿Qué dices Kuro kuro? ¿Qué debemos hacer?
- ¡Kuro kuro!- dijo asintiendo
- Sip…me da algo de miedo, pero creo que podemos hacerlo además hay maravillosos amigos

La siguiente fue Jana quien coloco una de sus flechas tocando el collar. Jana pensó que tal vez el poder del collar podría ser una herramienta para hallar a los asesinos de sus padres. Rik sorprendentemente fue el siguiente, decidio que si todos estaban allí bien valia la pena protegerlo. Solo Terry parecía seguir reticente

- ¡Vamos Terry!- dijo Rik
- Pero…
- Miralo de esta manera, es otra aventura…- insistió Rik
- Una en la que estarán los tres fantásticos de Zanzibar- dijo Jana alegre
- Ya pues…- dijo Terry cuyos ojos tomaron una actitud soñadora - igual no tengo mucho que hacer últimamente- dijo Terry alzándose de hombros

Y coloco una de sus dagas en el collar. Asi el grupo estaba completo. El sacerdote entonces ilumino su cayado y dijo con fuerte voz:

- Ahora todos repetid conmigo: “Juro, por mi lealtad y mi vida, por mi honor y sabiduría, por mi herencia y descendientes, por mi fidelidad y devoción, por mi orgullo y fe, que protegeré al collar de Isin con mi vida y mi alma, pues así ha hablado el sol de soles Ignuri, porque nosotros somos sus elegidos. Mi secreto está a salvo contigo, pues ningún otro debe conocerlo. Gloria a Ignuri ante todas las cosas, pues su amor infinito, su paciencia ilimitada y su venganza inminente”.

Todos repitieron el juramento, sin darse cuenta, su destino había quedado indisolublemente vinculado. El supremo sacerdote tiene una sonrisa en el rostro.

- “Ahora sois en cuerpo y alma, guardianes de Elegnia Vuestro juramento os ata a su grandeza y a su gloria. No obstante, a partir de ahora, tenéis el derecho de nombrar a más caballeros novicios para nuestra Orden, pues ahora sois sus hermanos mayores. Cualquiera que levante una mano contra la Reliquia, debe ser destruido, caballero de la Orden o no, criatura maligna o no, puesto que el relicario nunca debe ser descubierto. Aquel que os traicione de entre vosotros, tendréisel perdón por derramar su sangre, pues no estuvo a la altura de su palabra. YO OS NOMBRO LA ORDEN DE LAS AGUILAS PERDIDAS!

Todos se miraron asustados.

- Se que suena terrible, pero no es asi. Espero que esto los una como comunidad, os aseguro- dijo alegre Tobias- que asi empiezan las grandes leyendas.
- ¿Quién llevara el collar?- pregunto Rik
- Mi consejo es que se lo turnen- dijo el sacerdote- por ahora deseo que el líder de la orden lo cargue consigo y que el decida el orden en que se llevara el collar- dijo señalando a Anakair
- Agradesco su confianza Supremo Sacedote y les prometo a todos que hare el papel lo mejor que pueda, guiare al grupo por buenos caminos que nos conduzcan a la consecución de nuestros objetivos. Me siento orgulloso de estar entre vosotros y espero podamos afianzar una bella amistad- dijo Anakair emocionado
- Eeh…eehhh…momento, ¿lider?- pregunto Terry
- Si Anakair, a ti te nombro líder- dijo colocando su cayado
- Que locura es esta…no seguire a sonrisa perfecta, rizitos de oro…jo, ¡No!
- Piensalo detenidamente Terry Wahhem- dijo el sacerdote serio- el grupo necesita un líder que conserve la calma y que los pueda poner de acuerdo a un grupo tan disperso…confio plenamente en Anakair.
- Pufff..

El sacerdote le entrego el collar a Anakair, quien se colgó en su cuello. Anakair hizo un gesto respetuoso.

- Ahora síganme…

El sacerdote caminaba lentamente subiendo las escaleras. Estaba cansado y al parecer muy triste. Cada uno iba sumergido en sus pensamientos. Sjekir estaba furioso, no esperaba que aquel anciano sacerdote impusiera aquellas ultimas condiciones, se sentía traicionado, ahora seria mas difícil usar la reliquia a su beneficio.

Asi subieron largo rato, hasta llegar a la cima de la torre. Salieron a la superficie, desde aquel lugar se veía toda Minas Thalion. Las estrellas resplandecían con fuerza y la luna se paraba orgullosa en el cielo, sonriendo con una sonrisa burlona y particular. Así pensaba Terry cada vez que veía aquella luna cada vez que la veía en su fase creciente. El sacerdote se paro en medio del borde de la torre. Todos esperaron en silencio a ver que última indicación daría. Empezo a llover lentamente

- Fue lindo mientras duro…que la justicia y el bien siempre se proyecte en vuestros corazones, ¡No lo olvidéis! Veo una estrella que alumbra vuestro devenir y un poderoso fuego que arde en vuestro interior no dejéis que se apague…
- Supremo sacerdote…usted…- dijo Anakair
- ¡Ah! Extrañare el canto de los pajaros… ¡adios amigos!

En esos momentos todo sucedió tan rápido, que no alcanzaron a percibir lo que paso. Cuando volvieron a abrir los ojos, se encontraron con que el padre había sido atravezado por una enorme mano de garras afiladas. La sonrisa y la mirada del padre se extinguio, gran cantidad de sangre cayo en el suelo. El cuerpo del sacerdote se cayo al abismo por los aires. La mano salió y dejo ver al asesino. Todos se sorprendieron al encontrarse con…

- ¡Gregory!- grito Terry
- ¿Gregory? ¿Quién es Gregory? Ese no es mi nombre…aun que por alguna razón me suena conocido…
- ¡De que demonios hablas! ¡somos tus amigos!- dijo Jana
- Si…lo son…¿o lo eran? Me presento, mi nombre es Mordar

Pronto percibieron que el aspecto de Gregory había cambiado, ahora tenia una capa larga, un vestido distinto y su cabello se había vuelto rojo, sus ojos que antes eran bondadosos ahora estaban llenos de oscuridad. Era como si Gregory ahora tuviera los poderes de Hylia. Era una persona distinta no era Gregory, era Mordar. La lluvia creció.

- ¿Pero que son esas caras?- dijo Mordar- ¿No es una divertida noche para poner esas caras? ¿no fue gracioso la cara que hizo cuando murió?- dijo imitando su cara
- ¿Por qué lo hiciste?- pregunto Anakair- ¡se suponía que eras un sacerdote del bien!
- Pero, ¿Qué es esto? Siempre hablando en pasado, se suponía, eras, bla bla bla, ¡amigos! Hay que vivir el presente, en este presente me temo el idiota supremo ya no esta- dijo riendo a carcajadas
- ¡Gregory!- dijo Terry- ¡mira lo que has hecho! Aun puedes reaccionar, somos viejos camaradas, ¡has matado a tu superior!
- El no es mi superior viejo amigo Terry, jamás lo fue, ningún humano es superior a otro.
- Eramos amigos Gregory- grito Rik
- ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué?- dijo Terry triste
- Ese es el problema- dijo Mordar haciendo gestos teatrales e imitando con su tono de voz las voces de otros- ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? Siempre preguntáis y no entendéis que parte de la magia de este mundo esta en el misterio…
- ¿Qué haras ahora?- dijo Sjekir- podras tener los poderes de la bruja, pero no podras contra todos nosotros. Huiras, te rendirás, pelearas o intentaras negociar?
- Gregory dejalo ya- dijo Lynel- somos tus amigos
- ¿Por que pelear con mis viejos amigos?, eso me aburre, entregadme el collar y me iré. Lamento que sea asi, les mandare una bella postal con uno de esos paisajes trillados.
- Mordar- dijo Anakair- eso no podemos hacerlo, por más que anteriormente hallas sido nuestro amigo. Entrégate y serás sometido a un juicio justo. Te doy mi palabra
- Entregadme el collar o os matare a todos- dijo Mordar riendo- ¿quieren hacerle compañía al anciano?

En esos momentos la lluvia aumento. Todo se lleno de oscuridad de repente y nadie vio nada. Cuando volvieron a abrir los ojos Terry chocaba con sus katares contra una espada que sostenía Gregory en alto.

- Te olvidas Terry de que conozco todos tus movimientos, ¡hace mucho que nos conocemos!
- Entonces dancemos bajo la lluvia viejo amigo, que alguno de los dos caiga aquí hoy- dijo entre lagrimas

Ambos empezaron a pelear asombrosamente rápido, chocando sus katares y su espada. Sorprendentemente Mordar era muy rápido. Terry se pregunto de donde había sacado tal habilidad, tenía una velocidad al nivel de la de un asesino y su fuerza era mucho mayor. Terry estaba extrañado Mordar nunca había sido rápido, odio que tuviera aquella velocidad, chocaron sus armas varias veces, parecía realmente un baile en medio de la noche, un baile maldito. Terry sabía que si se desconcentraba seria su caída.

Mordar solo reía, el ruido del choque de sus armas calentaba mas los animos, parecían dos veloces alces chocando sus cuernos una y otra vez, solo el filo de sus armas tendría el veredicto final. Pero Mordar reia confiado, la fuerza le permitió dar un fuerte golpe que hirió a Terry en el hombro luego se dispuso a dar otro golpe. Pero fue detenido por una enorme hacha.

- En las buenas y en las malas, ¿no amigo?
- Sjekir…

Sjekir intento contraatacar con su hacha a Mordar pero este brinco hacia atrás esquivando fácilmente

- Esta no es solo tu lucha, ahora todos estamos vinculados por ese juramento idiota.
- Je- dijo Terry admitiendo que le gustaba luchar al lado del barbaro- supongo que ya no me choca tanto.
- A mi tampoco, ¿apostamos a que salimos de esta?- dijo Sjekir
- ¡Yo apuesto!- dijo Mordar- a que los descabezo a todos, ¡si gano me quedare con su dinero y me invitare a una ronda de cerveza!
- Ah…- dijo Gena haciéndose un gesto en la cabeza- estos humanos todos están majaretas

Jana preparo su arco y lanzo unas cuantas flechas que Mordar esquivo fácilmente. Se sintió un poco frustrada. Anakair y Lynel intentaron atacar por el otro costado, pero Mordar los esquivaba fácilmente. Su velocidad era impresionante. Anakair se fue de frente contra Mordar y lo ataco con fuerza. Anakair sentía que debía salvar a sus amigos, era un hombre honorable y su espada combatiría hasta el final. Chocaron sus espadas, y un duelo de espadas se armo en aquel momento. Anakair intentaba encontrarle algún punto débil, pero la defensa de mordar era perfecta.

- Tutututu- dijo Mordar- oh vamos! Se que tienes más caballerito
- Te demostrare lo que tengo- dijo Anakair

La espada de Anakair brillo con fuerza y el caballero empezó a tomar la delantera con los ataques, numerosos ataques fueron dados, pero Mordar bloqueaba por un lado por el otro. Anakair le logra hacer una pequeña herida en el hombro. Asi estuvo Anakair un rato.

- ¿Eso fue todo?- pregunto Mordar- ahora es mi turno

Mordar se movió rápidamente, le dio un golpe en la cabeza a Sjekir que lo derrumbo, luego a Terry le propino un fuerte golpe en el estomago que lo dejo adolorido y a Anakair, lo ataco fuertemente en la espalda sin que este alcanzara a reaccionar, todo sucedió rápidamente dejándolos en el suelo a los tres, casi fuera de combate. Jana miro a Mordar, todos sus amigos estaban siendo derrotados, sabia que podía hacer algo mas…pero tenia miedo, un profundo miedo y el…el era su amigo.

- Gregory!, somos amigos!- dijo Jana entre lagrimas- para esto
- Lo siento bella dama, pero no puedo hacerlo- dijo Mordar
- No me obligues Gregory...- dijo preparando el arco

Jana tenso su arco. Mordar se paro enfrente de ella.

- Adelante disparame…¡Vamos hazlo! ¡dispara!- dijo riendo
- No…por favor…
- ¡dispara!- dijo Mordar con una voz burlona desafiante

Jana tenso el arco, sudo fuertemente, pero no fue capaz de disparar. Entonces Mordar le dio un fuerte golpe y Jana cayó en el suelo sacudiéndose del dolor. La lluvia seguía cayendo con fuerza.

- Eso es lo que te pasa mujer, tienes miedo, estas llena de miedos y de complejos, mientras el miedo este fuerte dentro de tu ser jamás logras derrotarme, ni a mí, ni mucho menos a los que buscas…- dijo Mordar

Jana abrió los ojos, el tenía razón. Se sintió débil y humillada. Se sintió inútil. En ese momento apareció Terry quien se había recuperado y atacó a Mordar.

- Esto aun no ha terminado Gregory- dijo Terry desafiante
- Hooo…, no me cansa tu espíritu, definitivamente fuimos amigos
- Y lo seguiríamos siendo si tu no estuvieras en estos momentos atacándonos.
- Bien “amigo” sigamos entonces bailando la danza de la muerte

De nuevo chocaron sus armas fuertemente, un ataque vino a otro. Lynel corrio a socorrer a Jana, la abrazo y le pregunto si estaba bien, Jana aun permanecia impactada. Sjekir se paro lentamente y busco una forma de atacar a Mordar sin que se diera cuanta. Entonces Terry saco algo de su bolsillo, era una especie de castaña negra

- ¿Lo recuerdas amigo? Las castañas negras…-dijo Terry

Mordar abrió los ojos, si, recordaba muy bien aquellas castañas…

+++++++++++++++++++++++++++++++

- Ahh!!! Esto fue una genial idea…
- No pensé que te gustara, siempre has sido amante del bullicio y la música
- Esto también es música- dijo Terry- la naturaleza lo es, es una música que solo pocos podemos escuchar.

Terry se encontraba junto a Gregory al lado del lago recostados los dos. Terry tenía una pequeña paja en la boca y miraba las nubes.

- Mira esa nube se parece a lady elisa igual de jetona, se necesita un ejercito de enanos para cargar esa mandibula- dijo Terry
- Jajaja, a mi se me parece mas a Lord Fankuart…mira la parte de abajo detenidamente, gordo como un barril
- Y es parece un pequeño cordero, de pronto le da a uno un poco de hambre- dijo Terry a quien le sonaban las tripas
- Traje algo de pan- dijo Gregory sacando algo- y algo de alcohol, ¡apenas perfecto para el dia!
- Buuu ¿y la carne?
- No hay me temo amigo- dijo Gregory

Empezaron a comer lentamente y bebieron un poco de vino.

- Dime en serio monje, ¿nunca te gusto ninguna chica? Aquí entre nos…debe haber alguna…
- No Terry no la hay, bueno hubo una pero…
- ¿Qué?
- Termino mal- dijo Gregory triste
- ¡Como todas! Bah, no es nada de qué avergonzarse…- dijo y se bebió de un trago lo que le habían servido.

Siguieron hablando y charlando, cantaron algunas viejas canciones y se rieron de algunos chistes y viejas chanzas. Hablaban de eventos y fiestas en las que habían estado ultimamente

- Te lo digo- dijo Terry- era mas fea que enano en traje de baño
- Oh dios noo…- dijo Gregory riendo- pobre...y te lo digo lo que servia de comer, esa carne parecía una roca, se necesitaba un enorme hacha para si quiera hacerle un pequeño corte
- No, yo de eso no comi…sospecho que tenia veneno…y te lo digo yo que soy especialista en eso
- ¿Veneno?
- ¡Lo cocino Rakishna, la criada de mi padre!
- ¿no es la que es de abu kazar?
- Si y te aseguro que con lo mal que saben sus comidas, moriré- dijo sacando la lengua.
- Jajaja, tu ya te envenenas, mira eso que tomas es veneno
- ¿el vino? Tonterías, al contrario, el me da mas vida. ¡ah un amigo que nunca falla!
- espero no tener que cargarte hasta la casa., sino te dejo durmiendo encima de ese arbusto de espinas, seguro mañana tendrás un bello despertar y un lindo dolor en el trasero…
- Oh ¡por Ur Elin no…! Aleja entonces aquella tentación de mi
- Jajaja
-
Gregory se puso de repente pensativo

- ¿en que piensas?- dijo Terry
- Pendejadas mias supongo que ya me está afectando el licor, pero, me preguntaba si siempre seriamos amigos
- ¡Claro que si! Siempre, pase lo que pase, mira…emm…es como esas castañas negras…- dijo Terry cogiendo lo primero que vio
- ¿de que demonios hablas?- dijo Gregory riendo
- Las castañas son conscientes de que protegen algo valioso, por ello son duras o se protegen con espinas en una especie de pequeño erizo. Lo que protegen es algo valioso, yo pienso que lo que protegen es la amistad, protegen a aquella persona a la que quieren. Yo siempre te protegeré amigo y sere duro no permitiendo que nadie te haga daño. Me convertiré en castaña cuando el mal se acerque, toma una castaña tu y yo me quedo con la otra, que nos recuerde que siempre seremos amigos
- Yo…gracias…sere fiel a la promesa- dijo Gregory
- Ok ahora basta de tonterías ¡y pásame más de esa botella!- dijo Terry


++++++++++++++++++++++++++++

Mordar estaba impactado al recordar aquello, aquel momento que bajo su guardia fue aprovechado por Skejir quien le hirió en la pierna profundamente con su hacha. Mordar grito.

- Oh pobre Mordar, te he herido en un punto vital. Ahora no podrás caminar- dijo Sjekir

Lagrimas cayeron por sus ojos. Habia perdido la compostura un momento. Todos pensaron que luego del ataque de Sjekir se rendiría. Mordar saco de su bolsillo una castaña negra y la apretó con fuerza. Luego de esto lo guardo. Posteriormente su cara volvió a cambiar y aquella sonrisa sarcástica volvió a aparecer en su faz

- Pobre barbaro, aun no conoces mis poderes- dijo Mordar

Mordar se curó automáticamente la herida y luego empezó a volar, se alzo por encima de todos. Se puso en una posición de ataque, alzo la mano y empezó a formar una enorme bola negra. Era el mismo poder que Hylia había intentado utilizar con Doryan, era muy poderoso. Todos se dieron cuenta de ello.

- Ahora amigos, acabare con ustedes, les deseo un buen viaje al otro mundo, me saludan al viejo sacerdote de mi parte. ¡Que este sea el ultimo regalo de un viejo amigo para ustedes!
- Creo que no me gustan tus regalos “amigo”- dijo Sjekir
- No considero a un amigo a alguien que se ha desviado de la senda de la razón- dijo Anakair
- Esto es el fin- dijo Jana- no tenemos ninguna magia para contrarrestar eso
- Demasiada emoción en tan poco tiempo para una enana como yo- dijo Gena

Todos esperaban ansiosos el ataque, unos se protegieron con lo que tenían, pero el fin era inevitable. Mordar se preparo a lanzar su gigantesco ataque. Pero algo le interrumpió el ruido de unos pasos fuertes subiendo la torre.

- Parece que santo Doryan viene de nuevo al rescate, ¡oh! Pero recuerden, el no siempre estará allí.

Mordar dejo de hacer la bola y bajo lentamente, luego de paro en el borde de la torre.

- Una promesa es una promesa, escuchame Jana, no se bien que símbolo es aquel que hay en el diario, pero conozco quien si sabe. En el bosque de las almas perdidas hay un anciano que vive en una caverna que sabe a quien o que pertenece ese símbolo. Creo que alguna vez lo vi, pero por mas que intento recordar no se que es. Ve con el anciano mago, el te ayudara. Eso si, ten cuidado, el anciano es desconfiado y tiene varias trampas en su hogar para extraños. Te deseo la mejor de las suertes, antes de nuestro próximo encuentro. Porque les juro, volveré por ese collar. ¡Adios amigos!

Mordar se lanzo al vacio justo cuando llegaba Doryan con varios soldados. Paso lo que inevitablemente ocurre en estos casos, un sin número de explicaciones, conversaciones unos con otros. Pero todos estaban cansados y deseaban descansar. Doryan y los soldados tomaron su testimonio y se retiraron, Doryan debía atender muchas cosas a raíz de la muerte del supremo sacerdote y debía empezar ahora. Se disculpo y se retiro triste y silencioso. El animo de los demás, era parecido al del viejo guerrero.

