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Crónicas de Sjékir y Lynel

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Crónicas de Sjékir y Lynel Empty Crónicas de Sjékir y Lynel

Mensaje  Northern Jue Jun 03, 2010 10:46 am

Y bien, ¿Qué es esto? Les explicaré brevemente. Me pareció buena idea escribir poco a poco algunas historias acerca de los personajes de nuestra historia que no tengan tanta relevancia como tal con la historia pero que puedan enriquecer su contexto, Como bien todos ya saben, la historia de Sjékir es un tanto peculiar y me gustaría que todos la conocieran bien, poco a poco iré escribiendo acá aventuras de su pasado, donde pronto aparecerá Lynel también.

Espero lo disfruten mucho y sientanse libres de preguntar, sugerir o criticar cualquier cosa :3 espero que esto deje muchos menos cabos sueltos. La primera parte de mi historia la dividiré en dos. Pronto escribo lo que le sigue.


Crónica I: Libertad

-¡Ven acá maldito tuerto! –Gritaba aquel vendedor de manzanas a un joven de cabello rojizo y largo de unos 15 años al cual le faltaba el ojo derecho.
-¡Algún día te atraparé y te quitaré el otro ojo bastardo!

Senn había escapado finalmente de aquel hombre. Habían pasado al menos cinco años desde que su familia y su pasado murieron en Lairet, y lo peor es que ya casi no recordaba nada de ello, más que aquella noche fatal para él. Ahora se encontraba en Lunacor, los primeros tres años vivió del apiado de los ciudadanos, algún buen hombre que le regalaba un trozo de pan o alguna fruta, alguna costurera que le daba prendas usadas para abrigarle del frío, incluso parejas ancianas que le dejaban pasar la noche en su hogar eventualmente, pero conforme pasaba el tiempo, Senn iba aumentando de tamaño y sus rasgos infantiles iban desapareciendo, a los 14 años esos gestos habían bajado considerablemente y ya a los 15 eran prácticamente inexistentes, así que decidió ir por la supervivencia hasta encontrar forma de ganar dinero de una forma más honesta.

Senn finalmente había escapado de aquel molesto vendedor de manzanas y justo cuando se disponía a comer sus manzanas escuchó una voz femenina temblorosa en el mismo callejón donde se ocultaba.
-No, por favor… ¡Debo llevar esto al maestro o me castigará!
-¿Y aún te preocupas por eso? –dijo uno de los jóvenes sonriendo. ¡Si colaboras será rápido lo prometemos!

La situación no pintaba bonita para aquella joven, quien resplandecía, vestía un simple vestido de una sola pieza que apenas cubría su cuerpo, ojos estilados y brillantes, de color púrpura, llevaba cabellos negros y largos . Tenía más o menos la misma edad de Senn, y estaba contra una pared rodeada por tres personas de más edad, mas no eran tan viejos, quizás unos 17 años tendrían. Senn vio como uno de estos desabrochó su cinturón y se lanzó contra la joven quien con toda su fuerza intentó alejarle de ella.

-¡No! ¡Por favor déjenme en paz! ¡No les he hecho nada! –gritaba la chica en protesta, al borde de las lágrimas.
-Calma chiquilla, calma, no te dolerá mucho lo prometemos –dijo uno de ellos echándose a reir e intentando levantar su falda, pero justo en ese momento un duro objeto le pegó en la cabeza y cayó al suelo.
-¿¡Eh!? ¿Qué? ¿Una manzana? ¿Quién hizo esto?

Todos voltearon para conseguir a un joven tuerto con el cabello rojizo, desarreglado. Fúricos se acercaron hacia él, la chica aprovechó para correr y esconderse en otro callejón. Esto enfureció más a los tres bandidos, quienes se pusieron frente a Senn desafiantes.

-¿Cuál es tu problema? ¿No ves que estamos ocupados aquí? –dijo uno de ellos.
-Si quieres un poco de diversión con la chica búscate otra, esta la encontramos primero nosotros.
-Oh, ¿O será que es tu noviecita? Hmmm… No, no creo, a las chicas no les gustan los tuertos.
-¡Ja! ¡Esa estuvo buena! ¿Qué pasa cíclope? ¿Tampoco tienes lengua?

Senn, ya harto lanzó un golpe y le voló un diente a uno de los tres, que luego de escupir sangre se levantó fúrico, tras esto, mantuvo los puños levantados y se colocó en posición de combate. En su inexistente aldea, desde pequeños les enseñaban técnicas de combate mano a mano, lo poco que recordaba Senn le sirvió para esquivar y bloquear los golpes de estos tres bandidos. Los golpes de Senn eran certeros y fuertes, luego de golpear a uno a la cara y hacerle sangrar la nariz, este se echó a correr, Senn había recibido muchos menos golpes que los otros dos que quedaban allí. La pelea continuó un buen rato hasta que de pronto, volvió el que había hechado a correr y en un traicionero ataque, golpeó a Senn a la cabeza con un grueso remo de madera. La conciencia del pelirrojo tuerto se apagó por unos segundos y vio lentamente como el suelo se acercaba a él.

-¡Creo que lo mataste! ¡Huyamos de aquí! –dijo uno de los bandidos luego de escupir un buche con sangre.

Senn intentó levantarse pero todo su cuerpo pesaba demasiado. Se llevó una de las manos hacia donde le golpearon y estaba húmedo, ¿Sangre? Sí… definitivamente, pues olía a hierro. Lo que veía por su ojo izquierdo era borroso, y pronto vio como una silueta femenina salió del callejón y se acercó a él. Era aquella chica a la que intentaron violar los bandidos. Vio como sus rodillas se posaron frente a él y pronto las palabras “¿Estás bien?” llegaron a sus oídos.

-Sí… pero he estado mejor.
-Gracias por salvarme… De no haber sido por ti esos bastardos…
-No lo menciones –dijo Senn con dificultad, esta vez levantándose lo suficiente para sentarse en el piso.
-Hey… déjame ver eso.
-¿Qué cosa? ¡Auch! –Exclamó Senn luego de que la joven tocara alrededor de la herida.
-No seas llorón… a ver…

Aquella joven sacó de su canasta un trapo y sobre este roció un líquido, olía a borrachos, pensó Senn, y su pensamiento se vió interrumpido por el fuerte ardor que vino luego. La chica le estaba limpiando la herida con algún licor fuerte. El ardor era casi intolerable, pero Senn andaba calmado pensando en que no era tan fuerte como lo que le quemaba la nieve la herida de su ojo derecho cuando lo perdió.
-Quédate quieto un segundo… tuviste suerte, la herida no es tan grande como para suturarla, aún así mejor limpiarla de una vez para que no se te infecte… Por cierto, mi nombre es Amelia, pero llámame Ame, muchas gracias por haberme salvado, ¿Cuál es tu nombre?
-Senn… y repito, no te preocupes por eso. Nunca me ha gustado que el fuerte abuse del débil. –dijo Senn, bastante sereno, aunque de vez en cuando soltaba un gemido leve por el ardor.

Ame estuvo un buen rato más curando la herida de Senn, mientras le contaba algunas cosas pequeñas. Senn pasó la mayor parte del tiempo callado o dando respuestas cortas pero, sentía algo de alegría por dentro, ya que hace tiempo nadie le trataba de esa forma. Sintió un poquitito de calidez humana nuevamente, pero como típico pesimista que es, de pronto volteó a ver a su lado y vió que las manzanas que había robado estaban todas pisoteadas en el suelo. Soltó un suspiro luego de esto. Ame se dio cuenta.

-Oh… ¿Esa era tu cena? –preguntó Ame algo apenada.
-Sí… pero no te preocupes, no moriré por no cenar, de nuevo.
-¿De nuevo? ¿Cuánto tiempo tienes sin cenar?
-Casi nunca lo hago, puedo conseguir casi siempre almuerzo con los monjes de algunos templos, pero como dejan de trabajar a la noche, pues…
-¡Qué horror! –dijo Ame, tomando de la mano a Senn y ayudándolo a levantarse. –Ven conmigo.
-¿Eh? ¿A dónde?
-Te daré cena como agradecimiento por haberme salvado.

Senn definitivamente no se negó a la idea, le acompañó hasta la entrada de una pequeña casa. Ame le dijo que le diera un segundo, ya que no le podía dejar pasar por que su maestro se enojaría con ella. Él esperó afuera, tal como ella le dijo y escuchó claramente una pequeña discusión entre Ame y alguien mucho mayor que ella. Finalmente todo esto terminó con un fuerte y seco golpe, piel contra piel… Una bofetada seguramente. Pocos minutos después salió Ame, con una mejilla roja y los ojos de haber llorado un poco. Sin embargo, a Senn le mostró una sonrisa amplia y le dio un trozo de pan con algo de queso.