- Amigos demonos un dia de descanso- dijo Anakair- mañana hablaremos sobre que hacer a continuación, a partir de ahora debemos actuar en conjunto. Es hora de dormir. Les deseo un buen dormir a todos.

Anakair suspiro, esperaba poder organizar aquel caótico grupo, debía hacerlo, a partir de ahora una importante misión estaba en sus manos. Se dio la bendición en el nombre de Ignuri. Todos habían tenido mucho por hoy, ensimismados en sus pensamientos se fueron a dormir. La noche se cerro con el lento cese de la lluvia, la luna se había cansado de llorar.

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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Yôko Lun Ene 24, 2011 3:18 am

Estaban cansados, había sido un día duro y extraño para todos, por ello el sueño les ganó y se los llevó rápidamente a un mundo de fantasía y magia.
En la mañana los primeros en despertar fueron Anakair, Sjekir y Terry, a los pocos minutos se les unió Lynel en el comedor para tomar desayuno.
Estaban muy silenciosos, no es que entre ellos fueran grandes conversadores, pero esa mañana especialmente estaban callados. Se notaba que, a pesar que habían dormido, no habían podido descansar realmente. Rik llegó al comedor y luego llegó Gena

-He recibido buenas noticias de mi hermano
-Qué bueno Gena
Le respondió Anakair, luego de ello no hubo más diálogo en mucho rato

-Qué sueño pesado el de Jana, si no se apura, no le dejaré queso jejeje
-No creo que baje, esta triste
-Todos estamos afectados, Lynel, pero no por ello dejaremos de comer o no va a compartir con nosotros sus amigos
-Espera rizitos de oro, yo no soy tu amigo
-Si invita las cervezas yo puedo serlo – Comentó Rik para animar el ambiente
-Rik, me traicionas por unas cervezas??

Terry hizo una mueca que parecía una cara de pena que a más de uno le causó risa

-Ya basta de boberías, ¿qué haremos a partir de ahora? Por desgracia estamos ligados por ese juramento
-Aun no he pensado bien los pasos que seguiremos a partir de ahora, Sjekir, pero sé que debemos de seguir juntos. No sé bien a qué viene la información que Greg... Mordar le dio a Jana, pero siento que es una trampa y sería bueno no ir
-¿Una trampa rizitos? Ja! Mordar no lo necesita, si no te diste cuenta él solito nos dio la tremenda paliza ayer, no necesita una trampa pffff
-Además, no podemos quedarnos aquí resguardados bajo la sombra de un héroe de épica, yo igual tengo mi orgullo- Dijo Lynel
-Hay que salir - Dijo una Jana que llegó silenciosamente- Debemos entrenar todo lo que podamos, hacernos más fuertes. Vamos a tener que compartir, enseñarnos mutuamente, nuestras habilidades en batalla van a ser muy importantes ahora. Es esencial que Gena aprenda a luchar más allá de una defensa propia
-Al fin bajas
-Es que Kuro-kuro tiene hambre
-Cuiiiií

El cuye se había llenado los cachetes del queso que Terry aun tenía en el plato y ahora estaba en el plato de Lynel mordisqueando un trozo de manzana

-Creo que sería democráticamente correcto que decidiéramos por votación - Anakair puso una expresión de desapruebo, así que Gena siguió hablando dirigiéndose a él – Porque lo quieras o no te nombraron líder, pero no dictador
-¡Así se habla Gena! - Celebró Rik
-Esta bien- Dijo finalmente Anakair- Estamos todos reunidos, así que votemos, además de mí ¿quién quiere quedarse en Minas Thalion un tiempo más?

Gena y Rik levantaron la mano

-3, muy bien, ¿Quiénes quieren ir al bosque de las almas perdidas?

Terry, Lynel y Jana levantaron sus manos

-3 También... Sjekir, ¿no votas?
-No me interesa ninguna de las dos opciones
-Anakair, creo que somos 4 los que queremos ir al bosque
-¿Cómo?
-Sipirilí, mira

Terry indicó a la mesa, donde estaba Kuro-kuro parado en sus patitas traseras y moviendo una de sus patitas delanteras en el aire

-¡Qué lindo!-Dijo Lynel tomando al cuye y haciéndole cariño
-Es un animal, ¡no vale!- Replicó Gena
-Es parte del grupo, ¿no?
-Supongo que lo es, Jana – Agregó Rik
-Bien chicos, iremos al bosque de las almas perdidas
-Pero mañana rizitos, hoy hay que ir a los jardines de Terian
-Sí, el supremo sacerdote dijo que era un lindo lugar y por toda Épica se cuentan historias sobre la belleza de ese lugar- Dijo Lynel con un dejo de emoción
-No es como las maravillosas ciudades de piedra de los enanos, pero tiene su encanto o eso dicen en mis tierras- Agregó Gena
-Como quieran, mejor así, tengo tiempo para hablar con Sir Doryan y arreglar todo para el viaje, pediré provisiones y transporte. Gena, tú cargarás el collar ahora, es mejor que se esté con ustedes. Quédense todos juntos y diviértanse

Y diciendo esto Anakair se retiró

-¡Qué mal genio tiene solcito! ¿habrá dormido mal?
-No lo molestes Terry, seguro esta bajo mucha presión, de pronto es líder de un grupo de personas a las que conoció de forma fortuita
-Algunos ya somos amigos, pero no entre todos...
-Yo no tengo amigos – Lynel fue interrumpida por Sjekir
-No hablaba por tí XD, pero a lo que voy es que somos un grupo disparejo y algo difícil. Lo bueno es que abarcamos varias áreas, pero debemos tratar de complementarnos un poco más y, como dijo Jana antes, ayudarnos también
-¡Me abuuuurro! ¿Vamos a los jardines?

Interrumpió Rik. Jana se rió y contagió a los demás, menos a Sjekir.
Se levantaron de la mesa y comenzaron a salir de comedor. La semi-elfa y Lynel guardaron algo de pan y frutas en sus bolsos (acostumbradas ambas a estar preparadas para viajes repentinos). Fui ahí que llegó un guardia y anunció que Sir Doryan quería ver a Sjekir. Lynel quiso acompañarle, pero Sjekir no se lo permitió, era necesario que no se dispersara el grupo, además no tenía la intención de que la chica supiera lo que había hecho con Terry hace dos noches, definitivamente no era de su incumbencia. Lynel al final accedió, pero no porque el mercenario se lo dijese, sino porque sabía que podía cuidarse solo y prefería pasar un rato agradable con su amiga.
Así fue que Sjekir también se separó del grupo. Los demás se dirigieron a los jardines de Terian.
Terry estuvo molestando a Gena todo el camino haciendo como que le quitaría el collar, la enana se veía bastante molesta, Rik trataba de que su amigo no fuese tan pesado con Gena, mientras que las otras dos chicas se reían. Kuro-kuro dormitaba en el bolso de Jana, pues se había empachado con el queso y la manzana.

-Algún día tendrían que venir en primavera a verlo

Dijo Rik a pasos de cruzar el arco formado con arbustos que permitía la entrada a los famosos jardines.
El lugar era muy lindo a pesa de que la gran mayoría de los árboles y arbustos no estaban florecidos y varios incluso no tenían hojas, pero la gran variedad de tonos de verde deleitaban la vista. Habían varias columnas que eran rodeadas por enredaderas, fuentes de agua con bancos cerca para sentarse y descansar un poco acompañado del ruido tranquilizador que el agua produce. Se veían figuras hechas en arbustos de muchos tamaños, desde un dragón de unos 7 metros de altura hasta unos duendecillos que salen en los cuentos infantiles de unos 20 centímetros.
En primavera seguro era más hermoso, con flores y fruta por todos lados, más variedad de colores y el cielo más despejado, de todas formas, así como estaba el jardín, Jana estaba maravillada, iba de un lado para otro reconociendo todo tipo de hojas y si había alguna que no estaba segura cuál era o de frentón no sabía qué planta tenía delante, consultaba con la bitácora de su padre. Lynel seguía a su amiga para poder aprender algo más sobre las plantas. Terry se divertía mirando a las chicas. Gena se dedicaba a admirar las columnas y las fuentes de agua, sin duda construcciones enaniles y Rik jugueteaba por ahí.

-¡Terry! ¡Hey, Terry! -Jana le llamó tratando de que los demás no lo notaran
-¿Qué pasa?- Preguntó el joven asesino al llegar junto a las chicas
-¿Tú crees que pueda sacar un poco de estas hojas?
-¿Uh?
-Pasa que las necesito para hacer las pociones de curación, casi todos mis ingredientes se me han ido curándoles y estoy al límite de mis reservas
-Yo creo que no habría problema
-¡Bien!

Jana se disponía a sacar una hoja, después de haberle pedido permiso al árbol, cuando...

-¡Alto ahí!

Lynel, Jana y Terry voltearon a ver de dónde venía aquella voz, pero no vieron a nadie más que a sus compañeros.

-Creo que hace mucho no bebo, eso me hace mal, después de aquí nos iremos a la taberna de Enrik
-Claro que no joven Wahhem

Delante de los chicos apareció un tipo de unos 30 años o un poco menos, vestía ropas sueltas, una chaqueta corta y abierta por lo que se podía ver que tenía un pentagrama invertido colgando del cuello, pantalones abombachados, el cabello rubio como hasta el hombro, revuelto, descuidado y los ojos de color negro profundo. Les sonrió maliciosamente...

-¡Buuu!

A lo que este tipo dijo eso, los tres chicos fueron expulsados hacia atrás por una ráfaga de aire muy fuerte. Terry mediante una gran acrobacia logró caer de pie, Lynel rodó por el suelo y se paró con gran rapidez, Jana se hizo varios rasguños al patinar por el suelo y Kuro-kuro salió corriendo de su bolso. Rik, al ver lo sucedido, rápidamente tomó a Gena y se escondió con ella tras unos árboles de tronco ancho y le indicó que se quedara en silencio.

-Niños, niños, niños. ¿Cuál de ustedes tiene el collar? Si me lo dan por las buenas no habrá problemas
-No sé de qué hablas
-Claro que sí, Lynel. ¡Ja! Veo que te has sorprendido, sé quienes son, cada uno de ustedes. Digamos que me lo dijo un viejo amigo de ustedes, así que no quieran engañarme, sé que uno de ustedes tiene el collar, pero el dilema es ¿quién?
-Yo no tengo ningún collar, eso es de mujeres y yo soy bien hombre para mis cosas, aunque no podría decir lo mismo de ti ¡jo! Dime, ¿Te pintas los labios para que combine con eso que llevas al cuello?
-Gracioso, como dijo que serías, Terry. Hum... qué descortés soy, mi nombre es Walden Fancastle. Pero basta de charla, denme el collar que ya la paciencia se me esta terminando niños. ¡Ah! Por cierto 1, 2, 3 por los pequeños detrás del árbol.
-¡Rayos! -Dijo a media voz Rik
-¿Qué hacemos ahora?
-Nada, Gena, nos quedamos acá, tal vez sólo esta adivinando, pero a lo que se distraiga nos cambiamos a esos arbustos que están más allá. ¿esta claro?
-Sí, hay que estar atentos para correr
-Niños, niños mi paciencia se acaba ¡Rego Auram!

Una nueva ráfaga de aire los empujó a los tres nuevamente a sólo unos minutos de que Jana levantara del suelo, pero esta vez los chicos estaban preparados. Terry saltó muy alto y cogió la ráfaga de viento como impulso, en el aire sacó sus katares y se lanzó al ataque. Lynel cortó el viento con su espada y corrió a enfrentar al mago. Jana sólo resistió y sacó su arco

-Gena, ahora, ¡corre!

La enana y el halfing corrieron al ver que el mago estaba pendiente del ataque Terry y Lynel. El asesino y la joven guerrera atacaron a Walden al mismo tiempo, los golpes iban certeros, pero el mago no hizo nada por moverse. A unos 20 centímetros de que las armas tocaran su piel, una carga eléctrica emanó del cuerpo del mago y le dio de lleno a los dos chicos. La descarga fue tal que ambos salieron expulsado algunos metros, soltaron sus armas y no pudieron levantarse de inmediato. Jana lanzó una flecha que iba directamente al corazón, pero a unos 20 centímetros del cuerpo de Walden, la flecha cambió de dirección y ni siquiera rozó al mago.

-Pero... ¿qué domonios? No han podido tocarle de ninguna forma
-No sé Gena, pero quédate aquí, yo iré a ayudar a los chicos. Protege el collar
-Esta bien, ten cuidado

Rik aprovechó que Walden se reía de lo ocurrido para regresar al árbol donde antes había estado con Gena y salió desde allí lanzando piedras con su onda, pero obtuvo el mismo resultado que la flecha de la druida.

-¡Jo! Creo que es mejor cambiar de táctica, hay que atacar magia con magia, ¿no?

Dijo Terry mientras se levantaba, susurró unas palabras, sonrió y desapareció

-Eso no te servirá asesino

Jana volvió a disparar una flecha, Lynel se fue en carga contra el mago y Rik le lanzó varias piedras. El resultado fue el mismo, la joven guerrera electrocutada y tanto la flecha como las piedras se desviaron a pocos centímetros de Walden. Los chicos estaban desanimados, las cosas no estaban funcionando. Gena no soportó seguir escondida, definitivamente no era lo suyo, ella era una chica activa y no se iba a permitir estar refugiada mientras a sus compañeros les daban una paliza, así que decidió salir, desenvainó su espada corta y corrió hacia Walden

-¡Gena, no!

El grito de Rik no fue oído por la enana que se lanzó contra el mago. La joven comerciante fue lanzada por los aires por la carga eléctrica que emanó de Walden.
Mientras Terry estaba invisible observó al mago, caminó lentamente hasta ponerse detrás de su espalda y fue entonces que apareció, le propició un golpe con una de sus katares. La descarga electrica ocurrió, pero Terry la soportó en el lugar y siguió atacando tratando de llegar a la piel del mago, con cada ataque el joven asesino recibía una carga de electricidad la que aguantaba apretando fuertemente los dientes.

-Terry, te estas lastimando

Pero Terry no escuchaba a Rik, no escuchaba nada, sólo el zumbido que le dejaba la corriente en sus oídos, ya no existía el mundo, sólo el mago, él y la sed de sangre frente a un oponente ¿podría llamarse digno? tal vez...

-TERRY ¡Basta ya!

Esa voz, ¿Jana? Se descuidó por unos segundos y la descarga que recibió esta vez sí lo mandó a volar. Cayó al suelo y recién ahí se dio cuenta del daño que la corriente le había causado, le dolía todo el cuerpo y partes de su ropa estaban quemadas, le costaba respirar.

-Interesante, me hiciste un rasguño en el costado. Pagarás por ello joven Wahhem

El mago se dio vuelta y comenzó a caminar hacia Terry, éste cerró los ojos y susurró unas palabras, entonces una oscuridad atrapó al mago y al asesino

-Terry ¡no! Sal de ahí
-Tranquila mamá, ya salí ¡jo!

Caminaba con algo de trabajo, al parecer la oscuridad la había hecho para ganar algo de tiempo. Jana corrió hacia él, seguida de Lynel. Rik fue a ver a Gena, quien seguía en el suelo sin levantarse

-¡Ay Terry! Mira cómo estas
-Guapo, como siempre

Terry agotado cayó de rodillas, Jana se arrodilló a su lado

-¡Bobo! No es momento de bromear
-Yo lo dije bien en serio ¡jo!
-Por todos los Urs, no puede ser, sólo me quedan una pociones para heridas leves, tendrás que conformarte con una de ellas, tomar dos no servirá de nada

**************************************************************************************************************************

Sjekir fue escoltado por un par de guardias hasta una gran puerta de madera, detrás de ella, estaba el despacho de Sir Doryan. Seguro lo había llamado para anunciarle cuándo sería su juicio. La verdad es que le extrañaba que dejaran pasar tanto tiempo entre que mató a Atleus hasta que le enjuiciaran.
Entró sin esperar que le anunciaran y se encontró con que Anakair estaba ahí.

-Entonces no hay problemas Anakair, mandaré a que preparen algunos caballos y provisiones para ustedes. Estoy de acuerdo con la decisión tomada, pues estando quietos serán un blanco más fácil para Mordar. Sólo recuerda evitar los caminos principales y los lugares muy concurridos, no se alejen unos de otros y mantenlos unidos. Con ésto último no me refiero físicamente ¡ja!
-Sí mi señor. Muchas gracias

Doryan se había percatado de la llegaba de Sjekir, pero no le miró hasta que terminó de hablar con Anakair.

-¿Y los demás?
-Por la ciudad supongo
-¿Por qué los dejaste solos? Pedí que se mantuviesen juntos
-Como verás, amablemente me trajeron hasta aquí
-Esta bien, de todas formas no creo que les pase algo. Me retiro Sir Doryan y nuevamente, muchas gracias

Anakair salió y Doryan le indicó a Sjekir que se sentara

-Ve al grano, ¿cuándo va a ser?
-Tengo un trato para ti
-¿Un trato?
-Así es. Yo estaba la tanto de lo que hizo el supremo sacerdote con ustedes, pero no sabía que ustedes eran los elegidos hasta ayer. Entenderás que, aunque puedo enjuiciarte, no sería lo correcto por dos motivos: primero, esto demoraría la partida del grupo y segundo, lo más probable es que la sentencia sea la muerte
-Entonces el trato es...?
-Son dos cosas sencillas
-Habla
-En primer lugar. Quiero que seas un buen aliado de mi hijo Terry. No se trata que le protejas, sé que puede hacerlo solo, yo sólo quiero que no lo dejes solo en batalla, porque ahora, más que nunca, se necesitan buenos compañeros con quienes combatir codo a codo en el campo de batalla y, por lo que vi el día que mataste a Atleus, Terry y tú son un buen equipo
-Hum..., esta bien ¿y lo otro?
- Debes de ser fiel a la orden. Tengo entendido que hicieron un juramento, pero más allá quiero que tu objetivo principal sea velar por el cuidado de ese collar. Puedes tener y realizar tus propios objetivos, pero quedarán en segundo lugar. Después de todo, el tiempo puede sobrar
-¿Eso quieres a cambio de mi juicio?
-Sí
-¡Demonios! No me queda de otra supongo. Acepto

En eso la puerta se abre de golpe y Anakair aparece, jadea, se nota que ha venido corriendo.

-Señor, atacan a los chicos en los jardines
-¿Qué?

Anakair no escuchó la pregunta, pues ya se encontraba corriendo hacia los jardines de Terian, seguido de cerca de Sjekir. Doryan se dirigió al patio de entrenamiento y llamó a todos los soldados que se le cruzaron por el camino, comenzó a dar órdenes, fue a las caballerizas y con su mejor caballo siguió los pasos de Anakair y Sjekir.

******************************************************************************************************************

Jana ayudó a Terry a tomarse la poción, Lynel se desplomó cansada al lado de ambos.

-¿Qué haremos? Los escudos de este tipo no nos permiten hacerle daño
-¿Escudos?
-Así es Terry, Lynel tiene razón, son dos escudos: uno es de viento, es el que desvía mis flechas y las piedras de Rik, el otro es de electricidad que es el que le protege de los ataques cuerpo a cuerpo.
-Pero yo pude traspasar el escudo de electricidad, muy poco, claro, pero lo hice
-Seguro es porque este tipo no es tan fuerte como creemos, por lo que tal vez podamos romper el escudo de viento también
-Tus flechas son ligeras, Jana, lo he notado y el escudo no las desvía tanto... Hay que buscar algo que arrojarle que sea más pesados que tus flechas y que las piedras pequeñas de Rik
-Yo soy bueno lanzando dagas, definitivamente son más pesadas que las flechas y las piedritas, pero sólo tengo una
-Yo tengo otra, toma Terry, yo no sé lanzarlas
-Jana, tú al igual que yo tomaste unas manzanas del desayuno, seguro son más pesadas que tus flechas, aunque no estoy segura que lo sean más que las piedras, pero no perdemos nada con intentarlo, ¿Verdad? Por último servirán como distracción para que no vea que Terry le lanza las dagas.
-Yo no tengo fuerza para arrojar cosas, tómalas Lynel, seguro tu entrenamiento con la espada ha hecho que desarrolles fuerza en los brazos
-Y tú, ¿qué harás?
-Tengo magia en un frasquito, eso puede ayudarnos, como dijo Terry antes de que se volviera loco XD, debemos atacarle con magia, si tuviese un escudo contra magia, no estaría atrapado en la oscuridad
-Que, a todo esto, ya debe de estar por terminarse.
-Entonces atentos y alejémonos un poco

Rik tomó a Gena y la llevo detrás de una de las columnas, estaba más que claro que los enanos y la magia no se llevaban bien. La enana se había desmayado al recibir magia, pero su cuerpo resistió físicamente bien el impacto de la corriente. La dejó allí y se reunió con los otros chicos. Rápidamente le explicaron sus planes, Rik le pasó su daga a Terry y se puso a buscar rocas más grandes para poder lanzar, aunque ello implicase acercarse un poco más al mago.