-Muchas gracias Ame, estoy agradecido realmente –dijo Senn, dando una mordida al trozo de Pan.
-No hay de qué, y es más… Te tengo una propuesta. ¿Qué te parecería cenar todas las noches?
-¿Estás segura? Tu maestro es muy enojón por lo que vi –dijo Senn, poniendo su mano sobre la mejilla de Ame y presionando un poco.
-¡Ouch! Ayayay... Sí… es enojón, pero a estas horas está durmiendo normalmente… además yo soy quien cocina y él no se da cuenta si hago un poco más o menos.
-Está bien… pero dime algo. ¿Está bien que él te golpee así? Es decir… no es tu padre ¿Verdad?
-No… no es mi padre, pero de cierta forma lo es. Hace unos tres años me compró como esclava y pues… es cierto que me golpea algunas veces pero me da cama y comida. Sé que no es fácil por lo que andas pasando tú y por eso estoy dispuesta a ayudarte aunque sea con esto de las cenas.

Senn quedó callado, pero mostraba una ligera sonrisa. Gracias a esto su vida se facilitaría bastante, no sólo por lo de las cenas sino también el hecho de saber que en este mundo que ante sus ojos está en su contra, tiene una nueva aliada. Poco a poco pasaron días, que se convertían en semanas, semanas que formaban meses y esos meses se convirtieron en un año. Senn seguía visitando todas las noches a Ame, quien le hablaba de su vida antes de ser esclava, y de cómo su madre la vendió luego de que su padre muriera. Senn por su cuenta no solía hablar mucho pero tocaba la flauta que le heredó su abuelo para ella, quien a veces le acompañaba con su voz. Eran días pacíficos, calmados y llenos de pequeñas felicidades, pero… había algo que a Senn no le terminaba de agradar.

-Hey, Ame… -le llamó Senn una de esas noches.
-¿Sí? Dime Senn. ¿Qué quieres?
-Sólo me preguntaba… ¿Realmente te sientes bien así como estás viviendo?
-¿Eh? ¿A qué viene esa pregunta?
-Pues… -Senn toma el brazo de Ame y lo ve detenidamente, y tiene algunos moretones los cuales él señala. –A esto justamente me refiero.
-Oh… ya te lo he dicho antes Senn… tengo cama y comida a pesar de sus maltratos, cosa que muchos esclavos no tienen, a mi siempre me enseñaron a ser agradecida.
-Y a mí me enseñaron a no conformarse con lo que uno tiene cuando hay chances de mejorarlo Ame…
-¿Y con qué moral dices eso Senn? –pregunta Ame algo molesta. –Desde que te conozco estás en la misma situación, robando en la calle, metiéndote en problemas. ¿Por qué no buscas un trabajo honesto?
-Por que no quiero un trabajo común y corriente… Sólo quiero hacer justicia y no hay nada aquí que me ayude a hacer eso, estoy esperando una oportunidad para-
-Tú y tu estúpida venganza… ¿Acaso no crees que yo no he querido salir de acá e ir a buscar a mi madre para decirle unas cuantas cosas? Pero eso no es algo que me convendría, luego de eso no me queda nada.
-A mis ojos, te quedaría ese algo que yo tengo en mi pobreza que tú no. Libertad, en cualquier momento yo podría dejar este sitio y buscar lo que realmente quiero en el resto de Épica.
-¡¿Y cuál es el problema si no tengo libertad absoluta y eso no me importa?! Vete de aquí Senn… no quiero verte más, realmente no comprendes cómo me siento yo.

Y tras estas últimas palabras Ame con los ojos rojizos y húmedos entró corriendo a su hogar, o jaula, bajo la visión de Senn, quien por su cuenta se retiró en silencio con una nueva cicatriz en su alma.



Crónica II: Formación

Había pasado casi tres meses desde que Senn dejó de ir a visitar a Ame, su vida en la calle continuó siendo la misma, hurtando lo que podía para sobrevivir. Cosa que le había metido en problemas más de una vez, ya le conocían los guardias de Lunacor como un simple ladronzuelo que asechaba la ciudad, normalmente le daban una reprimenda y le dejaban libre de nuevo, ya que no robaba oro, sólo comida. Esta era una de esas ocasiones…

Un carnicero nuevo llegó a la ciudad, era un hombre de mediana edad, con ojos negros y cabello negro, algo canoso que le llegaba de forma escalonada al cuello. Tenía algo de barba y bigotes que conectaban en un candado. Era de alta estatura y ojos fríos. Aprovechando que no le conocía, Senn intentó robar un filete mientras este no se daba cuenta, que asaría en cualquier hoguera para comérselo, pero para su sorpresa, ágilmente aquel carnicero volteó y clavó un cuchillo justo en el filete que intentó tomar Senn, este último intentó voltearse y correr a toda velocidad pero una mano rápida le tomó por el collar de la camisa que llevaba y de un jalón le tumbó al suelo. Cualquier otro ladroncillo hubiese aceptado su derrota y esperado su castigo pero Senn se levantó del piso y viendo al carnicero levantó los puños. La gente se acercaba en círculo a observar. Aquel alto carnicero simplemente sonrió y le dio a gran velocidad un coscorrón tan fuerte que lo tumbó al suelo. En ese momento llegaron los guardias y los ciudadanos se dispersaron. Levantaron a Senn del piso y comenzaron a interrogarle como siempre.

-A ver, repíteme de nuevo. ¿Por qué robas ahora? Si sigues así el nuevo carnicero abandonará este lugar y todos saldremos perdiendo.
-Tenía hambre…
-Eso que dices no es excusa suficiente Tuertillo, es la tercera vez en la semana, me temo que tendré que meterte al calabozo…
-¿Dan comida en el calabozo? –preguntó Senn.
-¿Eh? Bueno… sí, no es pena de muerte, sólo no te dejaremos salir por unos días.
-Entonces, llévenme allí.
-¿Y quién eres tú para mandarnos a nosotros tuertillo? Comienzo a pensar que saldrías ganando si te encerramos…
-Hmmm ¿Puedo hacer una sugerencia? –habló aquel Carnicero, víctima de Senn.
-Por supuesto, ¿Qué castigo recomienda que le demos para que aprenda a no robar?
-Ese es el detalle. Más que castigo tengo una oferta para el joven.
-¿Eh? ¿Propuesta? –dijo en voz baja Senn, algo extrañado.
-Sí. Como sabes soy nuevo acá. Intentaste engañarme ya que no estaría alerta por que no conozco tus trucos sucios sin embargo, tuve suerte y te logré ver y no me gustaría que algo así llegase a pasar…
-Ve al grano.
-Te propongo que seas mi ayudante, tendrás las tres comidas del día a cambio.
-No pienso vivir como carnicero toda mi vida. –dijo Senn, algo frustrado.
-Y yo tampoco pienso usar ayudantes toda mi vida, Es algo temporal, hasta que me adapte a este sitio.
-Caray tuertillo, parece que tuviste mucha suerte esta vez. No creo que seas tan tonto como para pensártelo pero elige, ¿calabozo o trabajo? –dijo uno de los guardias, que tenía a Senn agarrado del brazo.

Sabiendo que no tenía otro camino que tomar, aceptó la oferta de aquel carnicero, quien luego se presentó formalmente. Su nombre es Ulmaryn, es un carnicero de tierras Thalianas que vino a Valhadia buscando mejor suerte. Su granja y matadero los recién compró y está en las afueras de Lunacor. Senn fue obligado a ir allá, pues Ulmaryn quería enseñarle algunas cosas antes de ponerle a trabajar. Fue entonces cuando le dio un gran cuchillo de cocina y lo puso frente a una tabla con unas verduras.

-¿Verduras? ¿Por qué verduras? Pensé que eras carnicero.
-Y lo soy, pero te enseñaré a picar primero. Intenta picar esta papa –Le indicó Ulmaryn mientras ponía una papa en la tabla.
-¿Te estás burlando de mi? Cualquiera puede picar una papa.
-Sí, cualquiera puede picar una papa, pero no cualquiera lo hace bien. Tienes que equilibrar la fuerza que pones en el cuchillo. Que el punto de fuerza se mantenga siempre en la parte del filo que está usándose en ese momento. De esa manera el corte saldrá de forma natural. El truco está en la muñeca… Ahora aplica tú lo que te dije.