-Sé que este hechizo esta por terminarse y créanme que estoy muy molesto con ustedes niños. La juventud de ahora ¡tan rebelde!, pero yo les daré una lección...

Gritó el mago desde dentro de la zona de oscuridad. Al minuto siguiente la oscuridad empezó a desaparecer. A penas el mago pudo distinguirse entre las sombras que aclaraban los chicos se pusieron en posición. Lynel y Rik frente al mago, Jana en diagonal por delante y Terry por la espalda a la distancia necesaria para poder lanzar las dagas. El asesino les hizo una señal a los demás. Lynel lanzó una manzana, la que fue desviada por el escudo de viento, pero la desviación fue mucho menos que la de las flechas. Lo mismo le pasó a Rik cuando lanzó la primer piedra, pero ambos fueron ajustando el tiro, cosa que a la tercera lanzada ya le estaban dando en las extremidades al mago.

-Basta de juegos niños

Terry lanzó su daga, la que se enterró en el costado de Walden, éste gritó y se dio vuelta para ver quién le había hecho daño. En ese momento Jana tomó un sorbo del frasquito que tenía, se acercó al mago y escupió de su boca un cono de fuego que envolvió a Walden en llamas, los gritos de dolor eran evidentes. Cuando las llamas se disiparon, se vio que el mago tenia varias quemaduras en el cuerpo y en la ropa, sus ojos emanaban odio

-Rego Auram

Los chicos se preparaban para una ráfaga de viento, pero no sucedió tal cosa, el cielo comenzó a oscurecerse

-No se queden ahí ¡ataquen otra vez!

Y diciendo esto, Terry lanzó la daga de Jana contra el mago, la que se enterró en el otro costado. Walden pareció no sentirla. Rik y Lynel le siguieron lanzando cosas, pero el mago ni se inmutó. El cielo se seguía oscureciendo. Jana volvió a tomar otro sorbo de su frasco y volvió a envolver al mago en llamas, quien grito y cayó de rodillas al suelo. Las llamas se disiparon otra vez. Walden subió su brazo izquierdo hacia el cielo y...

-Rego electro

De las nubes oscuras bajó un rayo muy grande que se absorbió en el cuerpo del mago, al instante siguiente, 4 rayos salieron de Walden en dirección a cada uno de los chicos. No hubo tiempo para reaccionar, la descarga les dio en pleno pecho a los 4, quienes salieron disparados varios metros. El rayo fue varias veces más fuerte que la descarga que los chicos habían recibido por el escudo del mago. Rik no pudo levantarse, los otros 3 sí pero con dificultad.

-Llegó la caballería ¡ja, ja!

Se burló Walden al ver que se acercaban Sjekir y Anakair, ambos se lanzaron a atacar sin hacer caso a las advertencias de Jana y Lynel. El escudo eléctrico del mago seguía funcionando, por lo que ambos fueron electrocutados. Anakair recibió el doble de daño pues su cota de malla condujo el elemento por todo el cuerpo del paladín.

-¿Qué demonios?
-Es un mago, Sjekir, está protegido con escudos mágicos elementales
-¡Eh, Sjekir! Las dagas sirven

Y diciendo esto Terry lanzó la daga de Rik, la que se clavó en el hombro derecho del mago. Esto sí le dolió, volvió a subir su brazo izquierdo. Sjekir lanzó su daga la que se clavó en la pierna derecha. Walden levantó su mano izquierda al cielo nuevamente

-Rego electro

Un nuevo rayo bajó del cielo hasta el cuerpo de Walden y luego de absorbido, salió como 6 rayos en dirección a los chicos. Rik quedó inconsciente, tanto Lynel como Jana se pararon, pero sus fuerzas no dieron para tanto y cayeron de rodillas en el suelo. Anakair se levanto a duras penas, definitivamente no era un buen día para usar cota de mallas. Terry estaba muy cansado, pero se levantó sin problemas, al igual que Sjekir.

-De a uno los voy eliminando
-Lynel, toma - Jana le lanzó dos frasquitos a la joven guerrera – El verde te curará un poco, el rojo es el que lanza las llamas, usa el rojo ahora

Dijo mientras ella bebía otro de los frasquitos verdes. Lynel hizo caso y le lanzó un cono de llamas al mago, quien se retorció de dolor, acto seguido la chica bebió el frasco verde para recobrar algo de fuerzas. Jana corrió hacia Walden y en el momento que las llamas desaparecían, le sacó la daga enterrada de Terry del costado y siguió corriendo en dirección al asesino para entregársela

-¿Estas loca? Cómo se te ocurre hacer tal cosa. Se pudo activar el escudo
-No, los escudos son para cuando se le ataca y yo no pretendía hacer tal cosa, toma, ahora tienes una daga para lanzar

De pronto apareció una espada que dando vueltas por el aire se dirigía al mago, éste logró esquivarla a escasos centímetros. La espada era de Gena, quién al fin había despertado, Sjekir y Anakair vieron que eso era una excelente idea, por lo que la imitaron, corrieron y a estasos metros lanzaron sus espadas contra el mago. Walden debió de esquivar nuevamente, pero no con tan buen resultado, una de las espadas le rozó el brazo causándole una herida que sangraba mucho. Quedó a escasos metros de Terry, quien le lanzó su daga enterrándose en las costillas. Lynel volvió a tomar el líquido del frasco rojo y lanzó un nuevo cono de llamas, el mago esta vez alcanzó a reaccionar, pues ya no subestimaba a los chicos, ahora estaba más atentos a sus actos

-Rego Auram

El fuego se esparció con una ráfaga de aire dirigida hacia los demás chicos. A Anakair esta ráfaga lo pilló por sorpresa y fue lanzado hacia una columna, se dio un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó muy mareado y confuso al punto que no puso pararse. Rik que estaba inconsciente, fue arrastrado por la ráfaga de aire varios metros. Gena salió volando, el nuevo contacto con la magia la dejó muy agotada, veía borroso y el golpe que se dio contra el suelo al caer no la ayudó mucho. Sjekir y Lynel soportaron la ráfaga por que la chica la cortó con su espada, pero se vieron rodeados por el cono de fuego. Sjekir comenzó a sudar, imágenes del pasado volvían a su cabeza

-¡Apágalo, apágalo!
-Sjekir, tranquilo

Las heridas anteriores sumadas a las causadas ahora por el fuego, fueron mucho para Lynel, quien cayó inconsciente al suelo, mientras que Sjekir estaba en shock al verse rodeado de llamas

-Creo que quedamos sólo los tres
-Jana, detrás mio
-Rego Auram

Una ráfaga de aire a ras de suelo hizo que los dos chicos cayeran. Terry se paró lo más rápido que pudo y se puso entre el mago y su amiga

-Ahora pagarán todas las heridas que le han hecho a mi lindo cuerpo. - elevó su brazo izquierdo al cielo y - Rego electro

Esta vez el rayo no dividió su poder, uno sólo fue lanzado hacia Terry, quien esta vez no pudo evitar gritar por el dolor y quedó en el suelo respirando con mucha dificultades.

-Ya no eres tan gracioso, ¿verdad? Rego electro

Esta vez no levantó su brazo al cielo. De su mano salieron pequeños rayitos que impactaron en el cuerpo de Terry, quien tenía pequeñas convulsione por cada uno de esos rayitos que le llegaba a su piel

-¡Basta!, ¡Ya basta! Déjalo tranquilo, por favor
-Tranquila, ya te tocará a tí

Jana se largó a llorar no aguantaba ver a sus amigos sufrir. Fue entonces que la voz de Mordar sonó en su cabeza "Eso es lo que te pasa mujer, tienes miedo, estas llena de miedos y de complejos, mientras el miedo este fuerte dentro de tu ser jamás logras derrotarme, ni a mí, ni mucho menos a los que buscas…" Con las palabras aun haciendo eco dentro de su ser, tomó una desición y comenzó a susurrar un rezo que el mago no pudo oír, ensimismado disfrutando del dolor que estaba provocando

-Ur Terra, frente a vos esta vuestra humilde servidora. Señora de la naturaleza, de las criaturas, aquí me ves postrada ante vos para pediros un favor: Dadme el poder de serviros y encerrar al mal que daña lo que vos protegéis ¡Rego Herbam!

Del suelo comenzaron a crecer ramas secas que empezaron a formar como una jaula redonda al rededos del mago, él trató comenzó a romper las ramas, pero por cada una que rompía, salían 5 más y así lo fueron rodeando hasta que quedó encerrado en una especie de globo hecho con ramas secas

-Muy bien, me encerraste ¿y ahora qué?

Jana le miró con lágrimas en los ojos, como suplicando perdón

-El hechizo no ha terminado... lo siento mucho

Las ramas comenzaron a temblar y gigantescas espinas crecieron hacia dentro de la jaula, salieron tantas que al final sólo se vieron espinas y un charco de sangre que fue aumentando bajo la formación circular de ramas y púas.
Se escuchó llegar la caballería, pero ya era tarde, todo había terminado, el mago estaba muerto y el cielo se aclaraba de a poco. Doryan ordenó que los soldados levantaran a los chicos y se los llevaran al castillo, no quería que los vieran en el hospital. Mandó al más rápido de los jinetes a buscar clérigos de Ignuri para curarles y se dirigió hacia la única que parecía aun lúcida

-¿Qué pasó?

Jana miraba sus manos fijamente

-Sangre... tienen sangre
-Tus manos sólo tienen tierra, no hay sangre ahí
-Yo, yo maté a alguien... otra vez. Estoy sucia, estoy... ¡Manchada de sangre!

Y emitiendo un grito, se desmayó al lado de un Terry a penas despierto.

*****************************************************************************************************************************

-Llevamos dos días de búsqueda y ninguna pista de Anvÿlle
-Calma, Thurar, la desesperación no nos lleva a nada. Tienes que pensar que la pequeña Anvy es una chica fuerte e inteligente
-Gracias comehojas, necesitaba un poco de ánimo
-De nada compañeros
-Mi señora Eveelina

Se escuchó a lo lejos. La comitiva miró a lo lejos, dos hombres a caballo veían cerca, corriendo a galope

-¡Alto a la marcha! Cerion, dale un poco de agua a los jinetes que llegan y a sus caballos

Ordenó Eveelina al ver que eran los soldados que había enviado a investigar por los poblados cercanos. Después de dejarles beber un poco les pidió que le contaran las cosas que habían averiguado

-Mi señora, entre los pueblos encontramos a un adivino, dice que ha estado recibiendo mensajes mentales de su hermano gemelo en otro lugar, quien también es un mago.
-Nos contó que su hermano vio llegar a una comitiva de gente, se notaba que eran malas personas - Le interrumpió el otro soldado- y nos dijo que llevaban capturada a una chica que coincide con la descripción de la pequeña maga y el líder coincide con el mago que se la raptó
-El hombre no es capaz de enfrentarse a todos ellos, ya que no es muy fuerte - continuó el primer soldado - pero prometió darnos amuletos de protección contra magia oscura si es que vamos a enfrentarle
-¿Y dónde es que vive el hermano del adivino?
-En Akearem, un pueblo al noreste de Lunacor
-No perdamos el tiempo, es la única pista que tenemos, así que vamos hacia allá

No tuvieron que cambiar mucho el rumbo, pues ya se dirigían más o menos hacia esa dirección. La marcha siguió, pero ahora todos tenían una gota de esperanza aferrada a sus corazones

**************************************************************************************************************************

Jana despertó en una cama suave, le costó reconocer el lugar. Se sentó y vio a todos sus amigos en la misma sala. Anakair estaba a la siga de los 2 clérigos que habían traído para sanar al grupo, el guerrero quería ayudarles en todo lo que pudiera. Sjekir estaba sentado en la cama y seguro ya se habría levantado si no fuera porque Lynel, desde la cama del al lado, le ordenaba que se quedara en descansando un poco más. Todos se veían curados de las heridas, pero algunos aun no despertaban. Jana se levantó, cuando uno de los clérigos se acercó a ella para pedirle que reposara un poco más, ella le explicó que era druida y que sólo iba a ver que sus amigos estuviesen bien, luego volvería a la cama. El clérigo accedió, entonces la semi-elfa se dirigió hacia Sjekir y Lynel, conversó con ellos un rato, luego se dirigió a la cama donde Gena aun dormía, a lo que estuvo segura que la enana estaba bien, paso a ver a Rik, quien tampoco había despertado y finalmente fue donde Terry. Él parecía dormir, Jana le tocó la frente para ver si tenía fiebre y en eso el asesino abrió los ojos.

-¿Morimos?
-No, claro que no
-Buuu, yo quería probar la cerveza del cielo
-Al parecer estas bien ^w^
-Por supuesto, estoy tan bien, que iré ahora mismo por unas cervezas de una taberna muy buena que conozco
- o_o Estas loco Terry, tienes que descansar
-Ya descansé mucho
-Vamos, duerme un poquito más
-Pero no tengo sueñito - Y Terry hizo una de sus muecas graciosas que aparentaba tristeza
-¡Ja, ja! Yo te cantaré una canción n_n
-Hum... bueno..., pero sólo si me dejas apoyar mi cabeza en tus piernas
-Este... ¡hecho!

Jana se sentó en la cabecera de la cama de Terry y éste se apoyó en ella

-Gracias por defenderme

Dijo mientras le daba un beso en la frente del asesino, él sólo sonrió. Doryan llegó y Anakair se le acercó, mientras Jana comenzaba a cantar

El colibrí escarlata
Dulce comilón
Volaba en nubes de plata
De grueso algodón

Bailaba al compás del viento
Seduciendo a las margaritas
Moviendo su cuerpo contento
Con sus hermosas alitas


-Mis hombres recuperaron todas sus armas y los frascos de la druida que quedaron en los jardines de Terian, para que no se preocupen por ello. Las armas están en la herrería del castillo para recibir una buena mantención, deben de estar en el mejor de los estados.
-Sí, muchas gracias Sir Doryan. Usted ha hecho mucho por nosotros.

La canción fue oída por todos, pero sólo los que estaban en las camas, comenzaron a sentir sueño, poco a poco se fueron dejando llevar por la melodía a un mundo mágico, incluso fueron influenciados por la canción aquellos que no habían despertado

Vuela vuela pequeño
Vuela mi señor
Vuela vuela risueño
Vuela mi cantor

Pájaro juguetón
En mis petalos ha mirado
Avecillo azulón
En mis sombras ha reposado


-Esa canción... ya la he escuchado antes
-¿Qué dijo señor?

Doryan volteó y vio a Jana cantando. Anakair como vio que ya no le prestaba atención, sumado al sueño repentino que le había dado, se fue a recostar en la cama que le habían asignado. Iba a “descansar la vista” por unos minutos, luego seguiría hablando con Sir Doryan

-Esos ojos amarillos... entonces recordó y una conversación de hace años atrás volvió a su memoria
“- ¿Cómo se llamara?- pregunto Doryan
-Co….¡¿Cómo lo sabe?!- pregunto Pansy sorprendida
-Soy mas observador de lo que crees- dijo Doryan sonriendo
- Jana…se llamara Jana…
- Entonces, escuchame bien Pansy. No olvidare lo que has hecho, mi espada siempre estará al servicio de tu casa y de tus hijos. Mi familia sera amiga de lo tuya. Este es mi juramento.”


Terry se había quedado dormido recién cuando Doryan interrumpió el canto de la druida

-Eres Jana, hija de Pansy, ¿verdad?
-¿Cómo lo sabe usted, Sir Doryan?
-Conocí a tu madre hace muchos años. Me cantó la misma canción que estabas cantando tú, esa noche dormí bien, no volví a tener un sueño agradable en muchos años después- Al ver que Jana ponía una cara entre sorprendida y asustada, rápidamente prosiguió- ¡Oh no! No creas que entre nosotros pasó algo, la salvé de unos tipos que le querían hacer daño en un bar y ella a cambió me dio alojamiento un par de días
-Entiendo, muchas gracias n_n
-Y dime, ¿cómo estan tus padres?
-Ambos muertos
-¿Qué?
-Pues sí, fueron asesinados hace unos 15 años

La expresión que Doryan puso era como si le hubiesen vertido un cubo enorme de agua fría

-¡Oh! yo... yo lo siento mucho, les tenía mucha estima, en verdad

Acarició la cabeza de la druida y luego se fue sin decir ninguna otra palabra
Los chicos despertaron a las dos horas, sintiendo que habían recuperado sus fuerzas, así como si llevaran 2 días completos durmiendo, reponiéndose lo que hace por lo menos un mes no habían descansado. El resto del día fue para preparar el viaje. Ahora Anakair estaba seguro que lo mejor era salir. Se les asignaron 6 caballos fuertes y rápidos. Tanto a Rik como a Gena los llevarían alguno de sus compañeros, pues ellos debían de usar otro tipo de caballos, más pequeños que, a pesar que esa raza es muy resistente, no son tan rápidos y podría retrasar el viaje o quedarse atrás en caso de huida. Aunque cada uno llevaba sus pertenencias, el sexo caballo quedó para llevar carga, él iba a transportar las provisiones y las 3 carpas que se les dieron: una grande para las chicas y dos medianas para los chicos.
Después de decidir qué caballo sería de quién y haber juntado las provisiones en una las habitaciones, Terry, Lynel y Sjekir acompañaron a Jana a comprar los ingredientes que se le habían terminado o estaban por terminarse. También pudo conseguir el ingrediente que le faltaba para hacer de nuevo la poción Aliento de fuego y llegando al castillo la preparó inmediatamente.
Fueron llamados a cenar mucho antes de lo normal, pues Anakair quería que todos fueran a dormir temprano para salir antes del amanecer. Estaban comiendo cuando en medio de la conversación Terry preguntó

-Hum..., pensé que no sabías hacer magia, Jana
-Todo druida sabe hacerla
-Y por qué no la usaste antes, habría sido de ayuda contra Mordar o en Zamzibar - Le regañó sutilmente Anakair
-Me había prometido no usarla
-¿Por qué? - Preguntó curioso Rik
-La última vez que usé magia, fue el mismo hechizo de hoy en la mañana. Y seguro ya averiguaron con los soldados o con Sir Doryan lo ocurrido, a quien atrapé en la jaula murió... yo lo maté y yo... a pesar de que esas personas eran malas, yo no soy nadie para quitarles la vida ¡nadie!, mis manos están manchadas de sangre, ¡soy una asesina!