Senn gruñó un poco en voz baja, y se dispuso a cortar la papa, picándola primero a la mitad verticalmente y luego horizontalmente, y pronto Ulmaryn le quitó el cuchillo y lo empujó de lado. Senn simplemente se quedó viendo y abrió rápidamente el ojo izquierdo al ver la velocidad a la que lo hacía el carnicero, era al menos dos veces más rápido y hacía muchos más cortes que él. Su muñeca definitivamente era al que hacía la mayoría del trabajo ya que el brazo no se movía más de lo que debía. Era impresionante; Pero hubo algo que le llamó más la atención aún a Senn en el brazo del carnicero.

-Esa cicatríz de tu brazo… Fue una espada. ¿Cierto? –preguntó Senn.
-¿Oh? Este rasguño… Sí. Pero… ¿Cómo lo sabes? Como todo buen carnicero tengo heridas en los brazos al picar pero saber que una cicatriz fue por una espada ya son palabras mayores.
-Se el daño que causan las hojas –dijo el bárbaro joven, mientras descubría su ojo al carnicero.
-Ya veo… Una pena la verdad, al parecer tuve suerte en esta ocasión, pudo haber sido como tu herida.
-No creo en la suerte, y menos cuando tú hablas de ella Ulmaryn. Todos esos movimientos que hiciste para atraparme en la tarde, el cómo picas la carne y tu cicatriz ahora me lo confirman. ¿Sabes luchar, verdad?
-No creo que ese sea un problema tuyo Senn. Ahora, continuémos picando…
-¡No! –Interrumpió Senn. -Debo pedirte un favor… Enseñame a luchar.
-¿Y por qué debería de hacerlo? Enseñarle a un ladrón a pelear es como darle una tijera a un recién nacido.
-Mi ciatriz en la cara fue la más leve de todos los que estuvimos presentes ese día, soy el único que respira hoy en día y los responsables de ello andan libres por toda Épica.
-Ya veo… Pues mira. –dijo Ulmaryn, mientras soltaba el cuchillo y volteaba a ver a Senn de frente. –Si realmente quieres aprender a luchar te enseñaré, con una condición.
-¿Y esa es?
-Gánatelo trabajando. Aprende a picar, aprende a ser un buen carnicero.
-Si esa es tu condición, seré el mejor carnicero de Lunacor entonces.

El tiempo fue pasando, y Senn se dedicaba a mejorar sus labores como carnicero. Matar vacas y cerdos de forma rápida e indolora, descuerarlos, sacar las vísceras, salar la carne, finalmente picarla y dejarla magra para la venta. Poco a poco el tiempo en que realizaba esto iba disminuyendo y la calidad con la que lo hacía aumentando. En cuestión de cuatro meses más sus productos tenían casi la misma calidad que los del mismo Ulmaryn. Senn se limitaba a quedarse haciendo cortes detrás mientras su tutor, comerciaba con los clientes que cada vez incrementaban. El joven tuerto ya era experto cortando carne, pellejos y cartílagos, incluso algunos huesos sin aplicar tanta fuerza del brazo. Era la técnica que le enseñó Ulmaryn, sin embargo considerablemente más lenta. El maestro carnicero, al notar y aceptar el desempeño de su aprendiz, le llamó un día.

-Senn, acompáñame un segundo al galpón de sal.

Senn asintió con la cabeza y se limitó a seguirle, el silencio era casi absoluto aquella noche, pues el sólo escuchar a los grillos era aturdidor. Eso pasaba por la cabeza de Senn en esos momentos. La noche era brillante, gracias a la luna, que mostraba con orgullo su figura. No necesitaban de lámparas o antorchas para poder caminar sin tropezar, cuando finalmente entraron al saladero docenas de cadáveres de reses y cerdos guindaban con amarras de las vigas del techo. Ulmaryn se adentró un poco más y finalmente se detuvo en el centro.

-Has conseguido convertirte en un buen carnicero. Podrías trabajar como ayudante mío ahorrando hasta abrir tu propio establecimiento, puedo ayudarte a ello si así lo deseas.
-Sabes que no me interesa eso, Ulmaryn. Tú sabes lo que yo realmente quiero de ti. –dijo Senn, con algo de frialdad.
-Suponía que contestarías así, y por eso te traje aquí… toma. –dice Ulmaryn, dándole a Senn un hacha de carnicería. –Intenta cortar esta res que tienes al frente.

Con el hacha en mano, el joven tuerto puso toda su fuerza en un devastador golpe, que impactó en las costillas de la res, rompiendo una de estas. Aquel cuchillo tembló en sus manos y cayó al suelo luego. Ulmaryn le miró y soltó un suspiro. Recojió el cuchillo y le habló a Senn.