Y después de decir esto, salió corriendo del comedor. Terry salió detrás de ella y Lynel quiso hacer lo mismo, pero Sjekir no se lo permitió

-Hay momentos en que uno necesita estar solo, déjala, ya volverá

Terry corría más rápido que Jana, por lo que la alcanzó en unos minutos y la abrazó fuerte por la espalda

-Esto se nos está haciendo costumbre, ¿no crees? Tú corres, yo te persigo y te agarro
-¡je!
-No eres mala por matar a los malos, serías mala si no proteges a los buenos
-Tal vez
-Tú misma lo dijiste, tenemos que hacernos fuertes. Todos en el grupo nos manejamos con las armas, algunos no son expertos, claro, pero se manejan. Al contrario, ninguno hace magia, yo sé hacer un par de cosas, pero no es suficiente. Nos hicieron hacer un juramento y si no lo recuerdas, tendremos que matar a quien sea con tal de proteger ese collar
-Pero, es que yo...
-Sé que es difícil, créeme que sí. Mira hagamos algo
-¿Qué cosa?
-Haré todo lo posible por que no tengas que matar a nadie, pero si esta en tus manos una de las últimas oportunidades de matar a un villano no dudarás en hacerlo.
-No estoy segura
-No he terminado. Haremos una luz flotante por cada persona que llegue a morir por tus manos y la enviaremos hacia las estrellas para que su alma tenga paz ¿Te parece?
-Sí, Terry, sí, eso es muy lindo
-Empezaremos ahora, vamos por los materiales

Fueron juntos caminando cuando al pasar por el despacho de Doryan, éste salió. No se había visto por el castillo desde que había hablado con Jana
-¡Ah! Terry, justo salía a buscarte, pasa. Jana, por favor espera afuera, serán sólo unos minutos

Terry entró y se sentó en una silla

-¿Qué sucede?
-Tengo que pedirte algo importante. Hace muchísimos años yo conocí a la madre de Jana y ella me ayudó mucho, por lo mismo yo juré que mi espada estaría al servicio de ella y de su descendencia.
-Ya... y ¿por qué tengo que saber yo eso?
-Seguro sabes que sus padres murieron
-Sip, lo sé
-Entonces que sólo queda ella por proteger
-Ajá
-Bueno, entenderás que yo no puedo acompañarles, porque lo que es tú misión protegerla
-¡Hey! No me metas en esas cosas
-Es un juramento, Terry
-Sí, uno que tú hiciste, no me involucra
-Los juramentos traspasan generaciones
-Padre, yo la cuidaré, pero no por tu juramento, sino porque es mi amiga y la estimo mucho. Y si no tienes algo más que decirme como “buen viaje” o algo así, me retiro

Terry se levantó y abrió la puerta para salir

-Hijo... - Doryan dudó unos segundos y luego agregó - cuidate mucho, quiero volver a verte

Terry le sonrió y se fue.
El asesino le enseñó a hacer unas luces flotantes, que más bien eran lámparas con forma de globo que al prenderlas se elevaban. Y en la tarde-noche, antes de irse a dormir, soltaron dos por una de las ventanas del castillo


***************************************************************************************************************

-Mi señor - sonó una voz carrasposa – Mi ave ha llegado
-¿Y qué dice la Murga?*
-Que Walden ha muerto y que la druida usó su magia
-Muy bien, era lo que esperaba. Ese mago de cuarta no era competencia para los chicos, pero fue lo único que pude conseguir con tan poco tiempo. ¡Ja, ja! Muy bien Jana, te felicito, vas superando tus miedos, tal vez la siguiente ocasión en que nos veamos, sí serás capaz de lanzarme una flecha...





* Murga es un ave que inventé XD, es como las catitas (caturras) pero su color es negro y sus ojos grises. Se le relaciona a la maldad y a la muerte.
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Mensaje  Is@ Miér Mar 09, 2011 6:33 am

Anvÿlle sintió frío. Nevaba torrencialmente y a penas estaba preparada para ese crudo invierno. Hizo lo posible por caminar...al menos un poco...encontrar a alguien, pero fue imposible. Sus pies se hundían y se volvían pesados. Se tendió en el suelo y vio como en un espejismo a una chica igual que ella, tal vez más joven, caminando en forma perpendicular a ella. Iba acompañada con una mujer que era también pelirroja, pero más baja. Trató de gritar por ayuda, pero para ese momento estaba cubierta de la blanca y densa nieve. Estaba siendo enterrada en cuestión de segundos y se sintió vencida, algo extraño en ella. Cerró sus ojos. Luego, perdió el conocimiento...poco a poco su imagen se iba desfragmentando junto con este sueño, el cual olvidó completamente...

Anvÿlle despertó. No sabía donde estaba. Estaba muy mareada y su mano izquierda estaba acalambrada. Lo último que se acordó era que uno de los ladrones le había dado de tomar un líquido nauseabundo...después de ello perdió completamente el conocimiento. Sintió que no andaba con su típica vestimenta, ésta era mucho más ligera, más cómoda para el calor que había en el lugar, excepto por los grilletes fríos que amarraban sus pies descalzos. Abrió los ojos y vio a su alrededor...estaba en una jaula y hacia cada lado veía oscuridad. Se arrastró hacia un lado de la jaula, y sintió cómo ésta se balanceaba debajo de su peso. Miró entre los barrotes, arriba, abajo, al lado, al otro...no había nadie...a lo lejos divisó otras jaulas colgantes. Miró abajo para encontrarse que el suelo estaba al menos 5 metros de altura...y después sintió unas ganas de ir al baño.
- Hola!!! ¡¡¡Necesito ir al baño urgente!!!!
Inmediatamente divisó una luz a lo lejos que venía rápidamente hacia su jaula. Era una chica que venía refunfuñando. Anvÿlle sólo pudo ver que era de contextura gruesa y de cabellos oscuros. Ella tomó una vara de metal, la cual sujetó a una olla pequeña.
- Toma - dijo ella mientras llegaba lo que para Anvÿlle cumpliría la función de una basinica.
Terminado aquello, la olla descendió.
- Menudo meao...aunque ¿qué otra cosa se esperaba? Llevabas 3 días enteros durmiendo. Ya era hora que despertaras...iré por tu comida.
- ¿Por qué estoy acá? - preguntó Anvÿlle, pero la guardia la ignoró y se fue.
"Bueno...ya volverá" pensó Anvÿlle mientras le crujían sus tripas. Juntó sus manos e hizo un pequeño rezo a Ur Elin para que cambiara su destino. Su mano izquierda ya no le molestaba tanto como cuando había despertado, aunque su dedo anular estaba algo más ancho de lo normal...seguía decorado por el anillo que le había regalado su madre. Trató de sacárselo, pero no pudo.
- ¡Es esa cosa! - gritó la guardia, sorprendiendo a Anvÿlle. La chica había asomado su cabeza por uno de los lados de la jaula y le dio un pan y algo de agua.
- No entiendo...
- ¡Ese anillo! Remialk está furioso que tu te lo hayas robado!
- Yo no lo robé...¡me lo regalaron!
- Pues, tuyo no puede ser...hace semanas estaba en las manos de Remialk y una colorina llegó y se lo arrebató.
- Mi....- pero Anvÿlle paró en seco. No podia delatar a su madre, pero estaba confundida...estaba segura que su madre había mencionado que "legalmente" había adquirido ese anillo cuando estuvo en Amnadia. ¡Eso es! Ella estaba en Amnadia, además el nombre de Remialk le sonaba algo conocido de las lecturas que su madre hacía acerca de Épica, un hombre importante de Amnadia, quizás...
¿Querrá decir que el anillo solía ser de su madre y que estas personas, de Amnadia, se lo habían robado? ¿O en realidad esta joya le pertenecía a esta persona llamada Remialk? ¿Sería su madre una ladrona? No era la primera vez que le mentía. Primero su padre...ahora este chascarro.
- Agradece que estás en la mejor de las prisiones de Amnadia porque por tener aquella cosa deberías merecer una de la fétidas que hay en...
- ¡Regresaré el anillo! - exclamó la semi elfa, haciendo todo lo posible por sacárselo. No le importaba quién era el titular de la joya, sólo quería salir de ahí.
- Jajajajajajaja. ¿Crees que no lo hemos intentado?
Anvÿlle la ignoró, metiendo el dedo en el agua para sacárselo
- Tal vez con un jabón...
- Niña...escúchame, te tratamos de cortar el dedo - le mencionó la guardia como si le hubiese dado un consejo para hornear mejor las galletas. Ante la expresión de la sorprendida y asustada Anvÿlle, continuó hablando - pero...los sacerdotes creyeron que por tu voluntad podrías sacártelo...obviamente es algo que todos los guardias no creímos en lo absoluto...tal como ahora lo has demostrado - e hizo una mueca burlona que asustó aún más a Anvÿlle.
- Ya, cómete tu pan y trágate esa agua...¿por qué pones esa cara? ¡Vas a tener una cita con el apuesto Remialk!...cualquier mujer de tu clase daría lo que fuera por verlo en persona. - anunció sonriente. Descendió unas escaleras y se fue, dejando a Anvÿlle nuevamente en la oscuridad.

"Madre...¿en qué líos me has metido?" Y nuevamente se acordó de la conversación que había tenido con su tía antes del viaje...
tienes que cuidarte mucho cuando pases por Amnadia, especialmente con ese anillo, así como es una defensa allá es una causal de muerte. Pero...soñé que estabas acompañada por un grupo muy peculiar de personas...

Recitó varios de los hechizos que conocía, pero ninguno tuvo éxito en contra de los barrotes que impedían su libertad.

"Cómo deseo estar acompañada" pensó y suspiró tristemente.

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El grupo que buscaba a Anvÿlle llegó a Akraem. Un pueblo que estaba más cerca de lo que habían estimado...era mediodía del 3er día desde que se la habían secuestrado.
No les fue difícil encontrar la carpa de Román Bleiss, el mago que podría dar el paradero de su amiga, ya que era el médico brujo de aquel pueblo.
- Cerion, entrarás con nosotros a la tienda, pero ustedes - dijo señalando a un grupo de los soldados que habían acompañado en esta búsqueda - vigilarán la entrada de ésta. Estén atentos a cualquier instrucción.
- Sí, mi señora - respondieron los solados en unísono.

Así, Eeveelina, Cerion, Thurar y Alvenith entraron al hogar del mago. Un aroma rico a incienso de anís los envolvió. La tienda era pequeña y su piso estaba cubierto de alfombras y telas delgadas de distintos colores. Ahí vieron a Bleiss sentado en el suelo detrás de una mesa de centro sobre la cual había varios objetos, entre ellos una tetera y pastelitos. Tenía los ojos cerrados y estaba meditando. Antes que ellos se presentaran, el viejo abrió sus ojos y comenzó a hablarles.
- Ustedes deben ser los viajeros que mi viejo hermano me comentó, siéntese, siéntese - les decía señalando un montón de cojines - Les he preparado un té...
- No estamos para tecitos, ¡queremos saber dónde está nuestra amiga! - exclamó Thurar. Alvenith le puso una mirada de reproche. Pero antes que dijera algún comentario, Eeveelina respondió a la invitación del mago.
- Gracias por su atención. Pero, Thurar tiene razón. Es el 3er día y
- Paciencia...su amiga está bien - dijo el viejo volviendo a cerrar sus ojos en su estado de meditación, parecía estar en un trance. Todos se sentaron en sus respectivos cojines.
- ¿Se encuentra en este pueblo? - preguntó Alvenith
- ...lamento decirles que no...
- ¡Pero, usted dijo, que la había visto acá! - exclamó Thurar.
- ...así es...pero...- su voz comenzó a titubear y tomó sorpresivamente el brazo de Eeeveelina quien estaba más cerca del mago. Cerion había entendido esto como un acto ofensivo y estaba preparado para sacar su daga, cuando lágrimas zurcaron del mago viéndola directamente a los ojos.
- Como deseo estar acompañada - su voz era idéntica a la de Anvÿlle. Hubo un silencio entre los presentes por un tiempo. Thurar y Alvenith se acordaron de ella, lo alegre que era...tenía que estar en graves aprietos para que ella estuviera así.
- Ya sí...pero dónde está??? - preguntaba impaciente Thurar que sentía que el mago les guardaba más información que la que tenía. Bleiss salió del trance.
- No está muy lejos de acá...y pronostico que estará bien. No se preocupen.
- Pero, en dónde???

Ignorando las preguntas del enano, Bleiss se dirigió a la líder del grupo
- Señora Eeveelina, temo decirle que en verdad no vi a los bandidos y a la chica en forma personal. Los vi en un sueño que tuve hace 3 días...pero necesitaba que viniera a este lugar.
- ¿Por qué razón nos ha mentido? - Eeveelina estaba molesta, pero no podía evitar escuchar a este pobre hombre que parecía necesitar su ayuda.
- Verá...a Valhadia le importa poco lo que sucede en estas tierras de nadie. Todos los señores de este reino se la pasan enfiestados, son unos ciegos a las actividades extrañas que han ocurrido...verá su amiga no es la única persona que ha desaparecido.
- Nosotros ya tenemos nuestros problemas. Usted es un mago, si puede saber dónde se encuentra nuestra amiga, obviamente puede encontrar a sus amigos - reclamó Thurar, que pronosticaba que no sabrían el paradero de la semi elfa hasta que cumplieran la condición que impusiera este viejo.
- El poder caminar es un don que pocos aprecian - suspiró Bleiss y todos notaron que el mago en realidad carecía de piernas y que por ello contaba con todo lo necesario a su alcance - Y no puedo encontrarlos en mis meditaciones ya que se necesita de la intención de quien esté desaparecido quiera ser encontrado...¿me ayudarían a buscar a estos chicos? - les preguntó mientras les mostraba un par de retratos a color de 2 jóvenes de cabello blanco.

Todos quedaron en silencio por un rato.
Thurar estaba bastante molesto que el rescate de su amiga tuviera que tener este obstáculo. ¿Quién sabe si lo que el viejo realmente conocía el paradero de Anvÿlle? Si hubiesen habido tantas desapariciones, ¿cómo la noticia de ellos no habrían llegado a conocerse en otras partes?...pero paró de pensar en ello, ya había visto lo sucedido en Zanzibar y lo nada que se sabía al respecto. La creación de ese ejército de no muertos había sido realizada en forma secreta...
Cerion también dudaba las palabras del mago, podía ser esto una trampa de parte de Valhadia para secuestrarse a la señora Eeveelina...nunca se puede estar seguro con estos Valhadianos...pero cualquier decisión que tomara ella, la seguiría.
Eeveelina pensaba que la única manera de saber dónde se encontraba Anvÿlle era buscando a estos chicos...

- Se parecen a los hijos de la señora Leda Elin- preguntó Alvenith pensativo a Bleiss.
- ¿La conoces? - le respondió el sorprendido mago.
- Si...mi instructor solía hablar con ella sobre nuevos conjuros, después de todo la electricidad es un derivado del aire.
- Bueno...son sus hijos.
- ¿Cómo pudieron desaparecer de la Torre Arcana de Electricidad?
- No lo sabemos...es algo que nos ha llamado mucho la atención. Creemos que ellos fueron secuestrados por los mismos bandidos...tal vez con distintos propósitos que a su amiga y puede ser que estén inconscientes debido a que no los he podido encontrar.
- ¿Por qué nos hizo venir hasta acá para darnos esta información? Hemos perdido tiempo en llegar acá...- dijo Thurar.
- No podíamos darle información a cualquier viajero sobre su pérdida...eso podría alertar a los secuestradores y podrían tomar otro curso de acción...deben tener cuidado a quien preguntan sobre el paradero de su amiga - dijo sombríamente el mago.
Aquellas palabras alertaron a los viajeros porque habían sido inconscientes a quienes preguntaban en los pueblos.
- No teníamos ninguna pista de su paradero y si no hubiesemos preguntado a los pueblos aledaños, nunca estaríamos acá en su presencia - argumentó Eeveelina.
- ¿Usted tiene alguna idea quién pudo habérselos secuestrado? - preguntó Alvenith analizando el rostro de cada hermano, muy parecidos a su madre.
- No dejó ningún rastro. Sólo quiero que durante el viaje estén atentos por estos chicos: Tara y Antoine Leonard. - dijo señalando a cada chico.
- Bueno...en realidad no nos retrasaría de nuestro propósito principal del viaje. Los tendremos presentes, señor Bleiss - dijo Eeveelina estrechando su mano en la del mago. - Ahora, dígame, ¿en dónde está Anvÿlle Bougan?
- Se encuentra dentro de la mansión de Remialk, en Amnadia, ubicado al norte. Está siendo juzgada por un delito que no cometió...es el robo de un objeto importante que dice pertencerle. Ella está en buenas condiciones.
- En estos momentos, claro...¿quién sabe cómo estará después? - de un salto, Thurar se fue afuera a buscar su Wok.
- Muchas gracias por su información - dijo Eeveelina, mientras se paraban y se dirigían afuera de la tienda, excepto por Alvenith que quedó por un tiempo pensativo.
- ¡No hay tiempo que perder! - exclamó urgentemente Thurar.
- ¿Dónde se encuentra Leda Elin?
- Ufff...la última vez supe de ella fue hace una semana, estaba en la frontera norte del Bosque de las Almas Perdidas. Puede ser que esté aún por ahí. Les deseo que tengan un buen viaje.
- Gracias
- Pero, antes que se vayan...¿no les gustaría llevarse los pastelitos que preparé?

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Anvÿlle tuvo que esperar el atardecer de ese mismo dia para tener una cita con Remialk. Ella sabía que Amnadia no tenía un gobierno establecido y que su control estaba siendo peleado por 2 personas. Le tincó que Remialk debía de ser una de estas personas. Anvÿlle fue conducida por un pasillo oscuro hasta un ostentoso comedor. Estaba adornado con varias cabezas de animales, trofeos de cacerías y en algunos rincones estatuas de bestias disecadas. A Anvÿlle se le pasaron las ganas de cenar. La mesa, para al menos veinte comensales, estaba ya lista y preparada para dos personas: en la cabecera y en el costado izquierdo. Remialk ya se encontraba ahí parado al lado de su asiento. Era alto, flaco, de cabellos oscuros y barba bien cortada. Llevaba una camisa blanca y pantalones oscuros.
- Mi señor - dijo la guardia, haciendo una reverencia, obligando a Anvÿlle también a realizar ese saludo. - Aquí está la prisionera.
- Muchas gracias - e hizo un gesto para que Anvÿlle se sentara en la silla del costado izquierdo de la mesa.
- ¡Señor! Quiero entregarle el anillo ahora, pero...
- No te preocupes por eso. Todo tiene su momento. Siéntate para que cenemos - respondió Remialk. Anvÿlle se sentó, pero estaba muy confundida con la situación.
- ¿Cómo has estado? - preguntó, como si fuese una invitada.
- Pues...confundida - dijo ella, sin saber qué decir.
- Anvy, si quieres entregarme el anillo tiene que sentirte bien, ya que sólo de esa manera podrás sacártelo. ¿Entiendes? Ahora dime, ¿cómo te sientes? ¿te gusta la sopa? - preguntó con mucha amabilidad.
- No tengo apetito...me incomoda ver objetos de cacería - dijo observando la sala.
- Laurel, avisa al personal que oculten todas las decoraciones - dijo refiriéndose a la guardia quien inmediatamente abrió una puerta y dio las correspondientes órdenes. Luego salieron varias personas que corrieron por toda la habitación, sacando algunos objetos o tapándolos con sábanas.
- ¿No te gusta la cacería?
- No me gusta que maten animales...y tampoco me gusta la carne.
- Eso es bueno saberlo - mencionó Remialk y dio las correspondientes instrucciones a un hombre que estaba saliendo del comedor.
- ¿De dónde viene el anillo? - preguntó Anvÿlle.
- Es una reliquia antigua de muchas generaciones de mi familia. Tiene poderes especiales, como ya lo has notado.
- Es por eso que no me lo han podido quitar...¿sabe cuál fue su origen?
- Lamentablemente no lo sé. Pero, dejemos de hablar sobre el anillo, ¿de dónde eres?
Sin embargo, Anvÿlle continuó pensando en el anillo, lo trataba de enroscar con su pulgar para ver si podía aflojarlo.
- De Saalazar
- Supe que hace poco hubo un torneo de arco y flecha, y que fue muy emocionante.
- Si yo estuve en ese lugar, fue muy entretenido.
- Y todo terminó de manera inesperada. Por lo que tengo entendido un monstruo entró en las premiaciones y se llevó a 2 jóvenes...¿pudiste verlo?
- Sólo vi una gran conmoción en el sector, todos huían para cualquier lado aterrados - Anvÿlle estaba contenta que las noticias fueran tomando un sentido distinto a la realidad.
- Es una lástima que no haya podido estar ahí. Me hubiese encantado participar en el torneo, pero esta revolución me tiene muy ocupado. No hay tiempo para pensar en pasatiempos.
- ¿Cómo ha estado la situación en este país?
- Para serte franco...no muy bien, es decir peor de lo normal. Sargaf es muy persuasivo entre los campesinos y los artesanos. Además tiene un gran apoyo de parte de los clérigos del templo Tignar al ser el mismo un sacerdote. A pesar que yo sea también fiel a Ur Tignar, un creyente en contra de un practicante hace una gran diferencia.
- No me gusta Ur Tignar. Encuentro que es un Ur aburrido, negativo y no tiene una historia tan interesante, sin ofender tu creencia.
- Pues, me parece mucho más realista que otros Urs. Kalec cree que inventar un Ur atraerá a más personas a su reino.
- Yo creo que si existe. Debe haber alguien que creó todo esto. Así como existe un dios de la muerte y de término, debe haber un dios de vida y de creación.