-Ese golpe estuvo excelente… si hubieses usado un garrote.
-…Entiendo.
-Las hojas no son armas contundentes, no son para romper huesos, son para cortar piel, músculos y huesos. ¿No recuerdas cómo se picaba la carne? El haberte enseñado debió ser una ventaja… Ahora observa.

Tras estas palabras Ulmaryn tomó con fuerza la agarra del hacha y tras un rápido y sutil movimiento, hizo un corte perfecto a la res, dividiéndola en dos. Aquella carne salada cayó al suelo causando un fuerte sonido grave por su peso. Ulmaryn seguidamente lanzó el cuchillo con fuerza hacia el suelo, clavándolo ante los pies de Senn.

-Quédate aquí intentando hacer eso hasta que te salga de esa manera. Yo me voy a dormir –dijo el carnicero, dejando a Senn atrás.

Ulmaryn pudo escuchar claramente los golpes de metal contra carne y huesos repetidas veces y sabía que no sería fácil para Senn. Él tenía la esencia básica del corte, el aplicar fuerza sólo al sitio donde el filo corta, no a toda la hoja, pero siempre se vió limitado por la tabla que le detenía. Cortar horizontalmente y sin algo que te detenga es un mundo distinto. Aún así, Senn pasó gran parte de la noche intentándolo. El cansancio físico del día de trabajo no le detuvo, golpeaba y golpeaba con el hacha aquellos grandes cadáveres salados. La palma de sus manos estaba lastimándose por tener tal objeto por el mango por tanto tiempo. Ulmaryn durmió tranquilamente y al ir a despertar a Senn, vió que este no estaba en el mueble donde solía dormir. Pensó en lo terco que era aquel muchacho y se dirigió al saladero. Al entrar vió a Senn dormido, apoyando su cabeza sobre un barril pequeño. Sus ojos se agrandaron y casi salieron de sus órbitas, cuando al ver a su alrededor, al menos veinte reses estaban cortadas por la mitad, con un corte perfecto. Aquel chico tenía talento, definitivamente tenía talento pero… ¿Qué haría él ahora con tantas reses cortadas a la mitad? Ese día Senn trabajó de más en el puesto de carnicería arreglando todo lo que hizo aquella noche para que Ulmaryn no perdiera todas aquellas reses.

Pasó el tiempo y tras algunas semanas de entrenamiento con el corte, Senn aumentó su utilidad como carnicero y definitivamente mejoró en camino hacia ser un luchador. Pronto Ulmaryn comenzó a entrenarlo físicamente con tareas pesadas. Lo que empezó como simples carreras matutinas para elevar el aguante físico, pronto se convirtió en cargar la carreta de carne y llevarla al mercado de Lunacor sin los caballos que le ayudasen, el saltar de un lado al otro repetidas veces, terminó convirtiéndose en saltar de estaca a estaca de la cerca sin caerse, mejorando la agilidad. Finalmente luego de estar físicamente preparado. Ulmaryn comenzó con el verdadero entrenamiento.

-Toma esto –dijo Ulmaryn, dándole a Senn un bastón de madera. –Intenta golpearme con él.
-¿Estás seguro? –preguntó Senn, al ver que Ulmaryn no tenía con qué defenderse.
-Por supuesto, tan sólo inténtalo.
Con una velocidad impresionante y mucho mejorada, Senn se lanzó contra Ulmaryn y agitó el bastón contra él, pero Ulmaryn rápidamente le esquivó, El joven tuerto volteó rápidamente y lanzó un bastonazo hacia el carnicero, pero este también lo evadió. Pronto Senn se dio cuenta de que era casi imposible alcanzar a tocar al carnicero. Este le estaba humillando y de manera fea. La ira de Senn iba creciendo y a medida de que esto pasaba sus movimientos se iban haciendo más torpes. Ulmaryn al ver esto detuvo el entrenamiento y habló.

-Debes controlar tus emociones cuando estás frente a frente con otra persona. Si esto hubiese sido una lucha real, te hubiese cortado la cabeza según mis cálculos al menos quince veces, y te hubiese apuñalado por la espalda unas cinco más. También… eres ya una persona ágil, pero no lo suficiente como para luchar.
-¿Qué quieres decir?
-Con tu agilidad actual podrías conseguir huir de alguien que intentase matarte. –dijo Ulmaryn con serenidad y continuó hablando tras una pequeña pausa. –Intentemos otro método de entrenamiento y si esto no funciona, nada lo hará muchacho.

El sol ardía fuertemente aquella mañana. Faltaban algunas horas para que les tocase trabajar al carnicero y su aprendiz, tiempo suficiente como para introducir a este último a este entrenamiento. Ulmaryn se agachó y recojió una piedra del suelo. La observó unos cuantos segundos, cosa que le extrañó a Senn, y luego con algo de malicia, miró al tuerto y con gran fuerza arrojó la piedra hacia él, golpeándole en el hombro.

-¡Argh! ¿Qué demonios haces?
-Eso pudo haber sido una espada. –dijo Ulmaryn, lanzándole otra piedra, esta vez le pegó en el muslo.
-¡Maldita sea! ¡Detente!
-Eso no es algo que haría tu rival si le pidieses eso…

Poco a poco fueron llegándole las piedras a Senn en el cuerpo, le golpearon en los brazos, piernas y abdomen. Puntos dolorosos mas no vitales. Algo de sangre goteaba de aquel tuerto y sus magulladuras que comenzaban a abrirse. Finalmente Ulmaryn paró.

-Estás simplemente inmovil para esperar los impactos, para que no duelan tanto. Pero… debes ser rápido. Hacer las cosas en menos de un segundo, ver la dirección de lo que se aproxima y de esa forma evitarlo, y si es muy rápido como para quitarse, contrarrestarlo, bloquearlo.
-¿Y cómo pretendes que haga eso? Es todo tan rápido… -se quejó Senn, agarrándose una de las heridas del brazo.
-Pues por eso mismo, debes pensar y tomar una desición más rápido de lo que tarda la piedra en llegar a ti.

La práctica continuó, Senn recibió unos cuantos golpes más pero pronto, logró esquivar algunos, y a medida de que continuaban iban disminuyendo los golpes y aumentando los bloqueos y esquivadas con el bastón. Ulmaryn se dio cuenta de esto y para acabar le lanzó una piedra a la cabeza a Senn, quien rápidamente abrió el ojo derecho y se lanzó al piso, eso no lo esperaba definitivamente.

-¡Me estás enseñando técnicas de cobardes! ¡No haré pagar a los que mataron a mi familia huyendo de ellos! –gritó un Senn enojado.
-No, pequeño amigo, te estoy enseñando a mantenerte vivo, si no te mantienes vivo, no podrás vengarte luego. –dijo Ulmaryn, quien se acercó a él lentamente y le tendió la mano para ayudarle a levantarse. –Por eso mismo debes mantenerte frío al luchar, encerrar tus emociones y preocupaciones y no dudar nunca. Se dice que una vez el mejor espadachín de toda Epica, quien nunca fue vencido dudó en una lucha contra alguien que tenía un nivel similar al de él, en ese momento que dudó, su cabeza salió rodando y su legado acabó, al igual que su vida.
-Lo que dices tiene sentido, Ulmaryn, pero aún así, es muy difícil no recordar todo lo malo por lo que he pasado al tener cara a cara a uno de esos bastardos.
-Sí, no te niego que es difícil, pero seguramente encontrarás momentos en los cuales estarás en desventaja. Si no te controlas en momentos así, tu vida acabará tan rápido como tu intento de venganza.

El tiempo iba pasando, Senn iba ganando agilidad y destreza, poco a poco su desenvolvimiento iba mejorando a una velocidad en la que el mismo Ulmaryn estaba impresionado, pues apenas habían pasado unos seis meses desde que comenzó a entrenarle. La determinación de ese joven es algo que no se ve en mucha gente.

Pronto llegó uno de esos días donde el destino hace de las suyas y juega con la gente. Ulmaryn había comenzado a trabajar a domicilio, mandando a Senn a hacer entregas de cortes especiales que se le pedían con antelación en algunos hogares cercanos al mercado. Una de las personas que hizo uno de esos pedidos iba directo a la casa que se encuentra frente al hogar de Ame y su maestro. Senn hizo su entrega, con frialdad y sin esperar mucho, pero luego de que terminó, al darse la vuelta justo vió como Ame salía de su hogar, ella le observó también y algunas lágrimas llenaron las esquinas de sus ojos. Sin pensarlo dos veces y dejando su orgullo de lado, corrió hacia él y le abrazó. Senn quedó estático, no se esperaba eso en definitivo, ni eso, ni el llanto de Ame, quien sollozaba en su hombro, pronto él también la rodeó con sus brazos y esbozó una leve sonrisa. Aquel momento, esos pocos segundos significaron más para ellos que los once meses que tenían sin verse. Sin embargo, no todo podía ser feliz en aquel momento. Desde la ventana, el maestro de Ame observaba apretando los dientes. El cuenco de cerámica que tenía en la mano con el que bebía agua se rompió con la presión cortándole la palma. ¿Por qué ese chico? ¿Por qué justamente él? ¡¿Por qué?!