En ese momento fue que sintió como el anillo se aflojó. Se lo sacó y vio como la joya engarzada perdia si brillo.
- ¡Me lo saqué! – exclamó Anvÿlle muy contenta – Acá, tome su anillo - dijo ella, extendiendo su mano con la zortija hacia el. Al fin podría salir de ese lugar.
- Muchas gracias - respondió, recibiendo la reliquia con una mano.

Con la otra mano profirió una bofetada a Anvÿlle que resonó con un eco en todo el recinto.
Tan fuerte y tan sorpresivo fue el golpe que Anvÿlle se calló de la silla.
- Laurel, ¡llévesela de mi vista!
- Sí. ¿Apedrada, Ahogada, Azotada o Asada, Señor?
- Me gustaría que la embalsamaramos, haría de una hermosa estatua en mi recámara. Pero sólo átenla y llévenla para allá. Más tarde procederemos.
- Por supuesto, mi Señor - dijo haciendo una reverencia y agarrando del cabello de Anvÿlle la arrastró por el comedor hacia la salida.
- Espero que hayas tenido una buena cena. ¡Nos veremos pronto! - oyó la voz burlona de Remialk de lejos.
Anvÿlle no podía creer lo que estaba escuchando. Ahora sí que estaba aterrada, lágrimas zurcaban por sus mejillas mientras que se tornaban de un color morado...pero una rabia intensa se estaba apoderando de ella.


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Mensaje  Northern Jue Mar 10, 2011 3:14 am

Aquella noche sería un tanto larga. Una mezcla de emoción y tristeza estaba presente en todos los integrantes del grupo. Todos vieron como Jana se derrumbaba poco a poco por hechos del pasado, pero todos a la vez sabían que Jana era una mujer fuerte. Sin embargo, alguien más del grupo estaba derrumbándose por dentro, y lo hacía en parte por algo de inseguridad hacia el futuro. La luz de la luna iluminaba los cabellos casi blancos de aquel guerrero, de hábil espada y que portaba al sol como emblema. Muchas cosas pasaban por su cabeza, muchas cosas le hacían cuestionarse su propio liderazgo. Pronto, su instinto de guerrero le indicó que ahora no estaba solo, sin saber quién era, lanzó una pregunta al aire.

-¿No puedes dormir tampoco?

-No siento la necesidad de dormir en este momento. Dormí suficiente allá con los clérigos. –dijo una voz gélida, cortante, tajante, que le indicó al caballero de quién se trataba.

-Ya veo, Sjékir. Aun así deberías intentar descansar un poco, qué tal si mañana en medio del camino te da sueño y… -fue cortado nuevamente.

-No me dará sueño.

-Ya veo… Supongo que debes tener tu cuerpo entrenado para ese tipo de cosas, ¿No? Es gracioso si lo piensas detenidamente…

-¿Qué cosa lo es? -Preguntó Sjékir, más por obligación social que por curiosidad como tal.

-Todos tienen objetivos personales, todos tienen algo que los mueve… No apruebo los fines de algunos de ustedes, pero los respeto, y aun así… aun así terminan nombrando como líder al único idiota que no vive por si mismo sino por los demás.

-El Halfing no tiene motivos.

-¿Rik? Su motivo es Terry, seguirle hasta la muerte, suena tonto, lo sé, pero es un motivo. –Terminaría de decir estas palabras para soltar un suspiro.

-¿A qué viene todo esto, guerrero?

-¿No te parece patético, Sjékir? El líder de un grupo no tiene motivación y metas propias.

-¿Acaso eres imbécil? –preguntó un Sjékir bastante sereno. –No sé nada de amistades o relaciones pero todo está calculado con exactitud. ¿Por qué habría de elegir como líder a alguien con otro tipo de motivación? Obvio que si yo fuese el líder, orientaría la campaña en principio a perseguir a los bastardos que quedan vivos, por ejemplo, no se mucho del caso de los demás pero seguro que pasaría algo igual. Por eso tú eres el líder. Porque tu motivación es la orden que se te encomendó. ¿O acaso no es eso lo que hace un caballero? ¿Mantener sus ideales firmes ante cualquier adversidad?

.-Yo pues… -Anakair estaba anonadado, le costaba responder por que quien menos pensaba, le acababa de devolver la razón de ser. –Gracias, Sjékir.

El bárbaro ni se inmutó en contestar, sólo estaba observando la luna en silencio. Ambos sólo quedaron viendo la luna un buen rato, compañeros en el silencio, era un tanto tenso aquel silencio, pero no era incómodo, por primera vez, Anakair sintió que podría confiar en Sjékir. Este último, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia otra parte. Aquella visita a los jardines sólo era el comienzo, ambos estaban conscientes de que la dificultad de estos personajes vendría en aumento total… Aquella noche era para meditar, para prepararse mentalmente, pues lo que les espera no es nada que hayan visto antes.
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Mensaje  Raistlin Lun Jun 06, 2011 4:07 am

Llovia suavemente sobre la ciudad blanca, la ciudad estaba de luto por la muerte del supremo sacerdote. La despedida de Sir Doryan habia sido silenciosa y habían quedado de encontrarse apenas salieran los primeros rayos del sol, en las puertas de la ciudad listos para emprender un largo viaje que tal vez cambiara sus vidas para siempre. Un misterioso collar los ligaba ahora para bien o para mal.

Anakair miro al grupo en la entrada, todos estaban allí, habían conseguido bien sus proviciones y estaban listos para iniciar un viaje hacia lo desconocido, “es parte del devenir humano” pensaba Anakair, “de alguna forma esto es lo que nos prueba, lo que nos hace saber si somos merecedores de esa llama de vida que los Urs nos han infundado, cada quien prueba lo que vale”. Anakair había decidido que tenía que familiarse con cada personaje de aquel extraño y particular grupo. Todos estaban allí a la entrada de la ciudad blanca, esperando sus palabras.

- Un largo camino nos espera amigos míos en verdad- dijo Anakair- debemos ser fuertes y unidos hoy más que nunca. Nos espera en verdad un largo trayecto hasta el bosque de las almas perdidas.
- Espera- dijo Gena molesta- Aun no recuerdo, ¿Por qué es que vamos alla? A un moridero, en donde muy probablemente no hallaremos mas que arboles, fantasmas y problemas.
- Veras mi querida Gena, alla vive un viejo y sabio hechicero, que sabe mucho. Al parecer, el sabio sabe algo sobre la información que Jana esta buscando y también puede saber sobre los usos del collar que se nos ha dicho debemos proteger.
- ¡Ya me llamas Gena! ¡no señorita Guithin! ¿Por qué?
- Eso es porque somos amigos ¿No?- dijo Anakair sonriendo
- Anakair…

Sjekir sonrió, miro al caballero, pensaba indudablemente que todos los seres humanos eran imperfectos y en cierta medida corruptibles. Sabía que no había un líder perfecto, pero sabía que sin duda Anakair de todo el grupo era el más indicado, de todos era el que más sabia conservar la calma, pensaba que tal vez solo le faltaban un poco de agallas. Se trataba no de elegir el mejor, sino el menos peor. Sonrió.

- ¡Bueno!, ¿que estamos esperando?, mi hacha esta seca- dijo Sjekir
- ¿Dónde esta Terry?- pregunto el caballero- ¿lo saben Jana o Rik?
- Yo no lo sé…me despedí del ayer en la noche, yo me fui a dormir. El me dijo que también iba a descansar supuse que llegaría acá como todos- dijo Jana
- Hummm…- dijo Anakair- ¿y tu Rik? ¿sabes algo?
-
- ¡Miren allí viene!- dijo Lynel
- ¿Esta corriendo?- pregunto Gena

Terry llego sudando, vestía su traje negro especial y una larga bufanda, que le protegía el cuello. Parecía preocupado.

- ¿estas bien asesino?- pregunto Anakair
- Emmm…desde luego…buenos días, buenas tardes, buenas noches señores- dijo haciendo un gesto de saludo- yo…hare una exploración del terreno para ver que no haya enemigos, ¡Nos vemos más adelante!
- Que tontería- dijo Anakair- todo Thalion esta bien custodiado por…¡Terry!
Pero cuando miro, Terry ya estaba corriendo lejos. Anakair se rasco la cabeza.
- Bien, debemos continuar, no podemos esperarle, supongo que nos encontramos mas adelante con el.- dijo Anakair
- Estoy de acuerdo- dijo Sjekir- no hay tiempo que perder. El asesino sabe defenderse solo
- ¡Miren ahí viene alguien!- dijo Lynel
Una mujer de cabello largo y vestido verde llegaba corriendo. Estaba roja y parecía tener bastante rabia.
- Por favor…decidme…¿Dónde esta la sabandija de Terry Wahhem?
Todos se miraron sin saber que hacer.
- Calmese señorita- dijo Anakair- digame, ¿Qué le hizo Terry?
- El….es un desgraciado…un maldito…un pedante…un egomano…un despreciable…un perro…un idiota…un imbécil…un engreído…un aprovechado…un mentiroso…un hijo de su…
- Calmese señorita- dijo Anakair
- El todo eso y mas…pero, pero, pero…- dijo pero parecía que se le iban las palabras
- ¿pero?
- Lo quiero mucho!!! Quiero que se quede conmigo!- dijo llorando y se entrego a la pena

Jana suspiró. Rik se colocó la mano en su cabeza en tono de desaprobación. Lynel le ofrecio un pañuelo a la mujer Anakair parecía estudiarla con cuidado

- Bella señorita, en verdad, es triste que usted se desgaste asi...ha pensado que tal vez, el simplemente no quiere estar con usted. Debería buscar alguien que la valore y la quiera como es- dijo Anakair
- Yo…no quiero a nadie mas…lo quiero a el…el es especial…
- Señorita, en serio. Usted es muy bonita y creo que es alguien con mucha inteligencia. Muchos hombres desearían tener como compañera a alguien cuya sublime belleza la alza por encima del crepúsculo de la ciudad blanca.
- ¿En verdad señor?- dijo la mujer con los ojos ilusionada
- Yo nunca miento señorita
- Gracias…creo que me siento mucho mejor. Mejor me voy a casa…
- Me alegra
- ¿Cómo se llama caballero?
- Sir Anakair a su servicio
- Siempre será bien bienvenido en Minas Thalion- dijo sonriente la mujer- me llamo Erika, búsqueme si alguna vez vuelve por aquí…
- Esta bien señorita, hasta luego.

La mujer se fue calmada y menos angustiada.

- ¿Sabes cómo tratar a las mujeres? Eh- dijo Rik
- Digamos , que me gusta ser amable- dijo Anakair- ¡No perdamos más tiempo!, es hora de emprender el rumbo.

El grupo arranco en silencio, cada uno en sus pensamientos. Rik noto que Jana parecía bastante molesta, no quiso decir nada, pero se preguntó si su genio se habría dañado por la bochornosa escena que acababa de protagonizar Terry. Rik que ya estaba acostumbrado a sus locuras se alzó de hombros. Recordaba muy bien que Terry no era muy bienvenido en algunos pueblos de Thalion precisamente por problemas de faldas.

Jana alimento a Kuro Kuro e intento concentrarse en sus objetivos concretos, que eran encontrar rastros de los asesinos de sus padres. Se habia sorprendido realmente de que Sir Doryan los conociese, ¿Qué extraña relación podría haber vinculado al legendario paladin con su madre?. Aun no lo sabia, muchas preguntas por hacer, pocos dispuestos a responder, aun veía aquella calavera terrible de fuego, en medio de sus pesadillas, era la dualidad vida-muerte, bien-mal, dia-noche la que se perdia, una de las dos fuerzas estaba ganando la batalla. Como druida creía en las fuerzas de la naturaleza y el poder de Ur Terra, sabia que juegos eran los que actuaban cuando aquellas fuerzas entraban en contacto y trastocaban el orden del mundo.

- Eh…¿estas bien?- pregunto Rik
- Si, lo estoy- dijo Jana- no te preocupes.

Sjekir caminaba en silencio, mirando hacia el frente, en un gesto estoico. Lynel caminaba también en silencio, no quería importunarle y preferia concentrarse en los pequeños detalles que veía en el camino. Nunca se habia imaginado que viajaría tanto, pero con Sjekir podía decir que habia conocido muchos sitios de Epica, le gustaba apropiarse de los detalles y su entorno, percibir contornos, olores y desde luego música. Le gustaba mucho la música. Esperaba que Sjekir volviera a tocar su flauta, le gustaba cuando lo hacia, era de los pocos momentos en que sentía que el barbaro realmente mostraba un poco de su verdadero interior, de su alma atormentada.

Gena caminaba al lado de Anakair quien iba en la vanguardia del grupo, el caminado era lento y despacio. Anakair no quería cansar el grupo y marcaba el ritmo de su caminar, teniendo consideración con la enana. Gena sentía haberle cogido cariño, era un gran hombre, lo sabía, eran muchas las terribles pruebas que tendría que afrontar. Esperaba que donde estaba aquel anciano hubiera algún tesoro para que todo esto valiera la pena, le aburrían un poco los bosques y los elfos pero le interesaba aquel collar, aquella joya extrañamente forjada le interesaba mucho. Ella lo había visto, aunque aún no se atrevía a trasmitírselo al grupo. No creía mucho en aquel montón de basura que les había dicho el sacerdote. No obstante sabía que el collar no había sido forjado por manos humanas, enanas o elficas…no, ella lo sabía, ese trabajo solo lo había podido hacer un artífice distinto.

Asi caminaron un rato hasta acercarse lo que parecía un árbol. Un extraño ruido sono. Anakair puso la mano sobre el mango de su espada y estuvo dispuesto a atacar. Una sombra salio de debajo de una rama detrás de Anakair y este se volteo en posición defensiva. Alli colgado de una rama con las rodillas, bocaabajo, como un niño estaba Terry, su cabello se soltaba, no pudiendo desafiar la gravedad. Terry dijo:

- No hay peligro en el frente señor- dijo Terry
- ¿Aquí estabas escondido eh?- dijo Anakair
- ¿Yo? Yo no estaba escondido humm…yo dije…
- Bájate de ahí ya y deja de hacer el ridículo- dijo Anakair- tenemos que continuar.
- Bah que aburrido que eres, mira- dijo sacándole la lengua

Anakair gruño y siguió. Gena le siguió. Luego pasaron Jana y Rik

- Hola amigos- dijo aun colgado- lamento llegar tarde, estaba resolviendo unos pequeños problemas
- Si Terry- dijo Jana- unos que tienen que ver con lo que hay debajo de tu pantalón.
- ¿Qué? ¿Yo?- dijo fingiendo inocencia
- Es mejor que le hagas caso a Anakair, en verdad, el tiempo apremia, bájate ya de ahí- dijo Jana molesta

Jana se adelantó y se unió al grupo de Anakair y Gena. Terry intento seguirla con la mirada, pero en eso la rama no aguanto el peso y se cayó, golpeándose en la cabeza. Terry emitió un gemido de dolor

- Ayayayai…el mundo se ha enloquecido- dijo Terry
- O mas bien tu enloqueces al mundo- dijo Rik
- ¿Y ahora que hice yo?- le pregunto Terry
- Todos se dieron cuenta, de lo de aquella chica…
- ¡Y que culpa tengo yo!- le dijo Terry a Rik en voz baja- yo le aclare las cosas hace mucho…no tengo la culpa que aun me persiga.
- ¿Y como se las aclaraste?
- A Rik maldito desgraciado- dijo Terry y agarro a su amigo y le froto la cabeza con el nudillo de las manos, Rik emitio una breve protesta de dolor- ahora recuerdo porque somos amigos
- Sip…auch…yo también lo recuerdo si…soy tu consciencia. Sin mí el caos se desataría
- Caos, no amigo mío, ¡Caosmos! El concepto del cual nace el arte, los perceptos que generan formas, figuras y sentidos que pueden representar en un pequeño lienzo hasta un día gris como este…
- Supongo que es bueno en pequeñas dosis…-dijo Rik sonriente
- Desde luego, aunque hoy me temo no es un buen día para pintar.

Terry miro el horizonte, el sol aun no salía del todo de las montañas y el cielo nublado anunciaba perspectivas de un mal día. A pesar de todo se sentía contento, le gustaban las aventuras y sentía que esto le haría intentar erradicar aquel terrible demonio de la monotonía que se había intentado apoderar recientemente de su vida. También siempre sentía que era una nueva oportunidad de soñar, y eso le atraía, como una pulsión inconsciente que se movía por todos los rincones de su ser perdido. En el fondo quería a Anakair, sabía que en un grupo como el de ellos era necesaria una contraparte a él. Así funcionaban las cosas, así tenían que ser, ¿o tal vez no?, no había porque apresurarse, pensó Terry, después de todo, ¡Este es solo el primer acto!

Continuara...
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Mensaje  hoho_o Jue Jun 23, 2011 9:08 pm

Mientras caminaba al lado de Anakair, Gena se acordó de Bor. Dejarlo con su primo en camino a Kankigar le fue difícil. No por que pensara que no llegarían a salvo a Umghard sino más bien porque Bor no pudo curarse. Su brazo seguía negro. La espada de Ur Ignuri, que se supone lo iba a mejorar, lo único que le causó fueron cosquillas. Tampoco hubo mejoras con las hierbas ni con las piedras que había señalado Jana. Gena había tenido el presentimiento de que no iba a funcionar desde el principio. Lo que tenia Bor iba más allá de las habilidades de los druidas o curanderos. Lo que le alentaba era que no le pasó algo tan horrendo como lo que le ocurrió a Gregory. Al menos su hermanito seguía siendo en principio el mismo.

A Gena le hubiese gustado haber ido con su hermano a sus tierras natales, pero en vez iba camino con el grupo mas extraño que le pudiera tocar rumbo al bosque de las almas perdidas. Al bosque más sombrío de toda épica.
- ¿Seguro que aún quieres ir para allá? Mira que ni llevamos carreta.
Anakair sonrío
- Gena, las carretas son peligrosas cuando uno cruza las montañas de Thalion. Además que llamaríamos mucho la atención y eso pondría en peligro la misión
- Personalmente creo que nuestro grupo llama más la atención que una carreta…
- Si sé, no pasamos desapercibidos – Dijo Anakair meneando la cabeza en desaprobación
- Si te refieres al loco de Terry que se cuelga en árboles como si fuese mono para escaparse de sus propios líos… - dijo Gena soltando una risita
- Ah…. no soy el único que encuentra que se parece a un mono
- ¡Oye, Halcón de Valadia acá atrás dicen que eres un simio peludo! – Gritó Rik quien estaba escuchando la conversación
- Yo ¿un simio peludo? Difícil imaginarlo – Contestó Terry y siguió caminando, pero con la espalda encorvada y los nudillos tocando el suelo, tratando lo más posible parecer un gorila
Todos se rieron menos Sjekir que ignoraba al grupo completamente, y Jana
Terry se acercó a Jana y a Lynel en esta posición, tratando de hacer reir a la semi elfa
- Jana, yo querer banana
Jana lo miró con una mueca sarcástica, y los brazos cruzados
- ¡¿Si?! ¡¿Y que clase de banana?!
- cuiiiii ¬¬ - amenazó el cuyo
- Las amarillas ¿Cual otra? – dijo Terry algo desconcertado, perdiendo la postura
- Emm…. –Dijo Lynel interrumpiendo a los dos – De hecho, hay bananas deshidratadas, son comestibles, por si quieres.
- Vez Curo Curo, hay bananas para los dos – dijo Terry acariciando al Cuyo, pero este se negó y se escondió en los ropajes de Jana
- ¿Yo que le hice?
- Ha estado asi desde la mañana - Le contestó enojada
- Jana... ¿Estas bien?
- Terry, dejala ir - Le dijo Rik , empujandolo por atrás
En ese momento Sjekir se adelantó
- Idiotas que no saben caminar - Dijo apurando el paso
- El tiene razón. No pierdan la marcha, o no alcanzaremos a cruzar las montañas – Dijo Anakair marcando aun mas los pasos

Siguieron marchando por un largo rato hasta que se oscureció. No alcanzaron a cruzar las montañas a tiempo del que habían pronosticado. Así que acamparon en una cueva. Las chicas se pusieron a cocinar, y los chicos salieron a conseguir madera para hacer una pequeña fogata ya que se estaba acabando la leña.