Continuará…


Última edición por Northern el Sáb Jun 05, 2010 9:39 am, editado 1 vez (Razón : Crónica 2)
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Mensaje  Is@ Sáb Jun 05, 2010 7:30 am

A Sjékir le falta algo de tacto para decir las cosas, y me da pena Ame...ojalá Sjékir la pueda liberar >.<

Esta es una buena idea n.n
Es un desarrollo más grande hacia el pasado del personaje y así se lo puede entender mejor en la historia u.u. Además Sjékir es un personaje algo misterioso...da para mucho: no se sabe cómo mejora en su técnica, cómo logra vivir, etc, etc
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Mensaje  Northern Sáb Jun 05, 2010 7:41 am

Pues sí... de hecho esa es la idea. Dejar un poco más claro el por qué Sjékir es así. Poco a poco iré poniendo acá las otras partes. Creo que esto de las crónicas es algo que todos iremos haciendo en algún momento :3

Edit: Crónica II puesta.
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Mensaje  Raistlin Dom Jun 06, 2010 3:51 am

Ahh! al fin logro leerlo todo. Excelente idea won, asi podremos conocer más de tu personaje. De ese misterioso Senn. Yo pienso hacer algo parecido con Terry pero mas adelante, ya que por ahora me interesa que el pasado de mi personaje y muchas de sus acciones que lo llevaron a ser hoy permanescan en secreto, se iran relevando en su momento. (Yo ya tengo claro gran parte del pasado de mi personaje, jejeje)

Buena historia won!, Senn ha tenido sin duda una vida muy dura, en la sociedad esclavista imperial. Conmovedora la historia de Ame y ya vemos como el joven Senn va a creciendo y adquiriendo grandes habilidades.
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Mensaje  Is@ Lun Jun 07, 2010 6:01 pm

Sjékir debiera aprender a olvidar...lo cuál es muy difícil >.< ¿qué habrá pasado con Ame? Pudieron haber tenido algo tierno entre ambos...XD por otro lado nunca hubiese conocido a Lynel ni mucho menos con el grupete

Mi personaje por sus 18 años no tiene un increíble pasado Razz, de hecho sería algo muy piola, con a penas 2 párrafos ya tendría su vida completa XD...pero por si se me ocurre algo más, me lo reservaré para después Rolling Eyes
Para hacer algo de índole así como crónica tendría que hablar más bien de la madre de Anvÿlle...
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Crónicas de Sjékir y Lynel Empty Re: Crónicas de Sjékir y Lynel

Mensaje  Yôko Vie Jun 11, 2010 11:14 pm

Wiiii!!! al fin terminé de leerlo!! siento la demora >.<, pero déjame decirte que esta muy bueno ^^, es muy interesante. Ame es muy tierna *o* aunque algo me dice que el maestro ese es un más bastardo de lo que creo ¬¬

Yo ya tengo planeado algo similar con Jana, pero no puedo subirlo aun porque sería spoilear cosas que pasarán en el futuro de la historia principal jejeje!! así que esperar ^^
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Mensaje  hoho_o Mar Ago 17, 2010 2:08 am

Al fin algo leido!!!! Que buena idea de crear una cronica asi. Pero por mi personaje no tiene un pasado muy interesante.... creo que va para las mismas que Anvyl (y sobre la cultura enana ya escribi Razz)

Buuu... me gusta el nombre Senn que Sjékir. Es menos rebuscado Razz


Is@ escribió:Sjékir debiera aprender a olvidar...lo cuál es muy difícil >.< ..
Aunque no me acuerdo quien lo dijo pero bueno era algo asi.... ( ante el engaño amoroso..) el perdonar no existe ni el olvidar tampoco, solo se aprende a aceptar lo cometido. (aunque fue dicho ante esas circustancias, la frase es vakan! y le viene a Sjekir en sierto punto:P)

cuando lea el resto, posteo de nuevo Razz
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