- ¿Pasa algo Jana? – Le pregunto Lynel mientras preparaba un conejo que cazó Sjekir en el camino – Casi matas a Terry
- Algo preocupada eso es todo
- ¿De que? Todo va bien, hay suficientes provisiones, no ha habido ataques… - dijo Gena sentándose en una roca
- Lo que pasa es que no se si lograremos encontrar la información necesaria en el bosque de las almas perdidas – dijo Jana suspirando
- ¿Te refieres a lo de la joya? - dijo Gena - es sumamente extraña porque no esta hecha por ninguna raza que conozca…
Lynel, ignoró a la enana y se dirigió a la semi elfa
- ¿Has pasado mucho tiempo en búsqueda de algo personal verdad? Y poco has encontrado al respecto. ¿Dudas que este anciano tenga la información que buscas?
- Si, temo que esto será una nueva desilusión, poco me queda de esperanza – Dijo Jana acariciando a Curo Curo
- En esta clase de asunto lo que mueve no es la esperanza… - le dijo Lynel mirándola fijamente
- Yo solo busco respuestas – Le repuso con firmeza
- Y luego que, Jana. Luego que. ¿Si encuentras lo que quieres, que vas a hacer después? ¿Vas a dejar a un maldito ir? ¿Y que vas a hacer si lo que te dice este anciano no es de tu agrado?
- Tu no lo entiendes… has estado demasiado tiempo con Sjekir para comprenderlo
- Lo entiendo mas de lo que tu crees
- ¡Chicas, chicas! Todos sabemos que buscas algo Jana, respeto tu privacidad, pero no nos enojemos por tonteras – Dijo la enana tratando de calmar la situación
- No son tonteras – Le dijo Lynel, con el cuchillo en mano – Y no seas holgazana y ayúdanos con el conejo
- Nah, para que, no soy buena en la cocina, y me carga matar conejos
- Lo serás, solo es practica. – Lynel le sonrió de manera picara - mira, pones el conejo, de esta forma y le arrancas los intestinos así – le dijo Lynel haciéndole la limpieza al conejo de la forma mas bárbara posible
- Ughhh!!!! Que asco - Gena Salio corriendo de la caverna a tomar un respiro
- ¿Porque hiciste eso? – le reprochó Jana a Lynel
- Habrán muchos intestinos volando a donde vamos, y no podemos seguir el camino con alguien que no tiene el coraje de destripar conejos – Luego sonrió- y tampoco con alguien que no aguanta a hombres falderos, especialmente si este te está echando el ojo
Jana se rió
-Todos los hombres son iguales Lynel, ninguno merece misericordia
- ¿Incluyendo aquellos que piden bananas?
- Esos son los peores
Las dos se rieron y siguieron descuartizando al pobre conejo. Jana con más gusto que antes.


Esa noche el estofado de conejo fue delicioso. Se habló y se conversó del camino a seguir. Hubo más de un baile ridículo de Rik y de Terry. Y muchas risotadas por la cueva. A la hora de dormir Sjekir montó guardia con Lynel. Ambos cómodos de encontrar la presencia del otro, sin el bullicio del grupo.
- Al fin algo de silencio - Dijo Sjekir sacando su flauta
- Como los viejos tiempos – Le sonrío Lynel.
Mirando al acecino y luego a las estrellas de la noche se afirmó internamente. Si, ella entendía más de estos asuntos de lo que la semielfa creía.
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Is@ Lun Jun 27, 2011 7:42 am

Anvÿlle estaba furiosa de sí misma por haber creído ciegamente en Remialk. Esto no se iba a quedar así…
- ¡Rego Auram! – gritó con una voz marcada con la ira que parecía no venir de aquella ingenua Anvÿlle que había conversado con Remialk hace un instante atrás.

Todos los objetos que estaban a la vista de Anvÿlle y que decoraban aquel comedor, es decir todas las copas, los platos, los cuadros, los lienzos, los candelabros, las sillas, monedas, sábanas que cubrían a los animales disecados salieron disparados de manera aleatoria alrededor del recinto. Todas las puertas del salón se abrieron. Una silla golpeó en el rostro de la guardia que sujetaba a Anvÿlle, quien no pudo esquivarla, y soltó a la semi elfa. Ella aprovechó la ocasión para escapar por la puerta más distante. Remialk desenvainó su espada, gritando órdenes. En ese momento se apagaron las llamas que emanaban de las antorchas, la única fuente de luz que había en la fortaleza.

“Qué voy a hacer ahora???” pensaba Anvÿlle corriendo lo más rápido posible por la puerta y los pasillos oscuros. Llevaba en su mano el anillo que había alcanzado a recoger en medio de semejante alboroto.
- Creo Imagogem– susurraba y rogando a Ur Elin y Terra y todos los demás para que pasara desapercibida por los guardias que marchaban por los corredores en su búsqueda. La oscuridad estaba jugando una ventaja a su favor.
“El hechizo pronto va a dejar de tener efecto y no tendré fuerzas para seguir corriendo por este lugar…debo encontrar una salida…debo encontrar una salida…debo encontrar una salida…” se repetía casi en voz alta…

Se encontró con un callejón sin salida con escaleras a los dos lados. La de la izquierda llevaba hacia abajo, la derecha hacia arriba. Iba a tomar la de su izquierda, pero los ruidos que provenían de ahí la hicieron cambiar de rumbo y dirigirse hacia arriba.
Su camino comenzó a doblarse y se dio cuenta que debía estar subiendo alguna especie de torre en la fortaleza.
“¿Cómo bajaré después?” tenía ganas de retroceder, pero sentía que la venían siguiendo. Subió, subió, subió…al fin llegó a una especie de desván. Estaba muy agotada y de no tener el anillo en su poder, sabía que ya la hubiesen alcanzado. Pero no había tiempo para descansar…no había varios lugares ahí para esconderse: debajo de una cama semidestruida, acurrucada entre varios estantes empolvados con libros añejos, detrás de la cortina…se dirigió a la cortina inmediatamente al escuchar a los guardias en su espalda y el calor de las antorchas casi en su nuca…
A penas tomó el velo, sintió el traspaso frío de una flecha que cruzaba su espalda hasta su hombro izquierdo. No tuvo tiempo de pensar acerca de su predicamento, su cuerpo simplemente siguió el momentum de la fuerza del disparo, cayendo por la única ventana que había visto en la fortaleza. Lloraba amargamente porque realmente pensó que iba a ser su fin…

Sin embargo, Ur Elin había escuchado sus plegarias y el destino la favorecería una vez más…

_________________________________________________________________


- ¿Quién eres? – preguntó Anvÿlle a un niño pelirrojo de aproximadamente 10 años que le recordaba algo a su hermano menor y que le daba su espalda.
- No me molestes, ¿no ves que estoy en algo importante? – le respondía mientras terminaba de decorar el mango de una espada. Su voz le sonaba conocida, pero no podía corresponderla a alguien en particular.
- Oh…así veo, ¿no te parece un poco peligroso salir con ella a jugar?
- Si llamas jugar a matar personas que se lo merecen, diría que sí
- ¡Matar no es lo mismo que jugar! – exclamó Anvÿlle no pudiendo creer las palabras que decía este chico – ¡Nadie merece la muerte!
El pequeño se rió a carcajadas ante la opinión de Anvÿlle.
- Bueno…nunca podrá depender de las manos de un pequeño de tan sólo 10 años
El niño se volteó para mirarla directamente a los ojos, sin embargo ella sólo pudo ver su único ojo.
- Anvÿlle, las situaciones hacen que uno maduren o acaso ¿crees que tener 18 años es ser menor? – le preguntó con una voz distinta…era idéntica a la de Eygon.


Anvÿlle despertó en una cama muy cómoda y había un olor a lavanda exquisito. “¿Dónde estoy? ¿Será así el cielo?” pensó mientras se sentaba, pero al salir de ésta sintió un dolor punzante en su hombro. Vendas cubrían ese lugar “no definitivamente esto no es el cielo”. No obstante se paró, tomó el anillo que estaba en una mesita al lado de la cama, y caminó hacia la puerta más cercana. “No voy a dejar que me atrapen…debo encontrar una salida…”
- ¿Y qué está haciendo usted?
Anvÿlle se giró para ver a una señora de blanco dirigiéndose hacia ella rápidamente.
- Debe hacer reposo señorita
- ¿Dónde estoy? – preguntó Anvÿlle no queriendo regresar a la cama con el miedo de despertar en otro lugar.
- En Clayville – dijo ella sonriendo – Debido a la guerra civil llegan varios heridos a ser atendidos, como usted...pero éstos son de una clase muy distinta a la suya. Dime, ¿qué hacía una persona como usted metida en medio de una revuelta?
- Yo…ah, es que no puedo dejar que ese bastardo de Remialk sea quien radique el control en estas zonas!
- Shhhhhh…no digas esas cosas. Esta es una ciudad neutral, por lo tanto recibimos heridos tanto de un bando como el otro. Aconsejo que conserve la calma y regrese a la cama.
Anvÿlle hizo caso a la enfermera.
- Ufff fue bueno haberla colocado en el mismo sector que los que pelean por Sargaf…
- ¿Cuándo puedo partir?
- Mañana. Su ropa se encuentra en este cajón. – dijo señalando el velador - Por favor, descanse, durante la noche tuvo algunos síntomas febriles, pero veo que ahora han desaparecido – dijo tocándole la frente a la semi elfa.
- Me siento mucho mejor…gracias – respondió Anvÿlle.
Otra enfermera entró trayendo una bandeja con una taza de leche caliente. Luego, ambas se retiraron.

Anvÿlle abrió el cajón para encontrar las ropas rojizas de prisionera que había sido vestida en ese horrendo lugar…es una lástima que haya perdido todo en su viaje. En el incendio dejó atrás su bolso con la bitácora de Eygon, cuando la secuestraron perdió su arma, a sus nuevos amigos y a Castaña y en el otro lugar su ropa. Lo único que conservaba era ese anillo, que no sabía si realmente le pertenecía o no. “Madre me debes tantas explicaciones”…después se autocorrigió “nos debes tantas explicaciones…si no nos hubiese ocultado nuestros orígenes Eygon nunca se hubiese escapado.” De repente, entre las vestimentas, encontró una carta. Inmediatamente reconoció la letra de Eygon “Privado: sólo para Anvÿlle Bougan”, la abrió y leyó:

“Anvy, te has metido en puros problemas desde que decidiste perseguirme. ¿Crees que vale la pena? Creí que ibas a estar bien con tus nuevos compañeros, pero veo que me equivoqué. Quiero que nos juntemos mañana, antes del amanecer en el río Puclaro, en las afueras de la ciudad, para conversar una última vez antes de separarnos definitivamente. Eygon.
P.D.: te puse por ahí una manta. Úsala como una capucha para que no te reconozcan.”

Anvÿlle vio el pedazo de tela que le dejó Eygon. Esta podría ser la última vez que se verían. Tendría que hacer todo lo posible para evitar que el emprendiera el vuelo a Ockrome.

______________________________________________________________________________________


Era una madrugada muy helada mientras se acercaba al río Puclaro. Estaba muy agradecida del abrigo que en el hospital le habían conseguido. Detrás de unos arbustos escuchó
- Anvy! Por acá – era la voz de su hermanito, susurrando, como cuando le contaba una de sus travesuras sin que su tía o madre se enteraran.
- Eygon! – exclamó Anvy, llena de felicidad y abrazó a Eygon eufóricamente.
- Shhhhh…¿no puedes hacer menos escándalo?
- Jaja lo siento – respondió secando unas pequeñas lágrimas de emoción – gracias por salvarme de la caída…y por Gena, la enana que salvaste del incendio de los mataderos de Keliev ¿fuiste tu la tal “gárgola” que mencionaban en Zanzibar, verdad?
- Si, si así es. De nada. Tuviste suerte que haya tenido problemas en volar sobre las montañas de Thalion…de no ser así ya estaría siendo recibido por mis hermanos en Ockrome.
- Eygon, ¿realmente crees que serás bien recibido? Sólo los Urs saben qué cosas te pueden hacer!
- Anvy…no quiero pelear como la última vez
- ¡No quiero perderte! Eres mi hermano y mi mejor amigo. Además esos son seres demoníacos…
- ¡Tu estás en error! ¡Estás siendo una racista! Son personas igual que todas las razas. Sólo porque tendemos a ser más rudos, directos y feos que nos creen como unos animales irracionales que atacan antes de dialogar.
- Tu no eres como ellos…así como yo tampoco soy una elfa….Eygon…madre me dijo todo. Que nosotros som…
- Somos hijos de distintos padres, era evidente Anvy. Ya te lo había insinuado respecto a la “desaparición de la tumba de nuestro supuesto padre”
- Nada que ver. Tu tampoco sabías nada sobre el por qué de las transformaciones…
- Bueno, es cosa de hacer la deducción. Y lo siguiente que me vas a decir es que madre quería formar una familia que abarcara todas las razas de Épica, ¿no es cierto?
- si…
- Toda nuestra vida ha sido un experimento, ¿te das cuenta de eso Anvy? Ella no nos quiere como una madre…sino como un científico que intenta de imponer buenas prácticas en sus pequeños cuyis.
- No, Eygon…ella nos ha querido… - pero hasta eso dudaba…ni quería mencionarle la causa de su secuestro.
- Si quieres que yo regrese con esa loca, estás muy equivocada.
- Yo no estoy pidiendo que vuelvas a casa – dijo muy dolida Anvÿlle. Era muy triste que su madre les haya ocultado tanta información, la hubiese puesto en una situación de casi muerte y entendía que Eygon no quisiera verla y la odiara sobremanera - …sino que no vayas a Ockrome.
- Pero Anvy! Estoy muerto de curiosidad
- Lo sé…pero, ¿qué pasa si te ven más humano que orco? ¿Si creen que vienes a saquearlos?
- …si es cierto aquella ciudad está a menos de un día de Weigmar.
- Considero que no estás en condiciones de ir…al menos no a tu edad y menos solo
- ¿Me acompañarías?
- Si lo dejamos en algún día, como en 20 años más, puede ser que sí. Creo que hay que empezar de a poco, hablar con mensajeros en las zonas del norte. Ingresar a una ciudad así como así, no es una buena opción.
Eygon suspiró. Anvÿlle sonrió, logró por fin conseguir su propósito.
- Ahora, viene un segundo problema. ¿Cómo crees que me va a aceptar la sociedad?
- Eso es simple…sé tu mismo, haciendo buenas obras, y…no ser tan bruto – dijo riendo
- ¿A dónde iremos?
- Bueno, antes que fuera a parar a la fortaleza de Remialk, me dirigía a Minas Thalion. Ahí deben estar mis compañeros. Me preocupa tener que pasar por sobre la fortaleza…
- Podemos volar sobre ella – le recomendó su hermano – pareceremos un pájaro para sus habitantes…no me mires con esa cara – añadió al ver el rostro de susto de Anvÿlle – ya has volado anteriormente y no pasó absolutamente nada.

Así emprendieron el vuelo por sobre los pantanos de Amnadia hacia Minas Thalion…
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Mensaje  Raistlin Jue Jul 21, 2011 1:46 am

Eveelina miro al frente a las murallas de Amnadia, suspiro. Amnadia era apodada la ciudad roja, por el color de sus murallas. La leyenda decía que Caer Pastor, guerrero sanguinario y fundador de la ciudad habia colgado varios presos de sus murallas y el rojo de la sangre había teñido los muros de la ciudad. Nop, no era lugar para una paladina como ella. Pero tenía su espada y nunca le había temido a nada, como su padre le había impregnado desde chica. Recordaba aquellos días en que miraba escondida detrás de una columna como Doryan entrenaba, la valentía, su expresión y la fuerza que dejaba en cada golpe, su padre no combatía por sí mismo, era su amor por la libertad y por la de los demás la que lo motivaba, cada golpe era una nueva pluma que se despegaba lentamente de su ala. Se acordaba como su padre era aplaudido por el pueblo y era considerado un héroe. Ella le admiraba, y en base a esa admiración había decidido convertirse en paladina. El mundo habia cambiado mucho desde aquel entonces.

- Señorita- dijo Thurar- realmente no creo que debamos entrar a esta ciudad asi como si nada. A pesar de ser una ciudad neutral, los paladines no son bien recibidos. Sera mejor que oculte su identidad.
- Es verdad- dijo triste Evelina- buscaremos disfraces y entraremos
- Yo puedo encargarme de esa tarea mi señora- dijo Thurar- espéreme ya se los traigo.
Si, el mundo estaba en peligro, pequeños grupos se peleaban por pequeños fragmentos de poder, limosnas de los dioses. Ella se habia preparado para este dia, no habia querido tener amante o novio, habia decidido dedicarse a la causa de la lucha y entregar su amor al pueblo, a la gente, como le enseñaban a los caballeros.
- Mis fieles amigos, lo que se viene es peligroso, ¿en verdad deseáis acompañarme?, yo jamás abandonaría a nadie. Pero si alguno tiene temor, puede devolverse…
- Mi señora, si en la vida o en la muerte puedo protegerte lo hare, mi espada jamas dejara que vuestros enemigos toquen uno solo de tus cabellos- dijo Sir William
- Yo jure seguirte a todas partes- dijo Sir Camilok- mi entrega y lucha es incondicional, asi sea al mismo infierno…
- En verdad os admiro mis amigos- dijo Eveelina- y estoy feliz de contar con su compañía fiel.

Eveelina sabia que Amnadia estaba dividida en dos facciones cuyos líderes se mantenían muy en secreto y sus nombres no eran conocidos. Uno era un ladron que decían se llamaba Remialk, pero Evelina sospechaba que era un alias. Pero el otro líder su nombre no era conocido, algunos rumores hablaban de un poderoso nigromante. No le gustaba mucho la perspectiva de entrar allí, pero debía encontrar cualquier información de Anvy. Un viejo amigo de su padre, Sargaf vivía en el lugar, quizás si pudiera encontrarle él le ayudaría.

Thurar llego con los disfraces y se disfrazaron de comerciantes. Luego se acercaron a un comerciante y le pidieron arrendar toda su carreta y mercancía, prometiéndole devolvérsela y encima de eso vender toda la mercancía y pagarle un monte extra por el préstamo. El hombre se negó. Pero Eveelina se destapo su capa, dejando ver su suave rostro y su cabellera negra, le pidió en tono amable que por favor se las prestara, que prometía devolvérsela y que seria muy noble de su parte. El hombre quedo prendado de la belleza de Eveelina y les presto su carreta.

Asi Eveelina, sus hombres, Alvenith y Thurar No tuvieron problemas para entrar a la ciudad. La ciudad del caos, de la furia les esperaba.

+++++++++++++++++++++++++++

Terry se levantó. Era el primero en despertarse. No miro a Anakair quien hacia la última guardia. Se dirigió a una especie de pequeño riachuelo cerca, se quitó la camiseta y se mojó la cara y el cabello, además tomo un poco de agua. Se sacudió un poco. Luego aun sin camiseta, se montó en uno de los arboles cercanos. Saco uno de los pequeños pergaminos que guardaba en su equipaje, se montó en uno de los árboles, en una de sus ramas desde donde tenía una mejor perspectiva. Agarro una pequeña pajita de hierba y se la coloco en la boca. Luego empezó a representar el alba. El cabello le cubría el rostro. El rostro de Terry se transformaba cuando pintaba, su alegre y confiada sonrisa, aquellas facciones que parecían disfrutar cada segundo, se volvían tristes, apagadas.
Sorprendido por el cambio, Anakair se acercó al Asesino.

- ¿Qué es lo que ves asesino?- pregunto el caballero.
- Lo mismo que ves tú. El sol. ¿Qué más podría ver?
- Ja, no lo creo. Tu ves algo más…incluso los colores que utilizas…demasiado rojo
- Eres curioso caballero- dijo Terry y mordió la pajita- No sé si eso sea una buena característica para un líder
- Digamos que me gusta conocer a los que pienso dirigir. Incluyéndote.
- Eso es bueno. Supongo…- dijo Terry quien siguió pintando
- Me gustan los amaneceres- dijo Anakair intentando encontrar un tema de encuentro- Cada vez que me despierto, los veo y pienso que mientras halla luz, mientras halla vida, de alguna forma vale la pena luchar por lo que creo y anhelo. Hay un recuerdo…tengo pocos…pero hay uno que de vez en cuando persigue mi mente. Cuando era chico, solía montarme en una de las torres de la ciudad donde vivía a mirar como salía el sol. Era un espectáculo grandioso…lo mejor era que luego de ello, me esperaba una buena taza de chocolate caliente en casa.
- A mi en cambio nunca me ha gustado- dijo Terry
- ¿Qué cosa?
- El amanecer, me parece horrible, no lo soporto
- ¿Cómo?
- Demasiada luz, demasiada repetición, muy tautológico…absurdo…la misma escena una y otra vez, para ser la apertura de una gran obra a este telón le falta mucho color
- No lo habia pensado- dijo Anakair riendo
- ¿No has pensado lo divertido, lo innovador que seria que un dia amaneciera y el cielo se llenara de un fuerte verde, que nos recuerde los juegos y abusos de nuestra propia codiciosa percepción.
- el dia que amanesca de verde es porque los dioses se han arrepentido de su creación, y tal vez han decidido darle un toque personal, distinto, para hacerlo mas interesante.
- O han decidido vomitar sobre nosotros
- Estas loco asesino- dijo riendo Anakair
- Desde luego- dijo Terry quien sonrió por primera vez

Siguieron conversando un momento, sobre temas de pintura, viejas anécdotas y algunos viejos deseos. Anakair se sorprendió al encontrarse con un Terry más maduro, más seguro, más serio, con un Terry muy distinto al que normalmente veía, las facciones de su rostro eran distintas. No, el asesino no estaba alegre, estaba triste. ¿Qué había detrás de la historia del asesino?, decidió arriesgarse y preguntar. Decidió hacerle caso a los presentimientos que agitaban su mente.

- Lo veo Terry Wahhem, tu como yo, llevas una terrible carga…
- Tal vez…- dijo Terry mientras pintaba.
- ¿Qué es lo que intentas ocultar debajo de esa mascara de sonrisa, alegría, de no tomar nada en serio? ¿Qué intentas probar?

Terry plasmo con su pincel una última línea en el lienzo y escupio la pajita. La pintura habia sido terminada y ya se escuchaba al fondo un bostezo femenino. Probablemente Jana que se levantaba. Terry se bajo del árbol, se acercó al caballero, luego le coloco las manos en los hombros a pesar de que el caballero era mucho mas alto.

- Yo no uso mascaras caballero- dijo Terry sonriendo- solo intento vivir cada instante, devenir. ¿Es lo que hacemos todos no?
- Si supongo…
- Te lo regalo- dijo pasándole el dibujo triste- Espero que puedas traernos un amanecer distinto a este…

Mientras Terry iba por su camiseta. Anakair miro detenidamente el dibujo. Era un amanecer bien representado. Pero resplandecía con un color rojizo fuerte. Anakair cerró los ojos y suspiro. Luego guardo el dibujo. El resto del grupo empezó a despertarse. Desayunaron. Luego de eso Jana decidió sacar un poco de dulce de leche que había guardado y que había conseguido en Minas Thalion.

- Dameeeeee- dijo Terry
- No- dijo Jana
- Dameeeeeeeee solo un poquito
- No, no te voy a dar, no me molestes- dijo Jana
- Solo un poquito…un poquitín…un cosito de nada- dijo Terry haciendo cara de perrito malherido
- Tonto- dijo Jana riendo- toma pues un poquito
- ¡Gracias!

Anakair lo miro detenidamente, de nuevo volvía a ser el mismo Terry de siempre. ¿Qué habia pasado con el hombre que pintaba?, no lo sabia. Pero de alguna forma se sentía más tranquilo. Supuso que cada quien tiene que representar su papel.

- ¿pasa algo Anakair?- pregunto Sjekir
- Nada- dijo Anakair- nada de qué preocuparse
- ¿Entonces?
- Es hora, de que partamos- dijo Anakair- ¡vamos grupo!, ¡aún hay mucho camino por recorrer! Y nuestras rodillas están tiesas.

El grupo reanudo la marcha, todos iban conversando animadamente. Las montañas empezaban a verse en el horizonte. Sabian que tendrían que caminar un dia mas para poder encontrarse con la cordillera de Makalia, y atravesar el cruce de Tenacrox que daba entrada al reino de Thalion. Thalion siempre había sabido aprovechar su ubicación geográfica para protegerse. Las montañas habían sido la principal barrera para una invasión abierta al reino. Encima de ello, el cruce era por un terreno lleno de arboles que dificultaba la movilización, solo un gigantesco camino atravesaba el cruce en medio de los arboles.

Cualquier ejercito enemigo que quisiera entrar a Thalion debía pasar por Tenacrox, era sin duda un punto clave para cualquier estrategia de guerra. En Tenacrox existían dos enormes torres de vigilancia, puestas allí por Thalion para evitar cualquier entrada no autorizada al reino. Desde allí los guardias enviaban correos con águilas especialmente entrenadas.

- ¿Sabes Halfing?- dijo Sjekir- si hay algo que admire y le tenga respeto es la solidez y la ira de las montañas.
- ¿Por qué lo dices?- pregunto Rik
- Creeme, a veces creo que las mismas montañas nos vigilan cuando pasamos y no siempre prestan oídos sordos…
- Creo que tratas de asustarme- dijo Rik un poco asustado
- Tal vez…- dijo Sjekir sonriendo.

Gena, Jana y Lynel animadamente.

- Te lo digo en serio, tenía una cara lo mas de chistosa…casi se le sale el otro ojo - dijo Lynel
- Seguro la sopa estaba muy caliente…si eres mala- dijo Jana
- ¿Yo?, es un impaciente…quien lo manda a no esperarse.- dijo Lynel

Jana rio. Gena permanecía pensativa

- ¿En qué piensas Gena?- pregunto Lynel
- Las montañas me ponen nostálgica, me hacen pensar en Bor y en mi gente. Supongo que aun no me acostumbro del todo a estar lejos de ellos.
- Es solo cuestión de tiempo- dijo Lynel
- Umhgard es muy interesante, bello en verdad. ¡Ah las montañas! ¡Las iluminadas cavernas!, ¡el choque de los martillos! ¡El toque de las campanas de la torre!...se los juro…es hermoso.
- Me gustaría conocerlo, es uno de los pocos lugares a los que no he ido. Por mi sangre…bueno…elfica no soy muy bienvenida.- dijo Jana
- Créeme, no es cierto todo lo que dicen de los enanos, en mi clan serias bien recibida.
- Sip, supongo

Mientras seguían caminando se encontraron con unos hombres que vestían unas extrañas túnicas que venían en su camino. En dirección opuesta. A Anakair no le dio buena espina.

- Amigos, esto no me gusta, poned las manos en vuestras armas- dijo Anakair
- ¿Quienes son? ¿Monjes?- pregunto Gena
- Claramente no son de alguna de las ordenes thalianas, ni de sofhtia, ni de Ignuri, ni de Elegnia…- dijo Anakair
- Pues mi hacha siempre esta lista- dijo Sjekir
- Emmm…¿y si nos devolvemos?- dijo Rik- quizás…
- ¡Rik!- lo regaño Jana
- Ya ya…
- Ese hombre de alla- dijo Sjekir- parece demasiado grande para ser un monje, yo juraría que es un guerrero
- Bien es inevitable que nos encontremos con ellos- dijo Anakair- Saludadlos…seguid el protocolo.

Continuara...
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WOE II TEMA OFICIAL - Página 3 Empty Re: WOE II TEMA OFICIAL

Mensaje  Yôko Mar Ago 09, 2011 8:48 am

A Kuro-kuro no tenían que decirle más, como lo mandan sus instintos, se escondió en el bolso de Jana. El grupo de monjes estaba lejos aun, pero la buena vista de Sjekir y Terry detectaron que varios de ellos llevaban armaduras bajo las túnicas y a algunos se le notaba la silueta de una espada entre los ropajes. Las túnicas tenían un dibujo de un grial partido verticalmente del que caía un líquido rojo brillante.

-Sé que no soy una gran teóloga..., pero estoy segura que va más allá Anakair, ese símbolo no es de ningún panteón de Épica- Dijo Gena algo incómoda con la situación
-A pesar que no me vendría mal un poco de ejercicio, creo que lo mejor es no buscar problemas por ahora- Sjekir bajó un poco la voz al ver que la distancia entre el grupo de monjes y ellos era menor y prosiguió- saludemos como dijo Anakair, pero sin detenernos y por cualquier cosa, ellos van a pie y nosotros tenemos la ventaja de andar a caballo.

******************************************************************************

El grupo guiado por Eveelina cruzaba las calles de Amnadia para ir al templo de Ur Tignar. El paisaje era totalmente deprimente y más de una vez la bella paladina debió de frenar sus impulsos de ayudar a alguien, sabia que exponiéndose podría poner en riesgo la misión y el grupo. Estaba consciente que ellos solos no podrían contra esa ciudad corrupta y profanada.

-¡Eh! Ahí veo la punta de lo que parece ser la torre de una catedral
-¡Buena vista, elfo!
-Un cumplido viniendo de ti, enano

El mago y el bardo se sonrieron mutuamente, el tiempo juntos había hecho que se hicieran buenos camaradas, se llevaban mejor ahora y más aun cuando las cosas iban saliendo bien. El sacerdote seguro les daría información sobre la pequeña Anvÿ y eso les animaba, estaban preocupados por la semi-elfa, especialmente porque sabían que ella no estaba acostumbrada a las cosas del mundo como ellos, la joven maga recién estaba saliendo de la burbuja en la que había vivido siempre.
Estaban a un par de calles de la catedral cuando empezaron a escuchar voces y movimiento adicional en la ciudad, Eveelina ordenó que todos se metiesen en un callejón para ver qué pasaba sin que fuesen advertidos. De distintos lugares empezaron a salir personas, al parecer buscaban algo o alguien, reconocieron a algunos de los ladrones que los habían atacado y luego secuestrado a Anvÿlle, sí, ahora estaban seguros, éste era el lugar donde encontrarían a su amiga.

-Esperamos su orden para atacar mi señora
-No Camilok, sé que el grupo es bueno en combate, pero son muchos los que andan afuera, no me arriesgaré a perder a uno de los nuestros. Sólo si alguien viene y nos reconoce tomaremos acción

En ese momento de una calle casi al frente del callejón donde los chicos estaban apareció alguien envuelto en una capa larga, gris oscura, la capucha le tapaba a tal punto la cara que no permitía distinguir sus rasgos, si era hombre o mujer, pero lo que sí se podía ver es que tenía una mano extendida de la que colgaba una cadenita con un cuarzo pulido el que se movía oscilante y detrás de esa persona misteriosa, un tipo con blusa blanca y pantalones oscuros que no paraba de gritar

-¡Quiero que la encuentres! A esa mocosa con MI anillo, a la abominación que la ayudó, a sus amigos o lo que sea que me haga llegar hasta ella otra vez, ¡no puede haber ido tan lejos!

En ese momento el péndulo apuntó directamente hacia donde estaba el grupo escondido

-¡Hey! Escoria inútil, revisen ese callejón

A la orden del tipo de camisa blanca, varios de los ladrones y otros servidores se dirigieron hacia el callejón... El grupo no necesitó la orden de Eveelina para sacar las armas

-Tenemos que salir de aquí- Dijo Alvenith- es un lugar estrecho y no podremos combatir bien
-Sí, tienes razón

Y diciendo esto, Eveelina dio la orden de salir. Quedaron semi rodeados por un grupo de unas 10 personas y otros, que seguían buscando por lugares más alejados al ver la aparición del grupo, comenzaron a acercarse con las armas desenfundadas.

-No, no, no, nadie los toca

Era el tipo de camisa blanca que se acercaba y hacía a un lado a quien se le interpusiese delante.

-Quiero que me digan dónde esta su amiga
-No sabemos de qué hablas, somos simples viajeros, asustados de tanto alboroto aquí- Contestó Eveelina, evidentemente sin saber mentir
-Bajen las armas- acto inmediato los ladrones y demaces las bajaron, no así los chicos- Soy Remialk un ladrón de gran fama y resulta que su amiga, la semi elfa, me ha robado un anillo y se ha ido con una criatura horrenda y mi valioso objeto
-Hum, ya sabe lo que dicen, ladrón que roba a ladrón...
-No estoy para jueguitos enano, ¿dónde esta la muchacha?
- “¿criatura horrenda? ¿Será la gárgola?”- Pensó Alvenith antes de decir- Si supiéramos no estaríamos aquí buscándola
-Algo me están ocultando tú y el enano, la chica y los dos guerreros no saben nada, lo sé. Ya agoté mi paciencia. ¡Atrápenlos!

Todos se tiraron sobre los chicos quienes se defendieron de la mejor manera, de a poco iban bajando a los enemigos a base de espadas, flechas de energía y flechas de ballesta. El Work de Thurar se veía algo inquieto, de todas formas con sus cuernos repelía a ladrones cerca de él. La persona con el péndulo sólo miraba de lejos y Remialk...

-Atención todos- llamó la atención Eveelina sobre el ruido de la revuelta- ¡Remialk no está!
-¿Qué?
-¡Aaaahh!

En medio de los contraataques que propinaban a quienes intentaban apresarlos, los chicos miraron de reojo hacia donde estaba Thurar que gritó... Remialk se había deslizado hasta su espalda y lo tenia afirmando fuertemente. En cámara lenta vieron como el ladrón, aprovechando la oportunidad que le daba su ataque sorpresa, deslizaba una daga por el cuello del enano dejando un corte profundo. El Work fue el primero en reaccionar tratando de embestir a Remialk, pero así como apareció, desapareció entre las sombras de las casas y edificios para salir nuevamente al lado de la persona encapuchada.

-Eso es sólo una pequeña muestra, no me retrasen en mis objetivos

Alvenith se lanzó a ver al Thurar quién tosía sangre, el Work alejaba a quien quisiera acercarse a su amo, pero dejo que el elfo pasara a atenderlo. El entrenamiento de los caballeros y Eveelina no permitió de dejaran sus puesto.

-¡Enano!, ¡Enano!
-Com- comehojas..., fue agradable se... ser tu compa... compañero
-No hables, Thurar- Dijo Alvenith mientras ponía un pedazo de tela y presionaba para detener la hemorragia- ¡por Ur Terra! Jana por qué no viniste con nosotros
-No pierdas... tiempo, ya veo a... las más.... bellas enanas... que vie-vienen por mí. Encuentren a... Anvy...

Y diciendo esto, Thurar cerró los ojos y expiró...

-Agárralos tú Ilén- Ordenó Remialk
-Rego Vim

Dijo Ilén, la chica encapuchada. Los ladrones y otros servidores de Remialk se alejaron un poco y una fuerza extraña alejó a Alvenith de Thurar para juntarlos a los otros 3 para que una burbuja envolviera al grupo.

-Ustedes inútiles, maten a ese bicho, quiero su cabeza en la pared de mi comedor

Los secuaces acataron la orden y el pobre Work no pudo aguantar mucho. Eveelina, los caballeros y Alvenith trataban de salir de la burbuja, pero todo golpe o magia era absorbido por esa especie de campo de magia que los trasladaba hacia la hechicera como si ellos no pesaran nada dentro de ella y así, vieron resignados como el animal caía muerto al lado de su amo.

-No permitiré que esto siga así, combatiré esencia mágica con esencia mágica. ¡Rego Vim!

Alvenith depositó todas sus fuerzas en abrir esta burbuja de poder, era un choque entre ambos magos, pero a diferencia del elfo, Ilén no se veía cansada, la capucha no cubría sus labios que se veian sonrientes, sí, ella disfrutaba casi como si fuera un juego, uno que estaba segura que podría ganar. Alvenith empezó a agotar sus fuerzas, cayó de rodillas por el cansancio, pero aun así no dejó de concentrarse en el hechizo. Un pequeño agujero comenzó a abrirse delante del joven mago, ¡estaba resultando! Cuando volvió a cerrarse..., no era el poder de Alvenith, era Ilén que le daba falsas ilusiones. Alvenith, furioso, concentró todo su poder, incluso aquél que aun no tenia permitido usar, ese que aun tenia bloqueado y lo expulsó con un grito que salió de lo profundo de sus entrañas... La burbuja se rompió y todos comenzaron a caer. Ilén alcanzó a reaccionar y volvió a formular el hechizo por el cambio repentino de posiciones, todos se encontraron dentro de la burbuja boca abajo y de a poco comenzaron a pararse.

-Alvenith, rompiste su hechizo, puedes hacerlo otra vez- Eveelina se acercaba al mago para ayudarle a levantarse, pero éste no reaccionaba- ¿Alvenith? Respónde por favor
-Creo que se ha desmayado mi señora, al parecer ha agotado sus fuerzas
-Entonces hay que dejar que descanse, nosotros 3 deberemos de protegerle, pase lo que pase.

De pronto, rocas ardiendo de unos 30 centímetros de diámetro caían por todas partes, los servidores de Remialk salieron huyendo hacia todas partes y la concentración de Ilén se rompió. Los chicos cayeron al suelo, pero se pararon rápidamente para poder esquivar las rocas con fuego.

-Remialk, ladronzuelo de cuarta, ¿¿cómo osas acercarte a mi templo??

Un anciano con túnica de sacerdote de Ur Tignar llegaba junto con una chica y un joven, éste último hacía el conjuro de las piedras ardientes. Rápidamente Ilén protegió a Remialk con un escudo mágico

-¡¡¡Tú, tú!!! Viejo decrépito, debí de saberlo, seguro tú mandaste a esa criatura del infierno para robar a mi rehén
- No sé de qué hablas pedazo de animal sin carne, vete de aquí ahora mira que andas en desventaja
- Me iré anciano enfermo, pero me verás muy pronto
- Llévate a la escoria que tienes de sirvientes

Dijo el viejo señalando al grupo de amigos, pero con unas palabras de Ilén, ella y el ladrón desaparecieron. En ese momento Eveelina se quitó la capa y miró al viejo

-¡Sargaf! Soy Eveelina, la hija de Doryan
-¡Por todos los Urs! Inser, basta con el conjuro

El joven terminó el hechizo y Sargaf fue a ver de más cerca a la joven paladina. Su expresión se llenó de emoción y abrazó a Eveelina.


-Mi niña, te tengo una buena noticia y dos malas

Todos estaban dentro de una sala trasera del templo. Eveelina y sus dos caballeros le habían relatado a Sargaf cómo y porqué habían llegado hasta esa ciudad, mientras que sacerdotes de Ur Tignar se habían llevado a la enfermería del templo a Alvenith, Thurar y al Work para ver si podían hacer algo por ellos. Les había servido un poco de comida y en eso estaban cuando la chica que había acompañado al anciano a enfrentarse a Remialk llegó junto a Inser y ella le dijo unas cosas al oído a Sargaf.

-Dime las malas primero
-Pues... efectivamente, como ustedes pensaban, el enano ha muerto, al igual que su animal. Lo otro es que su amigo mago, sobrepasó sus límites y eso lo ha llevado a un estado que no estoy seguro de que vuelva a despertar...
-¡Por Ur Ignuri! No puedo creer que haya perdido a esos dos muchachos. Mi padre se defraudará de mí, además eran amigos de Terry...
-Pero hay buenas noticias, Atel e Inser, que son dos mago que han venido a aprender un poco de teología conmigo y han sido de gran ayuda en esas revuelvas callejeras, han podido localizar dónde esta su amiga y la criatura que la tiene. Al parecer van camino a Minas Thalion, si quieres los traemos aquí. ¡Cómo adoro los reencuentros!
-Oh sí, por favor jóvenes magos, traigan a mi amiga y a su captor

Ambos jóvenes miraron a Sargaf y apenas él asintió, desparecieron y regresaron a los pocos minutos. Anvÿ era traída en brazos de Inser, mientras que Atel sostenía en una jaula mágica a Eygon.

-¡Anvy! Estas bien

Eveelina se sentía al fin feliz, abrazó a la chica con gran alivio. Los otros dos caballeros sacaron sus espadas y estaban decididos a enterrarlas en la criatura alada

-¡Anvy!, ayudame
-No, no le hagan daño, es mi hermano
-¡Alto el ataque!, ¿qué dices Anvÿlle?
-Eveelina, él es mi hermano, somos hermanos de madre, por eso somos algo diferentes, pero somos hermanos al fin. Me ha salvado muchas veces ya, me ayudó a huir de Remialk
-Atel, suelta al chico

A penas Sargaf dijo esto, la chica obedeció. Eygon respiró aliviado

-Quiénes son estas personas y dónde estamos
-Anvy, estamos en el templo de Ur Tignar de Amnadia. Él es Sargaf un viejo amig...
-¿Sar-sargaf? ¿El sacerdote líder de una de las mafias de aquí?
-No, ¿qué dices?
-Remialk me lo dijo- Y volviéndose hacia el viejo sacerdote, Anvÿlle agregó- Tú ayudas a que esta ciudad sea decadente y que muchas personas mueran, ¿no te da cargo de conciencia? ¿y para qué? Seguro un poco de poder
-Anvy ya basta, él es conocido mio, seguro te confundes de persona
-Yo le creo a mi hermana
-Niños, no van a creer las cosas que dice un ladrón... son conocidos por mentir y engañar
-Yo le creo, necesitaba ganarse mi confianza para que le diera el anillo, no me iba a mentir
-¡Por Ur Tignar! Qué cabeza dura son, no puedo arriesgarme de que esto se sepa. ¡Rego Mentem!

Eveelina, Anvÿlle, Eygon, Camolok y William quedaron callados y con los ojos idos

-Muy bien mis niños, les haré una nueva memoria desde que llegaron a Amnadia. La pequeña Anvy fue capturada por Remialk, por un anillo, ella jamás habló con ese ladrón mientras estuvo en su morada, cuando recién iba a hacerlo logró escapar de sus garras gracia a su hermano. En eso Eveelina y sus amigos llegan a esta ciudad a buscar a la semielfa raptada cuando se topan con Remialk quien busca desesperadamente a la chiquilla, descarga su ira contra ustedes, matando al enano y su animal. En la lucha el mago queda inconsciente quedando en un estado donde seguramente no volverá a despertar. Anvy y su hermano escuchan la revuelta y pensando que alguien puede estar en peligro van a ver qué pasa y se encuentran con sus amigos, la chica, en medio de la pelea, cuenta que es su hermano quien la acompaña. En el momento que se ven superados por los secuaces de Remialk, llego yo a salvarles junto con mis dos amiguitos magos. ¿Entendido?

Los 5 asintieron

-Ahora que aun controlo sus mentes, les daré las instrucciones a seguir. Les daré una carreta para que se vayan a Minas Thalion para que se llevan al mago y el hermano de Anvy se pueda ocultar. Yo prometo enterrar al enano y su bestia. ¡Ya está hecho!

Diciendo esto, los chicos recuperaron su lucidez

-Sargaf, no tengo cómo agradecerte todo lo que has hecho por nosotros. A lo que lleguemos a Minas Thalion le diré a papá que mande un mensajero para que sepas que llegamos bien

A la hora después, estaba todo listo para partir y nadie dudaba de los recuerdos que tenian...
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Mensaje  Is@ Sáb Sep 03, 2011 12:55 am

- Noooooooooo!!! – gemía Anvÿlle mientras preparaban el cadáver de Thurar para su entierro. Para los clérigos era uno de los cientos que fallecían en las calles del reino de Amnadia, nada nuevo.
- Comenzará una nueva vida en el más allá, no te preocupes – Sargaf trataba de consolar a la pobre chica que no hacía más que llorar y llorar…
- Todo es culpa mía!!! Debí haber evitado que me secuestraran!! ¿Por qué no pude llegar un poco antes que lo mataran? ¿Por qué???? – gritaba poniendo su cabeza sobre el cuerpo cubierto en sábanas blancas del que una vez fue su buen amigo.
- Anvy…yo también siento su partida, pero en verdad, debemos salir de Amnadia… - le decía Eveelina
- Y no sacarás nada llorando – agregó ya un impacientado Eygon, quien simplemente tomó a su hermana por los hombros y la alejó del enano sin vida.
- Y Alvenith!!!!! T^T – chillaba tratando de escaparse de su hermano.
- Ya, pero ése puede que algún día despierte…- dijo, soltando a Anvÿlle quien corrió a donde el elfo yacía y secándose las lágrimas y, acordándose de todas esas historias de princesas que le contaba su tía, le dio un beso.
- Noooo!!! Anvy!!!! – nuevamente su hermano fue hacia ella, y la separó de éste. - ¿Cómo se te ocurre hacer semejante estupidez?
- ¿Y qué pasa si hubiese funcionado? ¿o acaso no soy una chica bonita??
- Eso de despertar al bello durmiente son cuentos baratos que no sirven para ninguna cosa! Y estás diciendo cualquier idiotez!
- Eran mis amigos!!

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

....Al final el cuerpo de Thurar fue enterrado al lado del Templo de Ur Tignar, mientras que el de Alvenith quedaría reposando en uno de los salones del Templo hasta que algún día alguien o el mismo despertare.
“Definitivamente aquella hora de partida fue muy emocional para la chiquilla” – pensaba Eveelina mientras enviaba el mensaje por medio de un águila a su padre contando todo lo sucedido.
La acompañaban más soldados, no los 15 con los que había partido de Minas Thalion, pues se habían separado en distintos grupos para ubicar el paradero de Anvÿlle y, al tomar conocimiento de su hallazgo, fueron reincorporándose al grupo. Día a día iban a ser más hasta lograr, ojalá, el mismo número de hombres con los que emprendió su misión.

La semi elfa estaba dormida dentro de la carreta junto a su hermano.
- La relación de estos 2 chicos es la de una amistad inseparable – comentó Sir William.
- Si…jaja…muy distinta a la que yo tenía con mi hermana. ¡Lo único que pensaba ella era en casarse y tener hijos! En todo caso, lo consiguió y bastante bien, pues tengo 4 sobrinos y uno en camino – señaló Cerion.
- Jajaja esa es una chica con vocación de madre. Yo en cambio...tenía muchísimas hermanas y todas se dedicaban a ingresar en las peores tabernas – decía Brentan, un joven paladín pelirrojo – la peor que la tuvo fue Erika...estaba casi enamorada del peor de los embusteros…ustedes ya saben a quién me refiero
- Más respeto…- Sir Camilok recomendó a los soldados echando una mirada a Eveelina que había encomendado el ave con el mensaje. Ella había escuchado los comentarios de los hombres… no valía la pena defender a su hermano ya que todo lo que decían era verdad. Ella conocía las andanzas de Terry, después de todo era como un ladrón amnadiano, tal como ella le decía cuando eran niños...”bueno tal vez no, definitivamente tiene más corazón que los verdaderos ladrones amnadianos”.
- Terry es muy distinto a mi, a pesar que en semblante nos parecemos mucho. Es justo lo contrario en estos chicos – comentó Eveelina a sus compañeros. “Sin embargo, cuando éramos muy pequeños solía ser mi compañero de aventuras, jaja aunque siempre fue el malo…tal vez aquellos roles lo gestaron a ser lo que es -_-”
- ¿Se encuentra bien? – le preguntó Camilok al ver el rostro de Eveelina, preocupada por Terry.
- Si, ningún problema ^^Uu – definitivamente no era buena escondiendo lo que pensaba.

Estaba anocheciendo y los viajeros hicieron una fogata, habían recolectado algunas frutas y cazado un par de swampers. Anvÿlle todavía estaba muy apenada por la pérdida de sus compañeros.
- Ellos estaban dispuestos a ayudarme a buscarte y evitar que te fueras para Ockrome – le dijo a su hermano mientras estaban refugiados en una caverna.
- Anvy…ya escuché suficiente de ellos. Se nota que fueron buenos amigos, pero no por su ausencia vas a estar con esa careta durante todo este viaje!
- Es que no sé qué hacer, mis amigos eran muy importantes para mi...con ellos presentía que mi viaje continuaría después de encontrarte. Siento que ya completé mi misión y debo regresar a casa…
- NO! ¿Cómo se te ocurre? Llevas a penas un mes desde que has salido de casa y ya quieres volver?
- Estoy exhausta, siento que todo lo he perdido…y no quiero emprender un viaje sola…
- Siempre puedes quedarte en Minas Thalion…y no todo está perdido! Tienes de regreso a Castañita – dijo Eygon, señalando a la yegüita que había acompañado a Eveelina en todo su trayecto. – Yo te vi con otras personas más en Zanzibar, me mencionaste también de un Padre que perdió el conocimiento en la última batalla y que querías ver que estuviese bien…
- Padre Gregory…si, me gustaría saber cómo está. Es un hombre fuerte, sabio y muy bueno, obvio que va a recuperarse.

Eveelina se acercó a los hermanos.
- Buenas noches, ¿cómo durmieron?
- Fue un descanso agradable – respondió Eygon.
- Bien… Señora Eveelina…nunca tuve la oportunidad de agradecer por su preocupación en venir hasta acá…
- No hay nada qué agradecer, el ayudar es un deber – dijo Eveelina que encontraba que el viaje había sido muy interesante…estaba siempre encerrada en Minas Thalion o en las ciudades de Thalion lidiando con ladrones menores, era bueno salir y observar qué cosas pasaban en el exterior…algo que estaba haciendo últimamente más frecuente.
- Anvy…me preguntaba si en la fortaleza de ese ladrón viste a dos hermanos, una chica y un chico, mellizos, que tenían cabello color blanco…
- No. Me acuerdo haber estado en una de las muchas jaulas que había en el lugar, pero yo estaba sola. ¿Por qué?
- Parece que tu caso no es aislado…conocí un mago que me preguntó por ellos y creía que tal vez fueron secuestrados igual que tu…
- A todo esto…nunca me comentaste ¿cómo fue lo del secuestro? ¿Supiste por qué te secuestraron? Sólo me dijiste que, además del flechazo, estabas bien… - preguntó Eygon
- No…nunca supe por qué me secuestraron. Justo cuando me iban a llevar donde Remialk para que me diera explicaciones, la guardia dejó la llave de mi celda a la vista y simplemente hice que viniera a mí y pude abrir la puerta, pero cuando salí calculé mal la altura que tenía del suelo. Caí e hice mucho ruido con los objetos que se encontraban ahí. La guardia me escuchó y hubo una gran persecución que terminó en la torre: me dieron con la flecha y tú, al parecer, me rescataste cuando caí de la torre.
- Es decir ese ladrón podría estar coleccionando personas, sus pertenencias, especialmente anillos, y no tendríamos idea…
- Ya dije que estaba sola, Eygon, aunque había varias habitaciones en la fortaleza… - le venía bien a Anvÿlle que su secuestro no fuera un hecho aislado, así su hermano no sabría la causal por la que ella fue a la fortaleza y no tendría otra razón para justificar el odio contra su madre.

Se escuchó un águila. Era Erky, el águila personal de Doryan. Eveelina la reconoció inmediatamente y la llamó. Llevaba un mensaje, el cual leyó en voz baja rápidamente. Esta carta informaba lo que Doryan sabía sobre lo acontecido en Minas Thalion, especialmente sobre el Padre Gregory que se había transformado en Mordar hacía una semana atrás. Ante esto Eveelina se angustió. A pesar de no ser una gran amiga del padre Gregory, reconocía sus buenas obras y su sacrificio por la noble causa en Zanzibar por ayudar a los más necesitados era un notable indicio de ello. No podía entender cómo alguien, un ejemplo de un buen clérigo de Ignuri que muchos debieran seguir, podría llegar a las condiciones descritas por su padre. Estaba muy triste también por su hermano quien había mantenido una relación amistosa con el clérigo. Se preguntó cómo estaría enfrentando lo sucedido…”ojalá no emborrachándose ni engrupiéndose cualquier chica…”

Eveelina no estaba segura si dar a conocer esta información a la pequeña Anvy. Decirle que había perdido otro de sus amigos sería mucho para la chiquilla, un trauma. Sin embargo, la carta también mencionaba cómo sus compañeros se dirigían hacia El Bosque de las Almas Perdidas a conocer la utilidad de un artefacto.

- ¿Qué dice? ¿De parte de quién es? – se acercó Anvÿlle, pero al ver las caras de los guardias agregó – si se puede saber…
- Es de Sir Doryan…dice que Terry y los demás están investigando sobre una reliquia y para ello fueron al Bosque de las Almas Perdidas.
- Y…¿para qué? – preguntó Eygon
- El texto es ambiguo, al parecer es un pequeño encargo para Minas Thalion. Tal vez serán recompensados…- agregó guardando el mensaje. – Los puedes alcanzar. Si vas a Minas Thalion, lo más probable es que pierdas la pista de ellos.
- Donde comienza el Bosque de las Almas Perdidas es cerca de donde vivo…
- Anvy, ya discutimos sobre esto y no pienso regresar ahí – interrumpió Eygon quien ya era de la idea de postular a algún cargo en Minas Thalion…
- Lo sé…igual estoy interesada en ver cómo está el Padre Gregory…aunque si la sra Eveelina habla de Terry y los demás también estaría incluido ahí el…
- Anvy, Eygon, piénselo. Mañana díganme lo que estimen conveniente.

Anvy y Eygon no tenían más que discutir. Sabían lo que cada uno quería y no iban a cambiar de opinión. Y sabían cómo se lo iban a plantear a Eveelina.
Fue, así, como en la mañana siguiente, Anvÿlle fue donde Eveelina:
- Buenos días, señora Eveelina – comenzó Anvÿlle, tímidamente. No sabía por qué Eveelina la hacía sentir mucho menor, y no podía ser tan jovial como normalmente era con todos los demás.
- Buenos días – le respondió y riéndose le agregó – Anvy, no necesitas por qué fingir buenos modales conmigo. Creo que no alcanzamos a tener 10 años de diferencia y no estamos en ninguna reunión oficial para que me llames de “señora”. Además, no eres así. Pero, díme, ¿en qué quedaste ayer con Eygon?
- Pues…yo quiero regresar a mi hogar y el quiere ir a Minas Thalion…
- Entonces van a tomar caminos separados…
- Así es
- Y ¿qué piensa hacer tu hermano en la ciudad?
- El es de la idea de postular a la guardia de Minas Thalion
Eveelina se sorprendió un poco a la respuesta directa de la semi elfa, y se giró para ver si los soldados habían escuchado algo. Bajando un poco el tono de voz, continuó
- Anvy…sé que Eygon es una buena persona, pero es distinto ser el único, emm… de su especie…en un grupo de sólo humanos…
- Apuesto a que esta conversación sería distinta si fuera semi elfo – dijo Eygon quien salió prácticamente de la nada.
- Eso no es verdad – dijo Eveelina, algo sorprendida y molesta porque el chico no se dio a ver antes.
- Oh Eveelina, tienes que por lo menos dejar que postule. Sería un buen guardia. Competimos el mes pasado en el torneo de arco y flecha en Saalazar y el ganó! – señaló Anvÿlle, y viendo que Eveelina estaba tomando tiempo en responder, agregó - Y nisiquiera pudiste percibirlo cuándo estaba aquí mismo!
- Bueno…eso es verdad. No me cabe duda que tienes habilidades, ayer vi cómo cazaste a los swampers y los preparaste muy bien…
- ¿Entonces? – dijo impaciente Eygon
- No basta con ser un buen guardia para poder postular…hay que tener madurez también. ¿Cuántos años tienes?
-…14
Eveelina estaba muy sorprendida. Hubiese jurado que este chico tendría a lo menos 18 años.
- Pues…la edad mínima es de 21 años para ser guardia de la ciudad…no obstante, podrías usar el dinero que ganaste de la competencia en Saalazar para ingresar a la academia de caballeros en Thalion. De ahí puedes decidir si ser soldado, guardia o ser parte de las fuerzas especiales cuando tengas la edad suficiente para poder postular a esos cargos.
- Estoy de acuerdo con su idea, señora Eveelina – respondió Eygon. El creyó que iba a tener que discutir con ella respecto a temas discriminatorios, pero se dio cuenta que ella era una chica que no se dejaba influir fácilmente por los prejuicios de su raza.
- Ahora, eso si, yo no tengo la competencia de evaluar la postulación. Y, como ya estaba diciéndole a tu hermana, antes que me interrumpieras, va a ser difícil. La gente, lamentablemente, se fija en las apariencias. Sin embargo, voy a hacerte una carta de recomendación, pero antes de ello debo saber más sobre ti…

Así fue que en el resto del viaje Anvÿlle y Eygon contaron a Eveelina cómo había sido su vida en su hogar al sur de Saalazar y cómo cambió una vez que descubrieron sus verdaderas formas. También hablaron sobre el propósito de su madre. Eveelina a su vez, les contó un poco de su vida en Minas Thalion, y las complicaciones de tener a un padre ideal y a un hermano rebelde.

Finalmente, y al atardecer del 3er día de viaje, llegaron a una bifurcación. Ya habían dejado hace media jornada el reino de Amnadia. Los hermanos estaban en sus tierras natales: sólo que un camino se dirigiría a Zanzibar y de ahí a Thalion, mientras que el otro recorría los campos de Saalazar.
- Bueno, Anvÿlle, de haber tenido una madre así…creo que al igual que tu hermano estaría buscando trabajo en otro reino. ¿Estás segura que no quieres venir con nosotros?
- Sí. Además, quiero encontrarme con los chicos que conocí en Zanzibar que van a estar por esa zona. Quiero ver que el Padre Gregory esté bien. Por otro lado, quiero relajarme…
- Bueno…entonces, esto es un adiós, por lo menos hasta que Terry no me necesite jajaja – se dieron un abrazo y les dio un momento a Eygon para despedirse de su hermana.
- Anvy…ahora sí siento que te voy a extrañar
- Aww…qué tierno! Yo también! – le respondió abrazándolo. – No seas bruto con los otros chicos, y te irá bien.
- Eso espero…gracias, Anvy.
- Cualquier cosa envíame un águila con un mensaje, apuesto que en la escuela te enseñan cómo hacer esas cosas.
- Sí. Adiós.
- Adiós.
Unas lágrimas se escaparon de los ojos de los hermanos, al darse la espalda.
Al alejarse un poco, Anvÿlle escuchó a su hermano diciendo
- Qué dramática!!! HASTA LUEGO!!!!!!
- Jajaja. Sí. HASTA LUEGO!!

De ahí, fue galopando junto con Castañita hasta su hogar. Fue un viaje solitario de un día. Pasó al lado del Bosque Urfilet, despertando su anhelo de entrometerse entre los árboles y conocer a los elfos de aquel lugar, pero su cansancio la llevó hasta su hogar…o lo que quedaba de su hogar.

Pues estaba enteramente saqueado y muchos sectores estaban cubiertos de cenizas.







* swampers: es una especie de cocodrilo pero que es mamífero, herbívoro, más pequeño y más rápido que su primo carnívoro. Su cola tiene púas para defenderse. Su carne no es muy deliciosa, pero es una comida más sustancial que las ranas y aves en los pantanos de Amnadia…y más blanda que la de un cocodrilo.


Última edición por Is@ el Jue Sep 08, 2011 6:54 am, editado 2 veces
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